Ya no me vuelvo a Pek¨ªn

La relatividad es una ley universal. Cuando llegu¨¦ a Madrid en agosto de 2010, la capital espa?ola me result¨® peque?a, ya que desde el aeropuerto al centro de ciudad s¨®lo se tardaba media hora, mientras en Pek¨ªn, el mismo trayecto puede durar casi dos horas. De hecho, cada d¨ªa la capital china me ped¨ªa una hora y media para ir desde mi hogar en el Cuarto Anillo de Oeste hasta el Tercer Anillo de Este, donde est¨¢ el peri¨®dico en que yo trabajaba. Y yo no me quejaba de esto: viviendo en una ciudad de 20 millones, hay gente que sale a las cinco de la madrugada para llegar a su oficina a las nueve de la ma?ana.

Eso fue hace nueve a?os, y ahora, Madrid ya me parece grande. Despu¨¦s de tres mudanzas, ahora me he instalado en las afueras, y sufro el tr¨¢fico de la carretera A-6 por donde transito todos los d¨ªas en horas punta. En mi tiempo libre, hay tantas cosas que uno puede hacer -y no hacer- en el mismo centro de Madrid, que -cito a uno de mis amigos chinos- el norte de Nuevos Ministerios ya es el fin del mundo.

Madrid es tanto abierta como cerrada. Tengo la suerte de vivir en una ciudad con los brazos abiertos, de esto no me cabe ninguna duda. Su pluralidad demogr¨¢fica y cultural ya lo demuestra todo. En Madrid, cuando preguntas por una direcci¨®n, nunca vas a recibir una cara fr¨ªa, sino una sonrisa amable y una indicaci¨®n bien clara. Los compatriotas m¨ªos que aterrizaron en la capital espa?ola hace 20 o 30 a?os siempre recuerdan con mucha emoci¨®n la ayuda que recibieron.

Si bien la inmigraci¨®n es solo una parte de la historia, el turismo cuenta la otra: el a?o pasado visitaron Madrid unos 7 millones de turistas extranjeros. La mayor¨ªa de los 700.000 turistas chinos que llegaron a Espa?a pasaron por Madrid. Para ellos, Madrid es el mejor ejemplo de la hospitalidad y la pasi¨®n espa?ola. Un porcentaje importante de los turistas chinos que vinieron repitieron o quieren repetir, e incluso muchos quieren venir a vivir aqu¨ª con la inversi¨®n de 500.000 euros para conseguir el ¡°Golden Visa¡±. En mi entorno, ya hay bastantes ejemplos de ello.

Sin embargo, Madrid no deja de ser una ciudad cerrada en algunos sentidos porque todav¨ªa falta mucha energ¨ªa para impulsar el emprendimiento e inversi¨®n extranjera. El fallido intento de inversi¨®n de Wang Jianlin del Edificio de Plaza de Espa?a -sin ir m¨¢s lejos- ha generado dudas sobre el entorno favorable para inversi¨®n de china. Adem¨¢s, el bajo nivel del ingl¨¦s tambi¨¦n hace que la gente que venga desde fuera se encuentre a veces sorprendida e inc¨®moda.

Asimismo, si bien Madrid es segura en general, gracias al estricto control de armas en Espa?a y la profesionalidad de la Polic¨ªa y la Guardia Civil, los cuales merecen todo nuestro respeto, la ciudad tiene fama de ser insegura entre muchos chinos. Me refiero sobre todo al barrio de Usera, donde casi todos los d¨ªas se est¨¢n rompiendo cristales de coches para robar los objetos de dentro; y al Pol¨ªgono Cobo Calleja de Fuenlabrada, donde varios amigos m¨ªos fueron atracados con violencia. Los robos a los turistas -los chinos incluidos- tambi¨¦n son frecuentes: al Consulado Chino tiene mucho m¨¢s trabajo en la temporada alta del turismo chino, como el A?o Nuevo Chino o el D¨ªa Nacional de China, ya que es el momento cuando a m¨¢s visitantes chinos les tienen que sacar el permiso de viaje de vuelta a casa porque les han robado sus pasaportes.

En fin, Madrid es Madrid, es nuestra casa. Muchos espa?oles me preguntan: ?es verdad que los chinos quer¨¦is volver a China cuando os jubil¨¦is o ya teng¨¢is dinero? Y yo siempre les contesto: no en mi caso, y en mi opini¨®n, tampoco en el caso de la gran mayor¨ªa de los chinos que viven en Madrid. Esta ciudad ya es nuestra casa, si la casa se define como el lugar donde viven nuestros familiares y amigos, donde crecen nuestros ni?os. As¨ª que le digo a todos que vivo en Madrid, la capital de Espa?a, con mucho orgullo.

Dawei Ding es el creador de China FM, la primera emisora de radio en Europa que emite 24 horas al d¨ªa en chino mandar¨ªn