Un vasto programa
Hay que aprender a someter la opini¨®n personal a la b¨²squeda en com¨²n de la verdad, a denunciar sin miedo la mentira y a defender nuestro sistema educativo
Uno de los jeeps de la Novena Compa?¨ªa de la Divisi¨®n Leclerc, compuesta casi exclusivamente por republicanos espa?oles, fue bautizado con el nombre de Mort aux cons, que me resigno a traducir como ¡°Muerte a los necios¡±. No es improbable que dicho lema fuese una respuesta al m¨¢s tristemente c¨¦lebre ¡°Muera la inteligencia¡± que Mill¨¢n Astray vocifer¨® en 1936. Y es que, por debajo de la codicia, la crueldad, la banalidad y dem¨¢s fuentes de la barbarie, se halla la capa fre¨¢tica de la necedad. De ah¨ª que las guerras de religi¨®n fuesen anunciadas por el Elogio de la locura, de Erasmo de R¨®terdam; el triunfo del nazismo, por el Sobre la estupidez, de Robert Musil; y la revoluci¨®n neoliberal de Margaret Thatcher y Ronald Reagan, por Las leyes fundamentales de la estupidez humana, de Carlo M. Cipolla. ?Acaso deber¨ªan preocuparnos las reediciones de estos libros y la reciente publicaci¨®n de La imbecilidad es cosa seria, de Maurizio Ferraris?
Sin duda, la infrafinanciaci¨®n de la educaci¨®n, el desprecio de las humanidades, la prestidigitalizaci¨®n de la vida, el antintelectualismo populista y la sustituci¨®n de la verdad por ¡°relatos¡± financiados por diferentes grupos de inter¨¦s, no son buenas se?ales. Pero nada muy diferente del oscurantismo y de los cuentos de brujas, traidores e inmigrantes, que nos hechizan de generaci¨®n en degeneraci¨®n. Claro que la lucha entre la inteligencia y la necedad no se da solo en todas las ¨¦pocas, sino tambi¨¦n en todos los lugares, y especialmente en nuestra propia mente, tan propensa a lo simple y a lo falso. Por eso, la lucha no puede consistir en ¡°matar a los necios¡±, pues cada uno de nosotros deber¨ªa matarse primero a s¨ª mismo. Eso sin contar que, tal y como nos ense?aron los votantes de Donald Trump, re¨ªrse de la necedad ajena no es una buena estrategia.
Es mejor aprender a someter la opini¨®n personal a la b¨²squeda en com¨²n de la verdad, a denunciar sin miedo la mentira y a defender nuestro sistema educativo, renunciando, para empezar, a esa especie de chupete digital que son los m¨®viles, con el objetivo de incluir a los ni?os en nuestras conversaciones (lo siento, pero escribo estas l¨ªneas en una cafeter¨ªa, y el espect¨¢culo es lamentable). Se dice que, al ver el lema Morts aux cons en la parte delantera de aquel jeep de La Nueve, el general De Gaulle afirm¨®, con felicidad: ¡°Vasto programa¡±. No esperemos a septiembre para empezar a llevarlo a cabo.
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