Los 15 pueblos m¨¢s bonitos de Grecia
Hay muchos tipos de localidades con encanto y es dif¨ªcil escoger la m¨¢s bella, pero en esta quincena de poblaciones, que recorren desde la costa hasta las monta?as, es f¨¢cil experimentar la vida rural sin yates, con yogur de verdad y deidades. En todas ellas hay buena vida a raudales
Bajo un sol resplandeciente, los pueblos encalados de blanco son la imagen m¨¢s t¨ªpica de Grecia, pero no son la ¨²nica postal rural del pa¨ªs. Hay muchos tipos de pueblos con encanto y es dif¨ªcil escoger el m¨¢s bello: junto al mar, sobre acantilados con impresionantes puestas de sol, acodados en rec¨®nditos huecos en las monta?as¡ pueblos de aire serrano en las cordilleras del norte, o de genuina escenograf¨ªa mediterr¨¢nea en las islas¡ En los pueblos de Grecia se vive todav¨ªa en los caf¨¦s locales (kafeneio) y las familias se re¨²nen en las plazas mientras los ni?os juegan hasta caer la noche. Desde la costa hasta las monta?as, es f¨¢cil experimentar la vida cotidiana rural en estos pueblos sin yates, con yogur de verdad y deidades amputadas¡ por todas partes hay buena vida y belleza a raudales.
M¨¢s informaci¨®n en las gu¨ªas Lonely Planet de Grecia y Explora Grecia y en www.lonelyplanet.es
1. Monemvas¨ªa, bizantina y fortificada (Peloponeso)
Este pueblo bizantino y medieval encabeza casi todos los r¨¢nkings de pueblos m¨¢s bonitos de Grecia. Encontraremos ciudades fortificadas similares en toda Grecia, pero pasear por la imponente Monemvas¨ªa resulta una experiencia ¨²nica: es la ciudad fortificada habitada sin interrupci¨®n m¨¢s antigua de Europa y, tras el arco de piedra de su entrada, la arquitectura refleja el paso de los cruzados, los venecianos y los otomanos.
Monemvas¨ªa es una pen¨ªnsula en el Egeo que alg¨²n d¨ªa aspir¨® a ser isla, pero se qued¨® como amarrada al Peloponeso por una hilera de piedras. Medieval y amurallada, presume de su ciudadela veneciana, de su antigua mezquita y de sus iglesias bizantinas, una mezcla genuinamente griega, pero sobre todo, es un lugar amable que nos transporta a otros mundos y otras ¨¦pocas. Sus casas talladas en la roca solo son visibles desde el mar y fueron ideadas as¨ª para evitar a los piratas invasores. El casco antiguo es un d¨¦dalo de callejones adoquinados llenos de buganvillas, mansiones de piedra muy bien conservadas e iglesias bizantinas, todo coronado por un castillo.
2. Gerakas: un fiordo al estilo noruego en Grecia (Peloponeso)
No muy lejos de Monemvas¨ªa encontramos otro pueblo con encanto, Gerakas, donde los aficionados a las aves disfrutan observando p¨¢jaros en la punta m¨¢s meridional de Europa. Gerakas es el ¨²nico fiordo del pa¨ªs, creado a partir de una laguna marina hasta convertirse en un humedal poco profundo, perfecto y con mucho alimento para especies de aves migratorias poco comunes, como garzas blancas, garzas reales y alg¨²n que otro cisne y pato de collar. No es un lugar al que se vaya necesariamente a nadar, pero quien quiera, puede hacerlo junto a las rocas al final del peque?o puerto, con peque?os yates y barcos de pesca alrededor.
Gerakas tiene una belleza peculiar, con tabernas y caf¨¦s junto al agua que animan a relajarse y admirar las vistas al mar con las monta?as de fondo. Dice la leyenda que fue un refugio desconocido durante muchos a?os. El escritor griego Anto?nis Kariotis afirma que un capit¨¢n sali¨® a pescar al mar con su inexperto hijo, al que dej¨® a cargo antes de dormirse. Estall¨® una tormenta y el hijo luch¨® por mantener el control. Al despertarse, el capit¨¢n trat¨® en vano de salvar el barco; el hijo vio las luces de Gerakas e intent¨® convencer a su padre para dirigirse all¨ª. El padre, pensando que hab¨ªa enloquecido e intentaba conducirles al peligro, mat¨® a su hijo. Pero enton?ces vir¨® y vio el puerto. Por ello, Gerakas se convirti¨® en un refugio para marineros cuando hay tormenta.
3. Galaxidi, tierra de marineros (Grecia Central)
Peque?a, bonita y a solo 35 minutos al suroeste de Delfos, Ga?laxidi, es un rom¨¢ntico pueblo pesquero convertido en destino de fin de semana para los atenienses que buscan rincones tranquilos para comer al sol junto al mar. Solo su museo naval ya justifica el viaje.
Galaxidi parece m¨¢s una peque?a isla que un pueblo costero continental. Las mansiones neocl¨¢sicas de los marinos se api?an en una colina junto a las c¨²pu?las de las iglesias y el paseo mar¨ªtimo rodea el puerto en el que se codean barcos de pesca tradicionales y grandes yates, y conduce a un bosque de pinos y eucaliptos y playas de guijarros.
Se puede admirar la vista desde uno de los caf¨¦s del muelle o darse un ba?o en la playa de guijarros de Kentri antes de vi?sitar el Museo Naval e Hist¨®rico de Galaxidi. En ¨¦l se puede descubrir el papel de esta peque?a ciudad Patrimonio de la Humanidad en la actividad pesquera y naval griega en los siglos XVIII y XIX y en la revoluci¨®n de 1821. Cuadernos de bit¨¢cora, mapas, fotos de barcos del siglo XIX y figuras de madera, muchas donadas por armado?res con ra¨ªces en Galaxidi. Y junto al museo, las mansiones donde resid¨ªan orgullosos capitanes, algunas abiertas al p¨²blico en d¨ªas se?alados. Justo al lado, la iglesia de Agios Nikolaos, est¨¢ dedica?da al patr¨®n de los marineros, con un iconostasio muy interesante. Y todo para concluir en una estrecha callejuela que conduce al barrio de Hiro?lakka, el ?abismo de las viudas?, cuyo aspecto oscuro remi?te al duelo por los hombres que nunca regresaron del mar.
Vida de pueblo en Fidakia, en Karpensisi (Grecia Central)
Grecia es mucho m¨¢s que sus costas, islas y playas: tambi¨¦n est¨¢ el interior, como la regi¨®n en torno a Karpenisi, desconocida y llena de sorpresas agradables: monta?as surcadas por senderos, bosques repletos de abe?tos, pl¨¢tanos, casta?os y nogales, r¨ªos, ca?ones, cascadas y lagos. Karpenisi, la capital de la prefectura de Evrytania, es un para¨ªso natural que cambia al comp¨¢s de las estaciones. En invierno, la nieve cubre el monte Velouchi y su estaci¨®n de esqu¨ª, mientras que las hojas ocres, naranjas y rojizas del oto?o adornan las plazas de los tradicionales pueblos de pie?dra como Koryshades y Megalo Horio. En primavera, vuelven los p¨¢jaros y el inusual fen¨®meno acu¨¢tico de Panda Vrehi atrae a los aventureros.
El monasterio de Panagia Proussos, del siglo IX, cuelga sobre un acantilado en el frondoso ca?¨®n de Proussiotis, donde se unen las monta?as de Kaliakouda y Helidona. El h¨¦roe de la guerra de la independencia griega Georgios Karaiskakis, lo us¨® como cuartel general, y su espada, pistola y fez se exhi?ben en el museo.
Adem¨¢s de los pueblos m¨¢s famosos (Koryshades, Megalo Horio¡), en Karpenisi hay algunas lo?calidades encantadoras que merecen un desv¨ªo. Una de ellas es Fidakia, un pueblo encaramado sobre el lago Kremasta en el que no se permiten autom¨®viles, as¨ª que hay que dejar el veh¨ªculo en el aparcamiento y caminar por las calles empe?dradas, entre casas de piedra gris muy cuidadas rodeadas de flores y hiedra. Solo hay una taberna, frente a la plaza principal, donde se hornean zimaropita, un pastel sin masa hecho de ca?labac¨ªn y queso fresco tsalafouti local, entre otras delicias. La otra visita obligada en Fidakia es el mirador del lago que hay en el borde del pueblo.
5. Kastraki y Kalambaka (Meteora)
Tambi¨¦n en el interior, estos dos pueblos de Grecia entran en esta lista de pueblos m¨¢s bellos porque, aunque no sean estrictamente de los m¨¢s bonitos, est¨¢n situados cerca de uno de los sitios m¨¢s espectaculares que hay en todo el pa¨ªs: el valle de Meteora y sus monasterios, levantados sobre las enormes formaciones rocosas que hay en la regi¨®n, hace m¨¢s de siete siglos, y declarados Patrimonio de la Humanidad. Apenas quedan 13 de estos monasterios, aunque solo es posible visitar seis, tal vez los m¨¢s recomendables los de del Gran Meteoro y Varlaam.
En el pueblo de Kalambaka, el Museo de Historia Natural y de las Setas de Meteora expone unas 350 especies anima?les, incluido el amenazado alimoche, y alrededor de 250 tipos de hongos. De marzo a octubre, organiza recolectas de trufas que concluyen con un chef que prepara un pla?to a base de trufas. Cerca se encuentra el Museo de Cultura Hel¨¦nica, ideal para familias y al noroeste encontramos la innovadora Biblioteca de Kalam?baka, fundada por la greco-estadounidense Diana Demou?las Merriam para fomentar el amor a los libros entre los ni?os (incluye una excelen?te colecci¨®n de literatura hispana).
En Kastraki se puede pasear por el pintoresco casco an?tiguo de Mesohori, cuyas humildes mansiones estucadas est¨¢n pintadas en terracota y amarillo mostaza. Desde all¨ª se ve la estrecha formaci¨®n rocosa de Adrahti, que parece desafiar los enormes z¨®calos contiguos. En la plaza principal est¨¢ un peque?o museo gratu¨ªto: el Museo de la Formaci¨®n Geol¨®gica de Meteora, instalado en un atractivo edifi?cio protegido de color rosa que antes era la escuela local..
6. Arachova, pistas de esqu¨ª ¡®chic¡¯ en el coraz¨®n de Grecia
Pues s¨ª, en Grecia tambi¨¦n nieva. Y s¨ª, tambi¨¦n tiene pueblos de aspecto navide?o enclavados en sus cimas m¨¢s escarpadas. Arachova es el m¨¢s chic de todos. Hasta aqu¨ª llegan los atenienses m¨¢s a la moda para disfrutar de la vida nocturna al borde del precipicio y a pasear para ver y para dejarse ver. Y aqu¨ª hay m¨¢s que nieve: adem¨¢s de los encantos rurales de la zona, Arachova tiene un conjunto de iglesias bizantinas famosas en el pa¨ªs por sus perfectamente conservados frescos.
7. Parga, un Corf¨² en peque?ito
Este pueblo de postal de la costa j¨®nica podr¨ªa parecer a simple vista una isla. A pesar de estar en el continente, nos recuerda mucho a Corf¨², con las casas de colores subiendo desde la orilla del mar hasta la colina, a modo de anfiteatro en torno a la bah¨ªa azul turquesa.
Parga se presta a un agradable paseo, entre la brisa del mar. Su principal atracci¨®n es el castillo veneciano, hoy una rom¨¢n?tica ruina junto al mar, que se us¨® como baluarte desde el siglo XI aunque las instalaciones defensivas que se ven fueron construidas por los venecianos a comienzos del siglo XV. En 1819 los brit¨¢?nicos se las vendieron, junto con el resto de la ciudad, a Ali Pasha. Otra atracci¨®n que merece la pena es el inquietante Necromant¨ªo del Aqueronte, templo dedicado a Hades y Pers¨¦foneen el que, seg¨²n Homero, en la Antig¨¹edad los or¨¢culos transmit¨ªan los consejos de ancestros difuntos. Hoy el am?biente no es tan tenebroso.
La mezcla de naturaleza e historia est¨¢ tambi¨¦n presente en su cocina mar¨ªtimo-terrestre, un ¡°mar y monta?a¡±, que atrae a muchos foodies, aunque a los visitantes m¨¢s convencionales lo que les llama la atenci¨®n son las ruinas de la vieja fortaleza griega e, incluso, subir hasta el castillo de Ali Pasha para tener una vista panor¨¢mica del lugar.
Estamos en la costa noroccidental griega donde abundan los planes de playa, de naturaleza y culturales. Y tampoco faltan las oportunidades de probar la comida local en una de sus t¨ªpicas tabernas portuarias.
8. Paseos m¨¢gicos en blanco y azul en Oia (Santorini)
En Santorini encontramos la postal m¨¢s reconocible de las islas C¨ªcladas y tambi¨¦n una de las im¨¢genes m¨¢s t¨ªpicas de Grecia: es Oia, probablemente uno de los pueblos m¨¢s bellos del planeta. Construido en una empinada pendiente en el extremo norte de la caldera volc¨¢nica de la isla, sus casas blan?cas est¨¢n talladas en la roca volc¨¢nica, como tambale¨¢ndose y formando una estampa perfecta. Los techos azules coronan sus casas pero tambi¨¦n sus iglesias y hasta las construcciones m¨¢s humildes. En la Antig¨¹edad, Oia fue un centro comercial pero hoy vive del turismo: es uno de los lugares m¨¢s famosos del mundo para ver una puesta de sol. Se reco?mienda visitarlo por la ma?ana o bien pasar la noche para descubrir el pueblo sin multitudes y disfrutar de su arquitec?tura y su ubicaci¨®n maravillosa, evitando las oleadas de turistas que descienden de los cruceros.
El pueblo est¨¢ como hecho a prop¨®sito para perderse por sus calles, sin m¨¢s objetivo posible que visitar su fortaleza veneciana o disfrutar de la vista de la ciudad y de sus acantilados. Una bajada empinada por 300 escalones desde Oia lleva al peque?o puerto de Ammoudi. El tr¨¢fico en la carretera es de pesadilla, salvo a primera hora, antes de que empiecen a llegar los veh¨ªculos con visitantes que llegan para disfrutar de las vistas del puerto y de los acantilados rojizos, o van a comer en una de las tabernas junto al mar. Se puede bajar a pie a la bah¨ªa de Armeni, al otro lado de la punta, donde hay un restauran?te excelente y unas aguas cristalinas y c¨¢lidas.
Otra opci¨®n para disfrutar de la isla es recorrer alguno de sus senderos, como el que lleva de Fir¨¢ a Oia, unas tres horas caminando por el borde de la caldera por una ruta impresionante.
9. La isla de ¡®Mamma Mia¡¯: Sk¨®pelos (Islas Esp¨®radas)
Esta es probablemente la imagen m¨¢s t¨®pica y t¨ªpica de un anuncio de cerveza de verano o de unas vacaciones ¡°genuinamente mediterr¨¢neas¡± al estilo griego. La culpa la tiene la pel¨ªcula Mamma Mia, que utiliz¨® esta peque?a isla de las Esp¨®radas como escenario y la puso de moda. En realidad, su principal poblaci¨®n, tambi¨¦n llamada Sk¨®pelos, es poco m¨¢s que un puertecito venido a m¨¢s, con callejones llenos de flores que surgen desde el borde de la bah¨ªa, balcones de colores y escaleras donde sentarse para ver el mar. Pese al ¨¦xito de la pel¨ªcula (2008) la poblaci¨®n y la isla en general han sabido guardar su encanto discreto.
La isla de Sk¨®pelos sigue siendo bastante salvaje y relajada, con un toque art¨ªstico que ponen sus pinares, olivares, vi?edos ondulantes y huertos de ciruelos y almendros. En su costa sureste esconde hermosas playas de arena y guijarros, mientras que al noroeste dominan los altos acantilados y otro pueblo lleno de encanto: Glossa. Entre Sk¨®pelos y Glossa, varias rutas de senderismo nos invitan a caminar entre bosques, monasterios aislados y playas poco conocidas que convierten la isla en un lugar de descanso tranquilo para unos d¨ªas. Paseando por el pueblo de Skopelos descubriremos un kastro (fortaleza) veneciano en ruinas y algunas iglesias encaladas, que dejan huecos para contemplar las vistas al mar. Entre tiendecitas de moda y recuerdos podemos encontrar alguna sorpresa, como el museo de la Mansi¨®n Vakratsa, hogar de un m¨¦dico del siglo XVII, que exhibe instru?mentos m¨¦dicos, libros, ropa y muebles de ¨¦poca e ilustra la vida de la clase media griega en el siglo XIX.
10. Papingo y otros pueblos de Zagorohoria (Norte de Grecia)
Muy lejos de la imagen t¨ªpica de un pueblo griego de casas blancas y mar azul, encontramos Papingo, un pueblo de monta?a, en la cordillera del Pindo, al Norte de Grecia. Podr¨ªa parecer incluso un pueblo pirenaico, con inviernos duros de monta?a, abundancia de pizarra y callejas empedradas. Lo que tiene de excepcional es ser un mirador de una naturaleza incre¨ªble, con cumbres nevadas y riachuelos serranos.
La cordillera del Pindo, es la espina dorsal de Grecia, una cadena de picos y valles de 160 kil¨®metros de largo que llega hasta Albania. Atraviesa las regiones griegas de Macedonia y Epiro, y una nueva carretera, completada en el 2015, ha hecho m¨¢s f¨¢cil que nunca acceder a esta parte del pa¨ªs anta?o rec¨®ndita. Una de las principales zonas de inter¨¦s es Zagoria, una comarca monta?osa escondida en el rinc¨®n noroccidental de Epiro y tierra de aventura para los amantes de la naturaleza: compuesta por dos parques nacionales, es una de las m¨¢s bonitas de Grecia. En Zagoria hay casi 50 pueblos tradicionales (conocidos como Zarohoria), est¨¢ el desfiladero m¨¢s profundo del planeta (VIkos), y encontramos bosques de piedra y pozas de roca, serpenteantes r¨ªos y ondulantes colinas revestidas de olorosos pinares.
Es una regi¨®n perfecta para vagabundear con el coche, parando en los pueblecitos con encantos y carismas muy diferentes, aunque las m¨¢s intactas son las m¨¢s occidentales, todas con un esquema similar: casas de piedra y tejados de pizarra, en torno a una plaza pintoresca y arbolada y un kafeneio (cafeter¨ªa) o una peque?a taberna, y un d¨¦dalo de callejas adoquinadas invadidas de zar?zas que llevan al valle.
La rom¨¢ntica Dilofo tie?ne algunos vecinos, una quietud ins¨®lita y una de las mejores tabernas de la comarca, Casa Takis, as¨ª como algunas pensio?nes que la convierten en un sitio estupendo para pernoctar. Monodendri, cerca del final del ca?¨®n, es destino habitual de senderistas y conductores; una alternativa menos visitada es la cercana Vitsa. Ya encima de la garganta, en una cresta, Elafotopos, Kato Pedina y Ano Pedina son pueblos con menos turismo y ubicados en lo que dir¨ªase su propio valle privado. Pero Megalo Papingo y Mikro Papingo son especial?mente impresionantes y permiten visitar el cercano Drako?limni (lago del Drag¨®n) y las pozas de Papingo, de roca caliza.
11. Metsovo: la magia de las monta?as (Norte de Grecia)
Otro pueblo del norte, entre las monta?as de Pindo, que figura entre los m¨¢s bonitos es Metsovo. Probablemente se oler¨¢ Metsovo antes de verlo, porque el aire est¨¢ impregnado de aroma a pino, asado y brasas. Y luego se ver¨¢n blan?cos penachos de humo ascendiendo desde los tejados y desapareciendo en el tupido y verde bosque. Metsovo tiene un aire casi nost¨¢lgico, con pocos turistas y con el incentivo a?adido de una cocina exquisita, gente muy amable y un paisaje alpino incomparable. En invierno se puede esquiar, el verano es ¨¦poca de senderismo, y cualquier estaci¨®n es buena para pasar una noche o dos y conocer su particular cultura, sus suculentos quesos y su interesante historia.
Los habitantes de la zona son valacos, des?cendientes de pueblos n¨®madas pastores de ovejas que habla?ban arrumano, una lengua latina, y se encargaron durante siglos, con los imperios bizantino y otomano, de la vigilan?cia del puerto de Katara (a 1705 m), el ¨²nico paso del Pindo.
12. Pyrgi, el pueblo de Col¨®n, y otras aldeas del lentisco (Qu¨ªos)
Las colinas abrasadas por el sol del sur de Qu¨ªos est¨¢n cubier?tas de plantaciones de lentisco que han dado fama a la isla. Crece muy bien en un territorio f¨¦rtil y rojizo conocido como Mastihohoria (aldeas del lentisco), sobre una pintoresca regi¨®n de suaves colinas, cruzada por elaborados muros de piedra, olivares y plantaciones de lentisco, es muy pintoresca. Las impresionantes aldeas medievales, cada una con un dise?o propio, se construyeron como fortalezas para proteger a los campesinos de invasores y piratas.
La aldea m¨¢s grande de Mastihohoria, Pyrgi, luce facha?das decoradas con elaborados estampados en gris y blan?co, algunos geom¨¦tricos y otros con flores, hojas y animales. La t¨¦cnica, llamada xysta, utiliza cemento, arena volc¨¢nica y cal en partes iguales, y se necesita adem¨¢s una horca do?blada y buen ojo.
La plaza central de Pyrgi est¨¢ rodeada de tabernas, tiendas y la peque?a iglesia de Agios Apostolos del siglo XII. Al salir de ella por la puerta de la derecha hay una casa donde, seg¨²n los lugare?os, naci¨® Crist¨®bal Col¨®n. La teor¨ªa de que el c¨¦le?bre navegante y descubridor era originario de Qu¨ªos no se ha confirmado, pero su apellido se encuentra por toda la aldea.
Otro pueblo inolvidable es Mesta, un pueblo fortificado por los antiguos gobernadores genoveses, con rom¨¢nticos callejones de piedra, llenos de flores y elaborados balcones, y todo rodeado por una gruesa muralla defensiva. Es un ingenioso ejemplo de arquitectura defensi?va medieval, con una muralla doble, cuatro puertas y una es?tructura pentagonal, con la m¨¢s grande de las dos imponentes iglesias de los Taxiarhes en el centro.
Comunicada con Mesta por un bonito monopati (sendero tradicional), Olymbi es una versi¨®n m¨¢s peque?a y menos concurrida, con varias buenas tabernas.
13. Apiranthos (Naxos): tabernas y artesan¨ªa
Naxos es la m¨¢s grande de las C¨ªcladas, y una de sus islas m¨¢s impo?nentes. Impresiona desde el momento que se ven los restos del templo de Apolo en la entrada del puerto. La poblaci¨®n princi?pal, Hora, tiene un precioso paseo mar¨ªtimo y una red de ca?llejones adoquinados que suben hasta el imponente kastro, un vestigio de tres siglos de gobierno veneciano. Muy cerca hay playas excelentes, pueblos fascinantes, yacimientos evo?cadores y canteras de m¨¢rmol de aspecto curioso. Por aqu¨ª han pasado los griegos cl¨¢sicos, los bizantinos, venecianos o franceses, y todos dejaron su huella.
En el interior, se alza el monte Zeus (conocido tambi¨¦n como Zas), el pico m¨¢s alto de las C¨ªcladas, rodeado de manantiales de monta?a que convierten a Naxos en una isla m¨¢s f¨¦rtil que la mayor¨ªa de las C¨ªcladas: produce aceitu?nas, uvas, higos, c¨ªtricos, ma¨ªz y patatas. Y entre todos sus pueblos de monta?a, uno de los m¨¢s llamativos es Apiranthos, que emerge de los flancos rocosos del monte Fanari (883 m), con sus sencillas casas de piedra y calles pavimenta?das con m¨¢rmol. El pueblo es conocido por su artesan¨ªa, y en particular por los tejidos en argalio o krevataria (telares tradicionales), que se pueden ver en la asociaci¨®n de arte tradicional de mujeres (paradosiakaifanta.gr), donde adem¨¢s venden dulces caseros.
14. Cuevas y aguas singulares en Kardamili, en la Pen¨ªnsula de Mani (Peloponeso)
En el Peloponeso, Kalamata puede ser una base excelente para explorar la regi¨®n y descubrir pueblos como Kardamili, probablemente uno de los rincones m¨¢s bonitos del Peloponeso, en la pen¨ªnsula de Mani, con el monte Taigeto al fondo. Hist¨®ricamente es conocido por ser una de las siete ciudades que Agame?n¨®n ofreci¨® a Aquiles. La pel¨ªcula Antes del anochecer (2013) se rod¨® aqu¨ª, en la casa de sir Patrick Leigh Fermor, un es?critor de viajes brit¨¢nico vinculado para siempre con la regi¨®n y con Grecia y que luch¨® en el bando de la resistencia de Creta durante la II Guerra Mundial por el gran amor que profesaba a este pa¨ªs. Kardamili es dif¨ªcil de superar.
Una de las mejores formas de apreciar la gran belleza de esta regi¨®n es hacer kayak siguiendo la costa y des?cubrir cuevas marinas. Si el clima acompa?a, se puede remar hasta la Cueva Azul, un fen¨®meno natural ¨²nico don?de la luz del sol penetra por una grieta y se refleja en el fon?do del mar creando un color azul verdoso e iluminando todo cuanto hay debajo. Adem¨¢s, en la cordillera del Taigeto y la zona de Karda?mili hay muchos senderos que pasan por aldeas, casas de pie?dra, iglesias bizantinas, torres de vigilancia de piedra, fuen?tes antiguas y molinos de aceitunas y cereales, todos con una historia ¨²nica.
15. Fundirse con el silencio en S¨ªkinos (Islas C¨ªcladas)
En S¨ªkinos, con sus ruinas antiguas y sus vi?edos en terraza, es posible todav¨ªa sentir la tranquilidad de las islas C¨ªcladas tal y como eran antes de que llegaran los turistas. Su casco antiguo y las colinas de los alrededores son el ant¨ªdoto perfecto al ambiente de fiesta de otras islas como la vecina ?os.
Cuenta la leyenda que Toante, rey de Lemnos, huy¨® a S¨ªkinos escondido en un ba¨²l de la amenaza de las mujeres de su isla, que se alzaron y mataron a todos los hombres. Le siguieron una sucesi¨®n de mic¨¦nicos, jonios, dorios, venecianos y tur?cos, y a finales de la d¨¦cada de 1930, la isla fue un lugar de exilio para comunistas y socialistas.
Hoy S¨ªkinos sigue siendo un lugar tranquilo y remo?to, con menos de 300 habitantes, un lugar ideal para empaparse de la vida tradicional de las islas en su forma menos comercial. Los principales n¨²cleos de poblaci¨®n son el puerto de Alopronia y dos pueblos de interior conecta?dos, Horio y Kastro (conocidos colectivamente como Hora).
Las calles encaladas de Hora son un peque?o laberinto de casas y capillas. Unas escaleras suben hasta el fortificado Moni Zo??dohou Pigis, en lo alto, un antiguo monasterio de monjas en el que se refugiaban tambi¨¦n los aldeanos durante las incursiones de piratas (no hay que perderse la ruta de huida de emer?gencia mediante cuerda hacia los acantilados).
La peque?a playa de arena del puerto de Alopronia es un punto de partida precioso para nadar en el silencio, con un poco de sombra y vistas de Santorini. Cerca, hay otras playas a las que cuesta acceder, si no es en los caiques que llevan hasta all¨ª, como Maltas en el norte o Kara en el sur.
Los romanos tambi¨¦n estuvieron por aqu¨ª, como lo prueban los magn¨ªficos restos de Moni Epis?kopis, un mausoleo ro?mano del siglo III d.C., que fue transformado en iglesia en el siglo VII y en monasterio diez siglos despu¨¦s: se alza en una colina con vistas espectaculares sobre todo a la puesta de sol.
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