Ripley
Imagino a un personaje de una novela de Patricia Highsmith asomado a una grieta de su libro tomando nota de mis posturas, de mis gestos
Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, adem¨¢s del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.
Imagino a un personaje de una novela de Patricia Highsmith asomado a una grieta de su libro tomando nota de mis posturas, de mis gestos
Cuando me meto en la cama, siento que, a miles de kil¨®metros, en una cama semejante a la m¨ªa, se acaba de acostar un tipo como yo con el que intento, sin lograrlo, mantener una charla telep¨¢tica
En las pelis de Hollywood hay pobres y ricos y trabajos precarios y gente sin hogar y tr¨¢fico de personas y corrupci¨®n pol¨ªtica y brutalidad policial¡ Todos esos asuntos forman parte de un paisaje que por lo general no se pone en cuesti¨®n
He aqu¨ª la foto de una mano derecha que le fue amputada a su due?o hace unos 2.600 a?os, en Egipto.
A¨²n ahora no puedo comer carne sin pensar en el pollo. Llevo comi¨¦ndomelo toda la vida en un acto de crueldad moderado que me produce algo de culpa
No perdemos de vista el horizonte, por si de verdad esta vez vinieran a salvarnos con las numerosas promesas electorales (y electoralistas) que empiezan a arrojarnos
El capitalismo ha ganado la lucha de clases porque a esa izquierda siempre se le olvida algo y tiene que dar la vuelta cuando llega a la calle
El problema de las discusiones con uno mismo es que las gana el que las pierde, y viceversa, porque quien lleva y quien no lleva la raz¨®n son la misma persona
Cada vez hay menos camas de las que dejan un hueco para los fantasmas entre el somier y el suelo
Comprend¨ª, de s¨²bito, que no era un ser humano, sino un robot de una perfecci¨®n extraordinaria, pues pose¨ªa identidad y memoria y sentimientos, todo ello, supuse, como parte de un programa inform¨¢tico que alguien hab¨ªa logrado implantarme. ?Pero qui¨¦n?
Imaginemos una lubina extra¨ªda del oc¨¦ano y arrojada a un criadero artificial. ?Qu¨¦ debe hacer para sobrevivir? Disimular su origen
La oraci¨®n posee virtudes terap¨¦uticas y lo que m¨¢s se parece hoy a la misa es un telediario. Todos tienen algo de homil¨ªa, igual que los editoriales de la prensa
Me ha llamado la atenci¨®n un individuo que observa todo el rato su m¨®vil, como si esperara una llamada o un mensaje que no llega
Escuch¨¦ a mi padre decir que el ¨¦xito del Guggenheim se deb¨ªa a su ¡°extructura¡±, en vez de a su estructura. Sonre¨ª ante su pasi¨®n por la letra equis, que conserv¨® hasta el final de sus d¨ªas
Si nos pusi¨¦ramos a razonar en serio, tendr¨ªamos que estar de acuerdo con el reparto de la riqueza y todo lo dem¨¢s. Pero constituir¨ªa un atentado contra el orden establecido
Me pregunto c¨®mo es posible que las cifras macroecon¨®micas del pa¨ªs sean tan buenas con un tercio de la poblaci¨®n en riesgo de pobreza
Hab¨ªa quien estaba a favor de que telefoneara y quien le aconsejaba que no. Dado que el n¨²mero, seg¨²n nos inform¨®, empezaba por 666 (como el de mi m¨®vil, por cierto), alguien sugiri¨® que podr¨ªa ser el del diablo
Esa monja que est¨¢ a punto de morirse no se muere. Me ocurre a m¨ª lo mismo, quiz¨¢ tambi¨¦n a usted. Todos estamos a punto de morirnos, pero continuamos misteriosamente en pie
Al regresar a casa, me cuesta un poco entrar por si se dan cuenta de que el que regresa no es el que se fue. Por eso, antes de abrir la puerta, hago unos ejercicios de ensimismamiento
Aquel c¨²mulo de coincidencias enturbi¨® el comienzo de una jornada en la que me dirig¨ªa a la editorial para revisar las pruebas de mi pr¨®xima novela
Hay algo distinto en la prensa, en la calle, en el primer caf¨¦. Es mi yo el que no encaja hoy en mi cuerpo