Psic¨®logo de la viveza
Bilardo ten¨ªa un sentido pragm¨¢tico que, en ocasiones, lo arrastraba hasta m¨¢s all¨¢ de los l¨ªmites ¨¦ticos.
San Mam¨¦s al rescate
El partido y el ambiente en Bilbao regresan al f¨²tbol la esencia de un deporte que en el presente est¨¢ lleno de pol¨¦mica, en un lugar donde siempre hubo emoci¨®n
El d¨ªa que Griffa me cambi¨® la vida
Su discurso estaba hecho de valores porque le daba una importancia vital a la calidad humana y al sentido de pertenencia. Al club hab¨ªa que respetarlo hasta en las peque?as cosas
La inmortalidad de Beckenbauer
La del alem¨¢n era una superioridad tan elegante y abusiva que no llevaba impl¨ªcito ning¨²n esfuerzo. Quienes jugaban a su lado y quienes sal¨ªan a enfrentarlo, parec¨ªan seres inferiores que solo ten¨ªan derecho a observarlo
Superliga: dinero y amenazas
El proyecto avalado ya por la justicia necesita ahora de los agentes sociales. Mientras, algo est¨¢ asegurado: la divisi¨®n del f¨²tbol europeo y tambi¨¦n el de las distintas Ligas nacionales
Argentina: cuando el rival somos nosotros
Nunca so?¨¦ ponerme la camiseta para ganarle a otras generaciones de jugadores argentinos que hab¨ªan tenido el mismo prop¨®sito que yo. ?dolos a los que no quer¨ªa ganarles, sino parecerme
El Uni¨®n Berl¨ªn humaniza el f¨²tbol
Convertir un club en un centro sociol¨®gico que va mucho m¨¢s all¨¢ de un partido ganado o perdido no solo construye comunidad, sino que tambi¨¦n acaba siendo un negocio sostenible
El consejo de Johan Cruyff
Agradec¨ª la reflexi¨®n que me hizo tras un partido entre el Barcelona y el Real Madrid como si se tratara de un generoso acto de amistad entre dos amigos mafiosos
La ¨²ltima jugada
En el f¨²tbol solo cambian nuestras opiniones, condicionadas por el ¨²ltimo partido, por el ¨²ltimo resultado
F¨²tbol e Inteligencia Artificial
La IA, con su gesti¨®n masiva de datos, intentar¨¢ descomponer lo que ocurre en el terreno de juego en n¨²meros, pero el azar y la imprevisibilidad influyen mucho
Los hijos del f¨²tbol de barrio
Aunque el dinero lo desclase, las pol¨¦micas lo bastardeen, el m¨¦todo intente hacerlo contra intuitivo y la tecnolog¨ªa lo invada, hay algo salvaje que pervive y le da autenticidad en los jugadores de Sudam¨¦rica
?Olvidar ¡®la Catorce¡¯? Te juro que lo intent¨¦
En todo club, los sentimientos van rodando a trav¨¦s del tiempo hasta que se solidifican y las multitudes terminan sabiendo de qu¨¦ se tienen que sentir orgullosas y de qu¨¦ avergonzadas
Se va Messi, se viene Bellingham
El p¨²blico se puso de pie a aplaudir su octavo bal¨®n de oro y el argentino, con el talante relajado de quien ya no debe nada, hizo un discurso mirando hacia atr¨¢s
La ¡®madriditis¡¯, un complejo sin cura
Joan Laporta, un hombre que se mueve con optimismo en las tormentas, necesita darle ca?a a la oposici¨®n, que la representa el Real Madrid
Berlusconi, un espect¨¢culo andante
Si en lo futbol¨ªstico aquel Milan fue de Sacchi, en lo pol¨ªtico y social fue, indiscutiblemente, del magnate italiano
Mi candidato es Rodri
Se viene el Bal¨®n de Oro, y el centrocampista del City compite por su inteligencia con la emoci¨®n goleadora de Mbapp¨¦ y Hallaand
Maradona, Bellingham y la dimensi¨®n mundial del f¨²tbol
La FIFA tom¨® una decisi¨®n pol¨ªtica inteligente repartiendo en tres continentes el campeonato de 2030 en su leg¨ªtimo af¨¢n de que el balompi¨¦ abrace al mundo
Maestros en apuros
Modric y Kroos afrontan una realidad: son mayores. Y lo que se ven¨ªa diciendo en voz baja, el resultado frente al Atl¨¦tico lo convirti¨® en una certeza cient¨ªfica: no pueden jugar juntos en partidos importantes
El ave F¨¦lix
El deseo de exhibici¨®n (y hasta de venganza) de Jo?o seguramente estar¨¢ contribuyendo a este inicio tan esperanzador en el Bar?a
Rubiales, empantanado en el siglo XX
La deriva del expresidente parece que pertenece a otros tiempos, cabe esperar que ahora que hemos entrado en una nueva normalidad, el elegido o la elegida (?por qu¨¦ no?) sea de esta ¨¦poca
El mediocre y fascinante f¨²tbol
El panorama es desolador hasta el punto de que tenemos la sensaci¨®n de que no hay quien mantenga levantada la heroica Copa Mundial conquistada
Narcisista, macho y extraviado
Otra de las muchas cosas que Rubiales olvid¨® aquel d¨ªa es que al altar se va a adorar y a sacrificar
Madrid, Leo, Pep
En lo que llevamos de siglo XXI tenemos dos genios indiscutibles: Guardiola y Messi. Pido un esfuerzo por reconocerles la grandeza, porque ellos nos hacen mejores a todos
La elecci¨®n m¨¢s inteligente de Messi
En Miami disfrutar¨¢ de un f¨²tbol exigente, pero compatible con la vida
El Sevilla y la locura de lo inesperado
Mendilibar logr¨® que un equipo que miraba al precipicio se viera conquistando la cima de un t¨ªtulo europeo
Cinismo f¨²tbol club
El estadio es un vomitorio de nuestros instintos, pero cuidado, porque ese v¨®mito revela lo que suele estar escondido detr¨¢s de la mara?a social
El City, a un paso de la credibilidad
El Manchester City que enfrent¨® al Madrid el pasado mi¨¦rcoles se apoder¨® de todo en el primer tiempo: bal¨®n, campo y partido
Guardiola no fue Guardiola
El Manchester City movi¨® ante el Real Madrid la pelota con poco ritmo y poco riesgo, temerosos de las fuerzas esot¨¦ricas de las que fueron v¨ªctimas la temporada pasada
El m¨¦rito puede igualar el tama?o
Osasuna, como la Copa misma, es la Supercopa al rev¨¦s. ?David contra Goliat? M¨¢s bien dir¨ªa que Goliat contra Goliat
Se viene Arteta
Si el t¨¦cnico del Arsenal es el eslab¨®n siguiente de Guardiola, el f¨²tbol puede estar tranquilo. Lo nuevo ya ha nacido y se llama Arteta. Su ¨²nico problema es que lo viejo se sigue renovando y se llama Pep
Florentino P¨¦rez y Pep Guardiola: la extra?a pareja
Si jugamos a la personalizaci¨®n de la ¨²ltima revoluci¨®n futbol¨ªstica, deber¨ªa ser un orgullo reconocer que las figuras providenciales las pari¨® Espa?a
La lucha de miedos siempre la gana el Real Madrid
El City, que ya experiment¨® esa fuerza entre mitol¨®gica y esot¨¦rica, no podr¨¢ dormir tranquilo sabiendo que en el Bernab¨¦u ocurren cosas inimaginables
Negreira y las pasiones
Admitir una debilidad de nuestro equipo es como traicionar a la patria. Pero no es la patria, es solo f¨²tbol, un juego, y conviene que nos relajemos
Cl¨¢sico, ?y qu¨¦? No nos lo creemos
El ¡®caso Negreira¡¯ provoca algo terrible: los aficionados perdieron la inocencia que les hac¨ªa pagar una entrada para ver un partido limpio
El Bayern respira f¨²tbol; el PSG, no
Un jugador descomunal en un d¨ªa inspirado puede destruir un plan con tres jugadas. Pero tambi¨¦n sabemos que un equipo organizado no necesita de la inspiraci¨®n
La academia extra?a a la calle
El f¨²tbol est¨¢ lleno de jugadores que saben jugar de memoria y corren como pose¨ªdos, pero les falta astucia
El Madrid no es broma
Amancio en el Bernab¨¦u y el equipo de Ancelotti en Anfield nos contaron lo mismo: la leyenda blanca no tiene fin
El precio del f¨²tbol
En lo deportivo, el proyecto del PSG siempre est¨¢ por debajo de sus sue?os de grandeza; en lo econ¨®mico no alcanza a compensar el dispendio y, en sus aspiraciones propagand¨ªsticas, ya habr¨¢n comprobado que el que no gana partidos tampoco gana prestigio
Vinicius sigui¨® bailando
El brasile?o es muy expresivo, las redes peleonas y los hinchas siempre tratan mal al que m¨¢s temen: el combo completo est¨¢ produciendo un clima irrespirable
El f¨²tbol en manos de intrusos
Este deporte sigue funcionando como aglutinador comunitario, como escudo contra el vac¨ªo, como emoci¨®n televisada