El Madrid que enamor¨® a Antonio Machado
La capital preside la Red de Ciudades Machadianas y ofrece un recorrido para conocer las casas y los rincones que m¨¢s frecuentaba el poeta, que vivi¨® casi 30 a?os en la ciudad
¡°?Madrid, Madrid; qu¨¦ bien tu nombre suena, rompeolas de todas las Espa?as!¡±. Estos versos de Antonio Machado son un reflejo del idilio que tuvo el poeta sevillano con esta ciudad, a la que lleg¨® con tan solo ocho a?os. Lo que m¨¢s le gustaba eran los caf¨¦s literarios, en donde compart¨ªa sus inquietudes con otros intelectuales de la ¨¦poca. La abandon¨® porque no le qued¨® m¨¢s remedio, al no poder vivir de la escritura, su gran pasi¨®n. Por eso huy¨® de la precariedad sac¨¢ndose una plaza como profesor de franc¨¦s, lo que le condujo a asentarse en otros lugares. Pero siempre que pod¨ªa volv¨ªa al calor de sus gentes y al bullicio de sus calles. Madrid le hac¨ªa sentirse libre y estuvo presente como un constante y amado pensamiento. A pesar de que vivi¨® casi 30 a?os en ella, algunos desconocen la relaci¨®n del poeta con esta regi¨®n que tanto le dio durante su juventud y parte de su madurez.
La Red de Ciudades Machadianas es un proyecto que se cre¨® en 2009 y al que se unieron los lugares en los que Antonio Machado pas¨® alguna etapa destacada de su vida y que influyeron en su obra. Las fundadoras fueron seis: Sevilla, Soria, Baeza, Segovia, Rocafort y Collioure (Francia). Madrid se adscribi¨® una d¨¦cada despu¨¦s, cuando gana por goleada al resto de ciudades: en Segovia pas¨® 12 a?os y en Sevilla, ocho. La presidencia de esta Red se va rotando y ahora le ha tocado el turno a la capital. De ah¨ª que el Ayuntamiento haya programado durante la temporada mayo-julio la visita Machado en Madrid, un recorrido de dos horas que se enmarca dentro de Pasea Madrid, una iniciativa que busca acercar de forma gratuita la historia de la comunidad a sus ciudadanos.
Se dice que un poeta canta a lo que pierde: el amor, un ser querido, la juventud o la patria, y Antonio Machado perdi¨® las cuatro. Quiz¨¢s la melancol¨ªa que desprenden sus poemas bebe de las tragedias que padeci¨®, como la muerte de sus familiares, el temprano abandono de su mujer, Leonor Izquierdo, a causa de una tuberculosis, o su marcha al exilio durante la Guerra Civil. Aunque era una persona sociable, Javier Mart¨ªnez, gu¨ªa cultural durante este recorrido biogr¨¢fico, se?ala que muchos cuentan que ni su madre le vio sonre¨ªr.
Porque el poeta se ba?aba en un lago de tristeza y era una persona seria, a pesar de que disfrutaba de la vida bohemia de la capital acudiendo a las fiestas, a los teatros, a los tablaos, a la ¨®peras y a los toros junto a su hermano Manuel, compa?ero inseparable de alegr¨ªas y penas, con el que se llevaba 11 meses.
El paseo comienza en la calle de Claudio Coello, 16, la primera vivienda de Antonio Machado. Sus padres escogieron esa ubicaci¨®n porque estaba cerca la Instituci¨®n Libre de Ense?anza, a la que acudieron ¨¦l y sus hermanos. ¡°Aqu¨ª solo vive un a?o, es una contante de la juventud de Machado. Hasta los 32 a?os, cuando se va a Soria, pasar¨¢ por 10 casas diferentes. La familia nunca fue muy acomodada. Al principio s¨ª que vivieron mejor, por eso estuvieron en este ensanche de Salamanca, despu¨¦s en la calle del Almirante, 3, en Fuencarral, 46, pero ir¨¢n a casitas cada vez peores por p¨¦rdida de poder adquisitivo¡±, explica Javier Mart¨ªnez. Ninguna de estas casas dispone de placa del Ayuntamiento, excepto una de ellas, colocada por la Sociedad General de Autores.
Otra de las paradas es en los jardines de la Biblioteca Nacional en donde se encuentra la escultura Interpretaci¨®n al retrato de Antonio Machado, que se coloc¨® en 2007. Por primera vez desde la muerte del poeta se hizo un acto para honrarle en Baeza al que iban a acudir grandes personalidades como Joan Mir¨®. Corr¨ªa el a?o 1966. Se reuni¨® tanta gente que las autoridades se pusieron nerviosas y disolvieron el encuentro. La escultura se instal¨® entonces en Madrid y estuvo 15 a?os en la casa del artista Pablo Serrano, que la don¨® al ser es aceptado en la Academia de Bellas Artes de San Fernando. En Madrid hay dos esculturas con su busto, esta misma y una en Valdezarza. Tambi¨¦n tres en el extranjero: en el centro Pompidou, el MoMA y la Universidad de Brown, en Rhode Island.
Los teatros tambi¨¦n forman parte del Madrid de Machado y de su trayectoria como autor. Esta faceta del poeta es m¨¢s desconocida, al igual que lo son sus ensayos filos¨®ficos que algunos eruditos consideran al nivel de los de Ortega y Gasset. El teatro Mar¨ªa Guerrero estren¨® en 1926 con gran ¨¦xito Desdichas de la fortuna o Julianillo Valc¨¢rcel, de Manuel y Antonio Machado. Fue un encargo de Guerrero, que se qued¨® prendaba de la forma de escribir de estos hermanos, tras ver sus versiones de El condenado por desconfiado de Tirso de Molina y Hernani de V¨ªctor Hugo en el Teatro Espa?ol, donde esta visita concluye.
El Caf¨¦ de Fornos que ahora se ha convertido en un Starbucks, era uno de los sitios predilectos del poeta, asiduo a las tertulias literarias frecuentadas por la intelectualidad del momento. Casi toda la Generaci¨®n del 98, de la que Machado form¨® parte, entablando una profunda amistad con el mayor de todos, Miguel de Unamuno, quiso vivir en Madrid para retroalimentarse de su boyante c¨ªrculo cultural. Este y otros rincones forman parte de la memoria del poeta; recuerdos sellados entre las calles de una ciudad que, en sus propias palabras, siempre sonre¨ªa con plomo en las entra?as.
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