Antonio Mart¨ªnez Sarri¨®n, r¨¦quiem por ¡®el Moderno¡¯
El poeta fallecido este martes fue uno de los representante de los nov¨ªsimos
Antonio Mart¨ªnez Sarri¨®n refiere en sus memorias c¨®mo hubo de pasar una especie de examen antes de ser acogido en el olimpo de los poetas que contaban. Atra¨ªdo por el talento y el talante de sus mayores capitalinos, hubo de acercarse al trono, o a la c¨¢tedra, de Jaime Gil de Biedma para recabar su aquiescencia. Biedma, a la saz¨®n el poeta que ten¨ªa mayor ascendiente tanto entre sus coet¨¢neos del medio siglo como entre los advenedizos del 68, ley¨® los poemas de ¡°el Moderno¡±, que as¨ª era como conoc¨ªan a Sarri¨®n sus mayores en edad y en gobierno: Carlos Barral, Luis Carandell, Juan Garc¨ªa Hortelano, Juan Benet. No s¨¦ si carraspeando o no, el examinador debi¨® de aprobar sin reparos los poemas que le hab¨ªa acercado el joven, porque concluy¨® con un elogio en modo de pregunta: ¡°?C¨®mo co?o puedes ser tan decadente, habiendo nacido en Albacete?¡±.
La c¨¢scara de la an¨¦cdota encierra la pulpa de la categor¨ªa, porque el entonces joven poeta estaba a horcajadas entre las otras dos Espa?as que se confrontaban est¨¦ticamente: la negra, casticista y mesetaria, casi un cuajar¨®n expresionista de Guti¨¦rrez Solana, y la cosmopolita, metropolitana y culturalista, que se pon¨ªa al abrigo de modelos for¨¢neos y abominaba de la caspa realista. Antonio Mart¨ªnez Sarri¨®n, que titular¨ªa el primer tomo de sus memorias, sin duda el m¨¢s valioso de los tres que las constituyen, Infancia y corrupciones, homenajeaba en el t¨ªtulo precisamente a Gil de Biedma, autor del poema ¡®Infancia y confesiones¡¯, casi un himno de ¨¦poca; y mucho m¨¢s tarde, ya en el siglo XXI, habr¨ªa a¨²n de escribir, otra vez torciendo el cuello a aquel t¨ªtulo, ¡®Juventud y confusiones¡¯, por si la devoci¨®n biedmiana no hubiera quedado expl¨ªcita.
Pero, aunque atra¨ªdo por ¨¦l, no fue absorbido por ¨¦l (o por ellos). Mart¨ªnez Sarri¨®n anduvo su propio camino. Su anclaje provinciano le permiti¨® incrustar una cu?a muy personal entre las cornucopias venecianas, con la que pas¨® a ser incluido en la antolog¨ªa de Jos¨¦ Mar¨ªa Castellet Nueve nov¨ªsimos poetas espa?oles (1970). Emparedado entre ¡°los del s¨¢ndalo¡± y ¡°los de la berza¡±, el casticismo semiagrario de Mart¨ªnez Sarri¨®n pact¨® con los signos de los nuevos tiempos, que hab¨ªan colonizado las expresiones del arte joven. La densidad verbal quevedesca y las deformaciones esperp¨¦nticas de Valle no le impidieron aliarse con el surrealismo franc¨¦s (Aragon, Breton, Char), el modernismo angloamericano (Eliot, Pound), los emergentes del boom hispanoamericano (Cort¨¢zar), los neovanguardistas del pop art, los autores de la generaci¨®n beat (Ginsberg o Kerouac), las mitolog¨ªas camp y el rock po¨¦tico de Dylan.
Teatro de operaciones (1967), su primer libro de poemas, es una conjunci¨®n de estampas cuyo costumbrismo se expresa con una limpieza na¨ªf que no conoce parang¨®n. En ¨¦l apunta un ni?o en el marco provinciano de bodas, escuela, larvadas escabrosidades sexuales, crueldad infantil, el milagro del cine, el aprendizaje del mundo. La impregnaci¨®n vanguardista, de ra¨ªz postista o post-postista ¡ªhay en ¨¦l mucho de Carriedo, de ?ngel Crespo, de Carlos de la Rica¡ª, presenta el choque entre la mendacidad y el miedo de la posguerra, por un lado, y los gui?os de la felicidad, por otro, aunque tras el ¡°The End¡± de la pel¨ªcula de la dicha y de sus diosas hubiera que posarse en la realidad: ¡°amor de mis quince a?os marilyn / r¨ªos de la memoria tan amargos / luego la cena desabrida y fr¨ªa / y los ojos ardiendo como faros¡±.
Tras ese libro vinieron sus t¨ªtulos verdaderamente generacionales, aunque menos personales: Pautas para conjurados (1970), una obra program¨¢tica que encierra los signos de la ¨¦poca con un lenguaje descoyuntado y una simultaneidad imagin¨ªstica que bebe del collage pict¨®rico; Ocho eleg¨ªas con pie en versos antiguos (1972), donde la insurgencia juvenil comienza a notar las primeras resquebrajaduras, y Una tromba mortal para los balleneros (1975), cenit de su dicci¨®n irracionalista y frondosidad culturalista, que dan curso a una alucinaci¨®n caleidosc¨®pica vinculada a los efectos lis¨¦rgicos del LSD.
Tras Canci¨®n triste para una parva de heterodoxos (1976), t¨ªtulo que remite a Sad song de Lou Reed, el poeta se repliega a sus cuarteles de invierno, de regreso de la furia iconoclasta. Horizonte desde la rada (1983) es un libro de celebraci¨®n amorosa y existencial, en el que se arr¨ªan las primitivas banderas y se opta por un lenguaje discursivo, aunque Mart¨ªnez Sarri¨®n no desde?a nunca la cabriola postista, las arbitrariedades l¨¦xicas o los ripios generadores de sentidos. En esa l¨ªnea, algo m¨¢s apagado el fervor, est¨¢ De aced¨ªa (1986) y, sobre todo, Ejercicio sobre Rilke (1988), donde un texto de Cuadernos de Malte Laurids Brigge, de Rilke, le permite un despliegue tem¨¢tico en el que queda expuesto lo esencial de su universo de la madurez. Cantil (1995), por su parte, es un libro-enigma, donde un cuadro de B?cklin ¡ªLa isla de los muertos¡ª le da pie para componer una f¨¢bula de la cultura consumista donde puede m¨¢s la belleza del engranaje que el peso de la lecci¨®n, arrollada por la soberbia m¨¢quina ret¨®rica.
Sus libros de senectud son una consideraci¨®n recapitulativa sobre una existencia que ha dejado un rastro riguroso, sincero y de excelencia expositiva en su escritura. As¨ª Cordura (1999), donde el dolor, la condici¨®n mortal y la amenaza de la muerte no recurren al grito espeluznado, sino a la serenidad elocutiva. Su ¨²ltimo libro po¨¦tico es Poeta en diwan (2004): una conciliaci¨®n de sus mundos, sus lenguajes y las disensiones, ya resueltas, a que en el pasado hubo de sobreponerse.
Con Antonio Mart¨ªnez Sarri¨®n se nos va un poeta excelente y singular¨ªsimo en su primer libro, un autor representativo de un tiempo hist¨®rico en sus libros del entorno del 68, y el escritor en cuya desembocadura ¡ªsus obras ¨²ltimas¡ª se aposent¨® una dicci¨®n serena y un estoicismo mesurado, con algunas salpicaduras epic¨²reas. De lo dem¨¢s, baste decir que ¡ªaforismos, esquirlas y recortes de pensamiento aparte¡ª es uno de los grandes memorialistas de la literatura contempor¨¢nea. Haya paz.
?ngel L. Prieto de Paula es cr¨ªtico literario y autor de la antolog¨ªa de Antonio Mart¨ªnez Sarri¨®n ¡®?ltima fe¡¯ (C¨¢tedra).
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