Abucheos, revueltas y botellazos: 23 grandes artistas que salieron mal parados del escenario
Lo que suelen o¨ªr son aplausos, pero en algunas ocasiones los artistas m¨¢s grandes, tanto a nivel nacional como mundial, han metido la pata y han tenido que enfrentarse al rechazo del p¨²blico que hab¨ªa pagado para verlos
Cuando est¨¢n sobre el escenario, iluminados por los focos, los m¨²sicos parecen deidades intocables. Seres superiores ajenos que han bajado durante un rato para compartir sus dones con multitudes an¨®nimas. Pero lo cierto es que, aunque no lo parezca cuando acaparan toda nuestra atenci¨®n, son tan mortales como cualquiera. Y de hecho, en ocasiones, el p¨²blico pasa s¨²bitamente de la adoraci¨®n al odio por los motivos m¨¢s insospechados.
En ICON recogemos m¨¢s de una veintena de ejemplos.
U2 en Barcelona en 1997
Durante la gira Popmart de 1997, el guitarrista The Edge se convert¨ªa en protagonista durante el momento karaoke en el que cantaba una canci¨®n con la letra en la pantalla gigante. Un momento por lo general divertido, en el que el p¨²blico cant¨® durante el tour cl¨¢sicos como Daydream Believer, Suspicious minds o Sugar. Sin embargo, en Barcelona alguien aconsej¨® mal al grupo y The Edge enton¨® La Macarena ante un Estadio Ol¨ªmpico que no le vio la gracia al asunto.
Tanto fue as¨ª que hubo pitada general con una buena raci¨®n de abucheos ante el desconcierto generalizado. Visiblemente contrariado, Bono reapareci¨® en escena para acabar con aquel desprop¨®sito y retomar el mando. En el libro U2 en Espa?a se asegura que el m¨¢nager del grupo, Paul McGuinness, recuerda este episodio como uno de los grandes errores de la banda.
El abucheo puede escucharse en el minuto 54:30' del v¨ªdeo.
Peal Jam en Nueva York en 2003
Peal Jam cruzaron la delgada l¨ªnea roja para muchos de sus seguidores en 2003 con la canci¨®n Bu$hleaguer, que criticaba abiertamente al presidente republicano George W. Bush. Hab¨ªan pasado solo un par de a?os desde el ataque a las Torres Gemelas y Estados Unidos se encontraba en plena guerra contra el terrorismo en Afganist¨¢n e Ir¨¢k, por lo que era previsible que alguien se ofendiera cuando en sus conciertos Eddie Vedder colocaba una m¨¢scara del presidente Bush sobre el pie de micro, como si hubiera sido decapitado.
"?No os gusta esta?", pregunt¨® el vocalista en su concierto de aquel a?o en Uniondale, lo cual provoc¨® gritos de "?U.S.A.! ?U.S.A.!" en un ambiente de tensi¨®n cuando menos inquietante. "Nosotros amamos Estados Unidos, ?vale?", afirm¨® Vedder, quien se enfrent¨® al p¨²blico planteando que es positivo confrontar ideas.?
Neil Young en Atlanta en 2006
Profundamente conmovido por la guerra de Iraq, Neil Young public¨® en 2006 Living with war, un ¨¢lbum cr¨ªtico con el presidente George W. Bush y la guerra de Iraq. Para presentarlo en vivo y difundir su mensaje antibelicista, en lugar de salir de gira solo se reuni¨® con sus viejos colegas David Crosby, Stephen Stills y Graham Nash en el Freedom of Speech Tour, en el que recuperaban el repertorio m¨¢s pacifista de CSNY.
Este posicionamiento polariz¨® al p¨²blico, especialmente en los estados m¨¢s conservadores de Estados Unidos -los que una d¨¦cada despu¨¦s dar¨ªan la victoria a Donald Trump-, con abucheos frecuentes sobre todo cuando cantaban Let's impeach of president. Todo qued¨® registrado en el documental CSNY: Deja Vu (2008), titulado as¨ª por la sensaci¨®n de haber vivido ya estas situaciones en los a?os sesenta.
"La m¨²sica abri¨® la discusi¨®n. Vi familias peleando, los chavales que quer¨ªan quedarse y los padres diciendo 'No, tenemos que salir de aqu¨ª. Esto no est¨¢ bien'. Los padres arrastran al muchacho y el muchacho mira hacia atr¨¢s. Y no estamos hablando de un ni?o de 10 a?os, sino de j¨®venes universitarios expulsados por sus padres", declar¨® Young a Reuters con motivo del estreno del documental en 2008.
Guns N' Roses en Dubl¨ªn en 2010
Si hay alguien que a lo largo de los a?os haya mantenido una relaci¨®n tirante con su p¨²blico ese sin duda es Axl Rose. Porque aunque desde que Slash y Duff regresaron al grupo muestra una puntualidad exquisita, eso no fue ni mucho menos as¨ª en el pasado, pues el vocalista hizo gala reiteradamente de un desprecio absoluto el cumplimiento de los horarios fijados.
Eso lo ha sufrido el p¨²blico espa?ol en varias ocasiones, siendo la m¨¢s recordada la de 2006 cuando en Madrid el cantante apareci¨® dos horas tarde sobre las tablas. Esta actitud desafiante genera un estado de excitaci¨®n en el que Axl Rose se mov¨ªa con comodidad a pesar de ser recibido con cortante hostilidad. Pero como dec¨ªamos, era algo ya rutinario y, por ejemplo, en 2010 en Dubl¨ªn el ambiente estaba tan cargado por la espera que el vocalista cort¨® abruptamente la primera canci¨®n ante los abucheos y el lanzamiento de objetos. Milagrosamente y tras un par¨®n que enfad¨® a¨²n m¨¢s al gent¨ªo, el concierto prosigui¨® y todos hicieron las paces. M¨¢s o menos.
Coldplay en Barcelona en 2009
Vale que no fue culpa de los m¨²sicos, pero no es menos cierto que el concierto de Coldplay en 2009 en el estadio Ol¨ªmpico de Barcelona es recordado por el descontento de parte de los asistentes. Porque cuando la tecnolog¨ªa se empe?a en sabotear un macroconcierto, lo destruye con sa?a. Eso lo saben bien los 55.000 asistentes al mencionado concierto, que tuvieron que soportar problemas de sonido constantes, derivados de un err¨®neo c¨¢lculo de las condiciones del lugar, que dejaba algunas zonas en relativo silencio. Por si fuera poco, en varios momentos el equipo fallaba y dejaba a medio estadio silbando y abucheando como muestra de desaprobaci¨®n.
As¨ª lo relat¨® El Pa¨ªs: "Los problemas t¨¦cnicos -de los que Chris Martin se disculp¨® al final con admirable verg¨¹enza torera y que quiso compensar regalando discos (que efectivamente lanzaron unos empleados)- lastraron el concierto, cuyo sonido vari¨® de intensidad en algunos tramos provocando que el p¨²blico gritase '?no se oye!' con notable determinaci¨®n. Antes, en el comienzo del espect¨¢culo, el sonido se interrumpi¨® breves segundos en varias ocasiones".
Madonna en Bucarest en 2009
Cuando la gente asiste a un concierto de pop, quiere disfrutar de m¨²sica pop. Y ya. Eso lo sabe perfectamente Madonna, pero en agosto de 2009 en Bucarest no se pudo contener y solt¨® un largo discurso para condenar la discriminaci¨®n hacia los gitanos en Ruman¨ªa.
"Cochabamba, estuve horrible. Hace muchos a?os no ofrec¨ªa un concierto tan flojo, ni pod¨ªa respirar. No me levant¨¦ con el pie derecho esta ma?ana. La verdadera pesadilla que es 'no tener buenas sensaciones en el escenario'. Ni la altura es excusa, ni los horribles tel¨¦fonos en alto, ni el sitio ni el escenario; m¨ªa es la responsabilidad", se disculp¨® Calamaro tras un concierto en Bolivia en 2019
"Se me ha informado de que hay mucha discriminaci¨®n contra los roman¨ªes y los gitanos en general en el este de Europa. Eso me pone muy triste", dijo al p¨²blico, que lejos de mostrar empat¨ªa con el discurso, respondi¨® con abucheos y pitidos. Y a¨²n prosigui¨®, obviando la hostilidad reinante: "Nosotros creemos en la libertad y los mismos derechos para todos". Despu¨¦s del recital, celebrado ante 60.000 personas, la publicista de Madonna admiti¨® la recepci¨®n dividida de sus palabras, pero remarc¨® que buena parte del p¨²blico mostr¨® su apoyo con aplausos.
Drake en Los ?ngeles en 2019
El rapero canadiense es uno de los artistas m¨¢s escuchados del ¨²ltimo lustro en todo el mundo, pero tambi¨¦n sabe lo que es sentirse fuera de lugar. Esa desconcertante sensaci¨®n le llev¨® el pasado noviembre, de hecho, a acortar por las bravas su actuaci¨®n sorpresa en el Camp Flog Gnaw Festival al ser abucheado por buena parte del p¨²blico, que hab¨ªa dado por hecho de manera generalizada durante las horas previas que el sorpres¨®n ser¨ªa Frank Ocean.
"Estoy aqu¨ª por vosotros esta noche. Si quer¨¦is seguir, yo seguir¨¦", dijo Drake a la concurrencia visiblemente molesto. Un ultim¨¢tum que no obtuvo la respuesta deseada, por lo que opt¨® por largarse para evitar males mayores y porque, bueno, ¨¦l no tiene por qu¨¦ aguantar semejante humillaci¨®n: "Miren. Ha sido amor. Les quiero a todos. Me llamo Drake, gracias por invitarme".
Raphael en Madrid en 2016
No qued¨® nada contento el personal con la presentaci¨®n en noviembre de 2016 en Joy Eslava del disco?Infinitos bailes de Raphael. Para empezar, porque a pesar de ser vendido como un concierto, fue m¨¢s bien un 'evento' con c¨¢tering para los periodistas e invitados ubicados en la pista, mandando a la segunda y tercera planta a los admiradores que hab¨ªan pagado 85 euros (esperando, adem¨¢s, c¨®ctel y cena).
Descontento generalizado y conatos de tanganas con se?oras ¨Cy algunos se?ores¨C que no se cortaron y que reclamaron lo que consideraban suyo. Por eso, la velada comenz¨® con gritos de "timo, timo, timo" por parte de un sector del p¨²blico, que se calm¨® cuando Raphael sali¨® al escenario... a cantar ocho canciones. Y ya, porque eso fue todo.
Red Hot Chili Peppers en Ohio en 2017
No est¨¢ muy claro si el bater¨ªa Chad Smith es un temerario o un cachondo. De hecho, en su caso en particular, es especialmente dif¨ªcil diferenciar tales extremos. M¨¢s a¨²n si al t¨¦rmino de un concierto de Red Hot Chili Peppers, le da por enfadar premeditadamente al p¨²blico.
Eso hizo en mayo de 2017 en Columbus (Ohio) al cantar la 'canci¨®n de guerra' del equipo de f¨²tbol americano del Estado rival. El de la Universidad de Michigan, concretamente, un viejo himno que data del siglo XIX y se titula?The Victors. Ya se saben c¨®mo son las rivalidades deportivas, de modo que la respuesta no pudo pillarle por sorpresa. Pero es que Smith pas¨® la mayor parte de su infancia y juventud en Bloomfield Hills (Michigan), por lo que abstenerse de trolear a los rivales de Ohio es algo superior a sus fuerzas: seg¨²n una historia de 2012 publicada por ESPN, tambi¨¦n cant¨® The Victors durante el show de Red Hot Chili Peppers en 2012 en Columbus.
H¨¦roes del Silencio en Los ?ngeles en 1996
No fue feliz el final de H¨¦roes del Silencio en 1996. Con la decisi¨®n ya tomada, el grupo recorrori¨® varios pa¨ªses americanos antes del ¨²ltimo concierto el 6 de octubre en el Universal Studios Amphitheater de Los ?ngeles. All¨ª el p¨²blico recibi¨® al grupo con incomprensi¨®n por su separaci¨®n y con cabreo por una frase de Bunbury publicada en la revista Primera L¨ªnea y de la que se hicieron eco muchos medios mexicanos y del sur de Estados Unidos: "En M¨¦xico, excepto las chicas que salen en televisi¨®n, las mujeres son bastante feas. A m¨ª, realmente, las mexicanas me tiran poco, muy poco. En cambio, las argentinas s¨ª, esas s¨ª que me tiran".
En?Lo dem¨¢s es silencio de Pep Blay (2007, Plaza & Jan¨¦s) se cuenta que cuando comenz¨® aquel recital "cay¨® una lluvia de piedras y de monedas sobre Enrique", quien "cant¨® la primera canci¨®n, la segunda, la tercera, la cuarta... y ya no soport¨® m¨¢s y se fue". Y as¨ª lo recuerda en el mismo libro el bater¨ªa Pedro Andreu: "Le tiraron de todo. Estaba harto y adem¨¢s llevaba una carga interna del cop¨®n y no pudo m¨¢s. Se larg¨®. Esa reacci¨®n era una de las cosas que m¨¢s le jod¨ªan a Juan Valdivia".
Los 55.000 asistentes al? concierto de Coldplay tuvieron que soportar problemas de sonido constantes, derivados de un err¨®neo c¨¢lculo de las condiciones del lugar, que dejaba algunas zonas en relativo silencio
Led Zeppelin en Detroit en 1969
En oto?o de 1969 Led Zeppelin hab¨ªan publicado dos discos y, aunque eran grandes, a¨²n les quedaban muchos pelda?os por subir en su c¨¦lebre escalera hacia el cielo. Y a fe que lo comprobaron en la que fue su cuarta gira por Norteam¨¦rica, cuando cometieron la torpeza de contratar como teloneros a los locales Grand Funk Railroad, oriundos de Michigan que les robaron la cartera ante su gente en el Olympia de Detroit. No es que les hicieran sombra, no, es que se los comieron con patatas.
Tanto fue as¨ª que, fuera de sus casillas ante la respuesta entusiasta del p¨²blico, el gigant¨®n m¨¢nager de Led Zeppelin, Peter Grant, agarr¨® por el cuello al representante de los Grand Funk Railroad para exigirle que su banda dejara de tocar o ¨¦l mismo les desenchufar¨ªa la electricidad.
As¨ª lo record¨® en 2019 el l¨ªder del grupo, Mark Farner, en el podcast del reputado periodista rockero Eddie Trunk: "Nos desenchufaron, as¨ª que lo ¨²nico que se pod¨ªa escuchar era la bater¨ªa. Los tambores est¨¢n sonando, me doy la vuelta y miro y nuestro m¨¢nager sale con un micr¨®fono en la mano y dice 'Debido a una obligaci¨®n contractual, Grand Funk tiene que abandonar el escenario. No podr¨ªas creer las botellas de vino y whisky que la gente tiraba".?
Led Zeppelin esper¨® a que los ¨¢nimos se calmaran y sali¨® al escenario m¨¢s de una hora despu¨¦s, pero para entonces el pabell¨®n con capacidad para 15.000 personas estaba medio vac¨ªo. A pesar de todo, a¨²n hicieron ambas bandas otro concierto conjunto en Cleveland d¨ªas despu¨¦s, con la misma reacci¨®n del gent¨ªo, por lo que los teloneros fueron expulsados del tour.
Mot?rhead en Medio Oriente en 1980
Con su cuarto disco,?Ace of Spades (1980), el estruendoso tr¨ªo brit¨¢nico sent¨® c¨¢tedra y consigui¨® su primer gran ¨¦xito, a duras penas igualado despu¨¦s. Eso ciment¨® su estatus en su Gran Breta?a y les anim¨® a visitar por primera vez Estados Unidos como teloneros de Ozzy Osbourne, tal y como recuerda Lemmy en sus memorias: "Al principio los norteamericanos no sab¨ªan muy bien qu¨¦ pensar de Mot?rhead. No fueron pocas las mand¨ªbulas que cayeron al suelo durante aquella gira con Ozzy. Obtuvimos un recibimiento caluroso en las costas y en Detroit y Chicago. Pero en buena parte del Medio Oriente incluso les asustamos bastante. De modo que ¨¦ramos una entidad extra?a y desconocida cada vez que sub¨ªamos al escenario".
Una novatada, en definitiva, pues la banda era humillantemente ignorada o, a¨²n peor, ruidosamente abucheada por las hordas de fans de Ozzy. En las pocas ocasiones en las que se atrevieron a tocar por su cuenta en tierras americanas, se encontraron con los locales vac¨ªos, seg¨²n se relata en Lemmy: La biograf¨ªa definitiva (Mick Wall, 2016).
Ramones en San Bernardino en 1978
No hab¨ªa nadie igual que los Ramones a en el segundo lustro de los setenta. Adem¨¢s, por pura idiosincrasia, el punk hab¨ªa venido para confrontar contra el hard rock y el heavy metal imperante, con lo cual era mejor que el cuarteto neoyorkino se mantuviera en su propio micromundo. Pero no fue as¨ª y, para ganar popularidad, acabaron teloneando a las m¨¢s grandes bandas de rock duro cuando m¨¢s grande era el rock en general. Y tuvieron problemas por eso en varias ocasiones.
"?bamos conduciendo hacia un concierto en San Bernardino con Black Sabbath en 1978 y vi una marquesina que dec¨ªa: 'Los reyes del heavy metal contra los reyes del punk rock'. Pens¨¦: 'Dios, tenemos problemas", rememora el guitarrista Johnny Ramone en el libro?De gira con los Ramones (2003).
Y a?ade el vocalista Joey Ramone: "No encaj¨¢bamos all¨ª. En San Bernardino hay un mont¨®n de granjeros paletos moteros que segu¨ªan a muerte a Black Sabbath. Son fans muy leales, como los nuestros, pero nuestro publico entonces era muy reducido. Empezamos a tocar y la gente con botellas haci¨¦ndonos ver que nos las iban a tirar. Al cabo de veinte minutos empez¨® a caernos encima medio mundo: botellas, buj¨ªas, carburadores. Fuimos capaces de esquivarlo todo y nadie sali¨® herido, pero les dijimos '?Que os jodan!' y nos largamos".
"Se me ha informado de que hay mucha discriminaci¨®n contra los roman¨ªes y los gitanos en general en el este de Europa. Eso me pone muy triste", dijo Madonna al p¨²blico, que lejos de mostrar empat¨ªa con el discurso, respondi¨® con abucheos y pitidos
Aerosmith en Nueva York en 1974
Cuenta la vasta leyenda del rock que Aerosmith decepcionaron reiteradamente a sus fans durante aquellos locos (y maravillosos) setenta en los que se drogaban en escena con escaso disimulo, se peleaban mientras tocaban y acortaban bruscamente sus actuaciones. Eso forma parte de la memoria colectiva de quienes asistieron a aquellos conciertos, aunque los protagonistas apenas pueden recordarlo.
Lo que s¨ª recuerda el guitarrista Joe Perry en sus memorias de 2014 fue aquella vez en la que el p¨²blico les cogi¨® una tirria insoportable porque tocaron despu¨¦s de Rory Gallagher. Fue en el Central Park de Nueva York ante 50.000 personas en 1974, cuando Aerosmith eran la nueva gran sensaci¨®n del rock.?
Y relata Joe: "Toc¨® y toc¨® mucho m¨¢s de la hora en la que ten¨ªa que terminar. Temerosos de una revuelta, los promotores le dejaron hacer... a costa nuestra. Cuando finalmente se larg¨®, el gent¨ªo quer¨ªa m¨¢s Rory y empez¨® a tirar botellas y latas mientras nos prepar¨¢bamos. Los objetos siguieron volando mientras toc¨¢bamos y uno golpe¨® a Brad (guitarrista), mientras otro hizo un corte en el brazo a Joey (bater¨ªa). Lo recuerdo como la ¨²nica vez que nos barrieron del escenario al verdadero estilo de rock and roll, aunque nos las apa?amos para tocar hasta el final. Esa noche, Rory Gallagher fue demasiado bueno para parar".
Amy?Winehouse en Belgrado en 2011
El ¨²ltimo recital de la diva del soul tuvo lugar el 18 de junio de 2011 en Belgrado (Serbia) y no dej¨® un buen recuerdo para la posteridad. Fue, al contrario, una tragedia en vivo a los ojos de un p¨²blico que, para empezar, tuvo que esperar a la brit¨¢nica durante toda una hora de retraso.
Tard¨® y ya ten¨ªa a la concurrencia de malas, pero es que lo primero que hizo nada m¨¢s aparecer fue tropezarse. Una vez ejemplificada la definici¨®n de 'empezar con pal mie' la cosa no mejor¨® en absoluto, pues Amy se mantuvo en pie a duras penas, tambale¨¢ndose ante el micr¨®fono y cantando como canta quien no tiene ninguna gana de cantar. De hecho, tambi¨¦n se dedic¨® a salir y entrar del escenario para desconcierto de los 20.000 asistentes, que se dedicaron a abucher ante lo penoso de la situaci¨®n.
Despu¨¦s de esta penosa actuaci¨®n, cancel¨® el resto de su gira para luchar contra sus m¨²ltiples adicciones. Pero un muri¨® un mes despu¨¦s, el 23 de julio.
Ozzy?Osbourne en Buenos Aires en 2013
A lo largo de su perpetuo marat¨®n de autodestrucci¨®n, Ozzy podr¨ªa haber sido abucheado miles de veces por los m¨¢s peregrinos motivos, pero siempre se las apa?¨® para salir victorioso. Por eso no deja de tener su gracia que fuera un desliz de lo m¨¢s habitual y tontorr¨®n el que le llev¨® hasta los titulares de la prensa argentina en el oto?o de 2013.
Porque el legendario icono del heavy metal cometi¨® uno de los pocos errores que se consideran imperdonables: equivocarse de bandera. Porque andaba Ozzy a tope de power en La Plata, en Buenos Aires, y alguien le pas¨® una bandera para electrizar a las masas. Con tan mal tino que result¨® que el amarillo y el verde de la ense?a brasile?a nada tiene que ver con el azul y blanco de la argentina. "Un p¨²blico fant¨¢stico anoche en Buenos Aires. Deseando veros a todos en Porto Alegre", tuite¨® alguien en la cuenta de Ozzy horas despu¨¦s para terminar de enredar el enredo.
Beastie Boys en 1985
Nadie sabe por qu¨¦ acabaron los Beastie Boys de teloneros de Madonna. La cosa es que por aquel entonces, aunque ya luchaban por su derecho a desfasar, los neoyorkinos no dejaban de ser unos cualesquiera ante la diosa del pop.? "Ninguno de nosotros conoc¨ªa tanto a Madonna, pero todos sol¨ªamos pasar el rato en Danceteria -un club de Nueva York- as¨ª que ya nos conoc¨ªamos. Sin embargo, fue una idea terrible. Pero de alguna manera fue genial para ella porque ¨¦ramos tan terribles que cuando sub¨ªa al escenario, el p¨²blico ten¨ªa que estar feliz", rememor¨® una d¨¦cada despu¨¦s el grupo en la revista Spin.
Y Madonna a¨²n a?adi¨® en ese mismo n¨²mero de 1998: "Eran chicos muy malos. Dec¨ªan fuck todo el tiempo en el escenario. El p¨²blico siempre los abucheaba y ellos siempre les respond¨ªan a todos que se fuesen a la mierda. Me encantaban por eso. No pod¨ªa entender por qu¨¦ todos los odiaban, me parecieron muy adorables".
Bruce Springsteen en Nueva York en el 2000
Pasando por alto a Ted Nugent por motivos diametralmente opuestos, no hay rockero m¨¢s yankee que Bruce Springsteen. Ninguno con el que se identifiquen m¨¢s los estadounidenses y ninguno que tenga m¨¢s selfies con los polic¨ªas de cualquier ciudad del planeta. Es uno de los suyos y uno de los nuestros porque, al final del d¨ªa, todos somos currantes.
Pero al rockero de New Jersey le pareci¨® algo excesivo pegar 41 tiros a un sospechoso por ser negro. Amadou Diallo, un imigrante africano, fue tiroteado por polic¨ªas de paisano cuando intentaba sacar su cartera para identificarse. Los hechos ocurrieron en 1999 y un a?o despu¨¦s el rockero estrenaba la canci¨®n?American Skin (41 shots) en Atlanta a modo de prueba. El resto lo cuenta en sus memorias ¨¦l mismo: "Pensaba que era simplemente otro de mis temas que entroncaba con mi larga trayectoria de abordar temas de actualidad, as¨ª que me qued¨¦ un tanto conmocionado cuando Steve Van Zandt entr¨® corriendo durante nuestro ensayo antes del primero de dos semanas y media de conciertos en el Madison Square Garden. Me pregunt¨® '?has visto esto?' En la portada del venerable New York Post aparec¨ªa el responsable de la Orden Fraternal de la Polic¨ªa Estatal de Nueva York llam¨¢ndome 'saco de mierda' y 'marica flotante".
Y prosigue: "Los polic¨ªas del backstage, normalmente parte de mi p¨²blico, no nos hablaban ni sonre¨ªan. Recib¨ª al se?or y la se?ora Diallo brevemente. Nunca hab¨ªa estado en un escenario sintiendo que la gente esperaba solo una canci¨®n. Al empezar o¨ª algunos abucheos dispersos. A pesar de lo que se diga, se distinguen muy bien de los gritos de ?Bruuuuuce! Era de esperar. Entonces, vi a varios j¨®venes encolerizados, uno de ellos sacando una placa y mostrando el p¨¢jaro insignia del estado de Nueva Jersey, corriendo hasta ponerse delante del escenario. Comenzaron a gritar a mis pies durante un momento. Qu¨¦ gritaban exactamente, no podr¨ªa decirlo, pero no eran v¨ªtores ni saludos".
Cuando comenz¨® aquel recital de H¨¦roes del Silencio cay¨® una lluvia de piedras y de monedas sobre Enrique Bunbury, quien cant¨® la primera canci¨®n, la segunda, la tercera, la cuarta... y ya no soport¨® m¨¢s y se fue
Andr¨¦s Calamaro en Bolivia en 2019
El propio Andr¨¦s confes¨® abiertamente que lo del pasado a?o en Bolivia fue un desastre. El p¨²blico se empach¨® de enojo y la prensa local no se mostr¨® en general entusiasta de manera que, por lo que sea, ¨¦l mismo escribi¨® acto seguido unas l¨ªneas en sus redes sociales. Tan latente lo sent¨ªa.
A saber: "Cochabamba, estuve horrible. Hace muchos a?os no ofrec¨ªa un concierto tan flojo, ni pod¨ªa respirar. No me levant¨¦ con el pie derecho esta ma?ana. La verdadera pesadilla que es 'no tener buenas sensaciones en el escenario'. Ni la altura es excusa, ni los horribles tel¨¦fonos en alto, ni el sitio ni el escenario; m¨ªa es la responsabilidad. Tampoco va a ser siempre bonito e inspirado pero siempre lo intentamos. Caballo viejo y cansado. No es f¨¢cil cumplimentar responsabilidades que no son pocas; estar a la altura de las expectativas as¨ª sean escasas o demasiadas. Son muchos a?os cantando y est¨¢n todos en los pulmones y en la garganta. En el escenario soy toro y torero, no tengo excusas ni a quien echar culpas, tampoco basta con la voluntad y la buena disposici¨®n. Llegar con lo justo, esperando la 'aparici¨®n del duende lorquiano' no siempre alcanza. Perd¨®n Cochabamba, todos se merecen lo mejor de m¨ª".
Queen en R¨ªo de Janeiro en 1985
El primer Rock in Rio fue un festival colosal que congreg¨® a m¨¢s de 300.000 personas para ver a AC/DC, Def Leppard, Iron Maiden, Ozzy Osbourne o Queen en dos fines de semana de enero de 1985. Todos ellos hicieron doblete y la interpretaci¨®n de Freddie Mercury tuvo un elemento bien diferenciador.
Porque en el bis de la primera noche, el 12 de enero, el cantante volvi¨® al escenario para cantar I want to break free vestido como en su emblem¨¢tico videoclip: minifalda, pechos falsos y peluca. La biograf¨ªa?Queen (Jacky Gunn y Jim Jenkins, 1993, Editorial C¨¢tedra) relata que algunos asistentes se molestaron y "les lanzaron botellas, latas y piedras".
En el libro Queen: Complete Works (George Purvis, 2011), se rebaja la grandilocuencia del relato, tambi¨¦n difundido en su momento por cronistas de People o Record Mirror, asegurando que no fue para tanto, aunque parte del p¨²blico s¨ª que reaccion¨® "negativamente y con abucheos". En lo que s¨ª coinciden todos es en que el motivo ¨²ltimo fue que I want to break free se hab¨ªa convertido en Sudam¨¦rica en un himno pol¨ªtico contra las dictaduras y, por eso, una vez advertido, Freddie no sali¨® disfrazado en su segunda aparici¨®n en Rock in Rio el 19 de enero.
Kanye West en Londres en 2014
Igual lo que pasa es que Kanye est¨¢ predicando en el desierto. Con un tipo tan excesivo, ocurre que est¨¢s con ¨¦l o contra ¨¦l, por mucho que se meta en el rollo pastoral como quien se ha ca¨ªdo del caballo y est¨¢ de vuelta de todo. La cuesti¨®n es que, a lo largo de los a?os, Kanye ha sacado de sus casillas al p¨²blico en reiteradas ocasiones. Una muy recordada tuvo lugar en el Wireless Festival de Londres en 2014, cuando qued¨® pr¨¢cticamente sepultado por un aluvi¨®n de abucheos tras marcarse un airado discurso de (seg¨²n los reportes) veinte minutos.
Seg¨²n The Independent, el rapero, que apareci¨® con una m¨¢scara tapando su cara, detuvo su espect¨¢culo para hablar en plan predicador sobre sus proyectos y las cr¨ªticas que recibe. "Soy un dise?ador, un m¨²sico, un m¨¢nager. Los medios tratan de deshumanizar a la gente que cree en s¨ª misma. Que le jodan a lo que cualquiera piense, esto va de los sue?os de Kanye".
The Clash?en Filadelfia en 1982
El punk naci¨® para acabar con toda la megaloman¨ªa del rock de los dinos¨¢urios de los setenta, pero conectaba de maravilla con la generaci¨®n anterior, la que lo ciment¨® todo durante los a?os sesenta. Por eso, The Clash terminaron en 1982 como artistas invitados en varios grandes conciertos en estadios de Estados Unidos de The Who, una de las bandas favoritas de Joe Strummer.
Los aspirantes gozaban entonces de un pico de popularidad gracias al ¨¢lbum Combat Rock, pero eso no significaba que los fans estadounidenses fueran a abrazar a esa banda de jovenzuelos ingleses. Fueron noches locas en estadios como el JFK de Philadelphia o el Shea Stadium de Nueva York, hist¨®ricas para quienes asistieron por diferentes motivos.
En la web de fans especializada www.thewholive.net se comenta repetidamente que los teloneros fueron pitados y humillados concierto tras concierto. "The Clash fueron tratados de manera abominable. El p¨²blico empez¨® a abuchearles nada m¨¢s ser presentados. Todo tipo de basura fue lanzada la escenario y recuerdo que Joe Strummer fue golpeado por una manzana en la cara. A Mick Jones le dieron con una botella de refresco que luego cogi¨® y se bebi¨®n", rememora un usuario, ejemplificando lo que fue la norma en aquellos recitales del oto?o de 1982. Justo cuando iba a empezar la cuesta abajo de The Clash. Aunque esa es otra historia para otro rato.
"?bamos conduciendo hacia un concierto en San Bernardino con Black Sabbath en 1978 y vi una marquesina que dec¨ªa: 'Los reyes del heavy metal contra los reyes del punk rock'. Pens¨¦: 'Dios, tenemos problemas", rememor¨® el guitarrista Johnny Ramone
Nirvana en Buenos Aires en 1992
En octubre de 1992, Nirvana fueron recibidos en Buenos Aires con toda la proverbial locura del p¨²blico argentino, m¨¢s que predispuesto para su concierto del 30 de octubre de 1992 en el Estadio Jos¨¦ Amalfitani de V¨¦lez. Pero buena parte de los 20.000 asistentes se pasaron de revoluciones y no dejaron de insultar y arrojar objetos a Calamity Jane, la banda de chicas telonera invitada por Nirvana.
Seg¨²n cont¨® la l¨ªder del grupo a Clar¨ªn, Gilly Ann Hanner, Kurt consider¨® la opci¨®n de no salir a tocar en respuesta a esa afrenta sexista, pero lo hizo para no romper el contrato y para evitar una revuelta. Eso s¨ª, lo que el grupo perpetr¨® esa noche fue una burla en toda regla, en la que pagaron justos por pecadores.
Escogieron canciones desconocidas de su repertorio, caras-b y canciones de lo que meses despues ver¨ªa la luz como?Incesticide, su disco de rarezas. Concesiones, las justas. Incluso amagaron varias veces con el riff inicial de?Smells like teen spirit pero nunca la tocaron entera, provocando el mosqueo generalizado de un p¨²blico que ni por asomo sab¨ªa lo que estaba pasando y se quejaba en vano con gritos y silbidos.
En el libreto del disco?Incesticide, Kurt mostr¨® una lista de cosas buenas y malas vividas por el grupo en los meses de su ascensi¨®n descontrolada hacia el ¨¦xito y ah¨ª hab¨ªa una frase que lo resum¨ªa todo: "O pagarle 5.000 d¨®lares a las Calamity Jane para que sean interrumpidas por 20.000 machitos en Argentina".
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