¡®Del Diestro, Villalobos, Rico¡¯: homenaje in¨¦dito de Javier Mar¨ªas a Francisco Rico
El novelista, que us¨® al acad¨¦mico en varios de sus relatos, cuenta en este texto los choques entre ambos a cuenta del nombre del personaje
El novelista, que us¨® al acad¨¦mico en varios de sus relatos, cuenta en este texto los choques entre ambos a cuenta del nombre del personaje
Sin duda una de las m¨¢s importantes labores del mundo es la de la traducci¨®n
?l era alto, pero el Rey m¨¢s. Y rubi¨¢ceo. Y aunque no era bien parecido, daba el pego porque sonre¨ªa a menudo
Cuando escribo esto, Aurora Mart¨ªn, ?Aurora, lleva cinco semanas de baja y seguramente le queden otras tres, por causa de una intervenci¨®n. Algunas veces la he mencionado en esta p¨¢gina, pero las circunstancias me inducen a dedicarle un art¨ªculo entero, es decir, a rendirle un peque?o homenaje de afecto y de gratitud.
Una vez que hab¨ªa estado dispuesto a cometer un asesinato absurdo y en diferido, pens¨® c¨®mo podr¨ªa ultimarlo y quedar impune
He dedicado ejemplares hasta aburrir. Encima soy zurdo, y los libros est¨¢n dise?ados para diestros
Tambi¨¦n pens¨® que llevaba en sus entra?as un hijo suyo, cuya previda habr¨ªa sido violentada por un coito repulsivo |?Columna de Javier Mar¨ªas
Lo que m¨¢s sorprendi¨® a esos periodistas fue mi confesi¨®n de que no estaba nervioso ante la Final. Pod¨ªamos permitirnos perderla sin quebranto | Columna de Javier Mar¨ªas
¡°Le hablo por encargo de Su Majestad. Est¨¢ decepcionado porque hace meses que no lo ha vuelto a sacar en sus leid¨ªsimas columnas¡± |?Columna de Javier Mar¨ªas
?Acaso no viven en Espa?a, pa¨ªs de brocha gorda en el que se conoce y publica cuanto est¨¢ bajo secreto de sumario? |?Columna de Javier Mar¨ªas
Tuvo su ocurrencia maligna sin caer en la cuenta de que, si resultaba, ¨¦l se convertir¨ªa en asesino aproximado |?Columna de Javier Mar¨ªas
Todo contin¨²a invariable, m¨¢s o menos. Yo pienso, en cambio, que se rompi¨® el hilo de la continuidad de nuestras vidas | Columna de Javier Mar¨ªas
No iba sola, sino abrazada a un tipo con espantosa ropa cara y aspecto de albergar un esp¨ªritu sucio, que le sonaba | Columna de Javier Mar¨ªas
No s¨¦ ni quiero saber d¨®nde ser¨¢n alojados los libros que han constituido el paisaje de mi infancia y juventud | Columna de Javier Mar¨ªas
Los pol¨ªticos, los cantantes y las actrices, los millonarios, las petardas televisivas y los novelistas mundanos se sintieron orillados por P¨ªrfano | Columna de Javier Mar¨ªas
He acompa?ado de noche, hasta el portal y aun hasta el ascensor, a bastantes mujeres, as¨ª fueran mi novia o una reci¨¦n conocida |?Columna de Javier Mar¨ªas
Siempre se hab¨ªa querido tanto que nunca hab¨ªa sentido la necesidad de querer a nadie m¨¢s |?Columna de Javier Mar¨ªas
Uno teme que los rostros y voces de las personas queridas se nos vayan difuminando hasta no ser capaces de rememorarlos | Columna de Javier Mar¨ªas
La voz se corri¨® en seguida: en el nuevo peri¨®dico hab¨ªa un fulano que ten¨ªa acceso a la Corona y contaba sus avatares | Columna de Javier Mar¨ªas
As¨ª, de paso, se falsea la historia, se hace creer que los negros nunca estuvieron excluidos de los altos cargos y que jam¨¢s hubo racismo |?Columna de Javier Mar¨ªas
Una vez abierta la espita de los defectos reales o inventados, no logr¨® evitar figurarse lo que ser¨ªa un matrimonio con ella | Columna de Javier Mar¨ªas
Nos encontramos m¨¢s all¨¢ de la raya que, una vez cruzada, aherroja a los chulos: ya no pueden dar marcha atr¨¢s | Columna de Javier Mar¨ªas
Vio la expresi¨®n de estupor de Martuni y pens¨® que saldr¨ªa corriendo, pero estaba cautiva de la fascinaci¨®n, la compasi¨®n y el repel¨²s | Columna de Javier Mar¨ªas
La impresi¨®n es que nadie quiere gobernar ni alcanzar el poder ni independizarse, nadie aspira a mejorar ni organizar nada |?Columna de Javier Mar¨ªas
Pero ?alto! ?Votan los lobos? En breve lo har¨¢n los perros, a los que ya se dota de carnet, y a ¨¦stos los seguir¨¢n sus primos | Javier Mar¨ªas
Le busc¨® defectos y la observ¨® al comer: no llegaba a la vulgaridad del marido de Madame Bovary, pero vio que se besaba los incisivos
Gento era famoso por sus salidas nocturnas con ¡®vedettes¡¯. Leo nos cont¨® que todo eso eran habladur¨ªas y que ella era su novia | Columna de Javier Mar¨ªas
Ahora que la mitad de los escritores del pa¨ªs le rogaban que los publicara, tuvo ocasi¨®n de vengarse de unos cuantos que le hab¨ªan hecho feos |?Columna de Javier Mar¨ªas
?Qu¨¦ m¨¢s dan las pompas de cualquier Ayuntamiento analfabeto y rid¨ªculo? ?Acaso ennoblecen al muerto? Yo creo que son m¨¢s bien un escarnio. | Columna de Javier Mar¨ªas.
En cuanto un hombre o una mujer se suben a una tarima, los estudiantes dejan de advertir sus defectos f¨ªsicos y sufren un falso enamoramiento |?Columna de Javier Mar¨ªas
Desde hace tiempo, muchos int¨¦rpretes no articulan, tienen una dicci¨®n p¨¦sima, hablan hacia adentro y mascullan m¨¢s de la cuenta. | Columna de Javier Mar¨ªas
Lo sexista es contar el n¨²mero de varones y mujeres en todo, como si no perteneci¨¦ramos a una ¨²nica especie y no fu¨¦ramos iguales. |?Columna de Javier Mar¨ªas.
Era tan insegura que ten¨ªa la necesidad de coquetear con quien se le apareciera, fuera un amigo de su novio o un camarero
Hay pocos testimonios de la curiosa y a veces profunda amistad que se establece entre empleador y empleada, o entre ¡°se?or y criada¡±
Ha llegado el momento en que los argumentos y razonamientos se reciben con la misma indiferencia que lo que tan s¨®lo es ch¨¢chara. | Columna de Javier Mar¨ªas.
Ay, qui¨¦n iba a imaginar que la labor de vivificar a Franco la iban a llevar a cabo partidos que se proclaman ac¨¦rrimos enemigos suyos. | Columna de Javier Mar¨ªas.
Ni sus libros dejaban boquiabiertos a los cr¨ªticos m¨¢s severos ni los lectores acud¨ªan en tromba a disput¨¢rselos. | Columna de Javier Mar¨ªas.
Cada vez que algo de escaso tama?o se me cae, jam¨¢s permanece en su sitio, sino que rueda o rebota o se desliza y esconde.
Dado que muchos de los autores m¨¢s vendidos son mujeres, cabr¨ªa preguntarse por qu¨¦ algunas novelas mujeriles no triunfan.
M¨¢s bien se trata del deseo irrefrenable de ser americanos y de vivir como en su pa¨ªs, convertido en est¨²pido en este siglo.