La investidura de la amnist¨ªa
S¨¢nchez defiende sus pactos, que incluyen las medidas de gracia, como un freno contra la ultraderecha que crece en el mundo
Dos claves marcaban a priori la expectaci¨®n ante la primera jornada de la sesi¨®n de investidura, celebrada este mi¨¦rcoles. La primera era la esperad¨ªsima explicaci¨®n del candidato a la presidencia del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, sobre la ley de amnist¨ªa pactada con el independentismo catal¨¢n. La segunda, hasta d¨®nde pod¨ªa llegar en el hemiciclo el clima de deslegitimaci¨®n institucional que se est¨¢ viviendo estos d¨ªas en Espa?a ante la pasividad, cuando no el est¨ªmulo, de la oposici¨®n de las derechas. El l¨ªder ultra, Santiago Abascal, lleg¨® a comparar este mi¨¦rcoles a S¨¢nchez con Hitler, afirm¨® que el l¨ªder socialista est¨¢ dando un golpe de Estado, y exigi¨® a su socio auton¨®mico y municipal, el PP, la insubordinaci¨®n del Senado y que use su mayor¨ªa en la C¨¢mara alta para no tramitar las medidas de gracia. Tambi¨¦n le inst¨® a promover la ilegalizaci¨®n de ERC y Junts.
El l¨ªder popular, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, golpe¨® en las contradicciones del candidato, lo acus¨® de corrupci¨®n pol¨ªtica y fraude electoral, pero dijo por fin y en el Parlamento: ¡°Esta es una mayor¨ªa de investidura leg¨ªtima¡±. Aunque la sinfon¨ªa de voces en el PP es hoy m¨²ltiple y el discurso general sigue instalado en una peligrosa hip¨¦rbole en competici¨®n con Vox, las palabras del presidente del partido fueron una tranquilizadora novedad durante un debate dur¨ªsimo, encarnizado, pero de absoluta normalidad democr¨¢tica en un Congreso de los Diputados blindado por las fuerzas de seguridad.
Aunque el candidato socialista inici¨® su intervenci¨®n con una expresi¨®n de respeto a quienes estos d¨ªas se manifiestan pac¨ªficamente contra sus pactos, tard¨® una hora y 25 minutos en pronunciar la palabra amnist¨ªa. S¨¢nchez enhebr¨® un discurso de investidura concebido para explicar por qu¨¦ los dificil¨ªsimos acuerdos que han conseguido hilar ¡ªincluida las medidas de gracia que negaba hace solo unos meses¡ª se justifican para revalidar un Gobierno de coalici¨®n progresista que frene a la ultraderecha y a la derecha dispuesta a pactar con ella.
As¨ª, S¨¢nchez traz¨® un panorama global marcado por retos como las guerras en Ucrania y Oriente Pr¨®ximo, la emergencia clim¨¢tica, la desigualdad entre hombres y mujeres o la inequidad econ¨®mica y laboral acentuada por el desarrollo de la inteligencia artificial. Si la democracia no da respuesta a la inseguridad, recalc¨®, esta se convertir¨¢ en rabia hasta socavar la propia democracia. La rabia, a?adi¨®, es el alimento de la extrema derecha. Ante ella present¨® como muro de contenci¨®n las pol¨ªticas de su Gobierno en los ¨²ltimos cinco a?os, y las futuras del que se dispone a reeditar, frente a la retah¨ªla de medidas ¡°retr¨®gradas¡± que la alianza PP-Vox est¨¢ tomando ya en municipios y en comunidades aut¨®nomas espa?olas y que afectan sobre todo a las grandes obsesiones de los ultras: la batalla clim¨¢tica, las medidas para la igualdad de g¨¦nero, la defensa del colectivo LGTBI y la inmigraci¨®n.
Aunque la mayor¨ªa de los ejemplos eran locales, no faltaron referencias internacionales ¡ªcit¨® a Javier Milei, el candidato ultra en Argentina¡ª a la batalla entre las pol¨ªticas progresistas y las reaccionarias que se da en Europa y en todo el planeta. Fue una descripci¨®n polarizada del mundo, en la que se ech¨® de menos un llamamiento a los espa?oles que no le votan para sumarlos al proyecto com¨²n, esa mayor¨ªa sociol¨®gica que ¨¦l mismo evoc¨® como defensora y beneficiaria de los avances que defiende su Gobierno, aunque en las ¨²ltimas elecciones apoyaran opciones conservadoras.
El relato pretend¨ªa llegar cargado de estas razones al precio m¨¢s controvertido de su investidura: la ley de amnist¨ªa. No se produjo en el discurso de S¨¢nchez la explicaci¨®n razonada de su cambio de opini¨®n y hubo que esperar al debate, horas despu¨¦s, para que reconociera que fue el resultado de las elecciones del 23 de julio el que gener¨® la oportunidad de proponer las medidas de gracia: o se manten¨ªan inamovibles los planteamientos de partida y se iba a una repetici¨®n electoral o se apostaba por una negociaci¨®n ¡°sincera y honesta¡± con Junts, transformando ¡°las vicisitudes en oportunidades¡± y enfrent¨¢ndose de cara a los problemas. La falta de novedades en la explicaci¨®n de la amnist¨ªa y el clima de crispaci¨®n que la rodea convierten esta medida en la apuesta m¨¢s arriesgada del candidato.
M¨¢s all¨¢ de Catalu?a, los planes para la legislatura responden a las prioridades de la socialdemocracia cl¨¢sica adaptada a los retos del mundo presente. Su socio por la izquierda, Sumar, le pidi¨® m¨¢s ambici¨®n en pol¨ªtica fiscal, industrial y de vivienda. S¨¢nchez ofreci¨® reformar la financiaci¨®n auton¨®mica, agilizar los tr¨¢mites en la Administraci¨®n, acelerar el acceso a las ayudas a la dependencia y promover un pacto sobre la salud mental, una ley de representaci¨®n paritaria y otra de agricultura familiar. Tambi¨¦n anunci¨® la gratuidad del transporte p¨²blico para menores, j¨®venes y parados, reducir la jornada laboral a 37,5 horas semanales y prolongar la vigencia del bono cultural y la bajada del IVA de los alimentos.
Si la votaci¨®n de hoy no arroja sorpresas y S¨¢nchez es investido presidente, la primera tarea de su Gobierno ser¨¢ la elaboraci¨®n y aprobado de los Presupuestos Generales del Estado para el a?o pr¨®ximo, donde deber¨¢ combinar esta amplia oferta social con la disciplina fiscal que impone la vuelta de las reglas suspendidas en Bruselas desde la pandemia.
Pese a su aspereza, la pulcritud del debate celebrado este mi¨¦rcoles remite a una democracia que se enfrenta a sus problemas ¡ªincluso los m¨¢s graves¡ª en el marco que la Constituci¨®n establece.
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