Georgina Cisquella: ¡°No hace falta ser pobre para tener problemas con la vivienda¡±
La periodista y directora presenta ¡®D¨®nde Vamos a vivir¡¯, un documental que homenajea el papel de las mujeres en la lucha por una vivienda digna
M¨¢s de media vida en RTVE da para mucho: corresponsal diplom¨¢tica, directora de La 2 Noticias y Miradas 2, presentadora de informativos y periodista especializada en el conflicto pol¨ªtico y social. Despu¨¦s de una larga trayectoria, Georgina Cisquella (Barcelona, 69 a?os) admite que no hace falta viajar lejos para mirar de frente a la injusticia social: ¡°Saliendo de nuestra burbuja y observando, ya entramos en contacto con la precariedad, la pobreza o la soledad¡±, puntualiza durante una llamada telef¨®nica. Prestar atenci¨®n a lo que ocurre a su alrededor le ha hecho combinar los guiones de informativos con la direcci¨®n de documentales de denuncia como El efecto Iguaz¨² (2002)¨D Goya a la mejor pel¨ªcula documental¨D, Ox¨ªgeno para vivir (2011) y Hotel Explotaci¨®n: Las kellys (2018). Ahora Cisquella dirige su mirada hacia la vivienda y el feminismo en ?D¨®nde vamos a vivir?, el documental que retrata los movimientos sociales por el derecho a una vivienda digna.
Tres a?os escuchando a las mujeres de las plataformas de vivienda de Madrid no son suficientes. ¡°La vivienda necesitar¨ªa una serie entera. Puse el foco en la gente vulnerable, pero pienso mucho en la burbuja del alquiler, en los j¨®venes que no pueden permitirse una habitaci¨®n. No hace falta ser pobre con solemnidad para tener problemas con la vivienda¡±, admite. El germen del documental est¨¢ en el EKO¨Despacio sociocultural autogestionado¨D del madrile?o barrio de Carabanchel, concretamente en la asamblea ¡°Feminismo y vivienda¡±. ¡°Yo no iba buscando mujeres, pero en las reuniones eran mayor¨ªa, eran mujeres las que sosten¨ªan el meg¨¢fono en las manifestaciones y las que iniciaban los c¨¢nticos en las movilizaciones¡±, recuerda la periodista.
Las mujeres encabezan la defensa de su propio hogar: en Espa?a representan el 90% del liderazgo de los movimientos que denuncian las consecuencias de la crisis hipotecaria, el aumento abusivo de los alquileres, el control del mercado por parte de los fondos buitre y la falta de vivienda p¨²blica. ¡°Claro que afecta a los hombres, pero hay muchas mujeres solas con hijos a su cargo y sueldos precarios: madres separadas, mujeres migrantes sin apoyo familiar en Espa?a o v¨ªctimas de violencia de g¨¦nero. Creo que entre nosotras es m¨¢s f¨¢cil tejer redes de apoyo¡±, explica Cisquella. El documental homenajea la persistencia de los movimientos sociales que trabajan para que la vivienda sea un derecho: ¡°Hay casos desesperantes, la gente llega llorando, asustada y perdida. Los sindicatos de vivienda no tienen una varita m¨¢gica, no pueden darte una casa, pero acompa?an y movilizan¡±.
¡°Tuve la suerte de ser una de las adjudicatarias de vivienda p¨²blica de la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo(EMVS de Madrid) en 2006, el propio Gallard¨®n nos dio las llaves de casa. Fue un d¨ªa emocionante porque comenz¨¢bamos una nueva etapa. Iba a formar mi hogar¡±, cuenta Isabel, una de las participantes del documental. Apenas siete a?os despu¨¦s, ¡°su vida se convirti¨® en un calvario¡±, cuando la EMVS vendi¨® el bloque al fondo buitre Fidere. Cisquella explica que la mayor¨ªa de personas que buscan ayuda en las asambleas vecinales desconocen qui¨¦n es el propietario de su casa. ¡°No saben qui¨¦n est¨¢ detr¨¢s del piso, ni a qui¨¦n se tienen que dirigir¡±. Vecinos y voluntarios asesoran y se movilizan para frenar los desahucios.
¡°Algunos agitan el fantasma de los ocupas, como si ellos fueran el problema. Se olvidan de que la burbuja del alquiler ha sucedido a la de la crisis hipotecaria, que los fondos buitre han invadido el mercado¡±, critica Cisquella. A sus 70 a?os y con un nieto a su cargo, Dolores, otra de las mujeres que protagonizan el documental, subraya que quien ocupa una vivienda no lo hace por gusto: ¡°Mi pensi¨®n es de 600 euros y con el alquiler nos quedaban 59 euros para vivir y comer. Solicit¨¦ todas las ayudas y me dec¨ªan que no daba el perfil¡±, cuenta esta mujer que ahora vive en un piso propiedad de la Sareb que llevaba vac¨ªo cinco a?os. ¡°Ocupar no es una decisi¨®n f¨¢cil, conlleva muchos riesgos, quien decide hacerlo es porque no tiene otra salida¡±, a?ade Cisquella.
¡°Espa?a est¨¢ a la cola de Europa en vivienda p¨²blica y social, las colas para solicitarla son interminables. Parec¨ªa que despu¨¦s de la crisis hipotecaria hab¨ªamos aprendido, pero ahora nos enfrentamos a la burbuja del alquiler¡±, se lamenta Cisquella. El precio del alquiler se ha disparado en los ¨²ltimos a?os, complicando mucho a personas con sueldo medio alquilar un piso en ciudades como Madrid, Barcelona o Marbella. Espa?a encabeza las estad¨ªsticas europeas de inquilinos de bajos ingresos que viven asfixiados por las rentas. En los portales inmobiliarios, el precio medio de las viviendas supera el 30% del salario m¨ªnimo interprofesional en m¨¢s de 20 provincias. En la primera asamblea a la que asisti¨® Cisquella, una mujer cont¨® que hab¨ªan juntado tres n¨®minas para intentar alquilar un piso y que no era suficiente. ¡°Las inmobiliarias actualmente te hacen un casting, las n¨®minas ten¨ªan que ser al menos de 800 euros, y si no llegas a esa renta... ?C¨®mo te atreves a pedir un piso?¡±, dice Cisquella.
La vivienda es una de las principales preocupaciones de los espa?oles y mientras la situaci¨®n no cambie, Cisquella toma ejemplo de las mujeres a las que dedica este documental: ¡°Tienen una energ¨ªa y una capacidad de resistencia incre¨ªble, no se resignan, no desfallecen. Salen a la calle y se mantienen al frente de la historia¡±, termina.
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