
Recuerda esto, que luego te har¨¢ falta
Yo cerr¨¦ los ojos y dej¨¦ que el sonido de las olas rebotando contra mi cuerpo me limpiasen el cansancio y el polvo de Madrid
Periodista y escritora, antes de llegar a EL PA?S fue editora en la revista PlayGround y redactora en El Peri¨®dico de Catalu?a y La Opini¨®n. Estudi¨® periodismo en la Universidad de Murcia y realiz¨® el m¨¢ster de Periodismo Pol¨ªtico Internacional de la Universitat Pompeu Fabra. Es autora de la novela 'Desencajada' y varios relatos.
Yo cerr¨¦ los ojos y dej¨¦ que el sonido de las olas rebotando contra mi cuerpo me limpiasen el cansancio y el polvo de Madrid
Vivimos en una sociedad enferma por la instantaneidad, la gran mentira de nuestro tiempo
Como sociedad, no podemos permitir que tantos estemos mal ni que la Seguridad Social solo est¨¦ para tratarte cuando tienes las v¨ªsceras asomando.
Es imposible no preguntarse c¨®mo mantenemos la normalidad cuando hay tanto odio en internet, en las calles o en el Congreso
Para rechazar una hipoteca, el trabajo fijo, los hijos a los 25 y el coche a plazos primero tienes que tener la oportunidad de poder tener todo eso
Qu¨¦ soberana tonter¨ªa cometemos todos cuando empezamos a exigirle a la vida mucho, demasiado, tanto
Lo que yo me hago se llama quilofagia. Lo llevo haciendo toda mi vida pero hasta hace cinco minutos no lo sab¨ªa
A los 29 a?os Alexandra Arispe tiene un trabajo fijo a jornada completa. Aun as¨ª, no le llega para poder vivir sola en una ciudad como Madrid y se ve abocada a compartir piso con dos desconocidas que conoci¨® en una ¡®app¡¯
Lo ¨²nico que tuvimos siempre entre las manos fue el presente, y como cualquier cosa que tenemos y luego perdemos, no sab¨ªamos apreciarlo
Una terraza es aire privatizado que dispara el precio de los pisos en cualquier portal de internet ahora que estamos de resaca pand¨¦mica
Ahora que los ¡®guiris¡¯ no vienen de vacaciones quiz¨¢ deber¨ªamos repensar el pa¨ªs que tenemos
El gesto de D¨ªaz, hacer p¨²blico que necesitaba descanso, fue revolucionario. No estamos a¨²n acostumbrados a que los que nos dirigen admitan que son humanos
De los que cruzan las aguas no sabemos ni d¨®nde est¨¢n, ni d¨®nde estar¨¢n en cinco meses cuando la llegada de los migrantes haya ca¨ªdo en el olvido o solo queden unas ascuas informativas tibias
Pretendimos frenar, bajar revoluciones, encontrar una nueva manera de vivir, m¨¢s sanos, m¨¢s cuidadosos, menos consumistas
?Qu¨¦ se supone que debemos hacer a partir de hoy para demostrarnos que estamos vivos?
?Elegiste t¨² el lugar en el que vives o lo eligi¨® la falta de oportunidades del lugar en el que naciste?
Olvidamos muchas veces que todos somos hijos del placer. La supervivencia de nuestra especie est¨¢ garantizada porque lo ansiamos, buscamos, encontramos
Cuanto m¨¢s traum¨¢tico el pasado, mayor es nuestro esfuerzo en olvidarlo.
Lo que vemos educa nuestra mirada y configura nuestra mente hasta el punto de influir en nuestros sue?os. ?Qu¨¦ clase de pesadillas tendremos nosotros cuando esto acabe?
Para conocer el grado de respeto ciudadano al que ha llegado un pa¨ªs no tenemos m¨¢s que mirar sus pol¨ªticas de migraci¨®n
En el fin del mundo, Madrid seguir¨¢ cotiz¨¢ndose muy alto entre los mejores destinos para, ?celebrar la vida? Ya saben: libertad o¡ lo que sea
El fotoperiodista fue condenado a 15 a?os de c¨¢rcel por sus im¨¢genes tras el golpe de Estado en Egipto. Desde 2016 vive como refugiado en Madrid, donde lucha por reconstruir su vida
Vivo desde hace unos d¨ªas como anestesiada. Las cosas ocurren pero no me sorprenden
Desde hace un tiempo, tienes que presumir de disfrutar de tu soledad para recibir una valoraci¨®n positiva de los que te rodean
Yo nac¨ª en una estirpe en la que el matriarcado ha sido la ley universal. En todas ellas pienso, por todas ellas celebro, por todas ellas sigo
Detr¨¢s de cada fogata metropolitana est¨¢ el cansancio de una generaci¨®n
Ver ¡®La Isla de las tentaciones¡¯ es contemplar el mundo de antes. Nunca la telerrealidad fue tan irreal, tan ficticia.
La edad adulta no comienza pagando facturas sino d¨¢ndote cuenta de que, a partir de ahora, cualquier decisi¨®n puede ser irrevocable
Probablemente para ella la pandemia dura solo los instantes del presente en los que se pregunta por qu¨¦ sus manos huelen a alcohol
El silencio no es natural y es algo que nos da miedo
Los inmigrantes como yo no sienten envidia por la nueva nacionalidad de James Rhodes, sienten injusticia
Algunos pol¨ªticos consideran que es mejor callar, no advertir a tiempo, sobre pandemias o temporales no vaya a ser que los ciudadanos nos traumaticemos
Este a?o no podemos echarnos unas risas porque no hay nada que celebrar
A¨²n me niego a creer que el lugar en el que crec¨ª es el pueblo con peor suerte de Espa?a
No celebro que estuvi¨¦ramos tristes, pero celebro que nos permiti¨¦ramos, por primera vez, mostrarlo. Celebro los aplausos. Celebro la claridad con la que ahora ordenamos nuestras prioridades
Si todos los migrantes del mundo vivieran en un solo pa¨ªs, ser¨ªa el cuarto m¨¢s poblado del planeta
El cuerpo humano no est¨¢ hecho para soportar durante largos periodos la impotencia que la gente est¨¢ sintiendo
La falta de acci¨®n de los Gobiernos contra el calentamiento global saca a la calle a los manifestantes. ¡°Los l¨ªderes nos est¨¢n traicionando¡±, lamenta la joven activista sueca