Una cata submarina, una sesi¨®n de ¡®animal flow¡¯ y m¨¢s planes diferentes para redescubrir Tenerife
Cualquier ¨¦poca es buen momento para recorrer su paisaje volc¨¢nico, pero hacerlo en los primeros meses del a?o brinda una tregua del invierno peninsular. Bocados con estrella Michelin, avistamiento de ballenas y delfines, tesoros de su artesan¨ªa local, ba?arse entre acantilados¡ Hay excusas de sobra para visitar la isla canaria
Noches suaves y d¨ªas de sol garantizado pero sin calor sofocante. Tenerife depara un panorama id¨ªlico al que escaparse, y hacerlo durante los primeros meses del a?o brinda una tregua de las fr¨ªas temperaturas y lluvias que suelen dominar en la Pen¨ªnsula. Pero la isla m¨¢s grande del archipi¨¦lago canario es mucho m¨¢s que un reclamo playero. Contentar al est¨®mago mientras se descubre su alta cocina o sus vinos aut¨®ctonos, descubrir nuevas terapias sensoriales, avistar ballenas y delfines, conocer los tesoros de su artesan¨ªa local o darse un chapuz¨®n entre rocas volc¨¢nicas son algunas de las experiencias que propone esta gema del oc¨¦ano Atl¨¢ntico.
1. Comer como un aut¨¦ntico ¡®bon vivant¡¯
Durante alg¨²n tiempo, el conocimiento popular que ten¨ªamos de la gastronom¨ªa tinerfe?a se limitaba a los cl¨¢sicos que coronaban la carta de cualquier chiringuito a pie de playa: papas arrugadas, pescados a la plancha y una dosis contundente de mojo. Pero en los ¨²ltimos a?os la isla ha cogido carrerilla y se postula como un oasis a la vanguardia del buen comer y beber. Su versi¨®n de la dieta atl¨¢ntica basada en el consumo de productos de la zona, como el at¨²n rojo, el cochino negro, la fruta tropical, mieles y quesos singulares del archipi¨¦lago, patatas y vinos aut¨®ctonos, se fusiona con nuevas tendencias y giros que tejen un estimulante mapa gastron¨®mico por toda la isla.
Solo Royal Hideaway Corales, el hotel gastron¨®mico por excelencia situado en la Costa Adeje, acumula tres estrellas Michelin en su haber. Dos de ellas respaldan al Rinc¨®n de Juan Carlos, el restaurante que lideran los hermanos Juan Carlos y Jonathan Padr¨®n. Aqu¨ª el kil¨®metro cero brilla en todo su esplendor: su cercan¨ªa al mar se refleja en las impolutas cocciones de pescados frescos acompa?ados de otros tesoros culinarios como la lechuga de mar o el turr¨®n de morcilla canaria, junto a una interesante carta de vinos volc¨¢nicos, con su sabor ahumado ¨²nico. Pero la sorpresa no termina aqu¨ª. Dos veces al a?o su men¨² degustaci¨®n (disponible solo de lunes a viernes en servicio de cena) es intervenido por las mejores manos del mundo. Toda una batalla de alta cocina que ha contado en sus fogones con chefs como Massimo Bottura, Ana Ros, los hermanos Torres o el m¨¢s reciente ?lvaro Salazar, del restaurante Voro en Mallorca.
Sin salir de este imponente hotel dise?ado por Leonardo Omar, catalogado en 2020 como el mejor hotel de lujo en Arquitectura y Dise?o por los World Luxury Hotel Awards, se puede dar un salto transoce¨¢nico a trav¨¦s del mestizaje peruano-japon¨¦s que propone el restaurante San H?. Su estrella Michelin no defrauda, con una carta que ahonda en los secretos de la cocina nikkei y a¨²na lo mejor de ambas culturas a trav¨¦s de la materia prima de las islas Canarias. Para los interesados en descubrir nuevos escenarios culinarios m¨¢s all¨¢ de la mesa de un restaurante, el alojamiento propone la experiencia Chef In Room, una cena en la que aprender a cocinar in situ junto a uno de sus chefs los sabores de la regi¨®n, como papas arrugadas con mojo palmero, almogrote gomero o tartar de at¨²n rabil. Todo ello personalizado por un maridaje a la carta a cargo del sumiller. El concepto de room service llevado a otro nivel.
De cerca le sigue el hotel Ritz-Carlton Abama, el tropicalismo hecho resort entre jardines bot¨¢nicos, vistas a un volc¨¢n y una fachada de aires ¨¢rabes dise?ada por el arquitecto boliviano Melvin Villarroel. Este lujoso retiro en el municipio de Gu¨ªa de Isora, al suroeste de la isla, es tambi¨¦n la residencia del restaurante M. B., con dos estrellas Michelin, de Mart¨ªn Berasategui. La propuesta del veterano chef ondea tanto por sabores locales como tra¨ªdos de los cinco oc¨¦anos, con deliciosas fusiones como la ostra escabechada con granizado de sake de pepino, chalota encurtida y bruma marina. Indescriptible. El prestigio restaurante Kabuki que dirige Ricardo Sanz sustenta la tercera estrella del alojamiento, con su fusi¨®n japomediterr¨¢nea de sabores limpios y cortes impecables que queda grabada para siempre en el paladar.
Como colof¨®n, y tambi¨¦n con estrella, no deber¨ªamos dejar la costa occidental sin pasar por Nub para conocer sus bocados que acortan distancias entre los fogones de Italia y Chile. En el restaurante emblema de hotel Bah¨ªa del Duque, los chefs Andrea Bernardi y Fernanda Fuentes-C¨¢rdenas proponen un recorrido sensorial por las ra¨ªces culinarias de sus pa¨ªses de origen con opci¨®n de men¨² vegetariano.
2. Visitar (y saborear) una aut¨¦ntica plantaci¨®n de pl¨¢tanos
El esl¨®gan dice que el pl¨¢tano de Canarias es el mejor del mundo, pero no siempre tenemos la oportunidad de catarlo en todo su esplendor. Sin artificios, al natural y con un punto ¨®ptimo de maduraci¨®n. La Calabacera (Carretera TF 463, kil¨®metro 8.1, playa de San Juan) es el lugar perfecto para hacerlo. Se trata de una finca ecol¨®gica que resuena no solo entre los o¨ªdos de los locales, sino en las cocinas m¨¢s vanguardistas de toda la isla. Su due?a, Dulce Acevedo, es la gran precursora del cultivo org¨¢nico de este fruto en el archipi¨¦lago desde esta imponente plantaci¨®n en el municipio de Gu¨ªa de Isora.
Pero los pl¨¢ntanos no son sus ¨²nicos tesoros. Entre las exuberantes plataneras crece a su debido tiempo una familia numerosa de hortalizas y frutos como la ex¨®tica atemoya (un familiar americano de la chirimoya), los canisteles con su ligero sabor a almizcle, los ¨¢rboles de kumquats o sus propias parras de vino. Algunos se secan y fermentan en la propia finca, un dulce testimonio de las visitas guiadas que ofrecen bajo reserva. Y si se quiere vivir la experiencia al completo disponen de alojamiento en el interior de la plantaci¨®n con apartamentos individuales y piscina.
3. Avistar ballenas y delfines
Frente a la riqueza de sus paisajes volc¨¢nicos nutridos de especies tropicales que hicieron de Tenerife desde el siglo XVIII un destino codiciado por ge¨®grafos y naturalistas hist¨®ricos como Alexander Von Humboldt o Charles Darwin, su riqueza marina no tiene nada que envidiar a la terrestre. Entre el invierno y la primavera es la mejor ¨¦poca para avistar ballenas (la especie calder¨®n tropical o piloto reside de forma permanente en las aguas al suroeste de la isla) y el delf¨ªn mular cerca de su costa, debido a la mayor actividad de los cet¨¢ceos en el mar que separa la isla tinerfe?a de La Gomera.
Un punta de partida para su avistamiento es Puerto Col¨®n, en Costa Adeje, donde emprender una excursi¨®n de mediod¨ªa en barco para ver e inmortalizar a pocos metros sus elegantes saltos sobre el agua salada (en la web Viator se ofertan desde econ¨®micas traves¨ªas de dos horas hasta cruceros en veleros o yate de lujo con opci¨®n de almuerzo) .
4. Una cata submarina
Los vinos tinerfe?os han dejado de ser una mera an¨¦cdota en restaurantes de la zona para convertirse en un deleite de obligada cata. Situado en el pintoresco paisaje de La Hollera (C. Cruz de Leandro, 36, El Sauzal), con vistas al Teide, las bodegas Monje perpet¨²an el noble oficio de la uva generaci¨®n tras generaci¨®n desde 1750, entre barricas de robles y nuevos sistemas de maceraci¨®n que aportan a sus tintos, blancos y rosados un car¨¢cter especial.
Pero el inter¨¦s por esta bodega no se limita a sus caldos. En paralelo ofrecen iniciativas culturales y gastron¨®micas m¨¢s all¨¢ de la degustaci¨®n del propio vino, como vivir una cata submarina en las aguas de Por¨ªs de Abona, en el municipio de Arico; ser testigo de una obra de gastroteatro sobre la Ley Seca, o disfrutar de un bruch con sesiones de DJs en su club subterr¨¢neo.
5. Darse un chapuz¨®n en el conf¨ªn del mundo
Embarcarse hacia uno de los enclaves m¨¢s rec¨®nditos de Tenerife situado en su punta occidental, atizado por el viento y bajo la atenta mirada de un faro de 1897 sacado de una postal, es una experiencia que merece la pena probar. Punta de Teno es esa joya que los tinerfe?os expatriados guardan con nostalgia, y que siempre recomiendan cuando se les pregunta qu¨¦ visitar m¨¢s all¨¢ del circuito convencional de la isla. Su acceso ya es toda una aventura, bien por carretera tomando la autopista TF-1 desde el sur al parque rural de Teno, que ha vivido aislado durante siglos del resto de la isla, o por caminata entre su roca volc¨¢nica y bosques de laurisilva que desembocan en los Gigantes de Tenerife. Estos acantilados de m¨¢s de 600 metros de altura que afloran por columnas de lava fosilizada fueron apodados por los guanches como la ¡°muralla del infierno¡±, bajo la leyenda de que marcaban el final del mundo. Punto estrat¨¦gico para practicar esn¨®rquel y submarinismo, este es tambi¨¦n el lugar favorito de muchos cet¨¢ceos de la zona, de f¨¢cil visibilidad en mar abierto a trav¨¦s de un paseo en barco.
Al tratarse de un espacio protegido, solo se puede visitar de 10.00 a 19.00 entre octubre y junio y de 9.00 a 20.00 el resto del a?o. La mejor manera de llegar al parque es con los autobuses que salen cada hora desde la estaci¨®n de Buenavista Norte, o bien a atreverse con la ruta de senderismo que comienza desde las poblaciones de Masca o Reno Alto hasta la peque?a cala cercana a los Gigantes.
6. Dormir en la antigua hacienda de un conde
Cerca de este parque natural, en la localidad de Buenavista del Norte y con m¨¢s de 250 a?os de historia a sus espaldas, se erige la antigua hacienda donde vivi¨® el conde de Siete Fuentes, figura pol¨ªtica y militar de la historia moderna de la isla que lleg¨® a ser alcalde del Puerto de la Cruz. Ahora, en propiedad de la l¨ªnea hotelera The Meli¨¢ Collection, sus campos de ca?a de az¨²car han dado paso a un hotel de lujo solo para adultos donde desconectar con todo tipo de comodidades a las faldas del macizo de Teno.
Rodeado de huertos frutales y zonas de ba?o (incluye una piscina natural excavada en la roca del mar), cuenta con un campo de golf dise?ado por Severiano Ballesteros y con vistas al Atl¨¢ntico. La magia colonial que impregna el interiorismo de todo el complejo recupera la belleza de las casas tradicionales del valle con paredes encaladas, artesonados de piedra y madera labrados o suelos de terracota. Un viaje en el tiempo que comienza con la herencia artesanal y termina en la gastronom¨ªa canaria de vanguardia de su restaurante Salazar.
7. Zambullirse en las piscinas naturales de Garachico
Tenerife esconde un lado salvaje y rocoso donde darse un ba?o puede ser toda una aventura. Adem¨¢s de la arquitectura hist¨®rica nutrida de conventos y casa de colores de la localidad de Garachico, el antiguo puerto de la isla atrae la visita de curiosos, sobre todo en verano, atra¨ªdos por las aguas salvajes de El Calet¨®n. Fruto de la erupci¨®n de 1706 del volc¨¢n Arenas Negras, que sepult¨® para siempre la zona portuaria, estas piscinas naturales a la espalda del castillo renacentista de San Miguel rugen cuando sube la marea convirti¨¦ndose en todo un espect¨¢culo de su paseo mar¨ªtimo. Los que se animen a surcar su profundidad desde las escalerillas met¨¢licas volver¨¢n a sentirse como un ni?o entre chapuzones y vistas a los acantilados naturales de La Culata. En la temporada estival cuenta con socorrista y dispone de un restaurante con terraza construido sobre la lava.
8. Resetear el cuerpo: de una sesi¨®n de ¡®animal flow¡¯ a meditar en un huerto
Nuevas terapias y maneras hol¨ªsticas de reconectar con el cuerpo cobran cada vez m¨¢s importancia en la agenda de cualquier viaje. En la isla canaria, el aumento de centros de wellness por toda su geograf¨ªa dibuja una amplia oferta para mimarse y recargar las pilas.
Esta ruta sensorial comenzar¨ªa con un masaje detox al aire libre en la piscina del hotel Dreams Jard¨ªn Tropical, en Costa Adeje, seguido de un drenaje linf¨¢tico y una sesi¨®n de reflexolog¨ªa en una de sus cabinas. Sin salir del suroeste de la isla, llega el turno de liberar el estr¨¦s y las tensiones acumuladas con un recorrido termal por el Aequor Spa del hotel Jardines de Nivaria. Un culto al poder terap¨¦utico del agua con estimulantes chorros subacu¨¢ticos y exteriores que parecen surgir de una cueva natural. La antesala perfecta para un tratamiento con envolturas de algas, fango y sales marinas.
Tras la relajaci¨®n, comienza la recarga de energ¨ªa con una sesi¨®n de animal flow frente a la playa de la Enramada (disponible bajo reserva en el hotel Royal Hideaway Corales). Esta nueva modalidad de entrenamiento creada por el atleta norteamericano Mike Fitch junta disciplinas como yoga, pilates o capoeira con movimientos inspirados en el mundo animal para ganar fuerza, flexibilidad y potencia muscular. En Puerto de la Cruz se encuentra el spa oriental del hotel Bot¨¢nico, un centro de relajaci¨®n con terapias milenarias tra¨ªdas de Asia como la sauna japonesa o un masaje depurativo de Ayurveda. Para terminar, una sesi¨®n inmersiva de meditaci¨®n en un huerto tropical el hotel Hacienda del Conde para aprender t¨¦cnicas de respiraci¨®n que ayudar¨¢n a calmar la mente y desconectar del mundo exterior cuando toque volver a la rutina.
9. Llevarse a casa un ¡®souvenir¡¯ con historia
El que busque ahondar en el made in Tenerife y conocer la riqueza de su artesan¨ªa m¨¢s all¨¢ de la oferta manida que ofrecen las tiendas de los paseos mar¨ªtimos tiene una larga traves¨ªa que recorrer en su ruta por la isla. Adem¨¢s de los bellos Jardines Victoria o la actividad cultural que fluye por el Liceo de Taoro, La Orotava es un pueblo famoso por sus talleres artesanales. La casa de los Balcones (San Francisco, 3), reconocible por sus patios de vegetaci¨®n tropical y una fachada se?orial, est¨¢ considerada el templo del calado canario, un bordado muy popular en las islas que se confecciona al deshilar una tela tensada por un bastidor. La visita a esta casa-museo permite conocer de cerca esta ancestral t¨¦cnica y adquirir manteler¨ªas, colchas y otros textiles de elaboraci¨®n propia en su tienda, junto a dulces artesanales o piezas de bisuter¨ªa fabricadas a mano con rocas volc¨¢nicas.
Sin salir de La Orotava, en el n¨²mero 34 de la calle Tom¨¢s Zerolo, encontramos la tienda de Artenerife, la marca que difunde el trabajo de artistas y artesanos de la isla. Aqu¨ª la oferta se dispara, con sugerentes muestras que llevarse a casa como abanicos decorados con plantas frescas, anillos fabricados con papel, cuero o minerales y accesorios de marroquiner¨ªa.
Los m¨¢s golosos tendr¨¢n un buena excusa para no dar por finalizado el viaje sin visitar San Crist¨®bal de La Laguna, sede de la tienda y taller de chocolates Lava ( Zebenzuy, 10). Sus originales recetas basadas en la pureza de este derivado del cacao emulan a las rocas volc¨¢nicas creadas por el Teide en erupci¨®n.
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