?Por qu¨¦ despierta tanta controversia la 'ley Cela¨¢'?
Los detractores de la reforma salen a la calle para mostrar su desacuerdo. La falta de consenso es un clamor en la octava ley de educaci¨®n en 40 a?os
A ritmo de claxon, miles de familias salieron a la calle este domingo en 30 ciudades para protestar contra la ley Cela¨¢ aprobada en el Congreso la semana pasada y que contin¨²a su tramitaci¨®n en el Senado. ?Pero qu¨¦ molesta tanto de la ley Cela¨¢ para semejante reacci¨®n? Mientras trat¨¢bamos de dar respuesta a esta cuesti¨®n, la vida sigue en las escuelas, se ha confinado el primer colegio de Madrid y los docentes siguen en su lucha por mantener las aulas abiertas en esta anormalidad escolar.
Bienvenidos otro martes m¨¢s a este recorrido semanal por la actualidad educativa. En el que tambi¨¦n nos detendremos en los proyectos a pie de aula. Gracias por abrirnos la puerta de tu casa y compartir esta newsletter con quien pueda estar interesado. Y si tienes alguna historia con la que podamos aprender, puedes cont¨¢rnosla aqu¨ª.
1. Llega a la calle la controversia por la ley Cela¨¢
Llevan m¨¢s de 1,7 millones de firmas contra la ¡®ley Cela¨¢¡¯, y este domingo mostraron su m¨²sculo en las calles de 30 ciudades espa?olas convocadas por la plataforma M¨¢s plurales. Se manifestaron en familia, pero en coche. Los principales argumentos: que la consideran una amenaza a la escuela concertada, que creen que atenta contra la libertad para escoger el centro, que acabar¨¢ con los centros de educaci¨®n especial y que elimina el espa?ol como lengua vehicular.
Esta semana hab¨ªamos escuchado a los obispos manifestar su "comprensi¨®n y apoyo" a las movilizaciones, aunque en esta ocasi¨®n han decidido no sumarse a las protestas, a pesar de que creen que la norma pone trabas a la educaci¨®n concertada. Se refieren a que la ley proh¨ªbe a la escuela concertada cobrar cuotas a las familias, obliga a los centros a escolarizar a m¨¢s alumnos con dificultades y propone eliminar los conciertos educativos a los colegios que escolarizan por separado a las ni?as y ni?os. Precisamente en este sentido ha fallado el Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a, obligando a la Generalitat a renovar el concierto a las escuelas que separan por sexo para preservar el inter¨¦s de las familias y la viabilidad econ¨®mica de los centros. Y respecto al abordaje ling¨¹¨ªstico de la norma, la Real Academia Espa?ola record¨® ¡°la protecci¨®n¡± que la Constituci¨®n da al castellano.
Para analizar c¨®mo se vive a pie de aula esta norma y los cambios que propone, hemos preguntado a tres educadores y tres familias c¨®mo les afecta la ¡®ley Cela¨¢¡¯ a sus protagonistas. Y tambi¨¦n hemos analizado la ley aprobada en el Congreso con sus 300 enmiendas y los cambios en la escuela que implicar¨¢ su entrada en vigor: potencia la ense?anza p¨²blica, limita las repeticiones y reequilibra las competencias entre el Gobierno y las comunidades.
Tambi¨¦n le hemos preguntado sobre ello a la ministra de Educaci¨®n, Isabel Cela¨¢, que seg¨²n sus palabras cree que ¡°la nueva ley cambia una filosof¨ªa elitista por la equidad".
2. Clamando por el consenso educativo que no llega
Pero m¨¢s all¨¢ de lo que aporta y elimina la norma, que ha ocupado buena parte de las tribunas de esta semana, como la de Milagros P¨¦rez Oliva, El consenso que piden y no dan, que recordaba que el objetivo de esta norma es "dejar atr¨¢s a la Lomce, una ley tan regresiva que ni el Gobierno que la promovi¨® se atrevi¨® a aplicarla en su totalidad". O lo que planteaba?Juan M. Escudero, catedr¨¢tico em¨¦rito de Organizaci¨®n Escolar de la Universidad de Murcia, en Muchos caminos por andar, que la considera simplemente "una plataforma de partida".
Sin embargo, lo que todos reclaman para la octava ley educativa de la democracia es un consenso que est¨¢ muy lejos de alcanzarse. Como recordaba Lucas Gortazar, de ESADE, en su columna Una ley educativa que nace sin alas: "La norma trae m¨¢s buenas que malas noticias, algunas inconcreciones y otras omisiones preocupantes. Pero, sobre todo, nace sin consenso". Coincid¨ªa con Fernando Vallesp¨ªn en su columna Educaci¨®n, educaci¨®n...: "Nunca tendremos la que deseamos si no nos implicamos todos. Es un deber ciudadano". Y tambi¨¦n el editorial del 20 de noviembre Aprobado justo: "La falta de consenso educativo es un fracaso, pero la ley mejora la anterior".
?3. La vida sigue en las escuelas
Mientras tanto, las escuelas siguen atrapadas en el fuego cruzado. Ven c¨®mo la reforma educativa nace sin un acuerdo que d¨¦ estabilidad a la escuela y c¨®mo las autonom¨ªas del PP estudian v¨ªas para no aplicarla. Y siguen esperando que lleguen los dispositivos prometidos, tal y como recog¨ªa un editorial esta semana, y asist¨ªan al primer cierre por brote de coronavirus de un colegio de Madrid: el centro Josefina Carabias de Mataelpino, que estar¨¢ 10 d¨ªas clausurado tras haberse detectado un brote con nueve casos entre profesores y alumnos.
Aunque la buena noticia es que los colegios no han resultado ser focos de contagio, salvo alguna excepci¨®n como esta. Varios expertos lo analizaban en La Buena Vida. Hay varias teor¨ªas cient¨ªficas que explican por qu¨¦ las clases en cuarentena apenas suponen un 1,5% del total: ?Por qu¨¦ los colegios no se han convertido en un foco de contagios de covid??
En el apartado de buenas noticias nos detenemos en un centro de Galicia, rese?ado en Escuelas en Red, donde los profesores siguen tratando de que el aprendizaje sea lo m¨¢s eficaz posible. En el IES Mar¨ªa Soli?o de Cangas do Morrazo (Pontevedra) han optado por convertir a los estudiantes en cineastas con un matiz social para transformar el mundo en el que viven.
Gracias por haber llegado hasta aqu¨ª. ?Hasta la semana que viene!
Ay¨²danos a difundir esta newsletter.
Gracias por seguir EL PA?S EDUCACI?N en Twitter o Facebook y compartir esta newsletter.
Si quieres recibirla, ap¨²ntate aqu¨ª.
Si crees que podemos aprender algo con tu historia, o quieres contactarnos escr¨ªbenos a educacion@elpais.es
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.