Es escritora. Desde 1995, fecha de publicaci¨®n de 'El fr¨ªo', ha escrito narrativa, poes¨ªa y ensayo, y obtenido numerosos premios. Actualmente publica con la editorial Anagrama. Sus dos ¨²ltimos t¨ªtulos son 'peque?as mujeres rojas' y 'Parte de m¨ª'. Colabora con EL PA?S, Hoy por hoy y da clase en la Escuela de escritores de Madrid.
La gente es buena, arrima el hombro y todo es precioso, pero despu¨¦s, cuando enfermemos y vayamos a los hospitales p¨²blicos y no nos atiendan porque est¨¦n devastados, pensamos si no habr¨ªa sido mejor que se nos comieran la nieve y la mierda
Elmer Franklin Brannigan y Alicia G¨®mez Pinillos hablan de leyendas navide?as y r¨ªen, preventivamente enmascarados, cuando reparan en que a veces la leyenda adquiere un tinte supersticioso y homogeneizador
Las buenas familias colocan lazos naranjas para perpetuar desigualdades nacionalcat¨®licas y bancarias, mientras que las familias buenas educamos a nuestra infancia en el hedonismo del baile, el laicismo y la poes¨ªa
A la vista de los comentarios del general retirado que higienizar¨ªa el pa¨ªs fusilando a veintis¨¦is millones de espa?oles y de espa?ol¨ªsimas como yo, esta columna bien podr¨ªa titularse ¡®Ant¨ªgona¡¯
Me ha llegado un pel¨ªn tarde el momento de asistir a la destrucci¨®n de las rancias tradiciones. Pero ha llegado y le doy gracias a Dios porque, pese a mi escucha atenta de Radio Mar¨ªa, el socialcomunismo me ha abducido
Una cosa es que tu intimidad parisina, existencialista y literaria, se haga p¨²blica, y otra cosa es que archiven los aspectos menos fascinantes de tu vida
Pedir¨ªa a las fuerzas de seguridad que, desde esa lucidez de clase, no desplegaran actitudes m¨¢s represivas en las concentraciones de perroflautas que en las de ¡®cayetaners¡¯
?Por qu¨¦ no volver a tener confianza en los metarrelatos emancipadores, en la poes¨ªa despu¨¦s de Auschwitz, en la verdad como horizonte de la filosof¨ªa y en el optimismo cognoscitivo?
Un clima de mal sue?o impera en los relatos y los poemas de estos dos libros, en los que M¨®nica Ojeda expresa una da?ada vivencia de mujer a trav¨¦s de la exploraci¨®n ling¨¹¨ªstica
Me esfuerzo para que el europe¨ªsmo y la democracia me sigan pareciendo importantes, pero ya no somos clase media y, en ocasiones, sue?o con colas del hambre y respiradores
Reniego del patrioterismo, me esfuerzo por ponerme en el lugar del otro y me enervo cuando alguien es injustamente tratado por haber nacido en un determinado pa¨ªs
Para la felicidad de nuestros sue?os, sexualidades y vigilias, quiz¨¢ no deber¨ªamos usar tanto la tele ¡ªabreviatura cari?osa¡ª como aparato consolador
En 'Una mujer', la escritora describe c¨®mo la fuerza y la luz de su madre se demacran poco a poco con la demencia en un relato biogr¨¢fico y de reflexi¨®n
Edith Wharton nos hace pensar en la prudencia de atarse la mano a la espalda para no escribirlo todo, los excesos de sinceridad er¨®tica y los regalos envenenados
A corto plazo la acci¨®n pol¨ªtica pasa por reforzar un sentido de la solidaridad y en contrataci¨®n de rastreadores y personal sanitario, aprovechamiento de infraestructuras p¨²blicas, reforzamiento de atenci¨®n primaria...
La falta de respeto a v¨ªctimas, profesionales de la salud, personal investigador, celadoras, celadores y personas dedicadas a la limpieza hospitalaria es tremebunda
Los cromos de la distop¨ªa instalada en nuestro futuro perfecto son las colas del hambre y las personas inmigrantes que saltan de la patera y echan a correr mientras turistas nacionales los contemplan con sus mascarillas mojadas
Volvemos a besar las cuentas de nuestro rosario, ateo y p¨²blico, para que se optimicen los recursos existentes, se contrate personal y no se externalicen los servicios
Publicada en 1901, 'D¨¦d¨¦' impresiona en la segunda d¨¦cada del siglo XXI: una historia de amor entre dos escolares con los t¨®picos de una decadentista literatura homoer¨®tica
Yo no busco redundancias, sino s¨ªntesis entre mi desbordante alegr¨ªa de vivir, una racionalidad antinost¨¢lgica y una solidaridad antis¨¦ptica que me ligue a mi comunidad y haga de m¨ª acompa?ada superviviente
Compromiso social y gran literatura se dan la mano en las cuatro piezas que integran 'Dime una adivinanza', de Tillie Olsen. Una obra que conmociona por su lucidez
Alberto Prunetti desdice el t¨®pico de que la novela se ensucia con la pol¨ªtica con la historia de un soldador v¨ªctima del amianto. Pura y brillante literatura de intervenci¨®n
Virgen Mar¨ªa, apar¨¦cete en un arbolito, recu¨¦rdanos la tabla de multiplicar, el valor de la raz¨®n, el peso de la ley, y s¨¢canos de este futuro falsificado