15 villancicos para reconciliarse con la Navidad
El pop acumula una larga lista de atrocidades para el fin de a?o, pero ¨¢rboles, guirnaldas y belenes tambi¨¦n han inspirado unas cuantas maravillas. Lleva m¨¢s tiempo encontrarlas, pero existen
Los villancicos no suelen dejar huella, sino secuelas. Crecer implica acumular a?os y m¨¢s a?os de impactos da?inos para el hemisferio izquierdo de nuestro cerebro: el pavoroso hilo musical en los grandes almacenes, especiales televisivos con el Tamborilero a vueltas, versiones lounge o smooth jazz de Jingle bells en restaurantes caros (cenas as¨ª tendr¨ªan que salirnos a devolver) o atrocidades varias que artistas con predicamento van suministr¨¢ndonos de solsticio en solsticio, aprovechando que nos pillan con la guardia baja. No, Bob Dylan no ser¨ªa Dios en la tierra ni premio Nobel si solo hubiese publicado el disco Christmas in the Heart (2009), una ocurrencia que aun no han digerido ni los m¨¢s dylanitas del planeta. El nombre de John Lennon se nos difuminar¨ªa de la memoria si su ¨²nico aval fuera la irritante Happy Xmas (War is over). Boney M., tan pintureros, no nos dejaron margen a la menor indulgencia con aquello de ¡°Feliz Navidad, pr¨®spero a?o y felicidad¡±. Y Rosana aprovech¨® los a?os en que era la artista femenina m¨¢s popular en espa?ol para infligirnos aquel En Navidad que aunaba dos de nuestras mayores pesadillas: los villancicos ?o?os y los popurr¨ªs.
Todo es susceptible de empeorar; eso siempre, pero m¨¢s a¨²n desde que Mariah Carey super¨® todas las cotas conocidas de glucosa en sangre con All I Want For Christmas Is You, que cumple tres d¨¦cadas sublimando el concepto de castigo divino. ?ramos pocos y llegaron este mismo a?o David Bisbal ?con un disco entero! (Todo es posible en Navidad, un t¨ªtulo desdichadamente prof¨¦tico) y hasta, ?ay!, nuestro venerable y casi siempre magn¨ªfico Mikel Erentxun. Pero aqu¨ª no queremos arruinarle las cenas a nadie, as¨ª que vamos a poner sobre la mesa un men¨² musical con mucho espumill¨®n pero tambi¨¦n muchos quilates. Si se preparan una lista de reproducci¨®n parecida a esta, hasta los chistecitos de su cu?ado le parecer¨¢n vagamente graciosos.
Elvis Presley: Blue Christmas (1957)
Solo el mism¨ªsimo Rey pudo encontrar un ant¨ªdoto crom¨¢tico a White Christmas, el villancico m¨¢s ubicuo y almibarado que ha concebido el g¨¦nero humano. Las navidades de Elvis no eran blancas, sino azules (o tristes) a ra¨ªz de que alguna chica le hubiese dado plant¨®n en tan inoportuna ¨¦poca del a?o. La melod¨ªa ya hab¨ªa gozado de cierto ¨¦xito en la voz de Ernest Tubb (1950) y ha conocido pu?ados de lecturas desde entonces, pero nada como escuch¨¢rsela al de Tupelo en su c¨¦lebre reaparici¨®n televisiva de 1968.
The Ronettes: Sleigh Ride (1963)
Cuando Phil Spector era un productor solo genial y estrafalario, y no en aquel asesino que terminar¨ªa sus a?os entre rejas, se permiti¨® un disco enterito de melod¨ªas navide?as reinventadas por sus grupos de chicas a partir de los preceptos del Muro de sonido, esas filigranas s¨®nicas que le aseguraron un lugar en la historia. El arreglo es tan pomposo, divertido y brillante que hasta le quedan bien los cascabeles y relinchos ecuestres. L¨¢stima que en aquella Navidad del 63, con el asesinato de Kennedy tan reciente, no hubiera mucho cuerpo de doo-wop.
Margo Guryan: I Don¡¯t Intend to Spend Christmas Without You (1967)
Reivindicada este mismo oto?o por una pl¨¦yade de artistas j¨®venes y rabiosamente creativos gracias al elep¨¦ colectivo Like Someone I know, casi nadie reconoci¨® en vida a esta cantautora neoyorquina, ep¨ªtome de los llamados ¡°artistas de culto¡± y condenada a sobrevivir con empleos varios. Esta canci¨®n la escribi¨® por encargo para la pizpireta actriz francesa Claudine Longet, pero la maqueta original es tan c¨¢ndida, amorosa, adorable y sentimental (ella se ha quedado sin novio, pero con el fr¨ªo de la Navidad anhela su regreso) que no se lo podr¨¢n creer.
Joni Mitchell: River (1971)
En Blue, uno de los discos m¨¢s celestiales que han conocido los tiempos, Joni Mitchell desliza esta obra de arte majestuosa en la que el piano parafrasea de entrada Jingle Bells para enmarcar un paisaje navide?o de, glubs, corazones resquebrajados. La canadiense inmortaliz¨® en ella su ruptura con Graham Nash, al que envi¨® un telegrama desde la isla de Creta para comunicarle que lo suyo hab¨ªa terminado. Para que luego digan que eso de cortar con el novio/a por wasap es una pr¨¢ctica novedosa.
Jethro Tull: A Christmas song (1972)
En el momento m¨¢s inspirado de su carrera, un autor tan vitri¨®lico como Ian Anderson no pod¨ªa desaprovechar la oportunidad de espolvorear un poquito de cicuta sobre el men¨² de Nochebuena. La pieza es buc¨®lica, hermosa y aderezada con cascabeles, tambor y secci¨®n de cuerda, pero el tambi¨¦n flautista desliza sarcasmos de este cariz: ¡°?C¨®mo podr¨¢s sonre¨ªr cuando los motivos para sonre¨ªr son equivocados?¡±. Con todo, el l¨ªder de los Tull recuperar¨ªa muchos a?os despu¨¦s este misil a nuestras conciencias en un disco tem¨¢tico, The Jethro Tull Christmas album (2003, reeditado hace unas pocas semanas), en cuyos cr¨¦ditos aboga por ¡°besarse y abrazarse bajo el mu¨¦rdago, dejar a un lado la disciplina vegana, engullir el pavo y tomarse un respiro terap¨¦utico de los rigores del d¨ªa a d¨ªa¡±.
Elton John: Ho! Ho! Ho! (Who¡¯d Be a Turkey at Christmas) (1973)
A finales de 1973, en lo m¨¢s alto de su popularidad e inspiraci¨®n, nuestro amigo Reginald Dwight sinti¨® pelusa de otros grupos que triunfaban con canciones de corte navide?o y decidi¨® componer, grabar y publicar en cuesti¨®n de d¨ªas un single para aquellas Navidades. La cara A, Step Into Christmas, logr¨® un razonable ¨¦xito, como todo lo que se tra¨ªa entre manos. Pero la cara B era una travesura desde el t¨ªtulo (?Qui¨¦n ser¨ªa un pavo en Navidad?) al argumento: la inminencia de la llegada de Pap¨¢ Noel, ¡°tu amigo gordito y alegre¡±, acontece cuando llevas tantos brandis que la vista se te ha comenzado a nublar un poquit¨ªn¡
The band: Christmas Must Be Tonight (1977)
Incluso con el grupo en horas bajas, inmerso en el engorroso tr¨¢mite de completar a desgana un ¨²ltimo ¨¢lbum (Islands) por estricta obligaci¨®n contractual, los cinco magn¨ªficos de The Band eran capaces de deslizar golosinas como este original de Robbie Robertson. El canadiense se ajusta rigurosamente a la tradici¨®n cristiana para recordarnos: ¡°Y entonces sucedi¨®, ?l al fin naci¨® / justo bajo esa estrella que brilla all¨¢ en lo alto¡±. Da igual qu¨¦ fe profese cada cual, porque ante este prodigio de country-rock solo cabe murmurar: am¨¦n.
Tom Waits: Christmas Card From a Hooker in Minneapolis (1978)
Solo nuestro lobezno californiano con alma cabaretera podr¨ªa congregar los t¨¦rminos Navidad y prostituta en un mismo t¨ªtulo. La canci¨®n es, m¨¢s que agridulce, devastadora, y dar¨ªa para un relato soberbio. La meretriz le escribe en la postal a su exnovio Charlie que ha rehecho su vida, est¨¢ felizmente emparejada y espera un beb¨¦, pero seg¨²n va avanzando la redacci¨®n admite que toda la historia es mentira, est¨¢ en la c¨¢rcel y sin dinero para un abogado. Ah, y sigue suspirando por Charlie. Hay m¨¢s bourbon en estos pentagramas que en medio estado de Kentucky. Y el piano el¨¦ctrico es cortes¨ªa del inolvidable jazzista George Duke.
Wham!: Last Christmas (1984)
Puede que no sea una canci¨®n navide?a m¨¢s all¨¢ del t¨ªtulo, porque trata de un amor que se ha ido a pique y la referencia a las fiestas es m¨¢s temporal que argumental. Y puede que no figure entre las 10 o incluso 20 mejores canciones de George Michael, genio fugaz y atormentado que nos leg¨® p¨¢ginas bastante m¨¢s sustanciosas (entre ellas, una December Song con el inequ¨ªvoco subt¨ªtulo de I Dreamed of Christmas). Pero la expresi¨®n ¡°placer culpable¡± se invent¨® para canciones como esta: acaramelada y melosa, pero de tarareo irrefrenable. Se qued¨® en el puesto n¨²mero 2 de las listas brit¨¢nicas cuando vio la luz, pero las coron¨® en su reedici¨®n de 2021; como ven, el hechizo es intergeneracional.
El gran combo de Puerto Rico: El arbolito (1985)
Esto s¨ª que es sabrosura, amigos, y no lo de nuestro ¨ªdolo almeriense. La eterna instituci¨®n salsera de Rafael Ithier (seis d¨¦cadas de curr¨ªculo) describe la celebraci¨®n en casa de una familia humild¨ªsima que apenas tiene para decorar el sal¨®n, ha de reciclar adornos de a?os anteriores y hasta ha perdido las figuritas de la Virgen y el Ni?o en el bel¨¦n. Pero nada de ello importa si conservamos la fe y la ilusi¨®n, y sobre todo si las acompa?amos de esa gloriosa secci¨®n de metales.
The Pogues: Fairytale of New York (1987)
Esto no es un villancico ¨Cque tambi¨¦n¨C, sino un monumento. Shane MacGowan y Kirsty MacColl encarnan a una pareja irlandesa algo beoda que hace las Am¨¦ricas con idea de ganarse la vida como feriantes en la ciudad de los rascacielos, solo que el supuesto ¡°cuento de hadas¡± no tiene final feliz. Todo es m¨¢gico en esta obra de arte que multiplica su car¨¢cter nost¨¢lgico por el hecho de que sus dos protagonistas ya no est¨¢n entre nosotros. Los gallegos Iv¨¢n Ferreiro y Guadi Galego acaban de grabar una muy decente adaptaci¨®n al castellano (Cuento de hadas en Madrid), pero, si quieren que se les pongan los pelos de punta, busquen la versi¨®n que Glen Hansard y Lisa Hannigan hilvanaron el 30 de noviembre del a?o pasado en el funeral de MacGowan, con el primer ministro irland¨¦s, Michael D. Higgins, como testigo en primera fila. Una maravilla as¨ª merec¨ªa, en efecto, honores de Estado.
Tom Petty & The Heartbreakers: Christmas All Over Again (1992)
A Petty tambi¨¦n le a?oramos todas las Navidades desde que se nos march¨® repentinamente en octubre de 2017, as¨ª que rind¨¢mosle tributo con esta gozosa rareza escondida en el ¨¢lbum colectivo A Very Special Christmas 2. El autor de Learning to Fly ten¨ªa el capricho de marcarse un villancico ¡°a lo Phil Spector¡±, y para ello nada mejor que convocar a su gran amigo Jeff Lynne, de la Electric Light Orchestra, como coproductor. Juntos redondean una pieza pomposa y contagios¨ªsima sobre el bullicio y ajetreo de estas fechas en la que Tom desliza incluso su lista de deseos para Santa Claus: un xil¨®fono, un libro de canciones de Chuck Berry y un par de amplificadores Fender. Muy bien se habr¨ªa portado aquel a?o.
The Darkness: Christmas Time (Don¡¯t Let the Bells End) (2003)
La banda m¨¢s excesiva y rococ¨® del siglo XXI no pod¨ªa sustraerse a la tentaci¨®n de sublimar estas semanas tan recargadas, as¨ª que el mismo a?o de su exitos¨ªsimo debut se permiti¨® este villancico enf¨¢tico y pomposo en el que las guitarras parecen concebidas al dictado de Brian May. No se f¨ªen de las apariencias: el v¨ªdeo, repleto de guirnaldas, bolitas y chimeneas crepitantes, se grab¨® el d¨ªa m¨¢s caluroso de aquel verano.
Coldplay: Christmas Lights (2010)
En realidad, puede que toda producci¨®n discogr¨¢fica reciente de Coldplay se haya convertido en un villancico gigante, al menos a tenor de la sobrecarga de colorinchi y brilli brilli que caracteriza sus dos ¨¢lbumes m¨¢s recientes, los primos hermanos Music of the Spheres (2021) y Moon Music (2024). Pero l¨ªmpiense los o¨ªdos de prejuicios para disfrutar de esta melod¨ªa agridulce y adorable, y de un v¨ªdeo que homenajea a Elvis incluso con una inscripci¨®n en lat¨ªn: ¡°Credo Elvem etiam vivere¡± (Creo que Elvis est¨¢ vivo).
Punsetes: Feliz Navidad (No quiero movidas) (2023)
He aqu¨ª el villancico de la banda espa?ola de la que menos pod¨ªamos esperar un villancico. Pues bien, sorpresa: los madrile?os Punsetes se nos enternecieron un poco hace 12 meses, aunque sin renunciar a sus constantes fundacionales; esto es, formulando una felicitaci¨®n burlona, mal¨¦vola y con unas gotitas de mala baba (Condenados a entendernos una vez al a?o / supongo que un ratito no va a hacerme da?o). Form¨® parte de un disco navide?o colectivo que public¨® su sello discogr¨¢fico, Sonido Muchacho ama la Navidad, con otras visiones muy heterodoxas y alternativas de los polvorones, belenes y guirnaldas a cargo de Javiera Mena, La Bien Querida, Marta Movidas, Russian Red, El Buen Hijo¡
Escuchas adicionales
Pueden completar la jugada haci¨¦ndoles hueco en la mesa a nuestros amigos U2 (Chrsistmas: Baby please come home), Chris Rea (Driving home for Christmas), Hurts (All I want for Christmas is New Year¡¯s day), The Magnetic Fields (Everything is one big Christmas tree), Sufjan Stevens (Star of wonder), Pink Martini (Congratulations ¨C A happy new year song) y hasta nuestro Jos¨¦ Luis Perales, con aquella Canci¨®n para la Navidad de hace ahora 50 a?os. Felices digestiones.
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