Auschwitz-Birkenau, preguntas sin respuesta del mayor campo de exterminio del nazismo
Ochenta a?os despu¨¦s de su liberaci¨®n, el lugar que simboliza el Holocausto lucha contra la trivializaci¨®n y el olvido
![Guillermo Altares](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F0a1d84e0-efad-4172-a1f8-8f2fd94d0b67.jpg?auth=a39bd907029ba4d604e53cb72a660dec8fb36f54f06a3f1f46d6f62cc0bff152&width=100&height=100&smart=true)
Intentar entender Auschwitz-Birkenau, el mayor campo de exterminio y concentraci¨®n del nazismo de cuya liberaci¨®n se cumplen este lunes 80 a?os, es asomarse a un pozo de dolor y barbarie que est¨¢ m¨¢s all¨¢ de lo comprensible. Durante una visita a Espa?a, en diciembre de 1992, reci¨¦n llegado de Sarajevo, la capital bosnia entonces sitiada por las fuerzas ultranacionalistas serbias, el premio Nobel de la Paz, escritor y superviviente del Holocausto Elie Wiesel lo explicaba as¨ª en una entrevista con este diario: ¡°Se queda fuera de todo entendimiento, de toda percepci¨®n. Podemos comunicar algunos retazos, algunos fragmentos; pero no la experiencia. Lo que hemos vivido nadie lo conocer¨¢, nadie lo comprender¨¢¡±.
Preguntarse qu¨¦ es Auschwitz no tiene una respuesta sencilla. Tampoco ¨²nica.
Auschwitz fue un campo de concentraci¨®n y exterminio nazi
Auschwitz fue el s¨¦ptimo campo de concentraci¨®n fundado por los nazis, abierto en mayo de 1940 en unas antiguas barracas militares en la ciudad de O?wi?cim, en el territorio de Polonia anexionado por el Tercer Reich en septiembre de 1939, al principio de la II Guerra Mundial. Como explica Sybille Steinbacher en Auschwitz. Historia y posteridad (Melusina, 2016) estaba emplazado ¡°en suelo alem¨¢n en una ciudad que iba a ser germanizada¡±. En torno a Auschwitz nacieron varios campos de trabajos forzados, entre ellos Monowitz, abierto en 1943 y al que fue deportado el escritor Primo Levi, que depend¨ªa de la compa?¨ªa IG Farben ¡ªla relaci¨®n de las grandes empresas alemanas con el Holocausto es un tema sobre el que todav¨ªa queda mucho por investigar¡ª.
Como campo de concentraci¨®n, los presos, entonces en su mayor¨ªa todav¨ªa prisioneros pol¨ªticos polacos, eran obligados a trabajar hasta fallecer. Maltratados y apaleados, sobreviv¨ªan hambrientos, agotados y con el riesgo de morir en cualquier momento de inanici¨®n o por el disparo caprichoso de un SS, pero no eran asesinados sistem¨¢ticamente. Todo cambia cuando, a finales de 1941, Hitler toma la decisi¨®n de exterminar a los jud¨ªos de Europa.
Entre el oto?o de 1941 ¡ªdespu¨¦s de la invasi¨®n nazi de la URSS y la entrada en guerra de Estados Unidos tras el ataque japon¨¦s a Pearl Harbour¡ª y el verano de 1942, los nazis crean en la Polonia ocupada o anexionada seis campos de exterminio. En todos operaban c¨¢maras de gas. Uno de ellos fue Auschwitz II-Birkenau, un inmenso campo sat¨¦lite situado a tres kil¨®metros del original. En Birkenau, el 80% de los prisioneros que llegaban eran gaseados con Zyklon B a las pocas horas de bajar de los vagones, tras atravesar en tren lo que se conoce hoy como la Puerta del Suplicio, despu¨¦s de la infame selecci¨®n en los andenes. Solo unos pocos eran destinados a morir lentamente trabajando (la esperanza de vida no superaba los tres meses). En otros campos, pr¨¢cticamente el 100% de los jud¨ªos eran gaseados inmediatamente. En Treblinka, un campo situado cerca de Varsovia, fueron asesinados entre 750.000 y 900.000. Solo hubo 54 supervivientes.
!["Arbeit macht frei" (el trabajo os har¨¢ libres) es el lema escrito sobre la puerta de entrada de Auschwitz.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/ALI3DTNP5IBLFEFSL62BEDZVRM.jpg?auth=cd749ee4274bed051014b7f863cf810d5161d34db27c6a2dfb9343bb4a0ce4b0&width=414)
En Auschwitz fueron asesinadas cerca de 1,1 millones de personas, 900.000 de ellas jud¨ªos, la inmensa mayor¨ªa en las c¨¢maras de gas que funcionaron hasta noviembre de 1944, semanas antes de la liberaci¨®n. M¨¢s de un tercio de esas v¨ªctimas fueron hebreos deportados desde Hungr¨ªa entre mayo y julio de 1944. De los 23.000 gitanos detenidos en Auschwitz, 21.000 fueron asesinados. Los historiadores calculan que fueron deportadas a Auschwitz 1,3 millones de personas, aunque solo fueron registrados un total de 400.000 prisioneros: 195.000 no jud¨ªos y 205.000 jud¨ªos. Los destinados a morir en las c¨¢maras de gas no pasaban por ning¨²n proceso burocr¨¢tico, ni eran tatuados (al final, ese n¨²mero era la ¨²nica identidad de los cautivos).
Tanto por el n¨²mero de deportados y de v¨ªctimas, como por el hecho de ser a la vez un campo de concentraci¨®n y de exterminio, Auschwitz-Birkenau no tuvo equivalente en el sistema nazi del horror y su nombre se ha convertido en un sin¨®nimo del Holocausto, as¨ª como del terror y la crueldad sin l¨ªmites del nazismo. En su libro KL. Historia de los campos de concentraci¨®n nazis, Nikolaus Wachsmann explica que fue un campo ¨²nico, pero que a la vez compart¨ªa ¡°muchos rasgos con el resto de los centros de internamiento: eran lugares donde se viv¨ªa un terror desenfrenado, donde se gestaron y refinaron algunos de los rasgos m¨¢s radicales del gobierno nazi¡±. Wachsmann explica tambi¨¦n que incluso entre los prisioneros que se libraban de las c¨¢maras de gas ¡°la tasa de mortalidad era de lejos la m¨¢s alta de todo el sistema de campos nazis¡±.
Auschwitz fue liberado en la tarde del s¨¢bado 27 de enero de 1945 por el 60? Cuerpo del Ej¨¦rcito de la URSS. Las SS hab¨ªan huido, arrastrado a muchos prisioneros con ellos hacia Alemania y volado las c¨¢maras de gas para destruir pruebas. Seg¨²n los datos de Sybille Steinbacher, se encontraron 600 cad¨¢veres; 7.000 presos m¨¢s cerca de la muerte que de la vida; 837.000 vestidos, muchos de ellos de ni?os; 44.000 pares de zapatos; y 7,7 toneladas de pelo preparadas en fardos para ser transportadas. Entonces Auschwitz pas¨® a ser un lugar de memoria.
Auschwitz es un lugar de memoria y patrimonio de la Humanidad de la Unesco
Desde 1979, Auschiwtz es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco bajo el nombre oficial de Auschwitz-Birkenau Campo nazi alem¨¢n de concentraci¨®n y exterminio (1940-1945). El organismo de cultura de la ONU lo incluy¨® en la lista ¡°como evidencia del esfuerzo inhumano, cruel y met¨®dico de negar la dignidad humana a grupos considerados inferiores¡±. El nombre actual fue adoptado en 2007, despu¨¦s de largas discusiones.
Auschwitz es, desde 1947, un museo, un lugar de memoria y de investigaci¨®n; pero tambi¨¦n de turismo masivo, con 1,8 millones de visitantes en 2024, 200.000 m¨¢s que en 2023. Mientras queden supervivientes y pueda seguir vivo alg¨²n perpetrador ¡ªalgo muy improbable, pero no imposible¡ª, es tambi¨¦n la inmensa evidencia de un crimen: Auschwitz sigue siendo un caso abierto. Unos 9.000 SS pasaron por el campo.
Todav¨ªa quedan muchas cosas por saber, muchos aspectos de Auschwitz por estudiar: por ejemplo, no se han realizado excavaciones cerca de las c¨¢maras de gas porque se considera terreno sagrado. En el s¨¢dico lema que corona la puerta de entrada de Auschwitz, ¡°Arbeit macht frei¡±, ¡°El trabajo os har¨¢ libres¡±, la B est¨¢ escrita al rev¨¦s (la parte de arriba de la letra es m¨¢s grande que la de abajo). Nunca se ha sabido por qu¨¦ ni qui¨¦n lo hizo, aunque se interpreta como un signo de rebeld¨ªa.
El campo fue convertido en un museo sobre todo gracias a la insistencia de los supervivientes, que consideraron que ten¨ªan la obligaci¨®n moral de preservarlo. Actualmente es un museo estatal, dirigido desde 2006 por el historiador Piotr M. A. Cywinski, y supervisado por el Comit¨¦ Internacional de Auschwitz, que agrupa a historiadores y supervivientes.
El Memorial de Auschwitz se enfrenta a la trivializaci¨®n asociada al turismo masivo, a la manipulaci¨®n de la historia, al negacionismo del Holocausto, pero tambi¨¦n a un momento tremendamente delicado: conforme vayan desapareciendo los ¨²ltimos supervivientes, se apagar¨¢ la memoria viva del Holocausto. El Museo tiene un papel esencial en la conservaci¨®n y la difusi¨®n de esta memoria. En redes sociales ejerce una gran labor did¨¢ctica, adem¨¢s de recordar a v¨ªctimas cada d¨ªa con sus nombres y apellidos como unas Stolpersteine (piedras de la memoria) digitales.
![Otra imagen del llamado ?lbum de Auschwitz, fotograf¨ªas tomadas por los SS en 1944 durante el exterminio de los jud¨ªos h¨²ngaros. Las personas que aparecen en esta imagen se encuentran ante las c¨¢maras de gas y ser¨¢n asesinadas en muy poco tiempo.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/B5U6TQR6FZMQFOEW4STOSEA24Y.jpg?auth=8f3e0afb644b94845f78aa3039a9af0494cb52f16c8c165abd4349d31836bb36&width=414)
Sin citar a Elon Musk y el gesto que hizo durante un discurso el d¨ªa de la inauguraci¨®n de Trump que parec¨ªa a todas luces el saludo nazi, el Memorial de Auschwitz explic¨® el pasado jueves a sus 1,4 millones de seguidores en X (antes Twitter): ¡°El infame saludo hitleriano fue uno de los s¨ªmbolos visuales clave del nazismo. Este saludo, arraigado en la historia como representaci¨®n de opresi¨®n, deshumanizaci¨®n, violencia e inimaginable sufrimiento y asesinato, es mucho m¨¢s que un gesto f¨ªsico; es un recuerdo de una ¨¦poca oscura de la humanidad, definida por el antisemitismo y otras ideolog¨ªas de odio. Es un emblema del Holocausto y de otros horribles cr¨ªmenes perpetrados por la Alemania nazi. La sensibilidad hacia estos contextos hist¨®ricos es esencial, ya que tales gestos y s¨ªmbolos, incluso utilizados de forma no intencionada, resuenan y evocan angustia, sobre todo para quienes cargan con las cicatrices de esa tr¨¢gica historia¡±.
Pero esa labor de memoria pasa actualmente por la restauraci¨®n del campo. Auschwitz se conserva congelado en el momento en que fue liberado. Nada ha sido reconstruido. Solo se cambian las alambradas cada cierto tiempo. Sin embargo, poco a poco, con el paso de las d¨¦cadas, en una zona de inviernos dur¨ªsimos, los materiales se van deteriorando y ahora mismo hay en marcha un proceso de restauraci¨®n, observado con lupa por el Comit¨¦ de Auschwitz.
En ¨¦l, deben tomarse decisiones muy dif¨ªciles. Por ejemplo ?qu¨¦ hacer con la habitaci¨®n llena de cabello humano? Durante mucho tiempo se conservaba con qu¨ªmica, pero se decidi¨® que esos restos humanos merec¨ªan alg¨²n tipo de descanso. ?Se quemaban? De ninguna manera. ?Se enterraban? Pero ?con qu¨¦ rito si se desconoc¨ªa a qui¨¦n pertenec¨ªan? Se decidi¨® al final que no hab¨ªa que hacer nada, que deb¨ªan, simplemente, evaporarse, convertirse en polvo. Deb¨ªan ser borrados por el paso del tiempo, justo lo contrario de lo que debe ocurrir con el campo, porque Auschwitz es tambi¨¦n una advertencia.
Auschwitz representa una advertencia para el presente y el futuro
El Holocausto no es comparable a nada, cualquier analog¨ªa con la Shoah es una manipulaci¨®n. ¡°Nunca en la historia de la humanidad se hab¨ªa llevado a cabo un asesinato masivo de forma industrial¡±, escribi¨® Raul Hilberg en La destrucci¨®n de los jud¨ªos europeos, el gran cl¨¢sico sobre los estudios del Holocausto. El exterminio de los jud¨ªos europeos entre 1941 y 1944 ¡ªaunque en realidad empez¨® con la llegada de Hitler al poder con las primeras leyes racistas y antisemitas de 1933¡ª no tiene parang¨®n.
La palabra genocidio, acu?ada por el jurista jud¨ªo Raphael Lemkin, naci¨® precisamente del Holocausto. Sin embargo, desde la liberaci¨®n de Auschwitz la violencia y el exterminio han continuado: se han producido tres genocidios reconocidos por la justicia penal internacional, Camboya, Ruanda y Bosnia, y muchos juristas y organizaciones de derechos humanos consideran que ha tenido lugar un genocidio en Gaza (una acusaci¨®n que Israel considera antisemita y que niega rotundamente) y en Sud¨¢n. Durante la ceremonia del 80? aniversario de la liberaci¨®n de Auschwitz, los discursos no hablar¨¢n de pol¨ªtica y dar¨¢n todo el protagonismo a los supervivientes que puedan asistir. Pero es inevitable mirar a Auschwitz para tratar de comprender los horrores del presente.
En sus redes sociales, el Memorial de Auschwitz ha compartido muchas veces esta frase, tambi¨¦n inscrita en el campo: ¡°Cuando observamos Auschwitz, vemos el final del proceso. Es importante recordar que el Holocausto en realidad no comenz¨® con las c¨¢maras de gas. Este odio se desarroll¨® gradualmente a partir de palabras, estereotipos y prejuicios hasta llegar a la exclusi¨®n legal, la deshumanizaci¨®n y la violencia creciente¡±.
![Jud¨ªos ancianos, provenientes del gueto de Beregovo, son ayudados a descender de uno de los trenes. En un lateral del vag¨®n puede leerse: Deutsche Reichsbahn (Ferrocarriles Estatales de Alemania). La primavera de 1944 fue el momento en que el Auschwitz-Birkenau se convirti¨® en la mayor m¨¢quina de matar del nazismo. En torno a 400.000 jud¨ªos h¨²ngaros fueron asesinados en apenas unos meses.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/4OZVNVNT7JNQ3AJO6FJKOQYPIM.jpg?auth=1b18b8f4ac2b7ad79b28165b90b06f058a7d53d58bea63673a4948634d9b9c56&width=414)
?Qu¨¦ leer sobre Auschwitz?
Adem¨¢s del turismo masivo, uno de los grandes peligros a los que se enfrenta la memoria del Holocausto es su trivializaci¨®n. Entre 2010 y 2024, se han publicado solo en Espa?a 85 libros con Auschwitz en el t¨ªtulo, la mayor¨ªa obras de ficci¨®n sin ning¨²n rigor hist¨®rico. El s¨ªndrome de El ni?o del pijama de rayas puede afectar a la memoria de Auschwitz. El problema no est¨¢ en leer libros m¨¢s o menos inexactos, sino en confundir esos relatos con la realidad.
La bibliograf¨ªa sobre Auschwitz es inmensa, aunque no existen muchas monograf¨ªas dedicadas solo al campo. El citado Auschwitz. Una historia (Melusina), de Sybille Steinbacher, profesora de estudios del Holocausto y directora del Instituto Fritz Baeur ¡ªel primer fiscal alem¨¢n que investig¨® Auschwitz cuando era un lugar casi desconocido en Alemania¡ª es un ensayo corto y muy preciso, una gu¨ªa extraordinaria para comenzar a aprender sobre el campo.
Existen tebeos magistrales como Maus, de Art Spiegelman; pel¨ªculas importantes como Shoah, El hijo de S¨¢ul, La lista de Schindler o La zona inter¨¦s; novelas buenas como La decisi¨®n de Sophie, de William Styron, o La bibliotecaria de Auschwitz, del espa?ol Antonio Iturbe, y malas ¡ªdemasiadas¡ª; pero nada reemplaza la lectura de los libros de los testigos. Las obras de Elie Wiesel ¡ªsobre todo La noche, el alba, el d¨ªa¡ª, del premio Nobel Imre Kert¨¦sz ¡ªSin destino o Kaddish para un hijo no nacido, entre otros¡ª; de Edith Bruck, que todav¨ªa vive ¡ªQui¨¦n as¨ª te ama¡ª; de Odette Elina ¡ªSin flores ni coronas¡ª; o de Primo Levi ¡ªsu Trilog¨ªa de Auschwitz, compuesta por Si esto es un hombre, La tregua y Los hundidos y los salvados¡ª resultan esenciales para tratar de comprender lo incomprensible. Son lecturas inagotables, dif¨ªciles y sobrecogedoras.
Escribi¨® Primo Levi en Si esto es un hombre: ¡°Es hombre quien mata, es hombre quien comete o sufre injusticias; no es hombre quien, perdido todo recato, comparte la cama con un cad¨¢ver. Quien ha esperado que su vecino terminase de morir para quitarle un cuarto de pan; est¨¢, aunque sin que sea culpa suya, m¨¢s lejos del hombre pensante que el s¨¢dico m¨¢s atroz¡±. Esa es, al final, la ¨²nica respuesta a la pregunta imposible de qu¨¦ fue Auschwitz.
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