Bares
Las cantinas, bodegas, tabernas, tascas, pubs, caf¨¦s, cervecer¨ªas, chiringuitos o tugurios son mucho m¨¢s que un lugar donde se sirven bebidas. Son espacio de y para la sociabilidad
De todos los anuncios relativos a la desescalada, seguro que uno de los m¨¢s esperados fue el de la reapertura de los bares. ?De d¨®nde esa impaciencia, para algunos aut¨¦ntica ansiedad? ?Un bar es solo un establecimiento en que se sirven bebidas, en que hay dispuestas mesas en el interior y muchas veces en el exterior, que disponen de una barra en la que se puede consumir incluso de pie y que est¨¢n atendidos por profesionales especializados en servir?
Esos rasgos definir¨ªan bien en qu¨¦ consisten este tipo de locales y sus antepasados y parientes ¡ªcantina, bodega, taberna, tasca, bar restaurante, bar musical, pub, caf¨¦, cervecer¨ªa, chiringuito, whisker¨ªa, licorer¨ªa, cocteler¨ªa, tugurio...¡ª, pero deber¨ªamos a?adir que el servicio que ofrecen es tambi¨¦n el de poner a disposici¨®n de sus clientes un microclima destinado a favorecer un cierto tipo de interacci¨®n humana.
Los bares pueden ser clasificados en funci¨®n del tipo de relaci¨®n que esperamos tener con ellos y en ellos. As¨ª, hay bares en los que se entra, que son como ¨¢reas de servicio y descanso que permiten a los viandantes hacer un alto en su camino para, por as¨ª decirlo, repostar y restaurarse al lado o cerca de desconocidos, que pueden dejar de serlo en cualquier momento. Hay tambi¨¦n bares a los que se baja, bares vecinos y de vecinos, de proximidad, que est¨¢n insertos en la vida de barrio y cuyos frecuentadores se suelen conocer entre s¨ª, aunque sea de vista. Son los bares "carajilleros", los de toda la vida.
Por ¨²ltimo, tenemos los bares a los que se va, es decir, puntos de reuni¨®n no por fuerza cercanos a los que se acude de manera recurrente para coincidir con amistades o, al menos, gente parecida. Son importantes, puesto que constituyen aut¨¦nticas sedes sociales de grupos de amistad y lugar de referencia que convoca un determinado perfil de consumidor con quien se empatiza autom¨¢ticamente por compartir gustos, aficiones, actividades o ideas.
En este ¨²ltimo caso hay tantos tipos de bares como afinidades sociales: bares estudiantiles, gais, futbol¨ªsticos, falangistas, alternativos, bohemios, elitistas, hipsters, para turistas, de dise?o, de la movida¡ A veces estas denominaciones tem¨¢ticas implican pleonasmos. As¨ª, hay "bares de copas", como si todos los bares no lo fueran. O bares etiquetados como "de ambiente", cuando todos los bares, queri¨¦ndolo o no, poseen y suscitan una atm¨®sfera que los caracteriza. Y por supuesto que todos los bares son "de alterne", en el sentido que alternamos en ellos con otras personas, aunque sea sin querer, aunque sea con el barman. Un bar siempre es incompatible con la soledad; si quieres estar solo, no vayas nunca a un bar.
En esas mesas interiores o exteriores, o en cada barra de bar se desarrolla una intens¨ªsima actividad social determinante para todos y cada uno de los concurrentes. En primer lugar, porque no existe ninguna forma de identidad compartida que no requiera de ese templo que es para ella un bar. Apreciaci¨®n acreditada en que hasta no hace mucho a los asiduos a un bar se les llamara, no por casualidad, parroquianos. Luego, porque en cada encuentro en un bar se dirimen cuestiones que siempre son en un grado u otro fundamentales.
En un bar casi todos los presentes est¨¢n negociando algo: los t¨¦rminos de una empresa, de un amor o de una amistad. En un bar todo el mundo est¨¢ pactando algo, llegando a acuerdos, conspirando o haciendo planes.
En los bares se r¨ªe, se charla animadamente, pero tambi¨¦n se ven semblantes serios o apenados. En los bares, a veces, discretamente, se llora. En ellos se bebe porque se est¨¢ alegre o porque se est¨¢ triste, pero nadie bebe sin compa?¨ªa. Es posible que alguien d¨¦ la impresi¨®n de estar comiendo o bebiendo solo. No es cierto. Bebe o come con alguien que no est¨¢. Cabiendo en ¨¦l toda la vida social, tambi¨¦n hay en esos sitios un lugar para el conflicto, incluso para la violencia. De hecho, existe un tipo de enfrentamiento f¨ªsico que lo tiene como escenario natural: la "pelea de bar", con casos con tanta repercusi¨®n como el de Alsasua.
En todo caso, en los bares se coincide con personas a las que se ama, se quiere o al menos cuya cercan¨ªa se aprecia ¡ªy, de ah¨ª que est¨¦n sentadas en torno a una misma mesa¡ª, pero tambi¨¦n con seres desconocidos que, justo ah¨ª, en ese bar, dejaron de serlo, seres que aparecieron de la nada y que pudieron marcar nuestra vida y luego desvanecerse para siempre, pero que pudieron surgir para quedarse en ella para siempre.
Una parte importante de nuestra vida ocurri¨® y ocurre en bares o lugares parecidos, pero eso tambi¨¦n vale para la vida de las naciones. El intento de golpe de estado de Hitler en 1923, el "putsch de Munich", arranc¨® de la B¨¹rgerbr?ukeller, una cervecer¨ªa. Operaci¨®n Galaxia es el t¨ªtulo del operativo policial que desarticul¨® un complot militar cuya concreci¨®n se conoci¨® el 23 de febrero de 1981 en el golpe del coronel Tejero. Galaxia era el nombre de una cafeter¨ªa madrile?a. Seguro que no hay acontecimiento o proceso hist¨®rico en el mundo moderno que no haya ideado o preparado en locales as¨ª. Y seguro que los grandes hechos p¨²blicos que se avecinan se est¨¢n planeando ahora mismo o dentro de un rato en torno a la mesa de un bar.
Por eso hemos echado tanto en falta los bares en estos meses de confinamiento. La sociabilidad de bar es consecuencia del acto elemental de salir de casa para encontrarse con otras personas con las que se establece un nexo duradero o ef¨ªmero, pero que necesita de un proscenio. Eso es un bar, un medio que funciona como una especie de l¨ªquido amni¨®tico, un contenedor de cualidades sensibles ¡ªla decoraci¨®n, la luz, el olor, los sonidos, las texturas¡ª que le dan un determinado sabor al conjunto, una materialidad singular invisible, que nos obliga a volver porque sabemos que alguien, pero sobre todo algo, nos espera. Quien ha hecho toda una teor¨ªa del bar es Sergio Gil, un antrop¨®logo que sab¨ªa estas cosas y las ha aplicado a los bares que m¨¢s que montar, ha creado.
Existen barrios o calles de una ciudad de sociabilidad intensa y continuada, es decir, donde se desarrolla una vitalidad hecha de encuentros entre amigos, amantes, vecinos, negociadores, conocidos y tambi¨¦n desconocidos. Cuantos m¨¢s bares m¨¢s vida social; cuanta m¨¢s vida social, m¨¢s bares. Hay lugares donde no hay bares, como por ejemplo ciertos complejos urbanos en los que la gente suele salir poco o nada, o bloques o urbanizaciones en los que la vida social se limita a la que se da en recintos interiores cerrados al exterior. En esos lugares o en sus alrededores no hay bares, lo que indica que en ellos no hay vida social, aunque mejor ser¨ªa decir, sencillamente, que lo que no hay es vida a secas.
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