Belo Monte, la obra que une los polos pol¨ªticos
Inaugurada dos veces, la primera por Dilma Rousseff y la segunda por Jair Bolsonaro, la pol¨¦mica central denuncia el drama de la democracia brasile?a
La polarizaci¨®n entre el bolsonarismo y el petismo es una realidad. Sin embargo, existen otras realidades. Y es urgente que se vean. Darse cuenta de lo que rompe la polarizaci¨®n es tan importante ¡ªo incluso m¨¢s¡ª como darse cuenta de lo que la mantiene, si queremos respetar la memoria para, con ella, crear una historia que respete la Amazonia y sus pueblos. Eso hoy ya no es una opci¨®n, sino una emergencia, ya que sin la selva en pie no existir¨¢ la posibilidad de tener futuro. Belo Monte es la obra que exige enfrentar las contradicciones. Es lo que muestra, de nuevo, la inauguraci¨®n ¡ªpor segunda vez¡ª de la central hidroel¨¦ctrica erguida en el r¨ªo Xing¨², en el estado de Par¨¢. Quien inaugur¨® la primera turbina, el 5 de mayo de 2016, fue la expresidenta Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), antes de que terminara el proceso de impeachment. Quien inaugur¨® la decimoctava y ¨²ltima turbina fue el actual presidente Jair Bolsonaro, del Partido Social Liberal (PSL), el pasado 27 de noviembre. Ambos estaban orgullosos. Si no enfrentamos los porqu¨¦s de este orgullo por haber realizado Belo Monte, si no somos capaces de superar la actual polarizaci¨®n pol¨ªtica de Brasil, seguiremos encallados como pa¨ªs.
La ceremonia de inauguraci¨®n, retransmitida en directo por la red brasile?a de televisi¨®n p¨²blica TV Brasil, es bastante esclarecedora. Jair Bolsonaro, que fue acompa?ado de su mujer, Michelle, permaneci¨® callado. Le toc¨® realizar el acto simb¨®lico de accionar la ¨²ltima turbina. El gobernador de Par¨¢, Helder Barbalho, del Movimiento Democr¨¢tico Brasile?o (MDB), pronunci¨® un discurso. Es bastante justo que lo hiciera. No por ser gobernador de Par¨¢, sino porque pertenece al partido que, junto al PT, hizo de Belo Monte una obra posible. La arquitectura financiera de la central est¨¢ siendo investigada en la Operaci¨®n Lava Jato, ya que se sospecha que se negociaron comisiones ilegales entre los partidos PT y PMDB y las constructoras que formaron el Consorcio Constructor de Belo Monte. M¨¢rcio Lob?o, hijo de Edison Lob?o (MDB), ministro de Minas y Energ¨ªa durante parte del segundo mandato de Lula y durante el primer mandato de Dilma Rousseff, lleg¨® a ser detenido en septiembre de este a?o en el marco la operaci¨®n que investiga la corrupci¨®n en la construcci¨®n de Belo Monte.
Cabe recordar que, en 2010, a?o de la licitaci¨®n de la central, la obra ten¨ªa un presupuesto de 4.500 millones de d¨®lares. Hoy, se calcula que es de casi 10.000 millones de d¨®lares, la mayor parte financiada por el Banco Nacional de Desarrollo Econ¨®mico y Social (BNDES). Belo Monte se presenta como la cuarta central hidroel¨¦ctrica m¨¢s grande del mundo. Sin embargo, es importante aclarar que la capacidad instalada ¡ªm¨¢s de 11.000 megavatios¡ª es diferente de lo que la planta realmente producir¨¢, lo que en la jerga t¨¦cnica se llama ¡°energ¨ªa firme¡±. Como el r¨ªo Xing¨² vive medio a?o en la sequ¨ªa, la producci¨®n media de energ¨ªa es menos de la mitad, una de las razones por las que los cient¨ªficos y t¨¦cnicos se?alaban ¡ªy se?alan¡ª que la hidroel¨¦ctrica era inviable.
Es justo que Helder Barbalho, el heredero del clan Barbalho, que construy¨® y construye tanta historia en Par¨¢ y Brasil, que todav¨ªa no se ha contado como es debido, haga los honores. No hay que olvidar que el PMDB, hoy MDB, particip¨® en lo que vino antes y en todo lo que todav¨ªa vendr¨¢ con la construcci¨®n de Belo Monte. La reanudaci¨®n del proyecto Belo Monte, originado durante la dictadura, ten¨ªa el ADN del expresidente Jos¨¦ Sarney (MDB) y se llev¨® a cabo al inicio del primer mandato de Lula, cuando Dilma Rousseff era ministra de Minas y Energ¨ªa, al igual que particip¨® durante d¨¦cadas en todo lo que sucedi¨® en el sector el¨¦ctrico brasile?o. Ahora, otra oligarqu¨ªa de la pol¨ªtica nacional y del MDB ha decidido dejar sus huellas en la obra m¨¢s controvertida de este siglo.
El PT no estuvo solo en la construcci¨®n del ¡°Belo Golpe¡±
El PT no estuvo solo en la construcci¨®n del ¡°Belo Golpe¡±
El PT no estuvo solo en la construcci¨®n de lo que la poblaci¨®n afectada llama ¡°Belo Monstruo¡± o ¡°Belo Golpe¡±. En su discurso, Barbalho prefiri¨® definir la central como ¡°la mayor obra de producci¨®n de energ¨ªa 100% brasile?a¡±. Lo de ¡°100% brasile?a¡± se ha repetido innumerables veces con el objetivo de exacerbar el no tan nuevo tipo de nacionalismo, servil, que afecta a parte de los brasile?os. Tambi¨¦n se utiliza para agregar superlativos a Belo Monte, ya que la central hidroel¨¦ctrica m¨¢s grande es Itaip¨², compartida entre Brasil y Paraguay.
Es interesante ver c¨®mo, a pesar de sus detractores c¨ªclicos, Freud sigue siendo actual. Siempre hay alg¨²n acto fallido, una verdad que se escapa, incluso en los discursos m¨¢s estudiados. Fue lo que le sucedi¨® a Barbalho. En un momento dado, agradeci¨® a ¡°todas las ciudadanas y ciudadanos que, en los ¨²ltimos ocho a?os, han ofrecido su vida por este proyecto extraordinario que ahora tenemos la oportunidad de entregar¡±. Extraordinario. Es un hecho que a miles de personas les destruyeron por completo su forma de vida al expulsarlas de sus hogares, islas y tierras y arrojarlas en las periferias urbanas de Altamira y otras ciudades de la regi¨®n. Algunas enfermaron y murieron. Otras fueron asesinadas en el curso de la violencia que convirti¨® a Altamira en la ciudad con m¨¢s homicidios de la Amazonia tras la construcci¨®n de la central. Y hay quienes hoy viven una crisis humanitaria en Vuelta Grande del Xing¨² porque el r¨ªo se est¨¢ secando.
El ministro militar recuerda que Belo Monte simboliza la continuaci¨®n del proyecto de dictadura
Estos hombres y mujeres, adultos y ni?os no ¡°han ofrecido¡± ni ¡°ofrecen¡± sus vidas porque as¨ª lo decidieron, como una especie de sacrificio en el altar de lo que algunos llaman ¡°progreso¡±. Al contrario. Los echaron de sus vidas Norte Energia SA, la empresa concesionaria de la hidroel¨¦ctrica, los Gobiernos de Dilma Rousseff (presidenta) y Michel Temer (vicepresidente) y el poder judicial que bloque¨® algunas de las 25 demandas que la Fiscal¨ªa present¨® contra Belo Monte. Los echaron de sus vidas tambi¨¦n todos aquellos que sol¨ªan luchar por los derechos humanos y, por conveniencia pol¨ªtica, dejaron de hacerlo. En este proceso, hubo los que actuaron y los que se desentendieron. Hoy en d¨ªa todav¨ªa es as¨ª.
El ministro militar recuerda que Belo Monte simboliza la continuaci¨®n del proyecto de dictadura
Despu¨¦s del discurso de Helder Barbalho, le toc¨® a Bento Albuquerque, ministro de Minas y Energ¨ªa del Gobierno de Bolsonaro. Al menos dijo una verdad, importante para establecer las conexiones hist¨®ricas: ¡°La conclusi¨®n de esta obra, concebida en los a?os 70, en el siglo pasado, es un hito hist¨®rico para nuestro pa¨ªs. (...) Con satisfacci¨®n y alegr¨ªa, veo que estamos presenciando otro cap¨ªtulo de prosperidad que ha contado, presidente, con una visi¨®n estrat¨¦gica: la concepci¨®n de una pol¨ªtica energ¨¦tica estatal, creada hace m¨¢s de 40 a?os, utilizando nuestra cultura acad¨¦mica, ingenier¨ªa, industria e iniciativa empresarial nacional¡±.
El militar Bento Albuquerque, almirante de la Flota de la Marina brasile?a que comenz¨® su carrera en 1973, durante la dictadura militar (1964-1985), hizo hincapi¨¦ en la continuidad ¡ªsin interrupciones efectivas¡ª de la pol¨ªtica energ¨¦tica y la pol¨ªtica para la Amazonia instituida por el r¨¦gimen de excepci¨®n y mantenida tras recuperar la democracia. Belo Monte simboliza esta continuidad y deshace, al menos en este campo, la polarizaci¨®n entre el lulismo y el bolsonarismo. Obra concebida en la dictadura y bloqueada durante d¨¦cadas por los pueblos ind¨ªgenas y los movimientos sociales del Xing¨², la central la concretizaron los Gobiernos del PT, de Lula y de Dilma Rousseff. Al igual que las hidroel¨¦ctricas Jirau y Santo Ant?nio, en el r¨ªo Madeira, en el estado de Rondonia, Belo Monte es el producto de una visi¨®n de desarrollo para la Amazonia que se dise?¨® durante la dictadura militar y nunca dej¨® de estar presente en los Gobiernos democr¨¢ticos.
Sin embargo, en ninguno de ellos esta visi¨®n se vitaliz¨® tanto como en los Gobiernos del Partido de los Trabajadores. No solo en la construcci¨®n de la obra en s¨ª, sino tambi¨¦n en la forma en que Belo Monte se impuso a las poblaciones afectadas y al pa¨ªs. Desde la licitaci¨®n hasta la inauguraci¨®n de esta ¨²ltima turbina, la hidroel¨¦ctrica puede contarse con una secuencia de violaciones de los derechos humanos, animales y ambientales en connivencia con los Gobiernos y parte del poder judicial.
Belo Monte, como he demostrado ampliamente en art¨ªculos publicados desde 2011, se construy¨® sobre un microcosmos de excepci¨®n. Esto est¨¢ ampliamente demostrado por los hechos expuestos en los reportajes, informes cient¨ªficos y demandas de la Fiscal¨ªa. Alg¨²n d¨ªa, si queda una pizca de democracia en Brasil, estas violaciones ser¨¢n juzgadas. Es importante que las demandas se desbloqueen y se restablezca el flujo de justicia. En este ritual tambi¨¦n se recupera la memoria, como las v¨ªctimas de la dictadura y sus familias saben muy bien, ya que la justicia brasile?a nunca las tuvo en consideraci¨®n. La no responsabilizaci¨®n y el bloqueo de la memoria son activos importantes del lodazal en el que nos encontramos hoy.
Los movimientos sociales del Xing¨² exigen ¡°envolvimiento¡± y no ¡°des/envolvimiento¡±.
La visi¨®n de desarrollo para la Amazonia ha atravesado d¨¦cadas y ahora la lleva adelante alegremente el gobierno de Jair Bolsonaro, poblado de militares estrellados. Es interesante observar que en el discurso del almirante Bento Albuquerque se rescata el siglo XX en toda su decadencia. Lo que se elogia es precisamente lo que llev¨® a las humanidades (en plural) al colapso clim¨¢tico que hoy solo empezamos a sentir. La visi¨®n del siglo XX ya ha demostrado toda su capacidad de destrucci¨®n de la vida en el planeta, pero a¨²n se repite y se glorifica. Tambi¨¦n lo hace una parte significativa de la poblaci¨®n brasile?a, desinformada y con poca educaci¨®n ¡ªincluyendo las ¨¦lites, que, al vivir en guetos, tienen muchos d¨¦ficits¡ª.
La tragedia actual de Brasil no es que los militares han vuelto al poder con Bolsonaro, sino que los militares que han vuelto al poder con Bolsonaro son precisamente los militares que no se han puesto al d¨ªa. De varias formas, solo ven frente a ellos el pasado, tanto para imponerlo una vez m¨¢s como el ¨²nico destino posible ¡ªcomo esta idea de desarrollo que nunca se ha criticado suficiente en Brasil¡ª como para reescribirlo borrando los cr¨ªmenes cometidos por la dictadura contra la poblaci¨®n civil. Sabemos que hay militares preparados e informados, pero estos no son los que apoyaron a Bolsonaro. Los que lo apoyaron contin¨²an en la Guerra Fr¨ªa. O necesitan la Guerra Fr¨ªa.
Los movimientos sociales del Xing¨² exigen ¡°envolvimiento¡± y no ¡°des/envolvimiento¡±.
¡°Central grandiosa¡±, ensalz¨® Dilma Rousseff; ¡°obra magn¨ªfica¡±, dijo el ministro de Bolsonaro
Estamos, de nuevo, haciendo frente a un pasado que nunca ha terminado de pasar. Con el agravante de que, en el caso de Belo Monte y las grandes hidroel¨¦ctricas construidas en la Amazonia en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas, una parte de la izquierda vinculada al PT tambi¨¦n quiere borrar esta memoria o reescribir la historia, lo que hace que todo sea mucho m¨¢s dif¨ªcil para las v¨ªctimas y para debatir un nuevo modelo de ¡°desarrollo¡± en la Amazonia. En el manifiesto del encuentro Amazonia Centro del Mundo, celebrado en Altamira en noviembre, los movimientos sociales del Medio Xing¨² proponen que haya ¡°envolvimiento¡±, implicaci¨®n, en lugar de ¡°des-envolvimiento¡±, de desarrollo. Des-envolver en el sentido de ¡°no envolverse¡± o ¡°dejar de envolverse¡±. Ellos sienten este des-envolvimiento, literalmente, en la piel.
Pronuncia el almirante, que tambi¨¦n es ministro de Minas y Energ¨ªa del bolsonarismo: ¡°?Con el hormig¨®n de Belo Monte se pueden construir 37 Maracan?s!¡±. Es el siglo XX en la vena. Mientras los efectos nocivos del hormig¨®n se denuncian por todo el planeta, a nuestros ministros militares les parece maravilloso haber metido 37 Maracan?s en medio de la selva amaz¨®nica. Bento Albuquerque quer¨ªa hacer como Lula e invocar el f¨²tbol, aprovechando la victoria del Flamengo en la Copa Libertadores. Sin embargo, como junt¨® Belo Monte y Maracan¨¢, acab¨® evocando la corrupci¨®n presente en la obra de la hidroel¨¦ctrica y en la renovaci¨®n del estadio para el Mundial de 2014.
Tanto el almirante como el gobernador ensalzaron todas las grandes obras y los minerales y la industria y la ingenier¨ªa, etc. Se olvidaron por completo de la mayor riqueza de la selva. Es decir, la propia selva en pie, que salva el planeta todos los d¨ªas con su capacidad para regular el clima. Que todav¨ªa le da relevancia a Brasil, un pa¨ªs que no deja de empeque?ecerse ante la comunidad global. Podr¨ªamos crear una bolsa de apuestas para tratar de averiguar si las autoridades brasile?as llegar¨¢n al siglo XXI antes o despu¨¦s del fin del mundo.
¡°Central grandiosa¡±, ensalz¨® Dilma Rousseff; ¡°obra magn¨ªfica¡±, dijo el ministro de Bolsonaro
Este mismo esp¨ªritu del siglo pasado inspir¨® a Dilma Rousseff en 2016, en la primera inauguraci¨®n de Belo Monte. La expresidenta fue a¨²n m¨¢s grandilocuente en su entusiasmo. Recordemos solo una peque?a parte: ¡°Esta central es del tama?o de este pueblo. Es grandiosa. Es una central grandiosa. La mejor manera de describir a Belo Monte es esta palabra: grandiosa¡±. Y sigue: ¡°Creo que es importante resaltar que, con Belo Monte, no solo llevamos energ¨ªa al resto de Brasil. Creamos aqu¨ª una riqueza ¨²nica, que es poner a disposici¨®n de las empresas que quieran venir, abrir sus negocios aqu¨ª, participar en este estado que tiene grandes reservas minerales y un gran potencial agr¨ªcola. Pueden venir aqu¨ª, porque no energ¨ªa no faltar¨¢¡±.
En 2016, Dilma termin¨® as¨ª la primera inauguraci¨®n de Belo Monte: ¡°Para concluir, quiero decirles que estoy muy orgullosa de las elecciones que he hecho. Una de ellas, que quiero destacar una vez m¨¢s, es la construcci¨®n de Belo Monte como un legado para la poblaci¨®n brasile?a de esta regi¨®n, para la gente de Altamira y del Xing¨². Aunque no forme parte de los municipios directamente afectados por Belo Monte, toda esta poblaci¨®n se beneficiar¨¢ directa e indirectamente. Estoy orgullosa de las elecciones que he hecho¡±.
En 2019, el almirante de Bolsonaro concluy¨® as¨ª la segunda inauguraci¨®n de Belo Monte: ¡°Destaco y ensalzo el esfuerzo, la competencia y la valent¨ªa que todos los que han trabajado para la realizaci¨®n de esta obra magn¨ªfica en todos y cada uno de los aspectos considerados. Es m¨¢s que orgullo, es m¨¢s que satisfacci¨®n. Brasil por encima de todo, Dios por encima de todos¡±.
¡°Central grandiosa¡±, ensalz¨® Dilma Rousseff; ¡°obra magn¨ªfica¡±, dijo el ministro de Bolsonaro
Por lo tanto, tenemos un acuerdo expl¨ªcito entre los dos polos que han dominado el debate diario del pa¨ªs. Brasil no es solo un constructor de ruinas. Brasil no solo construye ruinas de dimensiones continentales. Brasil tambi¨¦n inaugura dos veces las ruinas que construye.
Bolsonaro estaba feliz como un ni?o con zapatos nuevos al accionar simb¨®licamente las unidades generadoras de la hidroel¨¦ctrica construida por el PT. Al hacerlo, se escuch¨® el terrible ruido que se asociaba con el progreso en el pasado: el ruido de las m¨¢quinas, el s¨ªmbolo de la supuesta superioridad del hombre sobre la naturaleza. Parec¨ªa una de esas pel¨ªculas futuristas de principios del siglo XX.
En el cierre del evento Amazonia Centro del Mundo, unas semanas antes, se represent¨® la obra ¡°Altamira 2042¡±. La directora y actriz Gabriela Carneiro da Cunha capt¨® los ruidos reales de convertir la selva en una hidroel¨¦ctrica, la vida en muerte. El trabajo es impresionante. La diferencia es que al final de ese ruido infernal que Bolsonaro, Barbalho y otros celebraron, la presa se romp¨ªa. En la ficci¨®n, este es el futuro que se?alaron los creadores.
?Belo Monte es un ¡°hecho consumado¡± para qui¨¦n?
?Cu¨¢l es la polarizaci¨®n que queremos?
A demasiadas personas, de la derecha y tambi¨¦n de la izquierda, les gusta repetir: ¡°Basta de hablar de Belo Monte, es un hecho consumado¡±. ?¡°Hecho consumado¡± para qui¨¦n?
Aunque Belo Monte ya ha destruido vidas y formas de vida, los impactos de la represa en uno de los r¨ªos m¨¢s grandes y vitales de la Amazonia est¨¢n solo empezando. En este momento, la Vuelta Grande del Xing¨² se seca como resultado del control del agua que hace la central, y se est¨¢ produciendo una crisis humanitaria en la regi¨®n. Una carta del director-presidente de Norte Energia SA, Paulo Roberto Ribeiro Pinto, afirma, seg¨²n un reportaje que publiqu¨¦ en EL PA?S y otro que se public¨® en The Guardian el 8 de noviembre: ¡°Si no se llega al nivel m¨ªnimo de 95,20 metros en el Embalse Xing¨², la ola negativa que podr¨ªa formarse por los vientos afectar¨¢ a las ¨¢reas de la presa que no est¨¦n protegidas por las rocas, una situaci¨®n que podr¨ªa provocar da?os estructurales en la presa principal del r¨ªo Xing¨², que es Pimental. Por lo tanto, es absolutamente necesario mantener la cuota m¨ªnima de 95,20 m para garantizar la seguridad de la presa Pimental¡±.
La tarde del 10 de octubre, tambi¨¦n seg¨²n el director-presidente de Norte Energia, el nivel del Embalse Xing¨² ya hab¨ªa alcanzado la cuota m¨ªnima. Por esta raz¨®n, la compa?¨ªa solicit¨® autorizaci¨®n a la Agencia Nacional de Aguas para cambiar los caudales de agua, evitando as¨ª el riesgo de que se produzcan da?os estructurales: ¡°En este sentido, es absolutamente imprescindible: (i) garantizar la seguridad de las instalaciones y (ii) mantener el caudal m¨ªnimo para el TVR a 700 m3/s (seg¨²n el hidrograma), la decisi¨®n operativa de NESA es hacer los ajustes de emergencia y temporales imprescindibles para reducir el caudal afluente al embalse intermedio a 100 m3/s¡±. Lo subrayado es de la empresa.
Al entrar en contacto con una serie de preguntas sobre el documento enviado a la Agencia Nacional de Aguas para el reportaje publicado en los dos peri¨®dicos, la concesionaria de Belo Monte se limit¨® a comentar: ¡°Norte Energia, empresa responsable de la Central Hidroel¨¦ctrica Belo Monte, informa de que cumple rigurosamente los compromisos establecidos en la licencia ambiental de la iniciativa¡±. La respuesta se public¨® en su totalidad en el reportaje. El 21 de noviembre, EL PA?S public¨® una larga carta de la empresa, llena de jerga t¨¦cnica inaccesible para la mayor¨ªa de los lectores, en la que Norte Energia niega que existan riesgos. Queda por ver qu¨¦ carta ¡ªdel mismo autor¡ª debemos creer. Ambas fueron publicadas por EL PA?S y est¨¢n disponibles para los lectores, las autoridades y la comunidad cient¨ªfica.
?Cu¨¢l es la polarizaci¨®n que queremos?
Respetar los hechos y producir memoria sobre Belo Monte es fundamental por todas las razones ¨¦ticas obvias. Y porque es necesario aclarar c¨®mo los partidos y la sociedad civil enfrentar¨¢n los impactos que a¨²n no se han compensado, los impactos que nunca podr¨¢n repararse y, principalmente, los impactos que a¨²n pueden evitarse, como la muerte de la Vuelta Grande del Xing¨². Tambi¨¦n es esencial saber c¨®mo la izquierda enfrentar¨¢ la reanudaci¨®n de la construcci¨®n de grandes hidroel¨¦ctricas en la Amazonia anunciada por Bolsonaro, parte de ellas dise?adas por los Gobiernos del PT.
Lo que propongo aqu¨ª no es el fin de la polarizaci¨®n. Pero creo que es urgente que haya otra polarizaci¨®n ante la escalada del autoritarismo bolsonarista: la de los derechos humanos contra la violaci¨®n de los derechos humanos, la de los derechos de la naturaleza contra la violaci¨®n de los derechos de la naturaleza, la del conocimiento contra la ignorancia, la de la democracia contra la violaci¨®n del Estado de derecho, la de la centralidad de la Amazonia viva para todos contra la depredaci¨®n de la Amazonia para unos pocos. La de la verdad contra todas las mentiras.
Lo que hagamos con Belo Monte nos definir¨¢, y definir¨¢ el futuro.
Eliane Brum es escritora, reportera y documentalista. Autora de los libros de no ficci¨®n Brasil, construtor de ruinas, Coluna Prestes ¨C o avesso da lenda, A vida que ningu¨¦m v¨º, O olho da rua, A menina quebrada, Meus desacontecimentos, y de la novela Uma duas. Sitio web: desacontecimentos.com. E-mail: elianebrum.coluna@gmail.com. Twitter: @brumelianebrum.Facebook:@brumelianebrum.Instagram: brumelianebrum
Traducci¨®n de Meritxell Almarza
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