Gorbachov en sus conversaciones privadas con Felipe Gonz¨¢lez en 1991: ¡°Hay muchos peligros en cada paso adelante¡±
El expresidente del Gobierno mantuvo una estrecha relaci¨®n con el dirigente ruso y apoy¨® su desaf¨ªo de construir un nuevo orden internacional
El 15 de marzo de 1991 el entonces presidente del Gobierno espa?ol, Felipe Gonz¨¢lez, le escribi¨® una carta a Mija¨ªl Gorbachov, el l¨ªder de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, sometida en aquellos momentos a profundas tensiones y a mitad de camino de unas transformaciones que con el tiempo sabemos que no llegaron finalmente a buen puerto. ¡°No cabe duda de que el nuevo pensamiento sovi¨¦tico en materia de pol¨ªtica exterior y de seguridad ha contribuido considerablemente a conseguir el final de la divisi¨®n europea¡±, le dec¨ªa. ¡°En el nuevo orden europeo, al que de manera tan importante ha contribuido su pa¨ªs, somos todos ganadores y todos debemos colaborar en beneficio de los pueblos de nuestro continente¡±.
La carta forma parte de los papeles que se conservan en la Fundaci¨®n Felipe Gonz¨¢lez y revela la proximidad que tuvieron ambos pol¨ªticos y la confianza con la que se trataban. Ahora que ha muerto Gorbachov, volver a aquellos documentos tiene algo de dar un salto monumental en el tiempo para poder asomarse a una ¨¦poca turbulenta y asistir en primera fila a los dilemas y temores y sue?os y esperanzas que se barajaban sobre el futuro de la Uni¨®n Sovi¨¦tica y de Europa y el mundo. Pocas l¨ªneas antes, Felipe Gonz¨¢lez le escribi¨®: ¡°Nos enfrentamos a una etapa en la que tenemos la responsabilidad de hacer de nuestro continente un espacio com¨²n de cooperaci¨®n, basado en valores y objetivos compartidos por todos, en el que nuestros pueblos vean colmadas sus esperanzas en una democracia basada en los derechos humanos y la justicia social y una igual seguridad para todos nuestros pa¨ªses¡±.
Todo eso suena ahora demasiado extra?o con la guerra en Ucrania como tel¨®n de fondo, y con la Rusia de Vlad¨ªmir Putin que ha convertido a la Uni¨®n Europea en su mayor enemigo, pero en aquellos tiempos, tal como empieza la narraci¨®n de cualquier vieja leyenda, ese era el proyecto que se barajaba: acabar con la Guerra Fr¨ªa y que la Uni¨®n Sovi¨¦tica se aproximara a Europa para construir un nuevo mundo. No pudo ser.
Gonz¨¢lez y Gorbachov congeniaron desde muy pronto, desde el mismo momento en que este ¨²ltimo se convirti¨® en 1985 en secretario general de Partido Comunista de la Uni¨®n Sovi¨¦tica y puso en marcha aquellas dos grandes iniciativas, la perestroika y la glasnost, que acabar¨ªan definitivamente con la manera en que el mundo se hab¨ªa configurado durante el siglo XX. La magnitud del desaf¨ªo del l¨ªder sovi¨¦tico la ha definido con toda contundencia la historiadora H¨¦l¨¨ne Carr¨¨re d¡¯Encausse en su libro Seis a?os que cambiaron el mundo 1985-1991 cuando afirma: ¡°Debemos reconocer que solo la voluntad de un hombre, la de Gorbachov, lo presidi¨® todo¡±. Las conversaciones con Estados Unidos, el fin de la Guerra Fr¨ªa, el control de las armas nucleares, la democratizaci¨®n del gigante comunista.
En la biograf¨ªa de Gorbachov de William Taubman, que public¨® Debate hace unos a?os, se recoge una de las observaciones que hizo Anatoli Cherni¨¢iev, uno de los colaboradores m¨¢s pr¨®ximos del l¨ªder sovi¨¦tico, sobre la sinton¨ªa que exist¨ªa entre este y Felipe Gonz¨¢lez. Se refiere a ¡°las largas discusiones¡± que tuvieron durante la visita que hicieron a Espa?a Gorbachov con su esposa Raisa a finales de 1990 y las califica de ¡°conversaciones embriagadoras¡±, ¡°dignas de los foros te¨®ricos m¨¢s elevados¡±, y dice que hablaron sobre ¡°la esencia y el destino del capitalismo y el socialismo¡±, sobre ¡°la nueva era y el destino del mundo¡±, y sobre la importancia de los cambios que estaban teniendo lugar en la Uni¨®n Sovi¨¦tica.
Los comentarios de Cherni¨¢iev no est¨¢n de m¨¢s cuando se lee uno de los documentos que se conservan en el archivo Gorbachov, Mija¨ªl de la Fundaci¨®n Felipe Gonz¨¢lez. Se trata de la transcripci¨®n de los largos encuentros que mantuvieron en el Kremlin los dos pol¨ªticos el 8 y el 9 de julio de 1991. Hablan de todo, con soltura y naturalidad, y es entonces cuando es posible recuperar con el m¨¢ximo detalle la atm¨®sfera de aquella vertiginosa ¨¦poca. ¡°Hay mucho nerviosismo y todo puede explotar¡±, le dice Gorbachov nada m¨¢s empezar. Felipe Gonz¨¢lez comenta un poco despu¨¦s: ¡°Tengo el temor de que como muestra de nuestra incapacidad, en los pr¨®ximos meses, llamemos de nuevo al amigo americano para que ponga orden en Yugoslavia¡±. Los acontecimientos que se hab¨ªan desencadenado tras la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn revelan que el viejo mundo se hab¨ªa hecho trizas y que una nueva guerra hab¨ªa estallado en Europa.
¡°Hemos salido de un sistema, pero no hemos llegado al otro. Hemos partido de la propiedad estatal total, del monopolio del partido sin pluralismo, de la administraci¨®n predominante. Hay muchos peligros en cada paso adelante¡±, explica Gorbachov. Habla de lo dif¨ªcil que resulta acabar con ¡°el modelo ultraizquierdista del bolchevismo socialista¡±: ¡°El estalinismo, en todas sus relaciones, era tan grande que era como la lucha de Don Quijote contra los molinos¡±, y remata: ¡°Ahora tenemos las fuerzas del estalinismo m¨¢s reales todav¨ªa¡±.
¡°Son etapas de un proceso complicado para un pa¨ªs del tama?o del nuestro¡±, le explica Gorbachov a Gonz¨¢lez. ¡°Se plantea una cuesti¨®n m¨¢s pr¨¢ctica: aceptamos que es nuestra obligaci¨®n hacerlo, pero pensamos que tambi¨¦n es importante para el mundo entero¡±. Y es entonces cuando reclama ayuda: ¡°Podr¨ªamos cooperar con la Comunidad Europea, con toda Europa, con dimensiones comunes en energ¨ªa, medio ambiente, etc. Podr¨ªamos entrar como miembros de pleno derecho en las organizaciones econ¨®micas internacionales. Por tanto, podr¨ªamos contar con la colaboraci¨®n de todo el mundo y as¨ª podr¨ªamos sincronizar nuestros cambios internos con la colaboraci¨®n externa¡±. Pero estaban los enemigos de dentro, los que conspiran para acabar con ¨¦l. ¡°Dentro del Partido y en los ¨®rganos del poder, a nivel m¨¢s alto, parece que act¨²an varios partidos diferentes a la vez¡±, le dice. ¡°No se puede dejar actuar as¨ª al Partido, mostrando a la sociedad el lado menos agradable, el Partido comi¨¦ndose a s¨ª mismo¡±. Los enemigos de Gorbachov lo calificaban de burgu¨¦s, su proyecto no consegu¨ªa apoyos, cada vez estaba m¨¢s solo.
¡°Todo nos empuja. Es una situaci¨®n delicada, hay que adelantarse. Cumplir con la voluntad del pueblo. Es muy importante, primordial, que todo se haga sin anarqu¨ªa, que nadie coja parcelas del poder, algo que se insinuaba hace alg¨²n tiempo¡±. Son casi las ¨²ltimas palabras que dijo Gorbachov durante el segundo encuentro que tuvo en julio de 1991 con Gonz¨¢lez. El 21 de noviembre de 1989, el presidente espa?ol en un proyecto de carta ya le se?alaba las enormes dificultades de su proyecto. ¡°Finalmente puedo observar¡±, le explicaba, ¡°que va ganando terreno una cierta actitud, dif¨ªcil de describir, pero que comporta un grado de escepticismo considerable ante las dificultades; una sensaci¨®n de desbordamiento por la magnitud de los desaf¨ªos y una consideraci¨®n cautelosa por los m¨¢rgenes de incertidumbre que est¨¢ planteando el conjunto del proceso en la URSS y en el Este¡±. Se refer¨ªa a lo que suced¨ªa en la Comunidad Europea y era, quiz¨¢, su manera de avisarle de que tambi¨¦n el selecto club hab¨ªa fisuras sobre la envergadura de los cambios que estaba poniendo en marcha.
El 25 de diciembre de 1991, Gorbachov dimiti¨® como presidente. Y la Uni¨®n Sovi¨¦tica se vino definitivamente abajo.
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