Valentina Tereshkova y Sally Ride, pioneras en un mundo reservado a los hombres
Se cumplen 60 y 40 a?os, respectivamente, de los viajes de las primeras astronautas de las dos superpotencias de la carrera espacial
A mediados de junio de 1963, solo diez astronautas hab¨ªan estado en el espacio. Cuatro rusos y seis americanos, aunque el tiempo total en ¨®rbita acumulado por los primeros cuadruplicaba a los segundos. El programa Mercury acababa de concluir; del Vostok no se sab¨ªa qu¨¦ planes albergaba la URSS en la incipiente carrera hacia la Luna.
As¨ª, el 14 de junio Radio Mosc¨² anunci¨®, con la fanfarria habitual, el lanzamiento de otro cosmonauta: Valery Bykowsky. Su nave, otra c¨¢psula Vostok, la n¨²mero 5, casi id¨¦ntica a la que hab¨ªa llevado hasta la ¨®rbita a Gagarin y otros compa?eros. No era una muy grande ni confortable, pero s¨ª llevaba reservas de agua y combustible para permanecer en vuelo m¨¢s de cinco d¨ªas, un r¨¦cord en aquella ¨¦poca.
Bykowsky estuvo volando solo durante dos d¨ªas hasta que Radio Mosc¨² anunci¨® un nuevo lanzamiento, esta vez tripulado por una mujer: Valentina Vladimirovna Tereshkova. Aquella intrusi¨®n femenina en un mundo que parec¨ªa reservado a hombres caus¨® verdadero revuelo.
El veto presidencial a las mujeres astronautas
En Estados Unidos resultaba impensable, ya que una de las condiciones impuestas por Eisenhower en la selecci¨®n de astronautas era que fuesen militares y con experiencia como pilotos de pruebas. Ninguna mujer cumpl¨ªa ese requisito, aunque s¨ª se form¨® un grupo extraoficial de 13 candidatas que durante los entrenamientos demostraron iguales aptitudes que los varones. Algunas, incluso, las superaron.
De las 13, solo Wally Funk vio cumplido su deseo cuando, en el verano de 2021, vol¨® como invitada en una c¨¢psula suborbital de Blue Origin, la compa?¨ªa de Jeff Bezos. Ten¨ªa 82 a?os, lo que la convirti¨® brevemente en la persona de m¨¢s edad en asomarse al espacio. La marca solo le dur¨® unos pocos meses, hasta el vuelo, tambi¨¦n por invitaci¨®n, del actor William Shatner, el ¡°capit¨¢n Kirk¡± de Star Trek.
Aparte de sus habilidades como piloto y paracaidista, Yuri Gagarin hab¨ªa sido escogido como paradigma del nuevo hombre sovi¨¦tico. Joven, simp¨¢tico, extrovertido, trabajador en una fundici¨®n de acero antes de alistarse en la aviaci¨®n, atleta y poseedor de una sonrisa que abr¨ªa todas las puertas. Tereshkova tambi¨¦n respond¨ªa a ese esquema: muy joven (27 a?os), nacida en una familia humilde, hija de un h¨¦roe de guerra oficial de tanques, antigua obrera en una f¨¢brica textil, aficionada al paracaidismo, secretaria del Konsomol (agrupaci¨®n de juventudes comunistas) y, por supuesto, miembro del partido. No ten¨ªa carrera militar, pero ese detalle se resolvi¨® asign¨¢ndole un grado honorario en la Fuerza A¨¦rea Sovi¨¦tica.
El vuelo del ¡®Vostok 6¡ä
Valentina fue seleccionada (con otras cuatro compa?eras) entre un grupo de 400 aspirantes. Tuvo que pasar dur¨ªsimas pruebas, como era reglamentario en una ¨¦poca en que los riesgos del vuelo espacial estaban un tanto sobrevalorados. Al final, ella y Valentina Ponomariova fueron seleccionadas para una misi¨®n espectacular: Volar simult¨¢neamente, pilotando ambas su propio Vostok. Pero, por lo visto, Ponomariova no super¨® adecuadamente las pruebas pol¨ªtico-psicol¨®gicas y fue sustitu¨ªda por un var¨®n, Valery Bykowsky.
Por otra parte, el programa ¡°Vostok¡± pasaba por una fase de reorganizaci¨®n, que acabar¨ªa suprimiendo otros siete vuelos para centrarse en el ¡°Voskhod¡±. Este ten¨ªa por objeto competir con el ¡°Gemini¡± americano lanzando una c¨¢psula con tres tripulantes y, poco despu¨¦s, efectuando el primer paseo espacial. El ¡°Vostok¡± de Valentina ser¨ªa la ¨²ltima nave de ese nombre.
El vuelo de Valentina Tereshkova se prolong¨® durante casi tres d¨ªas. Su ¡°Voskok¡± y el de Bykowsky llegaron a aproximarse hasta solo 5 kil¨®metros, aunque no dispon¨ªan de motores de maniobra: simplemente era consecuencia de las leyes de la mec¨¢nica celeste. Ninguno de ellos logr¨® ver al otro a esa distancia. El ¨²nico contacto entre ¡°Yastreb¡± y ¡°Chaika¡± (¡°Halc¨®n¡± y ¡°Gaviota¡±, sus indicativos durante el vuelo) fue a trav¨¦s de la radio.
El principal objetivo del vuelo era estudiar los efectos del medio espacial en el organismo femenino. Tereshkova lo super¨® bien, pero, seg¨²n algunas filtraciones, no ¡°extraordinariamente¡±, como se hab¨ªa calificado el vuelo de otros compa?eros. Sufri¨® mareos y v¨®mitos al intentar ingerir alimentos (aunque ella no lo atribuy¨® a un desorden g¨¢strico sino al mal sabor de la comida). Al intentar enjuagarse la boca descubri¨® que en el paquete de aseo personal hab¨ªan incluido enjuague y dent¨ªfrico, pero hab¨ªan olvidado el cepillo de dientes.
Como todos los cosmonautas, Tereshkova salt¨® en paraca¨ªdas antes de llegar al suelo. Nunca m¨¢s vol¨® por el espacio. A finales de 1963 se cas¨® con otro cosmonauta, Adri¨¢n Nikolayev con quien tuvo su ¨²nica hija. El matrimonio se deshizo en 1982. Ella, por su parte, desarroll¨® una importante carrera pol¨ªtica. Independientemente del ¨¦xito o no de su misi¨®n, Valentina Tereshkova (hoy todav¨ªa activa) se convirti¨® en una celebridad mundial, cuyo nombre, sesenta a?os despu¨¦s, sigue siendo familiar a gentes de todo el mundo.
La segunda astronauta, tambi¨¦n rusa
La siguiente mujer (Svetlana Sav¨ªtskaya, tambi¨¦n rusa) no llegar¨ªa al espacio hasta 19 a?os m¨¢s tarde. Su carrera como astronauta fue m¨¢s brillante que la de Tereshkova, puesto que particip¨® en tres misiones orbitales con largas estancias en la estaci¨®n Salyut 7. Muy a tono con la incorrecci¨®n pol¨ªtica de la ¨¦poca, cuando entr¨® por primera vez en el laboratorio, su compa?ero Valent¨ªn Levedev la recibi¨® entreg¨¢ndole un delantal e indic¨¢ndole ¡°Ponte a trabajar, Sveta¡±.
Por parte americana, la primera astronauta vol¨® en junio de 1983, as¨ª que en estos d¨ªas se cumple una doble efem¨¦ride. Fue Sally Ride, una graduada en f¨ªsica por la universidad de Stanford, que se present¨® como candidata a la llamada de la NASA solicitando especialistas para el programa del transbordador. De las casi 9000 ofertas, la agencia seleccion¨® solo 35, ocho de ellas mujeres.
Sally Ride, la primera americana en el espacio
Sally Ride vol¨® al espacio dos veces, ambas en el Challenger. Durante la primera, ayud¨® a ensayar el brazo rob¨®tico en cuyo dise?o hab¨ªa participado; la segunda, en 1984, fue la primera misi¨®n con tripulaci¨®n al completo (siete personas), en la que como novedad figuraban dos mujeres.
Estaba entren¨¢ndose para su tercera misi¨®n cuando el Challenger, el mismo en el que ella hab¨ªa volado dos veces, explot¨® a poco de despegar desde el centro Kenney. Ride form¨® parte de la comisi¨®n que investig¨® el desastre, pero despu¨¦s fue asignada a un puesto de gesti¨®n en la NASA. Dej¨® la agencia en 1987 para dedicarse a sus propios proyectos, muy centrados en estimular las vocaciones cient¨ªficas en la infancia.
Muri¨® en 2012, con 61 a?os, a consecuencia de un c¨¢ncer de p¨¢ncreas. Entre los muchos premios y distinciones, algunos recibidos a t¨ªtulo p¨®stumo, la efigie de Sally Ride figura en una pieza de 25 centavos acu?ada en honor de mujeres norteamericanas famosas. Es la primera persona LGTB que aparece en moneda de curso legal de los Estados Unidos.
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