Gabriel Boric: ¡°La izquierda en Am¨¦rica Latina ha tenido tendencia a no hacerse cargo de sus propios errores¡±
El presidente de Chile revisa en entrevista con EL PA?S su labor de Gobierno y su futuro pol¨ªtico. ¡°La profundidad de los cambios que nos imaginamos fue a contrapelo de lo que quer¨ªa la mayor¨ªa. Cambiaron prioridades y velocidades, pero no la direcci¨®n de nuestros principios¡±, dice en el ecuador de su mandato
El 11 de marzo de 2022, Gabriel Boric Font asumi¨® el poder con s¨®lo 36 a?os y todo el futuro por delante. Era el l¨ªder de una nueva izquierda latinoamericana, el presidente destinado a cerrar las heridas de la revuelta chilena de 2019 y a enterrar la Constituci¨®n nacida en tiempos del dictador Augusto Pinochet. En aquellos d¨ªas, en un continente siempre convulso, Boric encarnaba la esperanza austral del progresismo. Dos a?os despu¨¦s, sin haber perdido su aura internacional, la real...
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El 11 de marzo de 2022, Gabriel Boric Font asumi¨® el poder con s¨®lo 36 a?os y todo el futuro por delante. Era el l¨ªder de una nueva izquierda latinoamericana, el presidente destinado a cerrar las heridas de la revuelta chilena de 2019 y a enterrar la Constituci¨®n nacida en tiempos del dictador Augusto Pinochet. En aquellos d¨ªas, en un continente siempre convulso, Boric encarnaba la esperanza austral del progresismo. Dos a?os despu¨¦s, sin haber perdido su aura internacional, la realidad le ha pasado factura. El antiguo dirigente estudiantil gobierna con niveles de aprobaci¨®n bajos, aunque superiores a sus antecesores inmediatos; dos proyectos de cambio constitucional han fracasado en las urnas, e importantes compa?eros de viaje (y amigos) han ca¨ªdo fulminados por el esc¨¢ndalo o las crisis. Y lo que es m¨¢s inquietante, Chile, con una extrema derecha fuerte, se enfrenta a un espectro que apenas conoc¨ªa: la inseguridad.
Son muchos los problemas y escaso el tiempo que le queda de mandato. Pero Boric, lejos de tirar la toalla, se muestra decidido a dar la batalla. En los dos a?os que le restan se ha puesto como prioridad mejorar las pensiones, detonar el crecimiento econ¨®mico y sofocar la criminalidad. ¡°La democracia tiene que cumplir; y en la medida en que mejoremos la calidad de vida de las personas, estaremos avanzando en esa direcci¨®n. As¨ª es como hay que enfrentarse a la ultraderecha¡±, explica Boric en su despacho del Palacio de la Moneda.
Es s¨¢bado en Santiago de Chile y fuera brilla un sol de cristal. El presidente, en mangas de camisa, comenta que hace dos noches le prepar¨® un asado en su casa al jefe del Gobierno espa?ol, el socialista Pedro S¨¢nchez, de visita por la capital. ¡°Sab¨ªa que defiende el chulet¨®n¡±, bromea.
Encima de su mesa de trabajo, repleta de papeles, destaca El nacimiento de un nuevo mundo, un grueso y manoseado volumen del historiador estadounidense Jeremy D. Popkin sobre la Revoluci¨®n Francesa. A su espalda se alza un retrato del libertador Bernardo O¡¯Higgins (1778-1842) y enfrente, un gran cartel de los 50 a?os del golpe de Estado de Pinochet con los rostros en blanco y negro de desaparecidos. ¡°Para no olvidarme de d¨®nde venimos¡±, se?ala el jefe de Estado chileno antes de sentarse. Durante la hora que dure la entrevista no se levantar¨¢. En los primeros minutos sonar¨¢ de fondo la experimental A Saucerful of Secrets (Un plato lleno de secretos), de Pink Floyd, un vinilo elegido y puesto por el propio Boric. Luego, ya avanzada la conversaci¨®n, el disco acabar¨¢ girando en silencio.
Pregunta. ?C¨®mo enjuicia estos dos primeros a?os de mandato? ?Est¨¢ contento?
Respuesta. Este no es un espacio para hablar de felicidad, son tantos los desaf¨ªos, los imprevistos, las tragedias... Pero me levanto todos los d¨ªas muy motivado y con ganas de trabajar.
P. ?Y esperaba que fuera as¨ª la presidencia?
R. Esta es una responsabilidad inigualable, ¨²nica. Uno nunca sabe qu¨¦ esperar; cada presidencia tiene desaf¨ªos distintos, y no se deben ver esas dificultades desde una perspectiva de victimizaci¨®n, sino como propias del cargo.
P. ?Si pudiera volver atr¨¢s, cambiar¨ªa algo?
R. ?Atr¨¢s? ?Cu¨¢nto?
P. Al 11 de marzo de 2022.
R. Hay muchas cosas que pudieron hacerse mejor. Este Gobierno tiene una particularidad: la coalici¨®n que lo sustenta se forj¨® en segunda vuelta electoral y por lo tanto carec¨ªa de una cultura de trabajo en conjunto. Eso es algo que ha costado desarrollar, pero que vamos a lograr cuajar. Y sobre decisiones de pol¨ªticas p¨²blicas espec¨ªficas, creo que el haber apostado tanto al resultado del primer proceso constitucional y haber postergado reformas importantes en funci¨®n de ello, es algo que yo har¨ªa de manera diferente hoy d¨ªa. Nosotros sufrimos dos derrotas electorales muy fuertes pr¨¢cticamente el primer a?o, 2022, y eso implic¨® un giro en las prioridades. A veces se me critica por virar en ciertos aspectos, pero eso es necesario en pol¨ªtica y en un mundo que est¨¢ cambiando muy, muy r¨¢pidamente. Uno tiene que saber adecuarse, ha de tener cintura, manteniendo una coherencia con los principios.
P. ?Y hacia d¨®nde ha virado? ?Hacia una izquierda m¨¢s moderada?
R. Para que avancen las ideas progresistas de justicia social e igualdad es necesario que la izquierda y el centroizquierda trabajen unidos. Aqu¨ª hemos fortalecido esa alianza, trabajamos en una misma direcci¨®n sin renegar de que pueda haber visiones diferentes en ciertos puntos.
P. Los dos proyectos para cambiar la Constituci¨®n emprendidos en su mandato fracasaron en las urnas. Usted mismo reconoci¨® el hast¨ªo y la frustraci¨®n generados por ese proceso. ?Fue un tiempo perdido? ?En qu¨¦ se equivocaron?
R. Perdido, en ning¨²n caso. Hubo un aprendizaje. Ning¨²n pa¨ªs es permanentemente exitoso en sus iniciativas. Y creo que, en alg¨²n momento, no en este Gobierno, se tendr¨¢ que retomar la discusi¨®n, porque las constituciones han de actualizarse. En los dos procesos, tanto por la izquierda como por la derecha, se pens¨® que se pod¨ªa llegar a un resultado final sin considerar las opiniones de quien estaba, en ese momento, circunstancialmente en minor¨ªa. Pero las minor¨ªas y mayor¨ªas en democracia cambian permanentemente, y finalmente el pueblo no se sinti¨® representado.
P. ?Y qu¨¦ supone para un presidente de izquierda no haber podido superar en su mandato la Constituci¨®n de 1980?
R. Esa es una pregunta que habr¨ªa que hacer a todos los expresidentes progresistas de Chile.
P. Usted ten¨ªa la posibilidad de hacerlo.
R. No creo que sea algo atribuible a una responsabilidad personal. Por supuesto, que me hubiese gustado: deseaba una nueva Constituci¨®n nacida en democracia a partir de un debate deliberativo p¨²blico que nos encontrara como chilenos. Pero eso fracas¨® en el mismo proceso deliberativo.
P. El proyecto de una nueva Constituci¨®n naci¨® como una respuesta institucional a las protestas de 2019. ?No teme que su fracaso ahonde el desencanto social y favorezca las tendencias ultraderechistas?
R. En la crisis de 2019 logramos enfrentar el problema con m¨¢s democracia y no con menos. Y eso fue una virtud de todos, del sistema pol¨ªtico en su conjunto. Incluso habiendo sido rechazados los dos proyectos constitucionales, el que hayamos seguido ese camino y no otro, es un ¨¦xito y fortalece la democracia chilena. Pero hay una lectura que nos diferencia de la derecha. Ellos hablan de estallido delictual y de golpe de Estado, como si lo que pas¨® en octubre de 2019 se redujera a hordas de violencia de personas irracionales. No niego que hubo una violencia inaceptable, pero tambi¨¦n se vio una movilizaci¨®n que puso en el centro de debate asuntos que la pol¨ªtica no ha sido todav¨ªa capaz de resolver. El ejemplo m¨¢s claro es la reforma de pensiones. Llevamos m¨¢s de 10 a?os discutiendo. Pero si ese problema, al igual que el d¨¦ficit de vivienda, la salud mental o los derechos de las mujeres, no se abordan de manera sustantiva, como creo que lo estamos abordando en nuestro Gobierno, sino que sencillamente se meten debajo de la alfombra, se dar¨¢n las condiciones para que ese malestar crezca y derive en salidas autoritarias o populistas de cualquier signo, no solamente de derechas.
P. ?Teme que en las pr¨®ximas elecciones presidenciales pueda darse aqu¨ª un fen¨®meno de ultraderecha como el de Javier Milei en Argentina?
R. Ese fen¨®meno ya existe aqu¨ª y ha incidido en las posiciones de la derecha tradicional: es lo que representa el Partido Republicano chileno. No es algo nuevo, de hecho. La segunda vuelta de las elecciones presidenciales en 2022 la ganamos contra un candidato ultraconservador que representa y se siente parte de ese mundo de Santiago Abascal, Javier Milei, Donald Trump, Jair Bolsonaro... Pero la manera de combatirlo no es solo discursiva. La democracia tiene que cumplir; y en la medida en que mejoremos la calidad de vida de las personas, estaremos avanzando en esa direcci¨®n. As¨ª es como hay que enfrentarse a la ultraderecha. Nosotros hemos reducido la pobreza, disminuido la desigualdad, mejorado resultados en la educaci¨®n p¨²blica, aumentado el salario m¨ªnimo, avanzado en la calidad de vida con la ley de conciliaci¨®n laboral o la reducci¨®n de la jornada a 40 horas... Y hay desaf¨ªos que est¨¢n en desarrollo, como la seguridad, que es la principal prioridad de los chilenos y donde estamos trabajando de manera muy fuerte...
P. En seguridad, ?qu¨¦ se est¨¢ haciendo?
R. Se han aprobado m¨¢s de 30 leyes. Hemos sido el Gobierno que m¨¢s legislaci¨®n ha sacado adelante en materia de seguridad. Hemos fortalecido la instituci¨®n de Carabineros de manera muy significativa. Hemos controlado el ingreso de migrantes desde la frontera, utilizando a las Fuerzas Armadas, y detuvimos la tendencia al alza en asesinatos. La presencia del crimen organizado, como lo hemos visto en el caso del Tren de Aragua, es una de las principales preocupaciones. Creo que estamos avanzando en una buena direcci¨®n y esos resultados se van a notar.
P. ?Cree que Chile est¨¢ ahora mejor que en marzo de 2022?
R. Sin lugar a dudas. Recibimos un pa¨ªs con m¨¢s de 8% de inflaci¨®n y ahora ronda el 4,5%. Recibimos un pa¨ªs cuyas perspectivas econ¨®micas eran negativas y hemos vuelto a comenzar a crecer. Recibimos un pa¨ªs con graves conflictos de orden p¨²blico, con una violencia creciente en La Araucan¨ªa. Recibimos un pa¨ªs fracturado socialmente. Recibimos un pa¨ªs con una inmigraci¨®n absolutamente descontrolada... Sin caer en la autocomplacencia, pero quienes dicen que no se ha hecho nada y que Chile va camino al despe?adero est¨¢n completamente equivocados. El pa¨ªs est¨¢ mejor que como lo recibimos.
P. ?Y por qu¨¦ tiene su Gobierno niveles de desaprobaci¨®n superiores al 60%?
R. Nuestros ¨ªndices de aprobaci¨®n son mejores que los que ten¨ªan los ¨²ltimos dos gobiernos. Por lo tanto, hacer una evaluaci¨®n solamente con eso me parece antojadizo y supone una falta de perspectiva de la crisis general de la pol¨ªtica, de la crisis de representatividad, que es un fen¨®meno global. Esto no quita que, como Gobierno, y yo en particular, podr¨ªamos hacerlo mejor. Por supuesto que me gustar¨ªa que el Gobierno tuviera ¨ªndices de aprobaci¨®n superiores; es m¨¢s, eso ocurrir¨¢ en la medida en que sigamos avanzando, en que la econom¨ªa vuelva a crecer, tengamos mayores ¨¦xitos en materia de seguridad y se demuestren los beneficios sociales de un Gobierno progresista. Eso va a mejorar. Pero los n¨²meros que tenemos, que fluct¨²an entre el 35% y el 28% de aprobaci¨®n, son mejores que los que ten¨ªan los ¨²ltimos dos gobiernos; Pi?era lleg¨® a estar en un 7%. Hay que ver esos datos con perspectiva. Yo no me angustio ni me pongo ansioso con las encuestas. Me gustan m¨¢s las series largas que la l¨®gica de subir un punto o dos o tres en el sondeo del fin de semana.
P. El caso Convenios [de corrupci¨®n pol¨ªtica, que protagonizaron militantes del Frente Amplio], ?cu¨¢nto ha da?ado a su Gobierno?
R. Ha sido una decepci¨®n para mucha gente y es inaceptable que haya sucedido. Ahora, la reacci¨®n que hemos tenido frente al caso Convenios es totalmente distinta a lo que se acostumbraba en pol¨ªtica. Y hemos dejado claro que nadie que haya cometido actos il¨ªcitos est¨¢ protegido por el Gobierno. Yo, personalmente, tengo la tranquilidad absoluta de que no he propiciado ni protegido a gente que est¨¦ involucrada.
P. Este caso provoc¨® la salida del Gobierno de su aliado hist¨®rico, Giorgio Jackson, pero no ha sido el ¨²nico integrante de su c¨ªrculo original que ya no lo acompa?a. ?Est¨¢ m¨¢s solo que hace dos a?os?
R. El ejercicio de la presidencia siempre tiene una dimensi¨®n de soledad reflexiva. Es evidente que la salida de Giorgio fue importante, pero demuestra que la gente no est¨¢ en el Gobierno por amistad o relaciones personales, sino por lo que es m¨¢s funcional para las pol¨ªticas p¨²blicas.
P. Y en lo personal, ?c¨®mo lo digiri¨®?
R. En lo personal fue duro. Pero los sentimientos personales no pueden dirigir el Gobierno; es el bien com¨²n el que tiene que primar. Ese es el rol de un liderazgo.
P. ?Cu¨¢l ha sido el episodio m¨¢s doloroso de estos dos a?os?
R. Lo m¨¢s dif¨ªcil y que signific¨® un cambio de prioridades y de agenda fue la derrota del 4 de septiembre [cuando por un 62% se ech¨® abajo una propuesta de nueva Constituci¨®n]. Fue un llamado al orden y a reencontrarse con el sentido com¨²n del pueblo. Por eso digo que es importante tener cintura y ser flexible. La pol¨ªtica no es para fan¨¢ticos.
P. Hay una parte de la opini¨®n p¨²blica que piensa que ¡°el proyecto pol¨ªtico de Gabriel Boric ya fracas¨®¡± y que su ¡°prop¨®sito transformador se frustr¨®¡±. ?Qu¨¦ piensa de ello?
R. Los principios de nuestro Gobierno se mantienen totalmente firmes. Evidentemente, la profundidad de los cambios que imaginamos en un momento fue a contrapelo de lo que quer¨ªa la mayor¨ªa de la poblaci¨®n. Eso es innegable. Y eso implica ajustarse, pero sin por ello desviarnos de nuestros principios. Cambiaron prioridades y velocidades, pero no la direcci¨®n de nuestros principios.
P. ?Cu¨¢l es la m¨¢xima prioridad para los pr¨®ximos dos a?os?
R. En pol¨ªticas p¨²blicas concretas, la prioridad es mejorar las pensiones, la seguridad y retomar el crecimiento econ¨®mico. Como proyecto pol¨ªtico, es demostrar que es posible un actuar conjunto de la izquierda y la centroizquierda. Demostrarle a la mayor¨ªa de la poblaci¨®n que cuando gobierna el progresismo mejora su calidad de vida en torno a principios que son muy distintos a los que sostiene el presidente Milei en Argentina o Bolsonaro en Brasil, Trump en Estados Unidos, Viktor Orban en Hungr¨ªa o, ac¨¢ en Chile, Jos¨¦ Antonio Kast y los sectores de la derecha influenciados por ese tipo de liderazgo.
P. ?Cu¨¢l ser¨¢ el legado de su Gobierno?
R. Haber normalizado el pa¨ªs y mejorado materialmente las condiciones de vida de la gente en un momento en que hab¨ªa imperado el pesimismo (eso lo vamos a lograr revertir). Y haber tomado medidas que avancen en mayor justicia social y una mejor distribuci¨®n del ingreso. Adem¨¢s, espero que podamos formar una coalici¨®n de largo plazo para un proyecto progresista en Chile. Tal como lo fue en su momento el Frente Popular en los a?os 30 y 40 o la misma Concertaci¨®n (1990-2010).
P. ?Qu¨¦ piensa de Milei y del presidente de El Salvador, Nayib Bukele?
R. No voy a hacer referencias personales. Claramente tenemos proyectos distintos, pero las evaluaciones le corresponden a los pueblos que ellos representan.
P. Usted ha criticado a menudo a reg¨ªmenes como los de Venezuela, Nicaragua o Cuba por sus abusos contra los derechos humanos. Pero llama la atenci¨®n que no le sigan otros presidentes de la izquierda latinoamericana.
R. En la izquierda en general, y en Am¨¦rica Latina en particular, ha habido una tendencia a no hacerse cargo de los errores propios. Es un error defender ciertos reg¨ªmenes porque se entienden como parte de la misma familia. No miro el color pol¨ªtico de una persona que viole los derechos humanos o restrinja libertades que son esenciales. Esto despierta muchas cr¨ªticas transversales: siempre te golpean de un lado y otro. Por la izquierda cuando criticamos a Venezuela o Nicaragua. Por la derecha y el establishment, con las denuncias en el caso de las grav¨ªsimas violaciones a los derechos humanos que est¨¢ cometiendo Israel en Gaza. O en el caso de la guerra de Rusia contra Ucrania. No puede ser que uno cierre los ojos frente a los propios y est¨¦ permanentemente denunciando lo que piensa el contrario. La gente no es tonta y esas confusiones o desviaciones le hacen mal a la pol¨ªtica.
P. ?Con qu¨¦ l¨ªderes internacionales se siente m¨¢s af¨ªn?
R. Con Pedro S¨¢nchez tengo una excelente relaci¨®n, con Justin Trudeau hemos desarrollado un di¨¢logo permanente y mucha colaboraci¨®n. Me gusta mucho lo que est¨¢ haciendo la secretaria general del Partido Democr¨¢tico en Italia [Elly Schlein], una mujer joven. Creo que Lula, sin lugar a duda, es un referente en t¨¦rminos de su trayectoria y liderazgo. Ahora, yo no tengo ¨ªdolos. La pol¨ªtica no es espacio para ¨ªdolos, todos tenemos luces y sombras.
P. ?Y cu¨¢les son sus sombras?
R. En un comienzo, no dimensionamos la importancia de dos aspectos fundamentales que hoy son prioridad en mi Gobierno: el crecimiento econ¨®mico y tener una perspectiva muy clara en seguridad. Son cuestiones que pesaron y donde podr¨ªa haber ejercido un liderazgo mayor. Son aprendizajes que he tenido en el camino.
P. Usted hizo un importante reconocimiento en el funeral de su antecesor, el presidente Pi?era, sobre el papel que su sector jug¨® como oposici¨®n en aquel Gobierno. ?Por qu¨¦ lo hizo?
R. Lo que se?al¨¦ fue: ¡°Tal como ha sucedido en otras ocasiones en nuestra historia pol¨ªtica, hubo momentos en que como oposici¨®n fuimos en nuestras querellas ¨Creferido a disputas pol¨ªticas, no judiciales¨C y diferencias m¨¢s all¨¢ de lo justo y razonable¡±. Eso fue lo que dije y eso lo sostengo. No, por cierto, en la defensa irrestricta de los derechos humanos cuando se estaban violando en Chile. Pero s¨ª en acusaciones personales, incluso de falta de capacidades mentales. Comparar al presidente Pi?era, con quien tuve muchas diferencias, con lo que fue la dictadura, banaliza lo que fue la dictadura. Y esperar¨ªa que ese aprendizaje que hemos tenido hoy siendo Gobierno de lo que fuimos como oposici¨®n, lo tenga tambi¨¦n la actual oposici¨®n.
P. En el largo plazo, ?se ve siendo presidente una segunda vez?
R. Aunque nunca es bueno ser demasiado categ¨®rico respecto a los planes personales, no est¨¢ en ning¨²n caso dentro de mis objetivos ni de mis aspiraciones personales. A m¨ª me gustar¨ªa seguir contribuyendo a mejorar el pa¨ªs y fortalecer el proyecto pol¨ªtico del progresismo y la alianza entre la izquierda y la centroizquierda, desde mi domicilio, el Frente Amplio. En t¨¦rminos m¨¢s personales, me gustar¨ªa leer mucho m¨¢s, escribir y poder cuidar el cuerpo, que es algo que claramente no he podido hacer en los ¨²ltimos a?os.
P. ?Es la derecha la que tiene mayores opciones de sucederlo?
R. Dos a?os antes de la elecci¨®n presidencial de 2022 yo era, seg¨²n las encuestas semanales, el pol¨ªtico peor valorado. Por lo tanto, tratar de ver el futuro cuando queda tanto tiempo, no tiene mayor sentido. Como Gobierno vamos no solamente a dejar un pa¨ªs mejor que el que encontramos, sino que la gente va a apreciar esos cambios y esto se traducir¨¢ en una continuidad del proyecto pol¨ªtico progresista.
P. La mejor valorada del progresismo, seg¨²n las encuestas, es Michelle Bachelet.
R. Tengo una gran opini¨®n de Bachelet. Pero hay otras figuras que van a dar que hablar en pol¨ªtica y que van a hacer un aporte en primera fila. Pienso en Camila Vallejo, Carolina Toh¨¢, Jeannette Jara..., pienso en Izkia Siches, Daniela Cicardini, Karol Cariola... Hay recambio.
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