Los visitantes llegan a M¨¦rida con el anfiteatro y el teatro romano en mente y se marchan despu¨¦s de haber hecho una caminata al lado de cerdos ib¨¦ricos en la dehesa del parque natural de Cornalvo, una de las recomendaciones que nacen de los trabajadores del parador
A trav¨¦s de la elaboraci¨®n de estos dos manjares identitarios se conoce la Cantabria oriental, donde se ubica el parador de Limpias, un palacio de 1903 que atrae visitantes en busca de calma y de cultivar otras formas de vida diferentes a las de la ciudad
El plato t¨ªpico de las comarcas centrales de la Comunidad Valenciana re¨²ne dos productos emblem¨¢ticos de la zona: verdura y arroz. As¨ª los preparan en el Parador de El Saler
Este pueblo de indianos y comerciantes ofrece arquitectura modernista para los calmados, rutas en bicicleta y en canoa para los m¨¢s activos y pescados salvajes y marisco para todos en su parador, donde reponerse tras la pateada o el ejercicio f¨ªsico
La cercan¨ªa con el pa¨ªs vecino, al que se llega en barco en 10 minutos, y un parador asomado a la desembocadura del Guadiana motivan la visita a Ayamonte, un municipio pesquero luminoso por su ubicaci¨®n y por el esplendor comercial del siglo XVIII, reflejado en su arquitectura
El espect¨¢culo de ver 7.450 grullas sobrevolar las Tablas de Daimiel, la visita a una granja de ovejas manchegas y el parador de Manzanares, un antiguo albergue de carretera abierto desde 1931, convencen al viajero para que lo que iba a ser una paradita en La Mancha se convierta en una larga estancia
Chinch¨®n, con los 234 balcones de madera de su plaza Mayor, y el cercano Colmenar de Oreja, donde se ubica el museo de Ulpiano Checa, se apoyan en el parador, un convento del siglo XVII, para demostrar que no basta con ir a pasar el d¨ªa para conocer los ajos finos, la historia y la arquitectura de la cuenca del Tajo-Jarama
La caldera de Tejeda, en el centro de la isla, ofrece una alternativa al turismo de sol y playa apoyada en productos locales, pueblos escarpados en la monta?a y el parador de Cruz de Tejeda, desde donde parten rutas de senderismo interpretativo que recorren esta zona volc¨¢nica
Enclavado en el parque natural de la Albufera, el parador de El Saler ejerce como un centro de interpretaci¨®n de este humedal en el que habitan 300 especies de aves, por donde dar un paseo en barca para ver la puesta de sol y punto referencial de la paella, un plato donde cabe todo un paisaje
Esta regi¨®n del noroeste de Galicia se apoya en un luminoso parador construido en terrazas para captar visitantes que quieran acercarse a ese mar bravo y caprichoso que la domina a trav¨¦s de una visita a una lonja, un paseo a caballo por la playa y una excursi¨®n a un punto fat¨ªdico de naufragios
Esta comarca vin¨ªcola recibe a andarines de ciudad entusiasmados por el claustro de una abad¨ªa cisterciense, a senderistas sorprendidos por los bosques de la sierra de la Demanda y a quienes hacen el Camino. Escojan la ruta que escojan, todas confluyen en Santo Domingo de la Calzada, en cuyo centro hist¨®rico sobresalen dos paradores: uno, un antiguo hospital de peregrinos del siglo XII y otro, un convento del XVI
Esta comarca interior se apoya en un telef¨¦rico que sube hasta los 1.823 metros en Picos de Europa y en el parador de Fuente D¨¦, ubicados donde termina una carretera de monta?a, para atraer a amantes de los coches cl¨¢sicos, peregrinos movidos por el A?o Jubilar Lebaniego con ganas de caminar bajo el fino sol del oto?o y aventureros que se asoman a la escalada en v¨ªas ferratas
Esta comarca leridana situada en los Pirineos atrae visitantes en oto?o sustentada por su arte rom¨¢nico, salidas a pie y en bicicleta el¨¦ctrica cuando a¨²n el hielo no se ha apoderado del camino, y dos paradores, el de Arties y el de Vielha, que ofrecen alojamiento todo el a?o
Esta regi¨®n monta?osa de Ja¨¦n compite con el litoral apoyada en rutas de senderismo, una fauna vistosa, una iglesia obra de Andr¨¦s de Vandelvira y un entorno apacible representado en el parador, desde donde arrancar a andar y terminar para cenar y descansar sin el bullicio de la costa
Esta regi¨®n, poco visitada pese a su belleza natural, se apoya en el arte rom¨¢nico y en el parador de Cervera de Pisuerga, que cuenta con un balc¨®n al embalse de Ruesga y a picos que alcanzan los 2.500 metros, para captar a senderistas y viajeros que huyen del calor
Si alguien quiere pisar la monta?a m¨¢s antigua de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica tiene que ir a Guadalupe. Tambi¨¦n si quiere ver espl¨¦ndidos bosques atl¨¢nticos y un cielo l¨ªmpido por el que pasear por las estrellas. Junto a su monasterio, este pueblo mezcla aventura, ciencia e historia con su parador como v¨¦rtice desde el que conocerlo todo
Este vivo pueblo conocido por su festival de teatro ofrece m¨¢s razones para visitarlo: un sorprendente paisaje donde el rojo del suelo contrasta con los campos de olivos y de pistachos y un monasterio convertido en parador en el que ver arte y ver pasar el tiempo
Alrededor del parador de Cangas de On¨ªs, un monasterio benedictino a orillas del Sella, se organizan actividades y excursiones para descubrir c¨®mo viv¨ªan y viven los habitantes del lugar. Una forma apasionante y respetuosa de hacer turismo en una zona dominada por la monta?a
Este pueblo medieval de Zaragoza, con calles y edificios armoniosos de piedra, con un patrimonio muy bien conservado y con un parador convertido en una locomotora que tira del resto, atrae tanto a sus visitantes que algunos de ellos se convierten en vecinos
Este edificio desacralizado del siglo X ha transformado la Ribeira Sacra. En ella ya hab¨ªa bodegas, paseos en barco, miradores al ca?¨®n del Sil y rutas de senderismo. Cuando este monumento se convirti¨® en parador en 2004, todo lo anterior fue a m¨¢s y a mejor
Esta ciudad f¨¦rtil de La Rioja Oriental se apoya en una excelente huerta, en su pasado romano y en las actividades socioculturales que suceden en la comarca para, con la ayuda del parador, dejar de ser solo una zona de paso o de negocios y convertirse en un lugar de visita
Esta isla salvaje y frondosa, verde y negra, se apoya en su belleza natural de siempre; en la de ahora, representada en Tajogaite, y en el impulso del parador para recuperar el turismo, tan necesario como el pl¨¢tano para la supervivencia de los palmeros
La costa onubense, con sus largas playas de arena fina y dorada, recibe desde septiembre al visitante que busca estar y disfrutar, con el parador de Mazag¨®n como refugio, y al que no quiere parar, con Do?ana como espacio natural exclusivo y La R¨¢bida, el origen del viaje que cambi¨® el mundo en 1492