Larga adolescencia
Viven una frustraci¨®n de expectativas vitales. Se ven con un presente y futuro peores que los de sus padres a su edad
La adolescencia se ha alargado como consecuencia de transformaciones biol¨®gicas y de los efectos de la profunda crisis vivida desde 2008. Podr¨ªa llegar hasta los 35 a?os. Pese a lo atractivo de esta fase vital, esta segunda adolescencia no provoca satisfacci¨®n sino frustraci¨®n en muchos de sus integrantes.
La adolescencia biol¨®gica, seg¨²n algunos cient¨ªficos, empieza ahora antes, incluso a los 10 a?os en algunas j¨®venes, debido a los adelantos en sanidad y nutrici¨®n. Hubo tiempos, no tan lejanos (la Edad Media), en los que la infancia terminaba a los 7 a?os y pr¨¢cticamente no hab¨ªa sentido de adolescencia. Ahora se sabe que las mutaciones biol¨®gicas propias de esa fase pueden durar mucho m¨¢s all¨¢ de la edad teen (13 a 19 a?os), hasta los 24. Facebook ¡ªempresa que vive de los datos¡ª ten¨ªa una app (que ha tenido que retirar) para monitorear voluntariamente a j¨®venes en el uso de otras aplicaciones instaladas en sus m¨®viles. Los databa de los 13 a los 35 a?os.
Muchos j¨®venes en nuestras sociedades, debido a los efectos del cambio socioecon¨®mico de estos a?os, han perdido o carecen de posibilidades de emancipaci¨®n, de establecimiento de una familia, tradicional o moderna, y de procreaci¨®n con tranquilidad laboral y econ¨®mica. No es casualidad que la edad media de las espa?olas para tener su primer hijo se haya retrasado a 30,9 a?os (era de 29,4 en 2007), casi dos a?os m¨¢s que la media europea, que tambi¨¦n se ha demorado en este tiempo.
Muchos de estos adolescentes con menos recursos, y algunos con ellos, viven una frustraci¨®n de expectativas vitales. Crecieron en la mayor expansi¨®n econ¨®mica pr¨¢cticamente de la historia, para verse inmersos, al llegar a la edad de emplearse, en la crisis que ha cambiado muchas cosas en general, pero que les ha afectado incluso m¨¢s que a otras cohortes. Se ven, sea o no real, con un presente y unas expectativas de futuro peores que las de sus padres a su edad. Estos ¨²ltimos no tuvieron que competir entonces ¡ªahora s¨ª¡ª con chinos, indios o robots. Aquellos adolescentes en los a?os cincuenta y sesenta del siglo pasado empezaron a contar con un dinero de bolsillo y una industria dedicada a ellos que las generaciones anteriores nunca hab¨ªan tenido. Los actuales integrantes de la segunda adolescencia, incluso si son la generaci¨®n mejor formada de la historia, ven que los estudios universitarios u otros ya no les garantizan ingresos y empleos decentes. La tasa de paro juvenil suele ser siempre el doble de la general, pero en estos a?os el doble de mucho es vitalmente m¨¢s que el doble de poco. Hay adem¨¢s mucho subempleo en estas cohortes formadas esencialmente por la generaci¨®n Y, la de los mileniales, y cada vez m¨¢s por los Z, nativos digitales. Hay menos diferencias en valores y actitudes vitales entre los Y y los Z que con los anteriores.
Viven una frustraci¨®n de expectativas vitales. Se ven con un presente y futuro peores que los de sus padres a su edad
?Efectos a largo plazo? Con el alargamiento de la vida, estos j¨®venes tambi¨¦n heredar¨¢n ¡ªlos que lo hagan¡ª m¨¢s tarde, y no a los 30 o 40 a?os como lo hac¨ªan sus abuelos y bisabuelos (habr¨¢ menos de estos ¨²ltimos). Cambian asimismo los h¨¢bitos de consumo. El autom¨®vil ya no es una prioridad para estas generaciones. No pueden y no quieren. Viven, o intentan vivir, en el centro de las ciudades, y de ah¨ª que algunas grandes cadenas se instalen en estas zonas urbanas. Pol¨ªticamente, se ver¨¢. En EE?UU, donde de cara a las elecciones de 2020 la generaci¨®n Z ya representar¨¢ uno de cada diez electores, por ejemplo, ¨¦sta parece m¨¢s proclive a los dem¨®cratas.
La mayor dependencia de estos adolescentes longevos puede afectar a su maduraci¨®n. Es, o ser¨¢, otra forma de madurez, como una adolescencia en proceso de alargamiento dio pie al 15-M. Viven un desequilibrio generacional frente al predominio de los babyboomers que van llegando a la jubilaci¨®n. Para compensarlo, ?hay que plantear el voto a los 16 a?os? Sea como sea, como dec¨ªa Jean Cocteau, ¡°la juventud sabe lo que no quiere antes de saber lo que quiere¡±. En estos a?os ha aprendido mejor a saber lo que no quiere.
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