Envejecimiento y productividad: una relaci¨®n compleja
Junto a la edad cronol¨®gica est¨¢n surgiendo nuevos conceptos como la edad cognitiva y f¨ªsica
El envejecimiento de la poblaci¨®n y la productividad son dos campos recurrentes en el ¨¢mbito de nuestra conversaci¨®n econ¨®mica, pero que rara vez se analizan de forma conjunta. Se trata de variables de inter¨¦s, dado que el progresivo aumento de la edad media nos obliga a repensar nuestra matriz econ¨®mica y de bienestar, mientras que la evoluci¨®n de la productividad nos muestra una econom¨ªa que languidece respecto a sus vecinos europeos.
Por ello llama la atenci¨®n la poca atenci¨®n que se le presta a la posible relaci¨®n entre estas variables o, en otras palabras, a la pregunta de si el progresivo envejecimiento social afecta a nuestra productividad econ¨®micamente. La investigaci¨®n disponible es escasa y no concluyente, y en el ¨¢mbito nacional solo el Banco de Espa?a y CaixaBank Research han realizado breves incursiones en este campo de estudios. Incluso el detallado informe Espa?a 2050 no entra a fondo sobre la relaci¨®n entre estas variables.
Si se analiza el posicionamiento tradicional respecto al impacto del envejecimiento en variables econ¨®micas como el PIB o la productividad, el panorama es un tanto alarmista. Expresiones como ¡°lastre demogr¨¢fico¡± o ¡°bomba del tiempo demogr¨¢fica¡± aparecen tanto en art¨ªculos acad¨¦micos como en medios de gran difusi¨®n. En el a?o 2016, por ejemplo, el Fondo Monetario Internacional public¨® una investigaci¨®n exponiendo que entre 1950 y 2014 el progresivo envejecimiento de la poblaci¨®n trabajadora en Europa fue corrosivo para la actividad econ¨®mica, presagiando todo tipo de males para la econom¨ªa del continente.
Pero han aparecido otros trabajos m¨¢s recientes que ponen en cuesti¨®n el impacto negativo del envejecimiento sobre la econom¨ªa. Daron Acemoglu y Pascual Restrepo, del MIT, han encontrado econom¨ªas que, al experimentar el envejecimiento ¡ªy, por tanto, ser el factor trabajo cada vez m¨¢s escaso¡ª, han impulsado procesos de automatizaci¨®n y robotizaci¨®n de sus actividades productivas, lo que a su vez impulsa la productividad y el crecimiento econ¨®mico.
Asimismo, en una investigaci¨®n reciente que he liderado desde el Grupo de Investigaci¨®n ?HUME de Deusto Business School, hemos mostrado c¨®mo los resultados del mencionado estudio del FMI se van diluyendo si se analizan d¨¦cadas m¨¢s recientes, como el periodo que transcurre desde los a?os ochenta hasta la actualidad. Lo que parece indicar que el impacto negativo del envejecimiento poblacional sobre la productividad no es tan evidente en nuestra historia econ¨®mica reciente. Este menor impacto se puede deber a la profunda evoluci¨®n que ha experimentado la estructura econ¨®mica espa?ola y europea en las ¨²ltimas d¨¦cadas, pasando de sectores intensivos en mano de obra a otros intensivos en capital y conocimiento.
A modo de ejemplo, si tuvi¨¦ramos un pa¨ªs donde todos sus trabajadores estuvieran empleados en una mina, ser¨ªa l¨®gico pensar que estas personas ser¨¢n menos productivas seg¨²n envejezcan, dado que la fuerza f¨ªsica es una competencia clave para ser productivo en el sector minero. Pero ?y si estuvieran empleadas en sectores como el cient¨ªfico, de exportaci¨®n o de servicios avanzados? Poca gente puede defender que un investigador es peor seg¨²n va cumpliendo a?os, o que un profesional de la sanidad o un gestor pierden competencias seg¨²n les van saliendo canas. Las habilidades que se necesitan para estas profesiones (experiencia, gesti¨®n de equipos, conocimientos avanzados, etc¨¦tera) suelen mejorar con la edad, a diferencia de lo que ocurre en otras profesiones que requieren sobre todo agilidad o fuerza f¨ªsica.
En este sentido, la expansi¨®n de las exportaciones espa?olas durante el periodo 2015-2019 tal vez se pueda explicar por el talento s¨¦nior que atesoran los equipos de exportaci¨®n de las pymes exportadoras espa?olas, dado que se trata de una actividad en la que la experiencia es vital para lograr pedidos. Por otra parte, las masivas prejubilaciones que se han dado en el sector financiero teniendo en cuenta la edad pueden ser una mala noticia para su competitividad, ya que la gesti¨®n del riesgo ¡ª?actividad core del negocio bancario¡ª se aprende y mejora a lo largo de los a?os. El olfato frente al riesgo financiero siempre es m¨¢s fino si en la organizaci¨®n hay gente que recuerda nombres como Enron, Arthur Andersen o Terra.
La falta de an¨¢lisis sobre los efectos del envejecimiento en variables econ¨®micas genera un agujero de conocimiento que dificulta entender retos y transformaciones que tenemos por delante, y que son cruciales para nuestra competitividad y bienestar a medio plazo. Para avanzar en esta direcci¨®n, es necesario sacudirnos los mitos y el alarmismo que solemos asociar al fen¨®meno de la longevidad, e intentar no caer en lugares comunes. Frases hechas como que la persona trabajadora de mayor edad es menos productiva, o que el envejecimiento paraliza la capacidad de un pa¨ªs para llevar a cabo reformas, deben ser desterradas de nuestra conversaci¨®n p¨²blica dado que, adem¨¢s de falsas, son posicionamientos muy perniciosos.
Si nos sacudimos de encima el alarmismo demogr¨¢fico, podremos vislumbrar c¨®mo junto a la edad cronol¨®gica est¨¢n surgiendo nuevos conceptos, como la edad cognitiva y f¨ªsica. Las personas que hoy cumplen 65 o 75 a?os llegan de media a esa edad en un estado biol¨®gico mucho mejor que el de sus padres y abuelos, por lo que es un tanto extra?o que se les trate igual. Se da la paradoja de que la persona media de nuestra sociedad es actualmente m¨¢s vieja cronol¨®gicamente hablando, pero m¨¢s joven biol¨®gicamente.
La adopci¨®n de un revisionismo demogr¨¢fico, la superaci¨®n de los mitos en torno a la edad y sus efectos, una mayor comprensi¨®n de la posible influencia del envejecimiento en la actividad econ¨®mica y ampliar nuestra concepci¨®n de la edad son cuestiones claves para Espa?a y Europa. Sobre todo, durante la presente d¨¦cada, momento en el que vamos a tener que transformar nuestro chasis productivo y social para acomodarlo a una sociedad m¨¢s envejecida. Un fen¨®meno profundo que, m¨¢s all¨¢ del ruido generado por los mitos, s¨ª que plantea retos de pantal¨®n largo para nuestro bienestar.
I?igo Calvo Sotomayor es profesor e investigador en la Universidad de Deusto-Deusto Business School.
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