Estocolmo por primera vez: ?qu¨¦ hay que ver?
La capital de Suecia, conocida como ¡°la bella sobre el agua¡± porque est¨¢ construida sobre 14 islas unidas entre s¨ª por 53 puentes, sorprende con palacios barrocos, museos, residencias reales, sus calles medievales y, por supuesto, por el dise?o escandinavo
Estocolmo, una ciudad sobre el agua conocida como ¡°la bella sobre el agua¡± o la ¡°Venecia del Norte, puede convertirse en una escapada europea perfecta. En una primera visita, la capital de Suecia se muestra tambi¨¦n como la capital del dise?o escandinavo, con un centro hist¨®rico de calles medievales de cuento. Adem¨¢s, est¨¢ construida sobre 14 islas salteadas en el mar B¨¢ltico, unidas entre s¨ª por 53 puentes, que pueden recorrerse f¨¢cilmente y que ofrecen una forma diferente de vivir y de disfrutar al aire libre entre jardines y palacios barrocos.
Callejear por Gamla Stan, visitar el palacio real Kungliga Slottet o la casa del escultor Carl Milles, entrar en uno de los muchos museos que ofrece la ciudad (Skansen, Vasamuseet o Historiska) o recorrer el archipi¨¦lago que es Estocolmo sin olvidar el dise?o y la gastronom¨ªa. Aqu¨ª te ofrecemos una gu¨ªa imprescindible para una primera visita a la ciudad.
Callejear el casco antiguo, Gamla Stan, y sus alrededores
El lugar m¨¢s tur¨ªstico de Estocolmo, ese que ning¨²n visitante se pierde, es el casco antiguo, conocido como Gamla Stan. Aqu¨ª, en el coraz¨®n hist¨®rico y geogr¨¢fico de la ciudad, las calles adoquinadas serpentean entre iglesias renacentistas, palacios barrocos y plazas medievales. Adem¨¢s, hay edificios de colores encorvados como ancianos y estrechas callejuelas que esconden desde polvorientas jugueter¨ªas hasta caf¨¦s iluminados con velas.
En Gamla Stan se encuentran los tres hitos de cualquier recorrido: el palacio real, la catedral y la Casa de la Nobleza (Riddarhuset), un edificio rosa y turquesa que recuerda a un pastel de boda. Tambi¨¦n est¨¢ la bonita plaza mayor, Stortorget, rodeada de espectaculares edificios antiguos y atiborrada de turistas. Sin embargo, la actividad tur¨ªstica se concentra en las calles V?sterl?nggatan ¡ªel centro neur¨¢lgico del casco antiguo, repleto de galer¨ªas, restaurantes y tiendas de recuerdos¡ª y Stora Nygatan.
Más información en la guía Estocolmo de cerca y en www.lonelyplanet.es
A trav¨¦s de los callejones, m¨¢s sinuosos y tranquilos, se refugia una Estocolmo que parece no haber cambiado desde la ¨¦poca medieval. Y, al lado, Riddarholmen es un islote poco visitado y con apenas actividad tur¨ªstica m¨¢s all¨¢ de su catedral que merece ser recorrida por sus calles adoquinadas y sus casitas de cuento de hadas de delicados tonos pastel.
Aunque en Gamla Stan lo principal es callejear, hay muchos museos donde entrar, como el Nobel Prize Museum, que presenta la historia del premio Nobel y de quienes lo ha recibido; o el curioso Medeltidsmuseet, oculto bajo el puente que une Gamla Stan con Norrmalm, el barrio moderno de la ciudad. En este ¨²ltimo, su planta circular lleva a los visitantes por fieles reconstrucciones de hogares, mercados y talleres de la ¨¦poca medieval. Adem¨¢s, tambi¨¦n puede visitarse en esta zona el Parlamento sueco.
En el palacio real de Estocolmo
Una de las visitas imprescindibles en Gamla Stan es el imponente palacio real de Estocolmo, el Kungliga Slottet. Fue levantado sobre las ruinas del castillo de Tre Kronor ¡ªque se quem¨® casi por completo en 1697¡ª conservando su ala norte, que se incorpor¨® al nuevo edificio. El palacio fue dise?ado en 1690 por el arquitecto de la corte Nicodemus Tessin el Joven y cost¨® m¨¢s de medio siglo acabarlo. Con 608 habitaciones, fue la residencia oficial de la familia real sueca desde 1754, que en 1981 se traslad¨® al palacio de Drottningholm en Lov?n, en el municipio de Eker?.
Lo que m¨¢s merece la pena es ver el cambio de guardia que se efect¨²a todos los d¨ªas a media ma?ana. Y, una vez dentro, destaca la visita al museo Tre Kronor que exhibe los cimientos de las murallas defensivas del siglo XIII y piezas rescatadas del antiguo castillo durante el incendio. En el interior, tambi¨¦n pueden visitarse los aposentos reales de Gustavo III (1746-1792), cuyos esfuerzos por consolidar el poder de la corona sueca en el siglo XVIII levantaron ampollas entre la nobleza. Los suecos tambi¨¦n presumen del trono de plata de la reina Cristina de Suecia (1626-1689) en el sal¨®n de Estado o la galer¨ªa de Carlos XI (1655-1697), una de las salas m¨¢s bellas del palacio, inspirada en la barroca galer¨ªa de los Espejos de Versalles.
En el Kungliga Slottet tambi¨¦n hay otras zonas muse¨ªsticas, como el Tesoro Real o el Museo de Antig¨¹edades de Gustavo III, conocido como el Antike Museum, que expone las esculturas que coleccion¨® el monarca en sus viajes por Italia en la d¨¦cada de 1780, por entonces el grand tour de rigor.
Explorar el Skansen, un primer museo al aire libre
El Skansen no es un museo m¨¢s: presume de ser el primer museo al aire libre del mundo. Y, por tanto, es un lugar importante de la ciudad y uno de los pocos sitios que recomiendan la mayor¨ªa de sus vecinos. Ocupa una gran zona de parque en una colina, y muestra la historia de la vida sueca a trav¨¦s de diversos edificios, caba?as y casas tradicionales. Tambi¨¦n incluye el Nordic Zoo, que atrae a los visitantes con 75 especies escandinavas y algunas for¨¢neas entre las que destacan los alces, renos, glotones, linces y otros animales. Tambi¨¦n hay un zoo infantil para que los ni?os puedan tocar a los animales m¨¢s peque?os y varios sitios donde tomar algo.
Sus edificios representan diversos oficios e industrias del pa¨ªs y, adem¨¢s, todo est¨¢ organizado para recrear otra ¨¦poca: los empleados, por ejemplo, llevan trajes hist¨®ricos, elaboran artesan¨ªa, tocan instrumentos o baten mantequilla mientras responden a las preguntas de los visitantes. Podr¨ªa resultar algo simpl¨®n, pero en ese entorno resulta encantador. Entre los oficios m¨¢s llamativos que se recrean en el museo destaca el taller de soplado de vidrio, pero adem¨¢s hay una panader¨ªa, un banco, una oficina de correos, un taller de m¨¢quinas, un jard¨ªn bot¨¢nico y la mansi¨®n de Hazelius. Parte de la farmacia procede del castillo de Drottningholm y las dos peque?as casetas de jard¨ªn son de Tantolunden, un jard¨ªn comunitario de S?dermalm. Tambi¨¦n hay un campamento lap¨®n, granjas de diversas regiones, una casa de campo y una escuela.
Aprender sobre la marina sueca en el Vasamuseet
El museo Vasamuseet se construy¨® expresamente para albergar el enorme barco de guerra Vasa, que en su viaje inaugural del 10 de agosto de 1628 se hundi¨® en las aguas de la bah¨ªa Saltsj?n junto con parte de su tripulaci¨®n debido a un error de c¨¢lculo en el peso de su parte superior. El barco fue reflotado a la superficie en 1961 y se volvi¨® a montar cual rompecabezas de 14.000 piezas. Casi todo lo que se ve hoy en el museo es original.
Las cinco plantas del museo no solo muestran la minuciosa recuperaci¨®n y restauraci¨®n de la nave; sino que tambi¨¦n est¨¢n dedicadas a los objetos rescatados del Vasa, la vida a bordo, las guerras navales y la navegaci¨®n en el siglo XVII. Tambi¨¦n ofrece exposiciones temporales y de escultura. La planta baja resulta especialmente fascinante pues, gracias a la ciencia forense moderna, se han podido recrear los rostros y las peripecias vitales de varios de los n¨¢ufragos.
En el museo hay un restaurante donde sirven caf¨¦s, bebidas y comidas, pero merece la pena irse al restaurante W?rdshuset Ulla Winbladh, no muy lejos de all¨ª. Este chal¨¦ fue, en sus or¨ªgenes, una panader¨ªa construida para la Exposici¨®n Mundial de Estocolmo, en 1897, y sirve comida selecta en varias salas acogedoras y una ma?ravillosa terraza-jard¨ªn.
Visitar la residencia real de Drottningholm
A la residencia real y a los jardines de Drottningholm en Lov?n se puede llegar muy f¨¢cilmente desde Estocolmo. El palacio principal, de inspiraci¨®n renacentista, empez¨® a construirse en 1662, aproximadamente en la misma ¨¦poca que Versalles. La diferencia es que aqu¨ª vive todav¨ªa la familia real sueca durante parte del a?o.
Una de las joyas del palacio es la alcoba de Eduvigis Leonor de Holstein-Gottorp (1636-1715), consorte del rey Carlos X Gustavo (1622-1660), que dicen que es el interior barroco m¨¢s valioso de Suecia. Tambi¨¦n llama la atenci¨®n la galer¨ªa barroca de este monarca, donde se representan sus haza?as militares, y la biblioteca, una sala luminosa e impresionante que conserva gran parte de la decoraci¨®n original del siglo XVIII.
Una muestra de lo grandioso del palacio es la lujosa escalera, con estatuas y trampantojos. Desde el descansillo se pueden ver los jardines llenos de fuente y laberintos, con un inteligente dise?o geom¨¦trico que impresiona. Se puede llevar el almuerzo y hacer un p¨ªcnic en los jardines, o comer en uno de los restaurantes que hay junto al palacio. Destaca el Cafe Drottningholm, muy bonito y al lado del Kina Slott, un peque?o pabell¨®n chino.
Lanzarse al agua
Los habitantes de Estocolmo se deshacen en halagos hablando del archipi¨¦lago que se extiende desde las costas de la capital sueca hasta 60 kil¨®metros en el mar B¨¢ltico hacia el este. El conjunto est¨¢ compuesto por 24.000 islas ¡ª14 de las cuales son Estocolmo¡ª rocosas con bosques y flores silvestres, salpicadas de casitas de madera. B¨¢sicamente hay dos maneras de visitar el archipi¨¦lago. La primera, si se tiene poco tiempo, es apuntarse a una excursi¨®n organizada en barco, que puede durar desde unas horas hasta un d¨ªa entero, para ver varias islas y hacer breves escalas. Otra opci¨®n es planificar una excursi¨®n por cuenta propia, m¨¢s larga y pausada, combinando los trayectos en barco o ferri con pernoctaciones en los albergues y hoteles de las islas.
A pesar del elevado n¨²mero de islas, las de visita obligada son Vaxholm, Ut?, Arholma y Finnhamn; quedan mucho m¨¢s cerca de la capital de lo que muchos imaginan.
- Vaxholm, a 35 kil¨®metros al noreste de Estocolmo, es la entrada al archipi¨¦lago. Accesible por tierra o por ferri, la isla es un aperitivo de esta zona tan extraordinaria y variada. Callejuelas y casitas de cuentos de hadas; el Hembygdsg?rd, un museo que conserva casas antiguas; buenos restaurantes como el emblem¨¢tico Waxholms Hotell; o el Boulangerie Cafe, una tienda ideal para comprar pastas.
- Ut?, al sur, tiene de todo: playas de arena, bosques, granjas, una red de senderos llanos perfectos para ir en bicicleta, abundancia de aves, una buena panader¨ªa ecol¨®gica y un buen restaurante, el Nya Dannekrogen. La mejor playa es Stora Sand, en la costa sur. Gruvbryggan es la parada principal del ferri.
- Arholma es tranquila e id¨ªlica, con un emblem¨¢tico faro que ahora es una galer¨ªa de arte con vistas. Adem¨¢s, toda la isla es una reserva natural, con senderos para recorrer a pie o en bicicleta, rutas de kayak, playas de arena y una tirolina en mitad del bosque.
- Finnhamn en realidad no es una isla si no un peque?o archipi¨¦lago, con bosques, prados, calas resguardadas, acantilados rocosos y b¨²hos reales. En verano est¨¢ muy concurrida pero tiene suficientes rincones tranquilos para todos. Cubierta con senderos con unas vistas incre¨ªbles, presume de un buen restaurante, el Finnhamns Caf¨¦ & Krog, famoso por sus especialidades marineras y regionales.
Entrar en el mundo del escultor Carl Milles en el museo Millesg?rden
Entre 1906 y 1931, Millesg?rden fue la residencia y estudio del escultor Carl Milles (1875-1955), cuyos delicados duendes de agua y esculturas caprichosas se reparten por toda la ciudad. La personalidad del artista, patente en sus esculturas, tambi¨¦n impregna la casa, un lugar inspirador sobre todo para los interesados en el arte y el dise?o.
La finca-museo incluye una moderna galer¨ªa de estilo neocl¨¢sico que acoge exposiciones temporales de arte contempor¨¢neo pero, sin duda, lo m¨¢s llamativo es el parque escult¨®rico: Milles transform¨® la abrupta ladera de la finca en un jard¨ªn de esculturas, donde piezas griegas, romanas, medievales y renacentistas se alternan con sus creaciones. Dentro de este parque, destaca Little Austria, un espacio ajardinado que Milles dise?¨® para paliar la nostalgia de su esposa. Adem¨¢s, gran parte de los jardines evocan la costa mediterr¨¢nea. A trav¨¦s del jard¨ªn, unos caminos de m¨¢rmol blanco y negro con pinos y abedules, y rematados por columnas de estilo italiano, llevan hasta el estudio del artista, que puede visitarse junto con la casa, cuya decoraci¨®n incluye toques pompeyanos a?adidos tras la visita del escultor y su esposa a Pompeya en 1921. Y, para terminar, se puede tomar un t¨¦ o un almuerzo en el caf¨¦ y restaurante Millesg?rden Lanthandel, situado en la terraza en medio del parque de esculturas.
Conocer a los vikingos en el Historiska Museet
Hablar de Suecia es hablar de vikingos. Y nada mejor que visitar el Historiska Museet, el museo de historia de Estocolmo, que abarca 10.000 a?os de cultura e historia suecas. Aqu¨ª hay de patines de la Edad del Hierro a un barco vikingo, pasando por telas medievales y tr¨ªpticos renacentistas. Tambi¨¦n un monogr¨¢fico dedicado a la batalla de Visby ¡ªlibrada en 1361 en la isla de Gotland entre las fuerzas danesas y los campesinos gotlandeses¡ª, una exposici¨®n multimedia sobre los vikingos, una colecci¨®n de tejidos y una secci¨®n de cultura prehist¨®rica.
La impresionante exposici¨®n sobre la era vikinga intenta corregir conceptos err¨®neos sobre este pueblo y su ¨¦poca, centr¨¢ndose en su labor como comerciantes y en su vida cotidiana, en su mayor¨ªa campesinos. Es decir, no todo eran barcos y pillaje. Este museo tambi¨¦n es un buen sitio para conocer las piedras r¨²nicas que todav¨ªa se hallan por todo el pa¨ªs. Una de las estrellas de la visita es la Sala de Oro, una c¨¢mara subterr¨¢nea tenuemente iluminada en la que relucen tesoros y trofeos vikingos. Los objetos m¨¢s sorprendentes son los tres collares de oro del siglo V descubiertos en V?sterg?tland en el siglo XIX.
Admirar el arte moderno en el Moderna Museet
El inconformista museo de arte moderno de Estocolmo, el Moderna Museet, presenta una fabulosa colecci¨®n permanente de pintura, escultura, fotograf¨ªa, videoarte e instalaciones, con obras de artistas famosos, de sus contempor¨¢neos escandinavos y de nombres a¨²n desconocidos.
Las galer¨ªas de la planta principal se distribuyen por ¨¦pocas. Aqu¨ª pueden verse maestros modernistas como Edvard Munch, Ernst Ludwig Kirchner, Giorgio de Chirico y varias piezas de Marcel Duchamp. Y despu¨¦s, en las siguientes salas, se llega a nombres m¨¢s conocidos: Francis Bacon, Salvador Dal¨ª, Robert Rauschenberg, Georges Braque o Pablo Picasso. A esto se a?ade un enorme y exuberante recortable de Henri Matisse que cubre toda una pared. La zona m¨¢s alejada suele albergar las novedades de la colecci¨®n permanente, por lo que es la que cambia con m¨¢s frecuencia. Aqu¨ª podremos encontrar cuadros de Barbara Kruger, instalaciones de Donald Judd y rompedoras obras de artistas a¨²n desconocidos o de reconocidos creadores escandinavos. Y, adem¨¢s, en los jardines que rodean el museo esperan esculturas de diversos artistas, entre ellas alguna de Picasso.
Explorar S?dermalm, la isla m¨¢s moderna y bohemia
En S?dermalm, una isla algo bohemia y con lustre, es donde se encuentran las mejores tiendas de segunda mano, galer¨ªas de arte, bares y cafeter¨ªas. Las monta?as del norte proporcionan unas espectaculares vistas de Gamla Stan y del resto del centro de Estocolmo. Adem¨¢s, un par de museos completan la lista de imprescindibles de un barrio con una vida nocturna de lo m¨¢s animada.
S?dermalm es ideal para ir de bares, desde acogedores tugurios hasta espl¨¦ndidos locales de dise?o. El factor com¨²n, incluso en los m¨¢s de moda, es la sencillez. En la gran plaza central, la Medborgarplatsen, todos los bares tienen terraza. Hacia el noroeste, en la preciosa plaza Mariatorget, se puede tomar una copa fuera o en el balc¨®n del Hotel Rival, propiedad de ABBA. Otra propuesta es la de Marie Laveau, situada en una antigua f¨¢brica de embutidos de Hornsgatan, es una animada zona de ocio que atrae a un p¨²blico chic-bohemio. El bar, entre grunge y de dise?o con suelo ajedrezado y columnas con azulejos que recuerdan al metro, sirve c¨®cteles muy buenos. Adem¨¢s, el s¨®tano se convierte en discoteca los fines de semana y tambi¨¦n es famoso por su noche mensual Bangers & Mash, dedicada al pop brit¨¢nico.
Para entrar en el Snotty, un garito tranquilo, acogedor y uno de los lugares m¨¢s agradables para tomar una copa en Estocolmo, hay que dar la vuelta e ir hacia el SoFo ¡ªacr¨®nimo de South of Folkungagatan¡ª, la zona m¨¢s moderna de Estocolmo. Este lugar tiene un aire retro, con una barra de madera y car¨¢tulas de discos en las paredes. Y entre tanta marcha, los estocolmenses suelen hacer un alto en la noche para tomarse un kebab en alguno de los carritos ambulantes de la zona de Medborgarplatsen; es ideal para bajar las copas.
Contemplar fotograf¨ªa en Fotografiska
El museo Fotografiska, imprescindible para amantes de la fotograf¨ªa, est¨¢ en una de las mejores ubicaciones de la ciudad. Sus exposiciones temporales, cuatro al a?o, est¨¢n organizadas en forma de retrospectivas de grandes artistas. Algunos ejemplos de las ¨²ltimas muestras son las de Annie Leibovitz, Irving Penn, Sebasti?o Salgado o Robert Mapplethorpe. Tambi¨¦n ofrece cursos de fotograf¨ªa, organiza conciertos y acontecimientos especiales.
El edificio en s¨ª mismo es otro de los atractivos: un antiguo y enorme (5.500 metros cuadrados) edificio de aduanas de construcci¨®n industrial modernista de ladrillo construido por el c¨¦lebre arquitecto sueco Ferdinand Boberg en 1906, y transformado en el museo en 2010. Merece la pena echar una ojeada a la tienda de regalos, muy bien surtida. La colecci¨®n de c¨¢maras en miniatura es muy curiosa y tambi¨¦n se venden cientos de fotos, libros de fotograf¨ªa, postales y carteles.
Visitar el Ayuntamiento, el majestuoso Stadshuset
El c¨¦ntrico barrio de Kungsholmen, que hasta hace poco era una joya poco valorada entre los visitantes frente al Gamla Stan, es cada vez m¨¢s atractivo con fant¨¢sticos sitios para comer, parques y un largu¨ªsimo paseo con ¨¢rboles junto al agua. Pero, sobre todo, es donde est¨¢ uno de los edificios m¨¢s importantes de Estocolmo, el Stadshuset, el Ayuntamiento. Domina la ciudad con su porte pesado y severo por fuera, pero brillante por dentro. Construido con ocho millones de ladrillos e inaugurado en 1923, fue dise?ado por el arquitecto Ragnar ?stberg, defensor del estilo rom¨¢ntico nacional sueco. Y, adem¨¢s de ser un llamativo punto de referencia en la ciudad, alberga las oficinas de m¨¢s de 200 empleados municipales.
Lo que m¨¢s llama la atenci¨®n es su torre, rematada por una aguja dorada con las tres coronas reales, s¨ªmbolo her¨¢ldico del poder sueco. Y dentro, en el centro del edificio, se halla el deslumbrante Gyllene Salen (Sal¨®n Dorado), revestido de bellos mosaicos creados con 19 millones de trozos de pan de oro. Aqu¨ª es donde tiene lugar el banquete posterior a la entrega de los Premios Nobel. Y en la bodega del Stadshuset, llamada Stadshusk?llaren, se puede cenar (para grupos sirven el men¨² Nobel del a?o que se prefiera).
Tambi¨¦n puede disfrutarse del parque del Stadshuset, precioso en cualquier ¨¦poca, con sus vistas de Riddarholmen, una peque?a isla del centro de Estocolmo. Si hace buen tiempo y la temperatura acompa?a, uno puede ba?arse en el mar o tomar el sol.
Disfrutar de la gastronom¨ªa escandinava
Aunque la cocina escandinava es cada vez m¨¢s valorada, a los mediterr¨¢neos todav¨ªa nos resulta ex¨®tica. Estocolmo, con media docena de restaurantes con estrella Michelin, es una ciudad de obsesiones gastron¨®micas: no dejan de abrirse nuevos sitios que sirven desde alimentos vegetarianos hasta fast food de moda.
En el mundo de la comida callejera sueca dominan los perritos calientes. La versi¨®n b¨¢sica es el grillad korv med br?d, aunque tambi¨¦n se puede pedir hervido (kokt). Aunque el plato estrella del pa¨ªs es el famoso sm?rg?sbord ¡ªun buf¨¦ elaborado con diferentes ingredientes t¨ªpicos de la cocina sueca¡ª.
Si preferimos los restaurantes m¨¢s formales, entre los cl¨¢sicos suecos est¨¢ el Magnus Ladul?s, una casa de comidas del siglo XVI con paredes abovedadas y aire medieval, en Gamla Stan. Cerca del palacio real est¨¢ el Fem Sm? Hus, con una combinaci¨®n perfecta de entorno antiguo y cocina tradicional. Y tambi¨¦n se puede optar por una antigua cervecer¨ªa sueca como Pelikan, que cuenta con una buena carta de cl¨¢sicos suecos. Para los que no hayan probado nunca el reno o el arenque, esta es la mejor oportunidad. Y para merendar caf¨¦ y t¨¦ con pasteles podremos hacerlo en una casa de mu?ecas a tama?o real en Sturekatten, una curiosa cafeter¨ªa de ?stermalm.
Descubrir el dise?o escandinavo
Ikea nos ha familiarizado con el dise?o escandinavo, y en Estocolmo vamos a conocer el origen de todo. La ciudad est¨¢ llena de buenos dise?os que unen la forma y la funci¨®n de manera sublime y al alcance de todos. Adem¨¢s, es posible llevarse pruebas de ello a casa, inspirarse en su uso o solo admirar el estilo escandinavo en su entorno natural. No hace falta pasar mucho tiempo observando escaparates para darse cuenta de que la capital sueca es un museo viviente de dise?o con?tempor¨¢neo. No hay objetos sin estilo ni nada es ordinario. Desde los cartones de leche de Tom Hedqvist hasta las l¨¢mparas tut¨² de Jonas Bohlin o los bonitos ganchos de cocina de Ikea, los objetos cotidianos son lecciones de elegancia e innovaci¨®n.
Svenskt Tenn, la escuela de dise?o dirigida por Josef Frank, a¨²n ejerce su dominio en la ciudad, y Nordiska Galleriet, que es un templo del dise?o, es una tienda que es a la vez sala de exposici¨®n y un para¨ªso para los locos del dise?o con una interesante colecci¨®n de objetos. En Iris Hantverk se encuentran art¨ªculos dom¨¦sticos de dise?o inteligente y bonitos, y en el National Museum, la galer¨ªa nacional de arte, est¨¢ la mayor colecci¨®n de objetos de dise?o suecos.
En Estocolmo hay muchas m¨¢s direcciones y al alcance de todos los bolsillos, como Filippa K, una de las primeras dise?adoras revolucionarias de Suecia, con tiendas por toda la ciudad. O las tiendas de DesignTorget, una cadena de dise?o de vanguardia a precios accesibles que ofrece objetos dom¨¦sticos y que, adem¨¢s, cuenta con varias tiendas c¨¦ntricas. Y, sin buscar demasiado, en los grandes almacenes NK tambi¨¦n tienen una fant¨¢stica selecci¨®n de productos de dise?o t¨ªpicos suecos, desde bandejas hasta trapos de cocina o candeleros.
Para algo m¨¢s parecido a una clase de historia, habr¨¢ que acercarse al Nordiska Museet, que muestra objetos de dise?o a lo largo de la historia. Tambi¨¦n se puede hacer un peregrinaje por algunos de los hoteles y restaurantes m¨¢s elegantes para disfrutar del dise?o escandinavo. Por ejemplo, en el Caf¨¦ Opera, un bar-club con l¨¢mparas brillantes, frescos en los techos y ambiente de jet set, donde incluso el sm?rg?sbord es de dise?o. O acudir al Birger Jarl Hotel, uno de los mejores hoteles boutique de dise?o de Estocolmo.
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