Radiograf¨ªa de los 50 a?os de Pacha Ibiza: ¡®hippies¡¯, estrellas de cine y DJs millonarios
La discoteca m¨¢s antigua de la isla cumple medio siglo de noches de m¨²sica y fiesta, convertida en una factor¨ªa de ¡®disc jockeys¡¯ de fama mundial y en pasarela de rostros conocidos cada verano
Corr¨ªa el a?o 1973 y Espa?a, sin todav¨ªa saberlo, a¨²n ten¨ªa por delante dos a?os hasta que llegaran los primeros estertores del franquismo. El conjunto vasco Mocedades hab¨ªa quedado en el segundo puesto del festival de Eurovisi¨®n con la balada Eres t¨² y la censura impuesta por el r¨¦gimen llevaba a los espa?oles a cruzar la frontera francesa para hacer cola en los cines y ver de tapadillo El ¨²ltimo tango en Par¨ªs. En esa Espa?a oscura y amordazada de Franco a¨²n resist¨ªan reductos de relativa libertad. J¨®venes europeos, hartos de los nuevos modelos sociales, y norteamericanos, que hu¨ªan de la llamada a filas para luchar en la guerra de Vietnam, hab¨ªan comenzado a asentarse en la isla de Ibiza, contagiados del movimiento hippy surgido en la ciudad californiana de San Francisco en contestaci¨®n al creciente ambiente b¨¦lico. Grupos de j¨®venes desinhibidos que encontraron en la isla blanca un lugar de tranquilidad, bendecido con un clima c¨¢lido y alejado de las grandes urbes que les permit¨ªa abrazarse al nihilismo.
En ese ambiente, oasis de libertad en mitad de la represi¨®n, el empresario catal¨¢n Ricardo Urgell plant¨® la semilla de Pacha Ibiza, que este verano cumple medio siglo de m¨²sica y fiesta convertido en el club pionero de la industria musical ibicenca, factor¨ªa de estrellas de la electr¨®nica y pasarela, cada verano, de rostros conocidos ¨¢vidos de disfrutar sin freno de sus juergas m¨¢s se?aladas. Ocho a?os antes de Ibiza, el avezado Urgell hab¨ªa abierto Pacha Sitges, su primer negocio musical en la costa catalana que hab¨ªa echado a andar despu¨¦s de reconvertir una antigua mas¨ªa de la zona en el club nocturno de moda. Con la m¨²sica de Los Beatles y consumiciones a 150 pesetas, decidi¨® clonar su f¨®rmula de ¨¦xito para arrancar el mismo negocio en una casa estilo pay¨¦s de Ibiza. Y funcion¨®.
Con apenas 15 empleados, en 1973 se inaugur¨® la discoteca, frecuentada por grupos de j¨®venes de todas las nacionalidades que se conoc¨ªa de los ambientes bohemios de la isla. Por aquel entonces, el popular relaciones p¨²blicas Carlos Martorell ya llevaba diez a?os frecuentando la isla y se hab¨ªa encargado de difundir sus virtudes entre sus amigos de la pen¨ªnsula, a los que, junto a Oriol Reg¨¤s, due?o de la m¨ªtica discoteca Bocaccio, reuni¨® en un vuelo de la disuelta Spantax y aloj¨® varios d¨ªas en el m¨ªtico hotel Montesol para que disfrutaran de un recorrido por Ibiza. ¡°El d¨ªa de la inauguraci¨®n, Ricardo hab¨ªa tra¨ªdo para hacer de portero a un chico de Sitges. Llegaron mis invitados, entre ellos la mujer m¨¢s guapa de la isla, Mar¨ªa de Sotomayor, a la que llam¨¢bamos Mar¨ªa La Portuguesa, con una blusa que le transparentaba los pezones y el portero no le dejaba entrar. Al final, termin¨¦ poni¨¦ndome yo en la puerta¡± cuenta Martorell.
Fueron tiempos en los que al grupo de conocidos que frecuentaba la discoteca se les apodaba The Family (La familia) y en los que los reyes de Bulgaria bailaban tranquilamente en la pista con m¨²sicos y cantantes en directo. ¡°Entonces no hab¨ªa m¨®viles, la gente no se daba cuenta y los famosos pasaban desapercibidos, mezclados con el p¨²blico¡±, cuenta el relaciones p¨²blicas. En los setenta y los ochenta aguantaba la m¨²sica de la ¨¦poca, con bandas que tocaban en directo. No exist¨ªan las zonas reservadas y los hippies descalzos bailaban con cantantes y actores. ¡°En las fiestas de entonces no hab¨ªa actuaciones, ni bailarinas, ni nada. Eran muy desmadradas. Todo era muy espont¨¢neo y siempre decimos que all¨ª no exist¨ªan los apellidos. El que los ten¨ªa manten¨ªa a los que no¡± cuenta Toni Riera, fot¨®grafo catal¨¢n de la noche ibicenca que durante d¨¦cadas ha retratado las fiestas de la discoteca. Lleg¨® de Barcelona la noche de la inauguraci¨®n porque conoc¨ªa a la familia Urgell de Sitges y solo regres¨® a la capital catalana para recoger sus b¨¢rtulos y trasladarse a la isla, donde comenz¨® lavando vasos en Pacha para m¨¢s tarde convertirse en el retratista oficial de los jolgorios nocturnos.
Desembarco de DJs
En la d¨¦cada de los noventa, el concepto de la fiesta empez¨® a cambiar con la llegada de empresarios brit¨¢nicos que importaron las fiestas enlatadas, esas que llegaban con nombre propio y que fueron tan populares hasta la d¨¦cada de los dos mil. ¡°Manumission, La Toya, Cocoon, Matin¨¦... todas eran fiestas con concepto. Lo importante entonces era la idea en s¨ª de la fiesta, que creaba marca y comunidad porque se hac¨ªa cada semana¡±, seg¨²n cuenta Jessica Capaz, directora art¨ªstica del grupo Pacha. Estas fiestas llegaban con la m¨²sica, el espect¨¢culo art¨ªstico, los pinchadiscos y el decorado cerrado y se realizaban un d¨ªa a la semana en programaciones durante todo el verano. ¡°En los inicios, la gente era la que hac¨ªa el show, pero despu¨¦s todo ha ido evolucionando y ahora el p¨²blico va, principalmente, a ver al DJ¡± cuenta el fot¨®grafo Riera.
A partir de los dos mil, fueron los DJ quienes empezaron a tener categor¨ªa de estrella: se pagaban millonadas para tener a los mejores y Pacha se convirti¨® en uno de los trampolines para la carrera de algunos de los que ahora llenan las salas y los festivales. Roger S¨¢nchez, Eric Morillo o el archiconocido David Guetta comenzaron pinchando en la cabina de Pacha Ibiza, que fue una de las pioneras en dar un giro a la fiesta para enfocarla en la figura del pinchadiscos. ¡°Al inicio de los dos mil se empieza a ver el cambio y al final de la primera d¨¦cada la figura del DJ empieza a marcar, sin duda, el protagonismo de las fiestas. La cabina se mueve de la esquina al centro absoluto de la sala para que el artista pueda tener m¨¢s conexi¨®n con el p¨²blico¡± explica Capaz. Las caras de los pinchadiscos llenan ahora las vallas publicitarias de la isla con las promociones de las discotecas, donde ya no importa tanto el nombre de la fiesta, sino qui¨¦n pone la m¨²sica.
Pasarela de famosos
Durante estos 50 a?os por la discoteca, han pasado celebridades de todo tipo. Desde royals como Ernesto de Hannover a celebridades del mundo del cine como Roman Polanski o Anne Hathaway, el dise?ador Valentino o deportistas como Niki Lauda. Decenas de cantantes y actores espa?oles como Julio Iglesias, Lola Flores, pasando por Pedro Almod¨®var o Miguel Bos¨¦, la frecuentaron en los ochenta y los noventa. ¡°Los famosos espa?oles ven¨ªan porque en invierno iban a Pacha Madrid y despu¨¦s toda la gente famosa se juntaba en Ibiza¡± cuenta Francisco Ferrer, embajador de la marca que ha trabajado durante 38 a?os para el grupo. Antes, las celebridades pasaban desapercibidas, pero ahora, en la era de la exposici¨®n y las redes sociales, se refugian en las zonas reservadas, perdiendo esa esencia originaria de las primeras fiestas.
Aunque los m¨¢s veteranos a?oran los primeros a?os de la discoteca ¡°porque todo era m¨¢s libre¡±, el p¨²blico y la forma de divertirse han cambiado en medio siglo. ¡°Antes lo que escuchabas en verano, en Ibiza, se escuchaba en el resto de ciudades en invierno. Ahora, con la globalizaci¨®n, se ha perdido algo de la magia que ten¨ªa la novedad¡±, explica Ferrer. Con todo, la discoteca es un cl¨¢sico de la isla que seguir¨¢ adapt¨¢ndose a las nuevas tendencias y a la espera de ver c¨®mo les afecta la compra por parte de Five Holdings, un consorcio de ocio nocturno propiedad del empresario indio Kabir Mulchandini, que la adquiri¨® a otro fondo despu¨¦s de que Ricardo Urgell se desprendiera de ella en 2017. ¡°Toda la industria de la m¨²sica y el entretenimiento mira a Ibiza para inspirarse, as¨ª que seguiremos estrujando nuestra creatividad¡±, asegura Capaz.
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