Las comunidades cargan contra el cupo catal¨¢n y piden m¨¢s recursos para el sistema de financiaci¨®n
Los consejeros de Hacienda de las autonom¨ªas, en una serie de entrevistas con EL PA?S, denuncian que est¨¢n infrafinanciados y exigen redefinir los criterios de reparto
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La reforma del sistema de financiaci¨®n, una tarea ya de por s¨ª compleja, se antoja ahora tit¨¢nica: PSC y ERC han acordado bilateralmente un modelo singular para Catalu?a, sin que el Ministerio de Hacienda haya puesto sobre la mesa una reforma para el conjunto del sistema, lo que ha irritado a las dem¨¢s comunidades. El esquema vigente, cuyo dise?o data de 2009, tendr¨ªa que haberse modificado en 2014. Una d¨¦cada despu¨¦s, el Gobierno no ha abierto a¨²n el mel¨®n, y todo apunta a que vendr¨¢n curvas. En una ronda de entrevistas, 12 consejeros de Hacienda de las 15 comunidades de r¨¦gimen com¨²n (Madrid la rechaz¨®; Cantabria adujo problemas de calendario al igual que Catalu?a, que, sin embargo, ya hab¨ªa concedido una en marzo), avanzaron cu¨¢les ser¨¢n los puntos calientes de una negociaci¨®n que piden con urgencia. El principal ser¨¢, sin duda, el concierto catal¨¢n. Otro ser¨¢ la falta de recursos que denuncian que sufren todas las regiones.
El cupo catal¨¢n, apunta el consejero de Asturias, Guillermo Pel¨¢ez (PSOE), ¡°atentar¨ªa contra el principio de solidaridad. Todas las comunidades de r¨¦gimen com¨²n debemos tener un sistema de financiaci¨®n multilateral y la palanca de redistribuci¨®n que supone el Estado es m¨¢s efectiva y eficiente cuanto m¨¢s grande sea¡±. Es una propuesta ¡°injusta y ego¨ªsta¡± que ¡°rompe el principio de solidaridad y de igualdad¡±, a?ade su hom¨®logo Juan Alfonso Ruiz Molina, de Castilla-La Mancha, tambi¨¦n gobernada por el PSOE. A los dos consejeros del ramo socialista se les unen los del resto de territorios, del PP, que cargan contra la propuesta en t¨¦rminos similares.
El sistema de financiaci¨®n funciona a trav¨¦s de diferentes aristas. La m¨¢s importante es la cesta com¨²n en la que acaba el 50% de lo que se recauda en IRPF, el 50% del IVA y el 58% de impuestos especiales ¡ªlos tributos que Estado y comunidades comparten¡ª, adem¨¢s de los impuestos cedidos totalmente y otras aportaciones estatales. Todo este dinero se reparte despu¨¦s entre los territorios en funci¨®n de un criterio de poblaci¨®n ajustada, con el objetivo de que todos dispongan aproximadamente de los mismos recursos per c¨¢pita. Por ello, los que tienen m¨¢s capacidad fiscal (Madrid, Catalu?a y Baleares) se convierten en aportadores netos, mientras que el resto recibe m¨¢s de lo que da.
Es aqu¨ª donde surge otro de los grandes problemas que plantean los consejeros, sobre todo aquellos que representan a las zonas m¨¢s penalizadas tras el reparto. Las comunidades pueden ordenarse en funci¨®n de la cantidad de recursos que reciben por persona. El centro de estudios Fedea publica anualmente este listado, que sit¨²a a Cantabria, La Rioja y Baleares siempre en la parte alta de la tabla, mientras que deja como infrafinanciadas a Murcia, Comunidad Valenciana, Andaluc¨ªa y Castilla-La Mancha. Estas cuatro regiones hist¨®ricamente maltratadas reclaman urgentemente soluciones.
¡°Esto es una carrera de 800 metros y nosotros salimos 20 metros por detr¨¢s por la mala financiaci¨®n¡±, denuncia Luis Alberto Mar¨ªn, consejero de Hacienda murciano. ¡°Cada a?o recibimos 1.400 millones de euros menos que la media. Desde el a?o 2009 son casi 15.000 millones menos¡±, apunta la consejera de Andaluc¨ªa, Carolina Espa?a. El responsable de las finanzas castellanomanchegas y su hom¨®loga valenciana, Ruth Merino, inciden adem¨¢s en las consecuencias negativas que esta infrafinanciaci¨®n acarrea en las ratios de d¨¦ficit p¨²blico regionales, lo que dificulta tener unas cuentas saneadas. ¡°El 78% de nuestra deuda est¨¢ provocada directa o indirectamente por la infrafinanciaci¨®n¡±, dice Merino.
Pero no acaba aqu¨ª la cuesti¨®n. El problema es que las dem¨¢s comunidades, incluyendo a las que Fedea sit¨²a en primera posici¨®n en cuanto a financiaci¨®n por habitante ajustado, tambi¨¦n aseguran que adolecen de falta de recursos. ¡°No aceptamos el marco conceptual de que somos una de las comunidades mejor financiadas. Consideramos que todas lo est¨¢n y que esto tiene que ver exclusivamente con un modelo que se ha quedado caduco¡±, se?ala el riojano Alfonso Dom¨ªnguez, una opini¨®n que comparten Extremadura, Castilla y Le¨®n, Canarias, Arag¨®n y Asturias, todas con m¨¢s recursos por cabeza que la media.
Menos consenso rodea la condonaci¨®n de parte de la deuda auton¨®mica acordada entre ERC y el PSOE ¡ªpactando que sea ampliable al resto de autonom¨ªas¡ª. Las regiones con m¨¢s pasivo, por lo general, la ven con buenos ojos, mientras que las m¨¢s saneadas recelan y ponen sobre la mesa el riesgo moral. Todas, sin embargo, exigen que los importes se fijen seg¨²n unos criterios claros establecidos entre todas las comunidades, y no a trav¨¦s de una negociaci¨®n bilateral entre el Estado y Catalu?a.
Los consejeros, por regla general, piden al Gobierno central que tenga la iniciativa en la reforma, pues es tarea del Ministerio de Hacienda liderarla. A la espera de que llegue esta renovaci¨®n, las cuatro comunidades infrafinanciadas piden un fondo transitorio para acercarse a la media por habitante ¡ªseg¨²n Fedea costar¨ªa unos 3.000 millones al a?o¡ª, una opci¨®n que no apoyan todas las autonom¨ªas, salvo que puedan participar de ello o se les compense de otra forma.
Para todos, la reforma deber¨ªa incluir un aumento estructural de los recursos, ya sea a trav¨¦s de la descentralizaci¨®n de ingresos por parte del Estado o a trav¨¦s de m¨¢s competencias auton¨®micas. ¡°A nadie se le escapa que el gasto sanitario hoy no tiene nada que ver con el que hab¨ªa cuando se hizo el modelo, que ya tiene 15 a?os¡±, apunta Carlos Fern¨¢ndez Carriedo, de Castilla y Le¨®n.¡°Desde 2009, los grandes impuestos cedidos que financian el sistema han seguido una senda de crecimiento, pero la mitad de ese crecimiento no ha ido a las comunidades, como te¨®ricamente corresponder¨ªa. Hay un desacople entre recaudaci¨®n y financiaci¨®n¡±, recuerda Miguel Corgos, consejero de Galicia.
?Insularidad o dispersi¨®n?
Espa?a es un pa¨ªs de contrastes geogr¨¢ficos y socioecon¨®micos. A un lado, vastos territorios pr¨¢cticamente despoblados y envejecidos. Al otro, islas cada vez m¨¢s repletas de habitantes y grandes ciudades, como Madrid, que absorben todo lo que les rodea. En unas, los gastos en sanidad y dependencia son m¨¢s altos, mientras que en otras las bases imponibles del IRPF crecen al calor del aumento del empleo y los salarios. Todas estas casu¨ªsticas condicionan el m¨¦todo de asignaci¨®n de recursos del sistema, pero han quedado desfasadas.
El criterio de reparto tiene en cuenta variables demogr¨¢ficas, pero tambi¨¦n otros como la superficie, la dispersi¨®n, la despoblaci¨®n o la insularidad. Todas ellas tienen su ponderaci¨®n y los consejeros, en funci¨®n de sus particularidades, piden que unos factores pesen m¨¢s que otros en el nuevo modelo. Los archipi¨¦lagos son claros: ¡°La insularidad debe tener un peso superior y tambi¨¦n el crecimiento poblacional (...). Tenemos 18 millones de turistas. Esta poblaci¨®n flotante utiliza los servicios p¨²blicos, supone un coste a?adido para las arcas auton¨®micas¡±, reclama Antoni Costa, de Baleares. ¡°Somos un territorio singular por nuestra lejan¨ªa e insularidad y por las dificultades que eso supone en la prestaci¨®n de los servicios p¨²blicos esenciales¡±, a?ade Matilde Asi¨¢n, de Canarias.
Al otro lado, las zonas m¨¢s castigadas por la despoblaci¨®n reclaman su parte: ¡°El reto demogr¨¢fico ya es una emergencia que tiene que verse atendida tambi¨¦n con el sistema de financiaci¨®n¡±, se?ala Elena Manzano, de Extremadura. ¡°Tenemos un territorio de gran dimensi¨®n y una poblaci¨®n dispersa, adem¨¢s de envejecida¡±, a?ade el aragon¨¦s Roberto Berm¨²dez de Castro, quien solicita ¡°un ajuste l¨®gico que atienda a las circunstancias de cada comunidad y al coste efectivo de prestar los servicios p¨²blicos¡±.
Ser¨¢ dif¨ªcil cuadrar todos los c¨¢lculos, pues la financiaci¨®n auton¨®mica est¨¢ interconectada y cada tecla que se toca en el acuerdo con un territorio afecta al resto del pastel. Pese a ello, ning¨²n consejero habla de l¨ªneas rojas, todos est¨¢n dispuestos a ceder en algunos aspectos para lograr un acuerdo que beneficie al com¨²n y hay un rechazo un¨¢nime hacia un trato de favor hacia Catalu?a.
Los ¨²nicos frentes claramente diferenciados se encuentran en la pol¨ªtica fiscal. Las dos comunidades de r¨¦gimen com¨²n que todav¨ªa conserva el PSOE defienden fervientemente una armonizaci¨®n tributaria que impida a los gobiernos regionales bajar impuestos. Las del PP, sin embargo, sacan pecho de la pol¨ªtica de rebajas y apuestan por mantener, y en algunos casos ampliar, la competencia fiscal entre territorios.
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