¡°La pol¨ªtica es mi ADN, solo cuando muera dejar¨¦ de hacerla¡±
El expresidente brasile?o Lula da Silva no da su brazo a torcer. Tras superar el coronavirus, el c¨¢ncer y la c¨¢rcel, sostiene que, si ganase la batalla judicial contra la inhabilitaci¨®n, estar¨ªa dispuesto a concurrir a las presidenciales de 2022 y enfrentarse a Bolsonaro
Lula da Silva es energ¨ªa en estado puro. Tiene 75 a?os, ha superado el c¨¢ncer, el coronavirus y la c¨¢rcel, y dice sentirse ¡°un treinta?ero¡±. A la entrevista telem¨¢tica llega en mangas de camisa y se sit¨²a de pie frente al Zoom. Se le ve c¨®modo; es viernes y responde desde su casa de S?o Bernardo do Campo, ciudad pr¨®xima a S?o Paulo, donde vive con Rosangela Silva, soci¨®loga de la que se enamor¨® cuando estaba en prisi¨®n. A su espalda se aprecian unos pocos libros de tapa blanda y una bandera roja, de mesa, que exhibe las siglas del brasile?o Partido de los Trabajadores (PT) y que por una extra?a corriente de aire parece moverse, como en un mitin, al un¨ªsono con Lula cuando este entra en efervescencia. Algo que ocurre a menudo.
Es un fen¨®meno ascendente. Lula primero se deshace de las gafas (cuadradas y ostensiblemente grandes), luego eleva la velocidad de respuesta y a medida que pasan los minutos da rienda suelta al tigre pol¨ªtico que habita en ¨¦l. Habla, r¨ªe y ruge; agita los brazos, golpea la mesa. Lula, y esta es una de las claves de su extraordinaria capacidad de arrastre, transita sin soluci¨®n de continuidad por los muchos Lulas que ha sido. A lo largo de hora y media de conversaci¨®n, se suceden, tras una pantalla que le queda cada vez m¨¢s peque?a, el hombre que un d¨ªa fue pobre y que sabe dirigirse a otros pobres, el tornero simp¨¢tico, el sindicalista que se enfrent¨® a la dictadura militar, el candidato de los grandes m¨ªtines y hasta el presidente (2003-2011) que dio a Brasil a?os de grandeza, pero tambi¨¦n el preso que se revuelve contra su condena, el pol¨ªtico inhabilitado que busca limpiar su nombre. Lula lleg¨® a cumplir 580 d¨ªas en la c¨¢rcel por corrupci¨®n y lavado de dinero. Y tiene otra sentencia por delitos similares. Esa losa le aplasta y contra ella dirige ahora todas sus energ¨ªas.
¡°Aprend¨ª de una madre analfabeta que no podemos vivir resentidos, que debemos ser firmes y creer que la vida puede mejorar. Tengo mucho optimismo¡±, dice en uno de los escasos momentos en que se ha quedado quieto (y la banderita con ¨¦l). Es solo un instante. Luego seguir¨¢ disparando a un lado y a otro, apretando el acelerador de un motor que nunca se agota y que le ha llevado a erigirse en una leyenda, tan querida como odiada, de la izquierda latinoamericana.
Pregunta. ?C¨®mo lleva el confinamiento alguien tan inquieto como usted?
Respuesta. Me siento mal qued¨¢ndome en casa. No me conformo con languidecer. Te vas matando por dentro. Aunque est¨¦ enamorado y viva apasionado, necesito salir, respirar libertad, hablar con la gente. Cuando me quedo sin aliento, no es por el coronavirus, es por la necesidad de hablar con la gente, de aprender con ellos. Nac¨ª a la puerta de una f¨¢brica¡ Pero por ahora me cuidar¨¦ y respetar¨¦ a la ciencia. Cuando me vacunen y me autoricen, saldr¨¦.
P. Brasil, a diferencia de otros pa¨ªses del ¨¢rea, atraviesa el peor momento de la pandemia. Las muertes se han disparado y la vacunaci¨®n va lenta. ?Qu¨¦ est¨¢ pasando?
R. La democracia ha sufrido en Brasil un accidente por culpa de Bolsonaro. El presidente no se preocupa por la covid ni por la econom¨ªa, la educaci¨®n o las relaciones internacionales. Dejamos de comprar vacunas cuando pod¨ªamos [adquirirlas], y hemos dejado de vacunar cuando deb¨ªamos [inocularlas]. Ahora mismo, Bolsonaro sigue haciendo campa?a contra la vacuna y contra el aislamiento. Es casi un genocidio. Brasil no merece esto.
P. ?C¨®mo se explica que Bolsonaro siga con un 30% de apoyo popular?
R. Bolsonaro logr¨® reunir a esa parte de la sociedad que es ultraconservadora, que defiende la pena de muerte y que la gente vaya armada al lugar de trabajo, a esos que rechazan a los negros, los derechos de las mujeres, los LGTBI, los sindicatos... Pero hay un 70% que no est¨¢ de acuerdo. Y es ese 70% el que garantizar¨¢ la democracia. Cuando llegue el momento, se van a pronunciar.
P. Pero, de momento, no se ve una oposici¨®n fuerte. Los resultados de su partido, el PT, en las pasadas elecciones municipales fueron malos. ?No falta un l¨ªder nuevo?
R. Falta que las pr¨®ximas elecciones sirvan para medir nuestra fuerza. Recuerdo que cuando las formaciones a la izquierda del PSOE ganaron la alcald¨ªa [de Madrid], mucha gente dijo que el PSOE estaba acabado. Pero ahora es el PSOE el que gobierna Espa?a. El PT sigue siendo el mayor partido de Brasil, la fuerza pol¨ªtica m¨¢s organizada. Pero ha sido v¨ªctima de una enorme campa?a de destrucci¨®n, la [operaci¨®n] Lava Jato. Mi inocencia est¨¢ demostrada y la culpabilidad del Ministerio P¨²blico, de [el exjuez Sergio] Moro y de la Polic¨ªa Federal, m¨¢s que probada. Hubo una conspiraci¨®n para evitar que Lula pudiera volver a la presidencia de Brasil. Involucraron a mucha gente en una mentira, reforzada por los medios de comunicaci¨®n. Ahora que se sabe la verdad, ?c¨®mo van a decirle a la sociedad que, durante cinco a?os, condenaron a un inocente?
P. Si consiguiese ganar la batalla judicial, ?se presentar¨ªa a las elecciones presidenciales?
R. No he de ser necesariamente candidato a presidente, porque ya lo fui. Pero gozo de una gran salud, y Joe Biden es mayor que yo y gobierna Estados Unidos. En 2022, solo tendr¨¦ 77 a?os, un chaval. Si en ese momento los partidos de izquierda entienden que puedo representarlos, no tengo ning¨²n problema en hacerlo. El PT, sin embargo, tiene otras opciones, como Fernando Haddad [candidato en 2018], y algunos gobernadores. La ¨²nica posibilidad de que sea yo, porque no voy a disputarlo con nadie, es que la gente entienda que soy el mejor candidato. Si no, me contentar¨¦ con salir a la calle para hacer campa?a por un aliado nuestro.
P. Hablando de Estados Unidos, el ¨²ltimo acto de Donald Trump fue alentar un asalto al Capitolio. ?Podr¨ªa ocurrir algo similar en Brasil si Bolsonaro pierde las elecciones?
R. Bolsonaro va a perder las elecciones, y la victoria ser¨¢ de alguien progresista, espero que sea el PT. Pero el presidente ahora mismo est¨¢ facilitando la venta de armas, y quienes las compran no son los trabajadores. ?A qui¨¦n le est¨¢ vendiendo armas Bolsonaro? A la ¨¦lite agr¨ªcola, a expolic¨ªas, a la banda que mat¨® a Marielle [Franco, concejala de R¨ªo de Janeiro]¡ Si el PT vuelve a ganar las elecciones, desarmaremos al pueblo y recuperaremos el humanismo. Solo hay un remedio para este pa¨ªs: fortalecer la democracia. Tengo absolutamente claro que podemos volver a ganar las elecciones. Lo que parece imposible hoy ser¨¢ posible ma?ana. Este pa¨ªs es poderoso. No quiero que la sociedad vote a un Trump o a un troglodita como Bolsonaro nunca m¨¢s. La gente tiene que votar a hombres que piensen en el bien.
P. O a mujeres, ?no, presidente?
R. Si hay una persona que ha apostado por las mujeres, ese soy yo. En el PT tuvimos a una presidenta y el 50% de mi partido son mujeres.
P. ?En qu¨¦ se diferencia el Lula que lleg¨® al poder en 2003 del Lula de ahora? ?Qu¨¦ le ense?¨® la c¨¢rcel?
R. El Lula de hoy no es diferente del Lula de 2003. Tengo m¨¢s experiencia, soy un poco m¨¢s viejo, pero sigo teniendo las mismas ganas y la misma certeza de que es posible cambiar Brasil. So?¨¦ que era posible construir un bloque econ¨®mico fuerte en Sudam¨¦rica. Hoy, con la Uni¨®n Europea no se puede ya negociar. Seamos sinceros, [mi tiempo] fue el mejor momento de Am¨¦rica Latina desde Col¨®n. Y ahora, la regi¨®n debe convencerse de que no puede seguir siendo la parte del mundo con m¨¢s paro, m¨¢s miseria y m¨¢s violencia. Brasil tiene que recuperar protagonismo internacional y esto es lo que los estadounidenses no quieren. No quieren competencia. Por ejemplo, no es aceptable que Trump amenace con invadir Venezuela y que los pa¨ªses europeos reconozcan a Juan Guaid¨® como presidente. ?C¨®mo pueden reconocer a un impostor, que no se present¨® a las elecciones? Europa ha desaparecido de la pol¨ªtica. Todo son comisiones. Comisiones para esto, para aquello¡ todos bur¨®cratas. La pol¨ªtica tiene que volver a asumir su papel, tomar grandes decisiones.
P. Pero ?qu¨¦ ha cambiado personalmente con su encarcelamiento?
R. Si dijera que no le guardo rencor a algunas personas, estar¨ªa mintiendo. Pero nunca en mi vida me he dejado llevar por mis rencores. Cuando sentimos odio, dormimos mal, digerimos mal. Como siempre fui consciente de lo que me ocurr¨ªa, nunca dud¨¦. Durante mi detenci¨®n, se intent¨® conseguir que saliera con una tobillera electr¨®nica. ?Y qu¨¦ les dije? Que no cambiaba mi dignidad por mi libertad. Era consciente de las mentiras de Moro. Ahora toca que el Tribunal Supremo vote y decida [la defensa de Lula pide la suspensi¨®n de Moro, lo que anular¨ªa sus juicios]. Por primera vez se enfrentan a un pol¨ªtico que no les tiene miedo porque es inocente. Y el d¨ªa en que el Supremo adopte esa decisi¨®n, van a tener que decir que los dem¨¢s mintieron, que Globo minti¨®, que toda la prensa minti¨®. Ser¨¢ el momento del perd¨®n. Me imagino el d¨ªa en que en el principal telediario digan: ¡°Buenas noches, hoy queremos pedir disculpas al expresidente Luiz In¨¢cio Lula da Silva porque nos cre¨ªmos la mentira de Dallagnol y Moro¡±.
P. Eso es una utop¨ªa, ?no, presidente?
R. Usted cree que es imposible, pero yo creo que ocurrir¨¢. No s¨¦ si estar¨¦ vivo, pero, aunque est¨¦ en mi tumba, me levantar¨¦ por unos segundos de alegr¨ªa porque por fin la verdad habr¨¢ salido a la luz.
P. ?No dejar¨¢ antes la pol¨ªtica?
R. No, no lo creo. La pol¨ªtica est¨¢ en mi ADN, es una parte de mi cuerpo. Cuando esta c¨¦lula deje de cumplir su funci¨®n y yo muera, dejar¨¦ de hacer pol¨ªtica. Fuera de la pol¨ªtica, no hay salida para la humanidad, para la democracia, para el crecimiento econ¨®mico y la distribuci¨®n de la riqueza. Todo depende de la pol¨ªtica.
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