Los socialistas viran a la izquierda en busca del electorado perdido
A ambos lados del Atl¨¢ntico, los partidos buscan respuestas progresistas a una globalizaci¨®n y revoluci¨®n tecnol¨®gica que les ha dejado sin parte de su base
¡°O bella ciao¡±. Varios miembros socialistas de la nueva Comisi¨®n Europea, entre ellos el vicepresidente primero, Frans Timmermans, terminaron hace unos d¨ªas una de sus primeras reuniones en Estrasburgo entonando el redescubierto himno de la lucha antifascista. Pero el entusiasta coro, m¨¢s que un supuesto esp¨ªritu revolucionario, ilustra la tentaci¨®n de girar a la izquierda de una parte de la deshilachada familia socialdem¨®crata europea.
Para algunos de sus miembros, sobre todo los meridionales, la vuelta a las esencias podr¨ªa ser la v¨ªa para recuperar un electorado que ha huido de unos partidos cuya agenda social y econ¨®mica ha sido sustituida en parte por reivindicaciones transversales como los derechos de las minor¨ªas, la igualdad de g¨¦nero o la lucha contra el cambio clim¨¢tico. En los pa¨ªses n¨®rdicos, donde la socialdemocracia aguanta, prefieren perseverar en una tercera v¨ªa que combina la defensa un Estado del bienestar hiperdesarrollado con la apuesta por la liberalizaci¨®n comercial y la flexibilidad laboral.
¡°Los socialdem¨®cratas y los socialistas europeos no tienen una visi¨®n clara sobre pol¨ªticas regulatorias y sociales, por lo que est¨¢n profundamente divididos entre los partidarios de un neoliberalismo con rostro humano y quienes siguen una ola retrosocialista a lo [Jeremy] Corbyn o [Jean-Luc] M¨¦lenchon¡±, diagnostica Sophie Pornschiegel, analista senior del European Policy Centre en Bruselas. El giro de la izquierda a la izquierda, en todo caso, es ya una realidad en pa¨ªses como Alemania, donde el SPD ha consumado un cambio de liderazgo en esa l¨ªnea; en el Reino Unido, donde los laboristas apuestan por el ideario izquierdista de Corbyn, o en Espa?a, con un posible Gobierno de PSOE y Unidas Podemos.
La marea llega tambi¨¦n al otro lado del Atl¨¢ntico, donde los dem¨®cratas, el pariente socialdem¨®crata estadounidense, se preparan para intentar batir a Donald Trump en 2020 con precandidatos como Bernie Sanders, considerado de ultraizquierda para los est¨¢ndares de Washington.
La duda entre las propias filas del socialismo es si la nueva tendencia es el comienzo de un viaje hacia ninguna parte o la refundaci¨®n de una familia pol¨ªtica que fue esencial en Europa y EE UU en el siglo XX y contribuy¨®, junto con la democracia cristiana, a jalonar un periodo de prosperidad e igualdad sin precedentes.
¡°El actual giro a la izquierda podr¨ªa ser el camino para mejorar los malos resultados electorales si la crisis de los partidos socialdem¨®cratas fuera solo en torno al alcance de la redistribuci¨®n, en un cl¨¢sico debate izquierda-derecha. Sin embargo, es muy probable que su declive se deba a muchos otros factores¡±, avisa Guntram Wolf, director del centro de estudios Bruegel en Bruselas.
Wolf no descarta que el giro d¨¦ alg¨²n resultado. Pero cree que el viejo esquema de izquierdas y derechas ¡°es demasiado estrecho para entender las nuevas l¨ªneas divisorias que cruzan la sociedad¡±. Y defiende que ¡°el declive de la socialdemocracia no se debe a la reciente crisis financiera, se hubiera producido en cualquier caso¡±.
La reducci¨®n del empleo en el sector industrial y la emergencia de nuevas categor¨ªas laborales en el sector servicio se citan como causas de una erosi¨®n socialdem¨®crata que dif¨ªcilmente se podr¨ªa corregir con el regreso a postulados izquierdistas del siglo XX. ¡°Los socialdem¨®cratas se han quedado sin base electoral¡±, concluye Pornschiegel. Esta analista cree que ni el giro a la izquierda ni la tercera v¨ªa bastar¨ªan por s¨ª mismas para salvar a la socialdemocracia de la pinza de los Verdes y la extrema derecha.
Jon¨¢s Fern¨¢ndez, eurodiputado socialista desde 2014, atribuye la p¨¦rdida de atractivo electoral al hecho de que el Estado, al menos en la UE, ha perdido gran parte de su capacidad para gravar rentas y beneficios o regular la actuaci¨®n de compa?¨ªas globales. ¡°En este entorno, la promesa redistributiva de la socialdemocracia resulta muy dif¨ªcil de implementar, porque el instrumento para reducir las desigualdades, el Estado, ha perdido potencia en su intervenci¨®n¡±, se?ala Fern¨¢ndez. El eurodiputado urge a crear ¡°una instituci¨®n p¨²blica con poder suficiente de intervenci¨®n en los mercados. Y ese camino pasa exclusivamente por Europa¡±.
Ese camino, sin embargo, parece cegado por la resistencia de la mayor¨ªa de los socios a mutualizar pol¨ªticas sociales en la UE. Guntram Wolf advierte de que si no hay movimiento en el frente de la redistribuci¨®n a nivel europeo, la convivencia entre democracia cristiana y socialdemocracia podr¨ªa estar en peligro. Y en ese caso la erosi¨®n de la socialdemocracia tambi¨¦n socavar¨ªa los cimientos pol¨ªticos de la UE.
A ambos lados del Atl¨¢ntico, los partidos socialdem¨®cratas miran a la izquierda a la b¨²squeda de respuestas progresistas a una globalizaci¨®n y revoluci¨®n tecnol¨®gica que les ha dejado sin parte de su electorado tradicional. En algunos casos, el hundimiento de los socialistas ha contribuido al ascenso de fuerzas consideradas de extrema izquierda.
Alemania, en ebullici¨®n
La izquierda alemana est¨¢ en plena ebullici¨®n. El partido socialdem¨®crata (SPD) ha consumado con la elecci¨®n de Norbert Walter-Borjans y Saskia Esken un claro viraje a la izquierda. Cientos de miles de militantes han querido girar el tim¨®n de un partido que se ha ido desplazando hacia el centro pol¨ªtico, perdiendo buena parte del apoyo. Si hoy se celebraran las elecciones, el SPD obtendr¨ªa apenas un 14% de los votos. A su izquierda, el postcomunista Die Linke, tambi¨¦n en plena redefinici¨®n, obtendr¨ªa en torno a un 10%.
El auge Verde y de la extrema derecha en Alemania han estrechado el espacio electoral de los socialdem¨®cratas, que buscan recuperarlo en un contexto crecientemente polarizado. Pero sienten sobre todo que ha sido la dilatada cohabitaci¨®n con los conservadores la que ha quebrado su identidad. El SPD ha gobernado 10 de los ¨²ltimos 14 a?os en gran coalici¨®n y para no pocos militantes esa es la causa de muchos de sus males. Sienten que el partido se desdibuja. Por eso en parte triunfan ahora con Walter-Borjans y Esken dos pol¨ªticos que aspiran a devolver el partido a sus esencias socialdem¨®cratas, informa Ana Carbajosa.
El Reino Unido, al borde del naufragio
Jeremy Corbyn es el salvavidas que ha permitido a la izquierda brit¨¢nica sobrevivir una d¨¦cada de socialdemocracia descafeinada (el Nuevo Laborismo de Tony Blair) y otra de austeridad descarnada (con el conservador de David Cameron). Y a la vez, el veterano l¨ªder es el lastre que impide, con sus prejuicios y sectarismo de tribu, dar una imagen de novedad a un pu?ado de ideas rescatadas del ba¨²l de la historia justo cuando el electorado estar¨ªa de nuevo dispuesto a considerarlas. ¡°Algunas de las cosas que propone suenan menos extremistas que hace 10 o 15 a?os¡±, explica Tony Travers, director de la London School of Economics, ¡°el centro pol¨ªtico de gravedad ha cambiado considerablemente¡±.
El programa electoral de 2019, ¡°el m¨¢s radical en muchas d¨¦cadas¡± seg¨²n Corbyn, ha espantado al mundo econ¨®mico, pero agrada los o¨ªdos del electorado de izquierdas. Sin embargo, es muy posible que los laboristas desaprovechen una oportunidad hist¨®rica por dos graves errores. La ambig¨¹edad de su candidato respecto al Brexit ha alejado votantes, y su lentitud en erradicar los episodios de antisemitismo en el partido han provocado la deserci¨®n de figuras moderadas y la sensaci¨®n de que el nuevo envoltorio esconde la misma mercanc¨ªa averiada, informa Rafa de Miguel.
Francia, un paisaje en ruinas
Las elecciones presidenciales de 2017 dejaron al borde de la extinci¨®n al Partido Socialista (PS), hegem¨®nico durante d¨¦cadas. Las gan¨® Emmanuel Macron, un exministro de un Gobierno socialista, con un nuevo partido de centro liberal, En Marche. Desde entonces, ning¨²n partido ha sustituido al PS. La izquierda populista de La Francia Insumisa no ha logrado consolidarse como alternativa y ve c¨®mo la extrema derecha del Frente Nacional se afianza como el primer partido obrero. El PS tampoco levanta cabeza. Su ala centrista se subi¨® al carro de Macron y parte de su ala izquierdista fund¨® Generation.s, que es marginal. El Partido Comunista sobrevive como puede. El ¨²nico brote es Europa Ecolog¨ªa / Los Verdes, que qued¨® tercero en las europeas y alberga la esperanza de aglutinar a la izquierda moderada. La paradoja es que, aunque Macron ha hecho pol¨ªticas de centroderecha y ha dejado libre un amplio espacio a su izquierda, la divisi¨®n ha impedido que nadie lo ocupe, informa Marc Bassets.
Portugal y la supervivencia pragm¨¢tica
El ascenso al poder del socialismo portugu¨¦s (PS) se hizo sobre la derrota electoral de 2015. Desde el fin de la dictadura en 1974 siempre hab¨ªa gobernado el partido m¨¢s votado, tuviera o no mayor¨ªa. El PS rompi¨® la regla en 2015, perdi¨® las elecciones pero gobern¨® gracias a que, por primera vez, sumaba mayor¨ªa si se aliaba con el Partido Comunista y el Bloco de Esquerda, como hizo. Fue un acuerdo in¨¦dito entre las izquierdas, ahora renovado ¡ªel pasado octubre, el PS s¨ª gan¨®, con el 36,3%¡ª. Son cinco a?os de Gobierno de Ant¨®nio Costa con la virtud de que ni el PS ni sus socios han renunciado a sus principios. Ni uno se ha ido m¨¢s a la izquierda ni los otros m¨¢s a la derecha. Todos han jugado la carta del pragmatismo. Un pragmatismo que ha beneficiado a todos, informa Javier Mart¨ªn del Barrio.
Italia, la escisi¨®n permanente
La debacle del Partido Democratico (PD) en las ¨²ltimas elecciones legislativas, donde cosech¨® el peor resultado de la historia, oblig¨® a reconstruir la c¨²pula y a dar un giro a la izquierda. Matteo Renzi dimiti¨® y se nombr¨® a Nicola Zingaretti como secretario general. Un hombre menos vinculado al establishment econ¨®mico y abierto al di¨¢logo con las corrientes m¨¢s a la izquierda. El discurso cal¨® al principio y, seg¨²n los sondeos, parte de los votantes de clase obrera que hab¨ªan emigrado a propuestas populistas como la de la Liga o el Movimiento 5 Estrellas estuvieron dispuestos a volver.
Dur¨® poco. Cuando parec¨ªa que el PD pod¨ªa caminar unido, la ¨²ltima fragmentaci¨®n lleg¨® de Renzi y la fundaci¨®n de Italia Viva. Hoy ninguna formaci¨®n se atreve con una apuesta netamente de izquierdas y dicha posici¨®n ha quedado en manos de movimientos ciudadanos, informa Daniel Verd¨².
Grecia, condenados a la irrelevancia
Laminado por las impopulares pol¨ªticas de austeridad de la troika a cambio de los rescates que evitaron la quiebra del pa¨ªs, el Movimiento Socialista Panhel¨¦nico (Pasok, en sus siglas griegas), que pilot¨® parte de la crisis ¡ªde 2009 a 2014, primero en solitario y luego con la conservadora Nueva Democracia¡ª, se ha visto condenado a la irrelevancia y est¨¢ inmerso en un proceso de primarias para dotarse de un liderazgo con m¨¢s fuste. El Pasok pas¨® del 44% de los votos en 2009 a ser el menos votado en 2015 (4,6%) tras la pr¨¢ctica identificaci¨®n del Pasok con el centroderecha durante su etapa de gobierno. Syriza, liderado por Alexis Tsipras, ha colonizado en apenas un lustro casi todo el centroizquierda. Est¨¢ acometiendo su refundaci¨®n para ampliar su base, pero lidera a¨²n las encuestas en el ¨¢mbito de la izquierda (y el centroizquierda), con algo menos del 30%, informa Mar¨ªa Antonia S¨¢nchez-Vallejo.
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