Antonio Lazcano, bi¨®logo: ¡°La idea de que hay una ciencia buena del pueblo sabio es populismo¡±
El investigador mexicano, referente en el estudio del origen de la vida, carga contra el modelo cient¨ªfico ¡°estalinista¡± del Gobierno de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador
Conversar con el bi¨®logo mexicano Antonio Lazcano (Tijuana, 72 a?os) dif¨ªcilmente es limitarse a hablar de origen de la vida, el tema al cual ha dedicado su carrera de investigador. Culto y refinado, Lazcano se define a s¨ª mismo ¡°anarquista mon¨¢rquico¡± (¡°Si vas a tener un d¨¦spota como gobernante, m¨¢s te vale tener un d¨¦spota ilustrado¡±, comenta socarr¨®n). Habla de filosof¨ªa, historia, pol¨ªtica y arte con la misma soltura y profundidad con las que arrastra al oyente para descubrir las fronteras de la investigaci¨®n sobre los primeros conglomerados celulares que podemos considerar ¡°vivos¡±.
Lazcano visit¨® Barcelona hace unas semanas para dar una conferencia en el Museo de la Ciencia CosmoCaixa dedicada al centenario de su amigo Juan Or¨® (1923-2004), el bioqu¨ªmico catal¨¢n que realiz¨® una contribuci¨®n fundamental para entender procesos qu¨ªmicos relacionados con la s¨ªntesis de las primeras mol¨¦culas de la vida, como los amino¨¢cidos.
En la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM), donde es profesor em¨¦rito, Lazcano lidera el Laboratorio de Origen de la Vida y es considerado el investigador mexicano con m¨¢s publicaciones en las revistas cient¨ªficas de referencia Nature y Science. Cuando se le pide una definici¨®n de ¡°vida¡±, cita al poeta ingl¨¦s Alexander Pope: ¡°Los tontos se atreven a caminar por los caminos que a los ¨¢ngeles les da miedo pisar¡±. Al contrario de lo que piensan algunos, ¨¦l cree que hay disciplinas que permiten una ¡°descripci¨®n fenomenol¨®gica¡± en lugar de una definici¨®n.
¡°La definici¨®n que da Euclides de tri¨¢ngulo en sus Elementos hace 2.000 a?os vale ahora y ser¨¢ v¨¢lida dentro de 10.000 a?os. Sin embargo, los libros de biolog¨ªa de hace 100 a?os dif¨ªcilmente inclu¨ªan menciones al material gen¨¦tico, cosa impensable hoy. En biolog¨ªa t¨² puedes dar una serie de caracter¨ªsticas, y ese listado va a depender del momento hist¨®rico en el que est¨¦s¡±.
Pregunta. Entonces, ?c¨®mo podr¨ªamos dar una definici¨®n descriptiva de la vida?
Respuesta. El listado de las propiedades deber¨ªa incluir el ser un sistema, nunca una sola mol¨¦cula, dotado de una individualidad clara, capaz de evolucionar por mecanismos darwinistas, lo que implica mecanismos hereditarios, y con mecanismos bioenerg¨¦ticos que le permitan aprovechar precursores del ambiente para mantenerse y reproducirse. Soy consciente de que es una definici¨®n poco satisfactoria, pero un m¨¦rito enorme es que reconoce sus propios l¨ªmites.
P. ?El punto de vista de los astr¨®nomos sobre la vida se acerca al de los bi¨®logos?
R. Los astr¨®nomos ejercitan el derecho a una libertad de pensamiento extraordinaria y piensan que, si tienes un planeta, ya tienes vida inteligente que va a desarrollar telescopios para comunicarse con nosotros. La regla de la NASA es que, si tienes agua l¨ªquida, ya tienes una condici¨®n para que aparezca la vida y se desarrolle. Los bi¨®logos somos m¨¢s esc¨¦pticos porque nos damos cuenta que eso s¨®lo es parte de la escenograf¨ªa para que pueda aparecer la vida y el ejemplo concreto son los meteoritos. En los meteoritos encuentras material org¨¢nico, encuentras amino¨¢cidos, encuentras componentes de los ¨¢cidos nucleicos, encuentras componentes de las membranas. Es decir, tienes lo que los matem¨¢ticos llaman condiciones necesarias, pero no suficientes.
P. La pandemia ha brindado la oportunidad de estudiar muy de cerca un virus de ARN. ?En su laboratorio se ha hecho tambi¨¦n?
R. Sabemos que, en alg¨²n momento de la evoluci¨®n muy temprana, los genomas que ahora vemos con la doble h¨¦lice del ADN, que estabilizan la informaci¨®n gen¨¦tica, fueron precedidos por genomas de ARN. El ARN es un poco un fact¨®tum de la c¨¦lula: los virus de ARN son un modelo de c¨®mo pudieron haber funcionado esos genomas ancestrales. Reconozco que en el fondo soy un ego¨ªsta intelectual. Al principio de la pandemia pensamos: veamos toda la informaci¨®n del virus que podamos obtener y tratemos de extrapolarla a la Tierra primitiva. Nunca perdiendo de vista que eso no significa ni que los virus sean antiguos ni que sean el modelo perfecto, pero nos dan informaci¨®n. Ese eclecticismo creo que es algo habitual en quienes trabajamos en el origen de la vida.
No hay un solo pa¨ªs que pueda prescindir de un aparato acad¨¦mico, un aparato cient¨ªfico, lo m¨¢s s¨®lido posibleAntonio Lazcano, bi¨®logo evolutivo
P. ?C¨®mo vivieron esos meses tan dif¨ªciles de la pandemia?
R. Durante la pandemia mi laboratorio public¨® cinco art¨ªculos. Eso se debe a la decisi¨®n muy generosa de mis estudiantes del laboratorio de no quedarse en casa. Dijeron: ¡°Sabemos mucho sobre gen¨¦tica del ARN y sobre bioinform¨¢tica: vamos a tratar de entender el virus SARS-CoV-2 desde un punto de vista evolutivo¡±. Me conmovi¨® c¨®mo los revisores de Nature se empe?aron en cr¨ªticas maravillosamente constructivas para que se publicara con los mejores est¨¢ndares posibles un art¨ªculo liderado por mi exestudiante y m¨¦dico Rodrigo J¨¢come sobre c¨®mo un medicamento para inhibir el virus de la hepatitis C actuaba tambi¨¦n en una mol¨¦cula del coronavirus que le ayuda a que se replique. Formaba parte del compromiso de la comunidad para ayudar a controlar la pandemia.
P. ?Qu¨¦ lecci¨®n ha sacado de ese compromiso?
R. Vista la reacci¨®n tan generosa de la comunidad cient¨ªfica, con todas las disciplinas que se volcaron para buscar c¨®mo ayudar desde su punto de vista, creo que la gran lecci¨®n que esto nos tiene que dejar es que ninguna sociedad contempor¨¢nea est¨¢ aislada de las dem¨¢s. No hay un solo pa¨ªs que pueda prescindir de un aparato acad¨¦mico, un aparato cient¨ªfico lo m¨¢s s¨®lido posible. Hay que apoyar a la ciencia, no porque la ciencia sea la soluci¨®n de todos nuestros problemas, sino porque sin un aparato cient¨ªfico fortalecido no los podemos ni definir.
P. Pero no parece tan id¨ªlico. Algunos s¨ª se quedaron atr¨¢s.
R. Hubo cosas que a m¨ª me siguen pareciendo doloros¨ªsimas. Un vecino de M¨¦xico es Hait¨ª. Los mexicanos, a pesar de los errores brutales del Ministerio de Salud, lograron que se compraran vacunas y se repartieran. En Hait¨ª solo el 5% de la poblaci¨®n est¨¢ vacunada. La vacuna vino a demostrar lo que ya sabemos: estamos en un mundo totalmente desigual, donde los beneficios m¨¦dicos no le tocan a todo el mundo. Cuando tienes un problema, como la pandemia, que est¨¢ matando a la gente de manera cotidiana, tienes lecciones doloros¨ªsimas de la necesidad de sistemas mucho m¨¢s justos.
Tambi¨¦n vino a plantearnos problemas cient¨ªficos fascinantes porque, por ejemplo, el n¨²mero de personas infectadas o fallecidas por la pandemia en el caso subsahariano no es tan grande como esper¨¢bamos. Nos vino a demostrar que, cuando tienes un problema global como el cambio clim¨¢tico, tienes un problema que requiere del concurso de todas las naciones.
P. De todas las naciones, pero tambi¨¦n de hombres y mujeres.
R. Justamente revisando la historia de la inmunolog¨ªa, brincan de inmediato las figuras femeninas. La arist¨®crata inglesa Lady Montagu [Mary Montagu, 1689-1762], mujer brillante e ilustrada, extraordinariamente bien educada, descubre que las que llamaban las griegas eran mujeres del Imperio otomano que ven¨ªan de Asia Central y que recorr¨ªan en oto?o las casas de Estambul, donde ella viv¨ªa, ya que su marido era el embajador ingl¨¦s. Recorr¨ªan las casas tocando las puertas: llevaban costras de las personas que hab¨ªan sufrido la viruela. Las costras las disolv¨ªan en c¨¢scaras de nuez y en agua; les hac¨ªan peque?as heridas a los ni?os y les untaban esa pastita. A algunos no les pasaba nada, otros ten¨ªan una fiebre que les duraba dos o tres d¨ªas, pero todos quedaban inmunizados.
Ella era muy amiga de la princesa de Gales, la esposa del heredero al trono brit¨¢nico; tambi¨¦n una princesa alemana producto de la Ilustraci¨®n. Decide vacunar a sus hijos y Voltaire, que estaba exiliado en ese momento en Inglaterra, escribe las Cartas inglesas y Catalina la Grande, otra princesa alemana ilustrada que era amiga de Voltaire, ve las cartas y decide vacunarse primero ella, luego vacunar al gran duque Paul, que era el hijo del heredero al trono. Cuando la aristocracia rusa se da cuenta, hay todo un ceremonial ritualizado que es casi como una comuni¨®n. Porque les daban parte de las cicatrices de la emperatriz en peque?as cajitas.
Mar¨ªa Fedorovna, que es la hija del zar Alejandro, se entera de que [el m¨¦dico ingl¨¦s Edward] Jenner ha desarrollado una vacuna mejor. Pide que se la traigan a Rusia y, cuando llega, sale con un s¨¦quito del Kremlin hacia un orfanato de Mosc¨² donde toman a un ni?o, lo vacunan y lo llaman Vacunoff al huerfanito. Aqu¨ª, en el Imperio espa?ol, el m¨¦dico particular de Carlos IV, otro ilustrado, sugiere vacunar a todos los habitantes del Imperio. Y otra mujer extraordinaria, Isabel Zendal, se embarca en una misi¨®n con decenas de ni?os inmunizados para llevar la vacuna hacia Cuba y M¨¦xico, entre otros pa¨ªses.
Y, finalmente, las que desarrollaron la vacuna de ARN mensajero tambi¨¦n son mujeres. No quiero exagerar el punto, pero siento que la preocupaci¨®n femenina por los hijos siempre fue intensa, y es lo que lleva a todas estas hero¨ªnas de la medicina, con una visi¨®n social del compromiso del Estado hacia la vacunaci¨®n.
La ciencia es como la democracia: con el tiempo corrige sus errores. Y esto la hace extraordinariamente participativaAntonio Lazcano, bi¨®logo evolutivo
P. En estos a?os usted siempre ha tenido un fuerte compromiso pol¨ªtico. Su ¨²ltima batalla la ha resumido en un editorial muy pol¨¦mico en la revista Science. ?D¨®nde va la ciencia mexicana?
R. La situaci¨®n es tremendamente preocupante. Estamos asistiendo a la destrucci¨®n de los instrumentos del Estado para hacer de la cultura, de la ciencia, de la educaci¨®n un bien com¨²n. El aparato cient¨ªfico mexicano actual es relativamente joven, tendr¨¢ unos 50 a?os. El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnolog¨ªa (CONACYT) es un ¨®rgano rector de la ciencia que ciertamente ha tenido muchos defectos, pero que ten¨ªa una virtud desde un principio: la idea de la evaluaci¨®n de pares, la participaci¨®n de la comunidad en la definici¨®n de pol¨ªticas de proyectos de evaluaciones.
La ciencia no puede ser democr¨¢tica: t¨² no puedes votar si una vacuna sirve o no, si los continentes se mueven o si los rayos pueden sintetizar compuestos org¨¢nicos. Pero s¨ª es participativa. Uno de los triunfos de los fundadores de la Royal Society en Inglaterra o de la Accademia dei Lincei en Italia es el reconocimiento de que necesitas tener una actitud cr¨ªtica. Los cient¨ªficos somos evaluados todo el rato, por los alumnos, por los colegas, por los revisores de tus art¨ªculos, por los aparatos que te dan financiaci¨®n. La ciencia es como la democracia: con el tiempo corrige sus errores. Y esto la hace extraordinariamente participativa.
P. ?Y cu¨¢l es el problema en M¨¦xico?
R. El gran problema es que los pol¨ªticos con un ego¨ªsmo y una falta de visi¨®n extraordinaria, y esto es v¨¢lido para los pol¨ªticos del PRI, los del PAN, y desde luego que ahora con el partido Morena, no se han dado cuenta de que la ciencia requiere de proyectos que trasciendan el periodo de gobierno. En el sexenio anterior, el sexenio de [Enrique] Pe?a Nieto, los primeros cuatro a?os hubo dinero para la ciencia. Los dos ¨²ltimos a?os se rasuraron los presupuestos. Cuando llega Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador a la presidencia, una presidencia ganada con una legitimidad que nadie puede dudar, algunos de mis colegas ten¨ªan confianza en que iba a mejorar el aparato.
Al principio, a m¨ª me dio mucho gusto tener una cient¨ªfica en activo dirigiendo el CONACYT, Mar¨ªa Elena ?lvarez Buylla, la primera mujer en hacerlo. De repente nos dimos cuenta de que, incluso antes de tomar posesi¨®n, ya empezaba a tratar de influir en el desarrollo de la ciencia y para mal, en una actitud pr¨¢cticamente caprichosa. Y despu¨¦s empezaron a quitar directores de centros p¨²blicos de investigaci¨®n con acusaciones nunca demostradas. Empez¨® a tratar de subvertir este m¨¦todo de evaluaci¨®n. En un momento dado nombr¨® como una de las responsables de las relaciones p¨²blicas a una persona que se anunciaba a s¨ª misma como astr¨®loga profesional. Y, bueno, la astrolog¨ªa es interesante si la ves en una pintura surrealista de Leonora Carrington, pero no quieres este tipo de personas en el CONACYT.
Durante la pandemia el CONACYT permaneci¨® absolutamente callado porque nunca se desarroll¨® un programa de divulgaci¨®n justo en ese momento tan delicadoAntonio Lazcano, director del Laboratorio de Origen de la vida de la UNAM
P. ?Qu¨¦ modelo de ciencia defiende Morena?
R. Directamente un modelo estalinista, con la idea de que ahora tengamos una ciencia de Estado totalmente centralizada. Por primera vez en nuestra historia ella quiere poner representantes del Ej¨¦rcito y de la Marina en una Junta de gobierno donde no hay investigadores. Se suprime la participaci¨®n de la comunidad cient¨ªfica y ahora son solo los ministros los que van a decidir las pol¨ªticas del CONACYT. Se han abolido programas maravillosos para j¨®venes estudiantes. Los alumnos mexicanos pudieron participar en las olimpiadas de la matem¨¢tica porque el director de cine Guillermo del Toro dio el dinero para que pudieran viajar. Durante la pandemia el CONACYT permaneci¨® absolutamente callado porque nunca se desarroll¨® un programa de divulgaci¨®n justo en ese momento tan delicado. Quienes se movieron fueron las sociedades cient¨ªficas, instituciones como la UNAM, el Colegio Nacional, o el canal de televisi¨®n del Polit¨¦cnico.
P. ?Le han acarreado consecuencias las cr¨ªticas?
R. Intent¨® hacerme correr de una comisi¨®n, donde ella no ten¨ªa poder porque yo hab¨ªa sido elegido por mis compa?eros, y gan¨¦ el amparo judicial. Pero lo que vemos es una visi¨®n autoritaria, con un nacionalismo muy rampl¨®n, que juega con los sentimientos de los pueblos originarios. Este es un mito repetido una y otra vez: los pueblos originarios tienen un conocimiento maravilloso sobre la medicina herbolaria o las propiedades alimenticias de una serie de plantas. Pero eso no est¨¢ en contradicci¨®n con la ciencia contempor¨¢nea. Esta idea de que tienes una ciencia buena que es la ciencia pura, espont¨¢nea, del pueblo sabio es un populismo puro y duro.
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