
La cosa
Tiene uno la impresión de que algo invisible y perverso, algo alienígena, se ha colado en nuestras existencias
Tiene uno la impresión de que algo invisible y perverso, algo alienígena, se ha colado en nuestras existencias
Imagino a un personaje de una novela de Patricia Highsmith asomado a una grieta de su libro tomando nota de mis posturas, de mis gestos
Cuando me meto en la cama, siento que, a miles de kilómetros, en una cama semejante a la mía, se acaba de acostar un tipo como yo con el que intento, sin lograrlo, mantener una charla telepática
EL PA?S no nace y vive de una sola mente, sino que es fruto del intercambio de ideas y el reparto de tareas
Aún ahora no puedo comer carne sin pensar en el pollo. Llevo comiéndomelo toda la vida en un acto de crueldad moderado que me produce algo de culpa
No perdemos de vista el horizonte, por si de verdad esta vez vinieran a salvarnos con las numerosas promesas electorales (y electoralistas) que empiezan a arrojarnos
El escritor, fiel a su estilo de desvelar la anormalidad de lo normal, pierde fuelle en una novela que arranca con brío pero se hace previsible
Cada vez hay menos camas de las que dejan un hueco para los fantasmas entre el somier y el suelo
Comprendí, de súbito, que no era un ser humano, sino un robot de una perfección extraordinaria, pues poseía identidad y memoria y sentimientos, todo ello, supuse, como parte de un programa informático que alguien había logrado implantarme. ?Pero quién?
Imaginemos una lubina extraída del océano y arrojada a un criadero artificial. ?Qué debe hacer para sobrevivir? Disimular su origen
Si nos pusiéramos a razonar en serio, tendríamos que estar de acuerdo con el reparto de la riqueza y todo lo demás. Pero constituiría un atentado contra el orden establecido
Había quien estaba a favor de que telefoneara y quien le aconsejaba que no. Dado que el número, según nos informó, empezaba por 666 (como el de mi móvil, por cierto), alguien sugirió que podría ser el del diablo
Esa monja que está a punto de morirse no se muere. Me ocurre a mí lo mismo, quizá también a usted. Todos estamos a punto de morirnos, pero continuamos misteriosamente en pie
Aquel cúmulo de coincidencias enturbió el comienzo de una jornada en la que me dirigía a la editorial para revisar las pruebas de mi próxima novela
Hay algo distinto en la prensa, en la calle, en el primer café. Es mi yo el que no encaja hoy en mi cuerpo
Cuando pienso en Endesa me llama Endesa y cuando pienso en Legalitas me llama Legalitas, pero es gente que llama mucho. Lo que yo buscaba era una corazonada
El escritor Juan José Millás adapta la novela de L. Frank Baum en una tradición radiofónica que este a?o cumple su 10? aniversario
Se quejaba Feijóo hace poco de que Espa?a estuviera patas arriba, aunque no lo notáramos mucho, la verdad, porque el mundo entero está patas arriba
Mi amigo falleció el miércoles de la enfermedad que me diagnosticaron a mí cuando me hice pasar por él. Yo, en cambio, me curé a base de agua y de verduras
El escritor se pasa los días en la buhardilla de su casa, el silencioso refugio donde escribe y lee, entre monta?as de libros que lo ocupan todo
Vivíamos con la esperanza de que la existencia nos proporcionaría la oportunidad de perdonarnos mutuamente de lo que nos tuviéramos que perdonar
En la consulta de mi psicoanalista, pasé por delante de una puerta que abrí como si alguien me reclamara desde el otro lado. Daba a una de esas habitaciones que poseen el atractivo fatal de los abismos
Para ser verdugo en América hay que saber de anatomía, como para no arruinarse este invierno en Espa?a conviene ser calderero o tener un amigo que lo sea
El escritor recibe el Premi de les Lletres de la Generalitat en la ciudad que se convirtió en “el paraíso perdido” de su infancia, tras mudarse con su familia a Madrid cuanto tenía seis a?os
El espejo, que reflejaba el pasado, daba mucho juego. Pensé incluso en guardarlo para que lo pusieran en mi ataúd, de forma que pudiera contemplar a su través mis anteriores muertes
Me dan ganas de abandonar la sala durante el tedioso comienzo de esta película. Hasta que comienza a interesarme, me introduzco con curiosidad satisfecha en la extra?a relación entre los protagonistas
Somos ‘hackeables’. Un lunes nos ataca una fantasía erótica; un martes, la necesidad de comprar algo que no necesitamos y un miércoles, la de dar una paliza a un adversario político
Tengo un tipo fumándose un Camel dentro de mi cabeza. Lleva cuatro días instalado ahí, pero no soy yo el que lo ha puesto
Entramos en el despacho del escritor, que estrena hoy la obra de teatro ‘Miércoles que parecen jueves’ y la semana que viene la adaptación de su novela ‘Desde las sombras’ bajo el título ‘No mires a los ojos’
Acaricio mi blíster en el bolsillo de la chaqueta como quien acaricia un revólver mientras estudio a la mujer da?ada, que ahora habla con nadie por teléfono sin dejar de vigilar la nada
Jamás so?é con volar o con ser invisible. So?aba con borrar las acelgas rehogadas y las judías verdes, con borrar las clases de geografía y los domingos por la tarde
Las altas distinciones autonómicas reconocen al pueblo ucranio y, a título póstumo, a Miguel Hernández y Enric Valor
A medida que hablaba con él, me fui dando cuenta de que mi malestar era suyo, aunque había logrado trasladármelo de algún modo diabólico
Mientras recitaba el padrenuestro y las avemarías, me imaginé a la Virgen, ya encinta, echando una mano a su pariente en las tareas domésticas
Aunque alejados en la distancia, permanecemos unidos por una película en blanco y negro de Orson Welles. Tu pantalla y la mía se encuentran extra?amente conectadas