Juan Jos¨¦ Mill¨¢s

Cada vez que escribo un art¨ªculo se produce una fuga: a cada frase, baja un poco el nivel. Una parte m¨ªnima se pierde, se disipa

Termin¨¦ el libro odioso con el que mat¨¦ a una mosca para conjurar el sentimiento de culpa; esa obra acab¨® gust¨¢ndome y me convirti¨® en lector

Pienso si a todos los Leo y a todos los Acuario de Espa?a les habr¨¢ ocurrido algo parecido. Ser¨ªa extraordinario, pero por qu¨¦ no

Lo que usted, amable lector, tiene ante los ojos ahora mismo es la foto de un edificio de oficinas de Madrid, aunque podr¨ªa pasar por una sucesi¨®n de fotogramas de la pel¨ªcula de la existencia

La pregunta de David Broncano a sus invitados no es f¨¢cil de entender: ?se puede ser un poco racista o un poco machista?

Fue la primera mujer que sac¨® a la luz un caso de abuso sexual en pol¨ªtica. Y la sociedad se puso mayoritariamente en su contra

Vi a una pareja joven con una ni?a cuya melena, larga y rubia, relampagueaba en la penumbra

Los lectores escriben sobre los bajos salarios en el mundo cultural, el papel de las inmobiliarias en la crisis de la vivienda, las acusaciones del PP al Gobierno sobre Venezuela y las columnas de Mill¨¢s

El caso es que entras en la tienda como la abeja en la camp¨¢nula, como se penetra en un sue?o, y dentro de ese sue?o pides media docena de rosas que regalar¨¢s a nadie porque est¨¢s divorciado y vives solo en un cuchitril que parece un tanatorio

No entiendo nada. Solo s¨¦ que el mundo hace un ruido raro, como el coche antes de dejarnos tirados

Cuando te ofrezcan una corona de laurel sin dotaci¨®n econ¨®mica, diles que te resulta imposible acudir al acto de entrega. Si aceptan enviarte la corona por correo, se trata de un premio de verdad

Pens¨¦ que muchas de las cosas que suceden en la vigilia, m¨¢s que suceder de verdad, son asimismo creaciones de nuestra imaginaci¨®n, de nuestros miedos

El aumento de leucocitos en el torrente de sangu¨ªneo se?ala una infecci¨®n del mismo modo que el exceso de palabras en el cuerpo social avisa de un desajuste indeseable

Los seres humanos vivimos tantos a?os porque nunca deseamos lo que creemos desear, de modo que vamos de decepci¨®n en decepci¨®n

Un observador externo que permaneciera atento a mis conversaciones con ChatGPT tendr¨ªa muy dif¨ªcil deducir cu¨¢l de las dos inteligencias es m¨¢s natural, si la suya o la m¨ªa

Imagin¨¦ la dif¨ªcil convivencia de los votos en el interior de la caja de cristal, semejante a un acuario. Me pregunt¨¦ si tendr¨ªan las dificultades de trato de los peces

Me enfrento a la secci¨®n de Econom¨ªa de los peri¨®dicos, en general, con igual devoci¨®n que a los folletos religiosos. No s¨¦ si salt¨¢rmela o acometerla

?Y si ese joven que me mira con insistencia en el metro ha adivinado que soy el ¨¢ngel o el extraterrestre que va buscando como en otro tiempo lo buscaba yo?

No es f¨¢cil soportar la vida a palo seco, como si no hubiera nada al otro lado del tabique. Preferimos un vecino molesto al vac¨ªo. O la fe al absurdo, que dec¨ªa un obispo

Si has sido lector, no resulta dif¨ªcil fingir que sigues si¨¦ndolo. Para continuar siendo escritor sin escribir has de valerte en cambio de mil malabarismos

Escuchadme todos los centros de llamadas del universo mundo. No os volver¨¦ a atender

Fui a ver mis ojos en el espejo del cuarto de ba?o y result¨® que no eran los m¨ªos, sino los de alguien que observaba la realidad a trav¨¦s de m¨ª

Fui al cementerio a visitar a un ser querido y descubr¨ª a un hombre robando las flores frescas de una tumba para colocarlas sobre otra

Hice c¨¢lculos de la cantidad de pena de la que dispon¨ªa y estuve d¨¢ndole vueltas al modo de repartirla equitativamente entre la humanidad

Tropec¨¦ en los probadores de unos grandes almacenes con una pierna ortop¨¦dica de mujer, la izquierda, seg¨²n deduje de la forma del zapato

Corresponsal de M¨ª Mismo, exploro este extra?o pa¨ªs al que en su d¨ªa fui arrojado e intento relatar cuanto sucede en ¨¦l

Una llave tiene algo de talism¨¢n, de amuleto o reliquia, algo de objeto m¨¢gico: podr¨ªa ser la llave que en su d¨ªa me abriera las puertas del cielo