Un voto de confianza para volver a so?ar con el futuro: ¡°Sent¨ªa que nadie cre¨ªa en m¨ª, excepto yo¡±

F¨¢tima El Mazoughi tiene 21 a?os, naci¨® en un pueblo de Nador (Marruecos) y vive en Madrid desde hace dos d¨¦cadas, cuando se instal¨® en el barrio de Vista Alegre, al sur de la capital, con sus padres y sus cuatro hermanos mayores, que por aquel entonces solo hablaban rife?o. Pero en la preadolescencia empez¨® a sentirse extranjera en su propia casa. ¡°Eran muy estrictos con la religi¨®n y la cultura musulmana. Adem¨¢s, pensaban que sin un hombre al lado nunca llegar¨ªa a nada y yo quer¨ªa ser una mujer libre¡±, explica tras contar que su progenitor nunca la apoy¨® en su sue?o de ser enfermera, aunque su madre s¨ª. Las deudas en el colegio concertado se acumulaban y al terminar la educaci¨®n obligatoria empez¨® a trabajar. La Fundaci¨®n Tomillo, que desde los nueve a?os la acompa?¨® con refuerzo escolar gratuito, le ofreci¨® la oportunidad de combinar la vida laboral con una formaci¨®n. ¡°No recuerdo haber recibido por parte de mi padre un abrazo o un ¡®estoy orgulloso de ti¡¯. Ah¨ª me sacaron adelante, fueron la familia que necesitaba y no tuve¡±, cuenta ya independizada.

Esta entidad acaba de cumplir 40 a?os y su presidenta, Carmen Garc¨ªa de Andr¨¦s, asegura que han ayudado a m¨¢s de 200.000 personas, de entre 12 y 35 a?os, en situaci¨®n de vulnerabilidad. Solo en 2023 acompa?aron a 3.613 ciudadanos, la mayor¨ªa procedentes de Usera, Villaverde, Carabanchel y La Latina, en la zona sur de la capital, con una tasa de abandono escolar y desempleo que duplica a la de otros distritos de la ciudad.

El Mazoughi, a su corta edad, ya ha sido teleoperadora, cocinera, camarera, dependienta y moza de almac¨¦n. Las clases de Formaci¨®n Profesional (FP) de su grado medio en Gesti¨®n Administrativa, que termin¨® en 2023, empezaban a las 8.00 y terminaban a las 14.30, cuando com¨ªa y empezaba a trabajar hasta la madrugada. Estudiaba en los trayectos al centro educativo, a la empresa y a casa. Se gradu¨® con un buen expediente y pudo, posteriormente, cumplir el sue?o de matricularse en el curso superior de Auxiliar de Enfermer¨ªa.

La Fundaci¨®n Tomillo cuenta con un centro de FP B¨¢sica y Grado Medio, pero tambi¨¦n ofrece programas de emprendimiento y liderazgo, orientaci¨®n sociolaboral, refuerzo educativo, apoyo psicol¨®gico, programas de intervenci¨®n familiar y espacios de ocio. Toda su oferta es gratuita. La fundaci¨®n recibe tanto financiaci¨®n p¨²blica como colaboraciones privadas. ¡°El fracaso escolar tiene una cara social y no hay nada m¨¢s reconfortante que permitirle so?ar a una persona con su futuro cuando, por su contexto, le resultaba dif¨ªcil hacerlo¡±, dice Garc¨ªa de Andr¨¦s. El porcentaje de abandono educativo en las familias con menor poder adquisitivo es de un 20,6% frente al 3.5% en las que tienen rentas altas.

Lo que m¨¢s valora El Mazoughi es haber asistido a la fundaci¨®n en su ni?ez, derivada por su centro educativo para recibir refuerzo escolar porque ten¨ªa algunas dificultades en Lengua y Matem¨¢ticas: ¡°Gracias a Tomillo fui por primera vez a la piscina con 10 a?os, nunca hab¨ªa podido mostrar la piel y una compa?era me prest¨® un ba?ador. Me sent¨ª libre y supe lo que era una infancia feliz¡±. Ten¨ªa que vestir con ropa ancha, larga y holgada, algo que le incomodaba.

La tasa de abandono escolar se ha reducido en la fundaci¨®n: de un 17% a un 14,65% en el ¨²ltimo a?o. La media espa?ola de esta deserci¨®n educativa se sit¨²a en el 13,6%, frente al 9,6% en Europa. ¡°Hay que tratar de entender todo el entorno que rodea al joven para desarrollar un itinerario personal que mejore su trayectoria, trabajando la autoconfianza, el esp¨ªritu cr¨ªtico y el esfuerzo¡±, explica Garc¨ªa de Andr¨¦s.

Considera esencial tener en su equipo a orientadores, trabajadores sociales y psic¨®logos, que tambi¨¦n han trabajado con El Mazoughi: ¡°Sent¨ªa que el mundo me dec¨ªa que no merec¨ªa nada de lo que consegu¨ªa, pero gracias a Tomillo he salido adelante. Ahora miro el pasado con orgullo y pienso: qu¨¦ fuerte fuiste para ser tan peque?a y para haber pasado tanto tan sola¡±.

La joven lleg¨® a repetir un curso en secundaria: ¡°Por primera vez en mi vida la negatividad me super¨®, pero despu¨¦s recuper¨¦ el aliento para dar lo mejor de m¨ª¡±. Asegura haber sufrido acoso escolar durante a?os motivado por el racismo, que tambi¨¦n padeci¨® en el vecindario. Su felpudo apareci¨® en varias ocasiones lleno de huevos rotos y basura tras los atentados de Par¨ªs de 2015.

Cree que en este aspecto no recibi¨® apoyo por parte del colegio. Adem¨¢s, sostiene que la invitaron a optar por FP sin terminar la educaci¨®n obligatoria, pero se neg¨®: ¡°En el primer examen de F¨ªsica y Qu¨ªmica, la profesora se acerc¨® para decirme que si no sab¨ªa hacerlo, lo dejase en blanco. Saqu¨¦ un 8. Sent¨ªa que nadie cre¨ªa en m¨ª, excepto yo misma. Si no confiaba, ?qui¨¦n lo iba a hacer?¡±.

Ella ten¨ªa claro que quer¨ªa ser sanitaria, pero muchos j¨®venes no terminan la ESO porque pierden la ilusi¨®n por aprender y Tomillo trabaja en devolv¨¦rsela. Por ello, Garc¨ªa de Andr¨¦s celebra que la nueva ley de FP, aprobada en 2022, ponga el foco en las escuelas de segunda oportunidad, con especial atenci¨®n a las competencias socioemocionales. ¡°Trabajamos para que los chicos no abandonen, pero si no lo conseguimos, los recogemos y los acompa?amos con otros programas¡±, insiste.

Cristina Dom¨ªnguez tiene 32 a?os y si no fuese por el apoyo de sus padres, quiz¨¢ hoy no tendr¨ªa un grado universitario. Naci¨® en Benavente (Zamora) y su vida est¨¢ marcada por el trastorno por d¨¦ficit de atenci¨®n e hiperactividad, sin diagnosticar hasta los 16 a?os. ¡°Fue duro porque los profesores pensaban que era vaga, que siempre estaba en las nubes y que no me esforzaba lo suficiente¡±, explica. Le resultaba dif¨ªcil seguir el ritmo de la clase. Sus progenitores pidieron ayuda al centro escolar para realizar la valoraci¨®n m¨¦dica pertinente, sin ¨¦xito.

En busca de respuestas, recurrieron a una psic¨®loga cl¨ªnica: ¡°Con psiquiatr¨ªa y medicaci¨®n mejor¨¦. Nadie daba un duro por m¨ª, los tutores le dec¨ªan a mi padre que hab¨ªa trabajos muy dignos que no requer¨ªan estudios¡±, cuenta, tras explicar que termin¨® realizando el grado universitario de Educaci¨®n Social y, adem¨¢s, un m¨¢ster. Iba a estudiar Musicolog¨ªa, pero a ra¨ªz de esta vivencia personal cambi¨® de opci¨®n. No quiere que ¡°otro ni?o se vuelva a sentir as¨ª¡±.

Despu¨¦s de una larga trayectoria profesional, contact¨® con los responsables de Tomillo, a los que conoc¨ªa a trav¨¦s de las redes sociales, para ser alumna del Programa Intensivo de Emprendimiento. Gracias a los conocimientos adquiridos pudo ¡°bajar la idea a tierra¡±. Ha dise?ado un centro psicopedag¨®gico para menores con dificultades de aprendizaje y conducta, que se llama Edusonora, y cuenta con terapias art¨ªsticas y creativas como la musicoterapia: ¡°A mi yo del pasado le dir¨ªa que crea en s¨ª misma, porque la neurodiversidad existe y el problema lo tiene el que no lo comprende¡±.

Olga Plaza, de 18 a?os, descubri¨® a trav¨¦s de su hermano la fundaci¨®n en su nuevo barrio, San Ferm¨ªn-Orcasur, y ella sigui¨® sus pasos para realizar una FP de grado medio en Gesti¨®n Administrativa. Reside all¨ª tras conseguir una vivienda social. ¡°Mi madre, mi hermano y yo nos mud¨¢bamos mucho de casa porque si sub¨ªa el alquiler o no lleg¨¢bamos con las facturas nos echaban¡±, cuenta tras agradecer la ayuda que siempre le brindaron sus abuelos. Su progenitora estudi¨® Farmacia, pero al tener una familia monoparental tuvo grandes dificultades para desarrollar su carrera profesional.

Gracias a las pr¨¢cticas obligatorias, Olga sali¨® por primera vez de Espa?a, estuvo becada en Sintra (Portugal). En septiembre comenzar¨¢ un ciclo superior de Marketing y Publicidad. ¡°Me siento muy reforzada y mis notas han repuntado al estar en un entorno comprensivo que siempre te hace creer que puedes llegar a lo que te propongas¡±, cuenta motivada. Confiesa que a su hermano le ha pasado lo mismo: ¡°Antes no quer¨ªa ni estudiar y ahora hasta piensa en hacer una carrera universitaria¡±.

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