El creador de la portada del ¡®Revolver¡¯ de los Beatles: ¡°Cobr¨¦ solo 40 libras, pero lo habr¨ªa hecho gratis¡±
El bajista y dise?ador alem¨¢n Klaus Voormann descubri¨® a los Beatles cuando eran unos imberbes desconocidos sobre un escenario de Hamburgo y a?os despu¨¦s les propuso, en plena ola de la psicodelia colorista, romper con una portada en blanco y negro
La vida de Klaus Voormann (Berl¨ªn, 84 a?os) cambi¨® la noche del 16 de octubre de 1960, tras marcharse de la casa de su novia de entonces, Astrid Kirchherr, con la que hab¨ªa discutido. Acab¨® solo, con una cerveza, en el Kaiserkeller (que, traducido, tiene el curioso nombre de ¡°el s¨®tano del emperador¡±), un bar de mala muerte en el problem¨¢tico distrito de St. Pauli de Hamburgo (Alemania). ?l era amante del jazz y nunca hab¨ªa asistido a un concierto de rock. Pero, al igual que les sucediera a tantos otros en los a?os siguientes, acab¨® rendido ante el grupo que tocaba en el escenario. ¡°Me fascin¨® el sonido que eran capaces de crear esos ni?os¡±, recuerda 62 a?os despu¨¦s en conversaci¨®n telef¨®nica desde su estudio en Baviera. Sobre las tablas, tras apenas dos meses en la ciudad, John Lennon (de entonces 20 a?os), Paul McCartney (de 18) y George Harrison (de 17), adem¨¢s de Stuart Sutcliffe (bajo) y Pete Best (bater¨ªa).
Voormann y su novia Kirchherr se hicieron amigos de los Beatles. Les dieron de comer, los llevaron al cine y a exposiciones, inventaron sus legendarios peinados y sacaron sus primeras fotos. Kirchherr y Sutcliffe, el bajista, se enamoraron y ¨¦l dej¨® la banda. Los Beatles regresaron a Inglaterra y un a?o y medio despu¨¦s, a finales 1963, explot¨® la Beatleman¨ªa. En 1966, sin embargo, John, Paul, George y Ringo estaban hastiados de unas giras cada vez m¨¢s problem¨¢ticas, y hab¨ªa nacido en ellos el inter¨¦s por la experimentaci¨®n, el estudio de grabaci¨®n, el vanguardismo art¨ªstico y la cultura india. Disfrutaban de la marihuana y comenzaban a coquetear con el LSD. El a?o anterior hab¨ªan dado un salto de madurez con Rubber Soul, pero no era suficiente. Quer¨ªan hacer arte, adem¨¢s de vender discos. Era el turno de Revolver, su s¨¦ptimo ¨¢lbum en tres a?os. Y necesitaban una portada.
¡°Estaba en casa, pronto por la ma?ana¡±, relata Voormann, quien un par de a?os antes se hab¨ªa mudado a Londres. ¡°Hab¨ªa pasado la noche fuera, as¨ª que estaba d¨¢ndome un ba?o, relaj¨¢ndome. Y son¨® el tel¨¦fono¡±. Rememora el fastidio que sinti¨® al tener que secarse para atender la llamada. ¡°Hey, soy John¡±, bram¨® la voz en el auricular. ¡°?Qu¨¦ John?¡±, cuenta que replic¨®. ¡°A Lennon le molest¨® bastante que no reconociese su voz¡±, r¨ªe. Fue entonces cuando el de Liverpool le hizo la pregunta. ¡°?Tienes alguna idea para una portada?¡±. Al poco tiempo, Voormann acudi¨® a los Estudios EMI (hoy rebautizados como Abbey Road Studios). ¡°El grupo estaba ah¨ª, George Martin [el productor de todos sus discos, excepto el Let it be] estaba ah¨ª. O¨ªmos el disco entero¡±.
¡°Fue algo fant¨¢stico. Indescriptible¡±, rememora Voorman. ¡°Era un gran paso hacia el futuro. Las canciones eran fuertes. Y las grabaron de una forma simple, sin demasiada orquestaci¨®n o coros. Eran muy directas, muy personales. Eso me encant¨®¡±.
La amistad entre Voormann y los Beatles se hab¨ªa fraguado apenas tres d¨ªas despu¨¦s de aquella primera noche, cuando les mostr¨® a un amigo y a Kircherr su descubrimiento musical. ¡°En Hamburgo estaban muy solos, nadie cuidaba de ellos. No eran m¨¢s que unos ni?os: George Harrison apenas ten¨ªa 17 a?os¡±. Una edad poco apropiada para aquel ¡°entorno de prostituci¨®n, proxenetas, g¨¢nsteres, delincuentes¡±. Al mes siguiente, de hecho, Harrison ser¨ªa deportado por trabajar siendo menor de edad. El dise?ador defiende su amistad seis d¨¦cadas despu¨¦s. ¡°Es lo que tiene conocer alguien antes de que se hagan famosos. Con toda la gente que se encontraron despu¨¦s siempre tuvieron la duda de si quer¨ªan su amistad o no hab¨ªa m¨¢s que inter¨¦s por su parte¡±. Por eso, cuando Voormann decidi¨® trasladarse a Londres, Harrison y Starr le hicieron un hueco en su apartamento, aprovechando que McCartney y Lennon se hab¨ªan mudado con sus parejas Jane Asher y Cynthia Lennon.
Llamada de Lennon
En Londres, Voormann comenz¨® a labrarse una carrera como dise?ador. Hasta que lleg¨® la llamada de los Beatles. Tras o¨ªr las canciones, el alem¨¢n pas¨® las siguientes tres semanas en la cocina de su peque?o apartamento en el norte de Londres. Era la ¨¦poca del colorido swinging London y el albor de la psicodelia, as¨ª que decidirse por el blanco y negro no era la opci¨®n m¨¢s c¨®moda. ¡°Se me ocurri¨®, se lo propuse, y respondieron con entusiasmo¡±, asegura. ¡°Estos chicos no eran est¨²pidos. Todo lo contrario. En esa ¨¦poca, todo estaba en color, as¨ª que lo consideraron una buena idea¡±. As¨ª, opt¨® por trabajar con bol¨ªgrafo y tinta negra, salpicada de partes recortadas de fotograf¨ªas de los miembros de la banda y formando una cascada de im¨¢genes. ¡°Fue un proceso muy trabajoso: dibujando, recortando, escaneando... Ojal¨¢ hubiese contado con la tecnolog¨ªa actual¡±. Para m¨¢s detalles, el propio Voormann cont¨® en 2016 toda la historia de la creaci¨®n de la portada en el libro c¨®mic El nacimiento de un icono. Revolver 50 (editado en Espa?a por Milenio).
¡°Cuando recibo un encargo comercial, me siento y escribo las ideas que me vienen¡±, explica. ¡°Ten¨ªa claro que hab¨ªa que pensar en los fans acostumbrados a canciones como Love me do o I wanna hold your hand y, prepararlos para que, de repente, se topasen con Tomorrow never knows, con sus loops, con cintas y solos de guitarra reproducidos al rev¨¦s. Ten¨ªa que tender un puente¡±.
La portada resultante no fue el ¨²nico puente que tendi¨® ¡°el disco pop definitivo¡±, seg¨²n la definici¨®n de Allmusic, veterana base de datos considerada una de las biblias musicales de Internet. El LP es un fijo en los primeros puestos de los listados de mejores ¨¢lbumes de la historia elaborados por revistas como Rolling Stone, constituy¨® la pasarela por la que la prehistoria del pop entr¨® en una nueva era en la que se explotaron Jimi Hendrix, Pink Floyd, Brian Wilson y sirve casi como declaraci¨®n fundacional de la m¨²sica pop como arte.
Un disco que ofrece los destellos de un Lennon en estado de gracia (no solo por la revoluci¨®n sonora de Tomorrow never knows, sino tambi¨¦n por perlas de protorrock alternativo como And your bird can sing o, incluso, jalones de la m¨²sica popular como Yellow submarine). McCartney se muestra igualmente brillante, pero m¨¢s formal en sus experimentos (devanea por diversos estilos, como Eleanor Rigby, Got to get you into my life, y ofrece una de las canciones de amor m¨¢s bonitas del cuarteto, Here, there and everywhere). Harrison, finalmente, explota como compositor con tres aportaciones (por primera vez): un brillante rock sin atajos (Taxman), una herencia de sus coqueteos con las drogas alucin¨®genas (I want to tell you) y la que probablemente sea su mejor incursi¨®n en la m¨²sica india (Love you to).
Por su trabajo artesanal, Voormann apenas cobr¨® 40 libras de entonces. ¡°Me dijeron en la discogr¨¢fica que no se pod¨ªa pagar m¨¢s por una portada¡±, r¨ªe. ¡°De todos modos, en ese momento lo habr¨ªa hecho gratis. Estaba tan orgulloso que no pens¨¦ demasiado en lo que iba a cobrar y no quise presionar¡±. El encargo, al menos, lo catapult¨® a la fama internacional. Se uni¨® a Manfred Mann, banda que entre 1966 y 1969 goz¨® de un ¨¦xito considerable.
En 1967 gan¨® el premio Grammy a la mejor portada. En los primeros setenta se mud¨® a Los Angeles y despunt¨® como bajista de sesi¨®n en alguno de los grandes discos de la d¨¦cada: All things must pass y Living in the material world, de George Harrison y fue el bajista titular en el Concierto para Bangladesh, de 1971. Toc¨® en casi todos los discos en solitario de John Lennon (incluido Plastic Ono Band, Imagine y Live Peace in Toronto, junto a Eric Clapton, el primer disco en directo editado por un beatle); Transformer de Lou Reed; Nilsson Schmilsson, de Harry Nilsson (el llamado beatle norteamericano). Y tambi¨¦n en tres de los mejores discos de Ringo Starr. Su ¨²ltimo gran trabajo como dise?ador data de 1995, cuando dise?¨® las portadas de los tres vol¨²menes del enciclop¨¦dico Anthology de los Beatles.
¡°Me acuerdo mucho de aquella ¨¦poca, por supuesto. De tocar con John, con George... Pero eso es el pasado. Disfrut¨¦ mucho de ello, pero se acab¨®¡±. La m¨²sica ha perdido el sentido para Voormann. O eso cuenta. ¡°Cuando volv¨ª a Alemania [en 1979] comenc¨¦ una carrera como productor. Pero no me gustaba. Y tampoco quer¨ªa tener nada que ver con el bajo. Estaba malacostumbrado a tocar con tantos m¨²sicos fant¨¢sticos que en mi pa¨ªs perd¨ª el inter¨¦s¡±. Y pesan los a?os en el cuerpo. ¡°Mis manos ya no funcionan como antes¡±, admite. ¡°No puedo tocar la guitarra, no puedo tocar el piano, no puedo tocar el bajo¡¡±.
La pregunta final es obvia: ?Es Revolver su disco preferido de los Beatles? ¡°Ay...¡±, comienza a responder. ¡°Siempre me olvido de los nombres. El que iba justo antes de Revolver¡ ?cu¨¢l era...?¡±. Suelta una especie de gemido. ¡°?Rubber Soul! Revolver y Rubber Soul. S¨ª, me quedo con esos dos¡±.
¡®Revolver¡¯ est¨¢ desde hoy a la venta en todo el mundo en tres ediciones ampliadas y remezcladas en est¨¦reo y Dolby Atmos desde el m¨¢ster original en mono por el productor Giles Martin (hijo de George Martin) y el ingeniero de Abbey Road Sam Okell.
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