?Qui¨¦n teme al ¨ªndice de?precios al consumo?
No es posible reducir la inflaci¨®n a un nivel aceptable sin dolor: que aumente la tasa de desempleo
Esta semana se han hecho p¨²blicos tres importantes informes sobre la inflaci¨®n. El lunes, el Banco de la Reserva Federal de Nueva York dio a conocer su ¨²ltimo sondeo sobre las expectativas relacionadas con el alza de los precios, que result¨® muy alentador. El mi¨¦rcoles, la Oficina de Estad¨ªsticas Laborales public¨® su ¨²ltimo informe sobre los precios de la producci¨®n, y ha sido bastante tranquili?zador. Sin embargo, el documento intermedio ¡ªel malo del martes sobre los precios al consumo¡ª ha acaparado casi toda la atenci¨®n.
Y, miren, lo entiendo. Tras el informe ben¨¦volo sobre los precios al consumo del mes pasado, algunas personas ¡ªentre ellas, al parecer, unos cuantos inversores¡ª hab¨ªan empezado a esperar un final de cuento de hadas para el aumento de la inflaci¨®n en 2021-2022. El documento de este mes ha frustrado en buena medida esas esperanzas (que, dicho sea de paso, hace tiempo que no comparto).
En todo caso, es importante entender lo que el informe mostraba y lo que no. Si todav¨ªa cre¨ªan que podr¨ªamos reducir la inflaci¨®n a un nivel aceptable sin dolor ¡ªconcretamente, sin una subida de la tasa de de?sempleo¡ª, los datos del martes han hecho que esa creencia resulte m¨¢s dif¨ªcil de sostener de lo que ya lo era. Por desgracia, habr¨¢ dolor. Sin embargo, el informe daba pocas indicaciones, en un sentido u otro, de cu¨¢nto dolor ser¨¢ necesario o de cu¨¢nto tiempo tendr¨¢ que durar.
Los economistas suelen analizar estas cuestiones en funci¨®n de lo que ocurre con la inflaci¨®n subyacente o ¡°b¨¢sica¡±, y luego debaten cu¨¢l es la mejor medida a utilizar para cuantificarla, para desconcierto del resto. Por eso me ha gustado mucho la formulaci¨®n alternativa del economista Joseph Politano, que propone que distingamos entre ¡°desinflaci¨®n inmaculada¡± ¡ªun descenso de las tasas de inflaci¨®n que tendr¨¢ lugar de manera m¨¢s o menos autom¨¢tica cuando remitan los recientes trastornos provocados por la pandemia, la guerra de Ucrania, etc¨¦tera¡ª y ¡°desinflaci¨®n deliberada¡±, que es la que la Reserva Federal intenta producir reduciendo los tipos de inter¨¦s.
Y, las cosas como son, es muy probable que la ¡°desinflaci¨®n deliberada¡± conlleve p¨¦rdida de puestos de trabajo. Puesto que el objetivo de las subidas de tipos de la Reserva Federal es reducir el gasto global, casi con total seguridad provocar¨¢n m¨¢s paro.
Ahora bien, la ¡°desinflaci¨®n inmaculada¡± no es un mito; de hecho, ha estado produci¨¦ndose ¨²ltimamente. La inflaci¨®n general de los precios al consumo medida en meses experiment¨® una ralentizaci¨®n considerable este verano, en buena parte gracias a que los precios de la gasolina dejaron de subir y empezaron a bajar.
Pero, si miramos detr¨¢s de las cifras, queda claro que la ¡°desinflaci¨®n inmaculada¡± no ser¨¢ suficiente. Me gustar¨ªa creer lo contrario; de hecho, hace un a?o, pensaba que la subida de precios podr¨ªa curarse en gran parte por s¨ª sola. Sin embargo, sea cual sea la medida preferida por ustedes, a estas alturas la inflaci¨®n subyacente ¡ªla cual no desaparecer¨¢ por s¨ª sola¡ª sigue siendo demasiado alta, y no da se?ales claras de que vaya a bajar.
Aunque, al parecer, esta revelaci¨®n ha conmocionado a los mercados financieros, no deber¨ªa haber sido una gran sorpresa. Si bien los tipos de inter¨¦s han subido mucho este a?o, todav¨ªa no han tenido demasiado impacto en la econom¨ªa real. Por m¨¢s que se diga que estamos en una recesi¨®n, el hecho es que el desempleo sigue estando pr¨¢cticamente en un m¨ªnimo hist¨®rico, y otras medidas, como el n¨²mero de ofertas laborales, indican que la econom¨ªa en general y el mercado laboral en particular siguen recalentados. Y no vamos a conseguir que la inflaci¨®n baje a una tasa aceptable hasta que las cosas se enfr¨ªen. Sin embargo, precisamente porque todav¨ªa no se ha producido un enfriamiento significativo, las ¨²ltimas cifras no nos dicen lo doloroso que va a ser el proceso de desinflaci¨®n.
Un escenario optimista podr¨ªa ser el siguiente: la subida de tipos de la Reserva Federal hace que aumente la tasa de desempleo, pero solo en torno al 4%, lo que todav¨ªa sigue siendo bastante bajo para los niveles hist¨®ricos, y eso basta para que la inflaci¨®n baje a un 2% o un 3%. Las probabilidades de este escenario mejoran considerando las pruebas ¡ªcomo el informe de la Reserva Federal de Nueva York al que me he referido¡ª de que 2022 no es como 1980. En aquel entonces, todo el mundo pensaba que la inflaci¨®n alta iba a persistir, de manera que hubo que pasar la econom¨ªa por el colador a fin de excluir esas previsiones. Las expectativas recientes, sobre todo a medio plazo, han sido bajas y van en descenso.
No obstante, los pesimistas sostienen que la alta tasa de ofertas de empleo significa que para controlar el alza de los precios es necesario mucho m¨¢s paro que en el pasado; y (por razones que no acabo de entender del todo) desechan las buenas noticias sobre las expectativas. Por eso, acaban sosteniendo que el paro tendr¨¢ que aumentar mucho m¨¢s, quiz¨¢ por encima del 6%.
Como pueden suponer, me inclino por el escenario optimista. Me tomo en serio los datos sobre las expectativas y considero que las altas tasas de puestos de trabajo por cubrir son, al menos en parte, un fen¨®meno temporal en una econom¨ªa que todav¨ªa se est¨¢ ajustando a los efectos de la pandemia de covid-19. Pero la verdad es que nadie lo sabe a ciencia cierta, y el hecho de que una econom¨ªa recalentada siga teniendo como consecuencia una fuerte inflaci¨®n no contribuye a resolver el debate.
La buena noticia es que, al parecer, la Reserva Federal parece saber lo que no sabe. Habla con dureza de la inflaci¨®n, como le corresponde para mantener su credibilidad, pero tambi¨¦n afirma que hay que fijarse en ¡°la totalidad de los datos que llegan¡±, lo cual significa que est¨¢ preparada para relajar medidas cuando se produzca un descenso claro de la inflaci¨®n, si es que se produce. Lo que yo preveo es que ese momento va a llegar antes de lo que muchos piensan, pero habr¨¢ que esperar y ver.
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