El macronismo, en el div¨¢n
En v¨ªsperas de la primera vuelta de las presidenciales francesas, EL PA?S aborda los principales debates que plantea la pol¨ªtica de Emmanuel Macron y su compleja definici¨®n a trav¨¦s de una selecci¨®n de art¨ªculos y reflexiones publicadas en los ¨²ltimos cinco a?os en este peri¨®dico y en los medios galos
¡°Tras cinco a?os de Macron en el poder, ?cre¨¦is que sois capaces de definir qu¨¦ es el macronismo?¡±. La pregunta, formulada por el presentador del popular programa de di¨¢logo pol¨ªtico Quotidien a un panel de editorialistas pocas semanas antes de la primera vuelta de las elecciones presidenciales, que se celebra el domingo, resulta un tanto desconcertante. Y, sin embargo, est¨¢ en boca de todos. Una vez m¨¢s. ...
¡°Tras cinco a?os de Macron en el poder, ?cre¨¦is que sois capaces de definir qu¨¦ es el macronismo?¡±. La pregunta, formulada por el presentador del popular programa de di¨¢logo pol¨ªtico Quotidien a un panel de editorialistas pocas semanas antes de la primera vuelta de las elecciones presidenciales, que se celebra el domingo, resulta un tanto desconcertante. Y, sin embargo, est¨¢ en boca de todos. Una vez m¨¢s. Es como si el tiempo transcurrido desde la elecci¨®n del presidente m¨¢s joven de la historia de Francia (39 a?os en 2017), adalid del lema ¡°ni de derechas ni de izquierdas¡± y quien asumi¨® una feroz voluntad de dinamitar el viejo mundo de los partidos tradicionales, no haya sido suficiente para definir a¨²n con claridad la esencia de la pol¨ªtica de Emmanuel Macron.
El macronismo, aventura Ya?l Goosz, jefe del servicio pol¨ªtico de la radio p¨²blica France Inter, es ¡°la gesti¨®n permanente de crisis¡±. Para Ruth Elkrief, periodista del canal de televisi¨®n LCI, el macronismo es, ante todo, ¡°una forma de energ¨ªa, de voluntarismo y reactividad¡±. ?Un estilo entonces y no una ideolog¨ªa? ?Un pragmatismo, como parecen pensar muchos de los partidarios del presidente? ?O un absoluto vac¨ªo, como sugieren los periodistas G¨¦rard Davet y Fabrice Lhomme en un reciente libro de investigaci¨®n en el que perfilan al mandatario a trav¨¦s de decenas de entrevistas? Incluso el ex primer ministro Edouard Philippe trat¨® en su momento de definir lo que era el macronismo... sin mucho ¨¦xito: ¡°Es el proyecto de una Francia emancipada y de solidaridades reales, de una Francia poderosa en una Europa fuerte¡±.
Aunque el personaje y su praxis parecen escapar a cualquier intento de ser enmarcados en las categor¨ªas pol¨ªticas tradicionales, s¨ª reflejan, sin embargo, una determinada visi¨®n del mundo, de los v¨ªnculos sociales y del ejercicio del poder.
Un presidente reformista en el trono
Macron se present¨® en 2017 ante sus electores como una oportunidad para el cambio tras dos mandatos, los de Sarkozy y Hollande, que el exdirector de Le Monde ?ric Fottorino calific¨® en 2018 en la revista Le 1 como ¡°decepcionantes¡±. La ¨²nica certeza del movimiento que lideraba, La Rep¨²blica en Marcha, a¨²n en construcci¨®n y sin una ideolog¨ªa definida, era que deb¨ªa establecerse un nuevo mundo. A su entender, el sistema pol¨ªtico tradicional se hallaba obsoleto en la medida en que imped¨ªa al individuo emanciparse y ejercer derechos reales en una econom¨ªa globalizada, percibida no como una amenaza, sino como una oportunidad. ¡°Con Macron se abre por primera vez en mucho tiempo la posibilidad de que Francia recobre el tiempo perdido e inicie las reformas audaces que adelgacen ese Estado adiposo que, como una hidra, frena y regula hasta la extenuaci¨®n su vida productiva¡±, opinaba en estas p¨¢ginas el Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa antes de su elecci¨®n.
Al comienzo de la legislatura se sucedieron opiniones para todos los gustos al respecto. Mientras que el editorialista de France Inter Thomas Legrand observaba que ¡°el plan de formaci¨®n profesional a¨²n no se ha puesto en marcha, la integraci¨®n de los barrios perif¨¦ricos no se ha financiado (...), seguimos buscando medidas reales de igualdad¡±, los analistas de este diario Ana Fuentes y Timothy Garton Ash ensalzaban el vigor del nuevo mandatario para abordar transformaciones: ¡°Macron apunt¨® alto torpedeando las vacas sagradas. La reforma del mercado laboral ha flexibilizado la contrataci¨®n y el despido, fijando un tope a las indemnizaciones¡±, escrib¨ªa Fuentes en 2018. Un choque de visiones que, cuatro a?os despu¨¦s, se ha situado en un punto medio. Pocos observadores dudan de la existencia de una voluntad reformista, pero muchos otros ponen en tela de juicio el alcance de los cambios que el presidente ha sido capaz de poner en marcha, como sintetiza un reciente an¨¢lisis del peri¨®dico econ¨®mico Les Echos: ¡°Si bien algunas reformas (laboral, educativa...) se han llevado a cabo, otras (pensiones, instituciones...) han sido abandonadas¡±. Trat¨¢ndose del programa electoral del presidente candidato, ampliamente criticado por no haber hecho realmente campa?a (ha rechazado los debates con los otros aspirantes y optado por ofrecer un ¨²nico gran mitin), la mayor¨ªa de los analistas se han mostrado un tanto decepcionados y ¡°poco convencidos por un cat¨¢logo de medidas sin mucha coherencia¡±, como resum¨ªa Nouvel Obs esta misma semana.
Quiz¨¢ la cr¨ªtica m¨¢s recurrente a Macron ha sido su incapacidad de devolver a la democracia su dinamismo, en contra de su promesa en la campa?a, a trav¨¦s de una mayor implicaci¨®n de la sociedad civil en la elaboraci¨®n de la pol¨ªtica, lo que iba a reconciliar de alguna manera a los ciudadanos con sus gobernantes. El presidente ha optado desde el inicio por un estilo de poder vertical, un ¡°hiperliderazgo¡±, como lo defin¨ªa Andrea Rizzi en una columna de 2019, reforzado por un partido sin democracia interna real y por un Parlamento que, seg¨²n Les Echos, no ha dejado de debilitarse a lo largo del quinquenio presidencial. As¨ª, un editorial de este peri¨®dico incid¨ªa en agosto de 2018 en el hartazgo de la oposici¨®n por un estilo de gobierno y una concepci¨®n de la funci¨®n presidencial que ¡°va mucho m¨¢s lejos del ya marcado presidencialismo del sistema pol¨ªtico franc¨¦s¡±. Se trata, seg¨²n Le Monde, de una pr¨¢ctica con una fuerte carga simb¨®lica mon¨¢rquica, alejada de sus intenciones iniciales.
Tres art¨ªculos sobre esta cuesti¨®n:
- Macron, por Mario Vargas Llosa (mayo de 2017).
- El enigma Macron, por M¨¢riam Mart¨ªnez-Bascu?¨¢n (febrero de 2017).
- El candidato ¡®ni-ni¡¯, por M¨¢riam Mart¨ªnez-Bascu?¨¢n (abril de 2017).
Un presidente desconectado de las clases populares
¡°En el peque?o mundo de La Rep¨²blica en Marcha, no hay un candidato, sino un boss y unos helpers. Se siguen process dirigidos bottom up y, sobre todo, no top down; se habla de conf call, de insider y de outsider¡±. Estas frases de 2017 del entonces director del diario Lib¨¦ration, Laurent Joffrin, definen un rasgo que muchos opinadores han hallado en el macronismo: una concepci¨®n casi exclusivamente empresarial de su movimiento, inspirada en el mundo de las empresas emergentes m¨¢s que en una experiencia pol¨ªtica de corte tradicional. Su n¨²cleo, como se analiz¨® en una tertulia de la radio France Culture, est¨¢ compuesto principalmente por j¨®venes ¨¦lites liberales, ¡°brillantes pero desconectadas de las realidades sociales¡±, del terreno. Para Joffrin, ¡°el ADN del macronismo es el liberalismo¡±, y su electorado se compone principalmente de personas ¡°que se encuentran c¨®modas con el capitalismo actual¡±.
En opini¨®n de la investigadora Myriam Revault d¡¯Allonnes, profesora em¨¦rita de la Escuela Pr¨¢ctica de Altos Estudios (EPHE), la ret¨®rica del exbanquero resulta claramente neoliberal. No solo porque habla de individuos y no de ciudadanos, sino tambi¨¦n porque refleja una concepci¨®n del ¨¦xito y de la responsabilidad como ¡°algo exclusivamente individual, profesional, calcado sobre el mundo de la empresa¡±, explicaba recientemente la profesora en otra tertulia de la misma radio p¨²blica. ¡°Cuando habla de que hay gente exitosa y otra que no es nada, o cuando le dice a un desempleado que solo tiene que cruzar la calle para encontrar un trabajo, o que los empresarios son los que tiran la sociedad hacia arriba, Macron nos da a entender lo que para ¨¦l es una buena sociedad¡±, reflexiona la autora de L¡¯Esprit du macronisme, ou l¡¯art de d¨¦voyer les concepts (¡±El esp¨ªritu del macronismo o el arte de desviar los conceptos¡±). ¡°Qu¨¦ es el macronismo, sino un elogio de esa ficci¨®n que es el individuo liberal, desvinculado de todas las antiguas solidaridades, so?ando con ser millonario en un mundo simplemente regido por las leyes del mercado¡±, ahondaba en Le 1 la periodista y ensayista Natacha Polony.
¡°Esos de quienes dijo usted en otro tiempo que no eran nada, ahora lo son todo, ellos siguen vaciando las basuras, cobrando en las cajas registradoras, repartiendo pizzas a domicilio, garantizando, en suma, esa vida tan indispensable como la intelectual, la vida material¡±, escrib¨ªa Annie Ernaux en estas p¨¢ginas en una tribuna en la que increpaba al mandatario durante la pandemia por haber abandonado los servicios p¨²blicos y ¡°preferido escuchar a quienes propugnan la desvinculaci¨®n del Estado, preconizando la optimizaci¨®n de los recursos, la regulaci¨®n de los flujos¡±. La crisis de los chalecos amarillos en 2018 y la gesti¨®n desastrosa con que la abord¨® el Ejecutivo ofreci¨®, seg¨²n analizaba en abril de 2021 en EL PA?S el ge¨®grafo Christophe Guilluy, otra ocasi¨®n de medir ¡°el desconocimiento de Macron de la gente corriente¡±. El mandatario ¡°ha gobernado apoy¨¢ndose en ¨¦lites financieras y sectores d¨¦biles de la derecha y de la izquierda, sin ser capaz de frenar la descomposici¨®n del sistema pol¨ªtico ni establecer una verdadera relaci¨®n de confianza con el pueblo profundo¡±, remataba Sami Na?r en una columna dos meses despu¨¦s.
Tres visiones sobre este asunto:
- Macron, el elitismo y la gente corriente, por Christophe Guilluy (abril de 2021).
- Macron sin maquillaje, por Ram¨®n Lobo (diciembre de 2018).
- No dejaremos nunca m¨¢s que nos roben nuestra vida, por Annie Ernaux (abril de 2020).
Un presidente europe¨ªsta
El apego a Europa, como si fuese una prolongaci¨®n de su ambici¨®n en Francia, se ha convertido en ¡°la marca del presidente¡±, indicaba la ensayista Lucile Schmid en una tribuna publicada en enero en Le Monde. De parecida opini¨®n era el fil¨®sofo Marcel Gauchet en mayo de 2018 en las p¨¢ginas de Le Figaro: ¡°El art¨ªculo 1 del macronismo es el europe¨ªsmo, porque seg¨²n esa visi¨®n de Europa llegar¨¢n todos los progresos¡±. El logro del mandatario, coinciden los analistas, radica en haber sido capaz desde sus primeros discursos en la Sorbona y Atenas de hablar de Europa en t¨¦rminos de ¡°democracia y soberan¨ªa¡±, dos nociones m¨¢s propias de los Estados y que han sido confiscadas por los movimientos euroesc¨¦pticos y por gobiernos iliberales como el h¨²ngaro. ¡°Su combinaci¨®n de lucidez con base hist¨®rica, ambici¨®n estrat¨¦gica y pasi¨®n personal me pareci¨® muy impresionante. En comparaci¨®n con otros l¨ªderes pol¨ªticos de Europa, de todo Occidente, este hombre menudo es nuestro ¨²nico gigante¡±, defiende Garton Ash en un texto citado m¨¢s arriba.
¡°?Cu¨¢ntos pol¨ªticos europeos hacen una defensa tan vibrante de la democracia como coraz¨®n de la identidad europea?¡±, se preguntaba la polit¨®loga y columnista de este peri¨®dico M¨¢riam Mart¨ªnez-Bascu?¨¢n en abril de 2018. ¡°Frente al autoritarismo democr¨¢tico hemos de oponer la autoridad de la democracia, porque en su superioridad moral est¨¢ la ¨²nica fuerza que tenemos frente al resto del mundo¡±, opinaba. La idea de Macron de que si ¡°no tenemos cuidado, volveremos a encaminarnos, somn¨¢mbulos, hacia la tragedia¡±, en palabras de Garton Ash, cobra a¨²n m¨¢s sentido en el actual contexto de la invasi¨®n rusa de Ucrania. Ofrece incluso a Macron, cuyo pa¨ªs preside este semestre el Consejo de la UE, la oportunidad de demostrar que la visi¨®n que lleva promoviendo desde 2017 de una Europa fuerte y unida y con autonom¨ªa defensiva, es acertada. Como analiza el periodista de Le Monde Olivier Faye, se trata de ¡°una traducci¨®n concreta¡± de su pensamiento y ¡°representa un argumento para su reelecci¨®n a la presidencia de la Rep¨²blica¡±.
Si nadie duda de la voluntad real de Macron de hacer frente al repliegue ultranacionalista en un plano europeo, sus resultados en la lucha interna que prometi¨® llevar a cabo contra la extrema derecha de su pa¨ªs son cuestionables, visto el panorama en v¨ªsperas de la primera vuelta electoral. Dos candidatos extremistas, Marine Le Pen y ?ric Z¨¦mmour, este ¨²ltimo surgido como representante pol¨ªtico durante el mandato de Macron, figuran entre los cuatro favoritos, muy por delante de los aspirantes de partidos tradicionales como Val¨¦rie P¨¦cresse (Los Republicanos) o la socialista Anne Hidalgo. Si en la primera vuelta de las elecciones de 2017, los candidatos de extrema derecha (Le Pen y Nicolas Dupont-Aignan) sumaron el 26% de los votos, las estimaciones para estos comicios ascienden al 33,5%, seg¨²n las ¨²ltimas encuestas.
Como recalc¨® este martes la periodista Lilia Hassaine, en el programa Quotidiesn, en 2017, apenas elegido, Macron prometi¨® que har¨ªa todo lo que fuese necesario en los cinco a?os siguientes para que los electores de Marine Le Pen ya no tuviesen ning¨²n motivo para seguir apoy¨¢ndola. Sin embargo, ¡°en su llamamiento a un despertar republicano [el presidente] olvid¨® que, al provocar el miedo y designar a la prensa como la principal responsable de la banalizaci¨®n de la extrema derecha, utiliza argumentos populistas. Y alli reside toda la paradoja de Macron: queriendo frenar a los extremos, no ha dudado en entrar en su juego¡±, considera Hassaine. La periodista se?ala que tanto la entrevista exclusiva ofrecida por el presidente a la revista de extrema derecha Valeurs actuelles centrada en la cuesti¨®n de la identidad francesa, como el homenaje a s¨ªmbolos y personajes hist¨®ricos asumidos como propios por el partido de Le Pen (Juana de Arco o P¨¦tain), o su proximidad con el ultranacionalista Philippe de Villiers, hacen que Macron afronte hoy ¡°una dificultad que contribuy¨® el mismo en crear¡±.
El corresponsal de EL PA?S, Marc Bassets, precisaba la semana pasada que las ¨²ltimas encuestas pronostican un margen mucho menos estrecho en la segunda vuelta, prevista para el d¨ªa 24, del que se pensaba en un inicio (un 52,5% para Macron contra el 47,5% para Le Pen, seg¨²n los datos publicados este viernes por IFOP). El casoinsey, que seg¨²n analiza esta semana Nouvel Obs, ¡°act¨²a como un lento veneno en la campa?a electoral¡± del mandatario, puede complicar a¨²n m¨¢s su reelecci¨®n y favorecer a Le Pen.
Tres art¨ªculos sobre esta cuesti¨®n:
- ?Donde est¨¢n los socios de Macr¨®n?, por Timothy Garton Ash (junio de 2018).
- El presidente ¡®start up¡¯ de Francia, por Nicolas Berggruen y Nathan Gardels (julio de 2017).
- La Europa de Macron no existe, por Olivier Bot (abril de 2018).
Un presidente camale¨®nico
Para el fil¨®sofo Alain Finkelkraut, conductor de la tertulia R¨¦pliques en la emisora de France Culture, el macronismo puede resumirse como ¡°la inteligencia de la adaptabilidad¡±. Tras la crisis de los chalecos amarillos, Macron ya dio se?ales de la capacidad de adaptar su pol¨ªtica y su discurso, como analizaron tanto Rizzi como Fuentes en sendas columnas, donde se interrogaban sobre el alcance real de su giro social. Pero el verdadero cambio se oper¨® durante la primavera de 2020. Bajo la presi¨®n de la emergencia sanitaria por el coronavirus, el mandatario rindi¨® homenaje al Estado de bienestar que ¡°tanto hab¨ªa criticado¡± en el pasado, resalt¨® Revault d¡¯Allonnes en France Culture. Una visi¨®n compartida por Joffrin, hoy editorialista de la revista Nouvel Obs, quien rememora c¨®mo el inquilino del El¨ªseo ¡°abandon¨® el discurso y el m¨¦todo liberal y se vio obligado a volver a una tradici¨®n m¨¢s socialdem¨®crata¡±. Pas¨® de decir que ¡°se gastaba una pasta incre¨ªble en lo social¡±, un aut¨¦ntico ¡°clich¨¦ liberal¡±, en palabras de Joffrin, a la famosa f¨®rmula del ¡°lo que sea necesario¡± para mantener el pa¨ªs a flote.
La figura de ¡°presidente camale¨®n¡±, como lo apod¨® Le Monde en un art¨ªculo del pasado febrero, va ligada a un sintagma que el mandatario franc¨¦s ha convertido en su marca de f¨¢brica discursiva: el famoso ¡°en m¨ºme temps¡± (al mismo tiempo). El fil¨®sofo Rapha?l Enthoven ironizaba hace un a?o en la radio Europe 1. ¡°Es la f¨®rmula de la vacilaci¨®n que permite decir todo sin, en realidad, decir nada. Debemos reforzar nuestras fronteras y al mismo tiempo seguir siendo fieles a nuestra tradici¨®n de acogida; debemos preservar la energ¨ªa nuclear y al mismo tiempo aumentar la cuota de las energ¨ªas renovables; no debemos favorecer al CAC 40 [el equivalente al Ibex 35 espa?ol], pero al mismo tiempo no debemos golpearlo¡±. Enthoven, sin embargo, se desmarca de las cr¨ªticas habituales de los rivales del presidente a esa forma de equidistancia intr¨ªnseca al macronismo, porque cree que puede suponer ¡°una forma de rechazar el simplismo en una ¨¦poca compleja¡± antes que una indecisi¨®n o un ejercicio de manipulaci¨®n.
Tres visiones sobre este asunto:
- Macron, ?giro a la izquierda?, por Ana Fuentes (julio de 2018).
- Un mea culpa social para reconquistar a las masas europeas, por Andrea Rizzi (enero de 2019).
- El cambio de naturaleza del conflicto, por Christophe Guilluy (noviembre de 2021).