Dubl¨ªn en dos museos imprescindibles, entre las pinceladas de Francis Bacon y las geometr¨ªas de Eileen Grey
M¨¢s all¨¢ de sus ¡®pubs¡¯ y monumentos, la capital irlandesa es el lugar donde conocer la vida y obra del pintor y de la dise?adora en la Hugh Lane Gallery y el Museo de Artes Decorativas e Historia
Aunque la irlandesa Dubl¨ªn sea esa capital en la que es literalmente imposible estar a veinte pasos de una pinta de cerveza y de un m¨²sico callejero, en ella hay mucho m¨¢s que pubs y canciones o la biblioteca del Trinity College. Y es que tambi¨¦n cuenta con muy buenos museos. Dos de ellos ofrecen espacios ¨ªntimos dedicados a dos irlandeses que resultaron determinantes para el avance de las artes del siglo XX: por un lado, la presencia de Francis Bacon en la Hugh Lane Gallery y por otro, la de Eileen Grey en el Museo de Artes Decorativas e Historia.
1. La Hugh Lane Gallery
Hugh Lane fue el primer coleccionista de impresionismo de Irlanda y el museo p¨²blico que lleva su nombre abri¨® sus puertas el 20 de enero de 1908. Exhibe obras que van desde mediados del siglo XIX (Manet, Renoir, Berthe Morisot, Jack Butler Yeats¡) hasta la actualidad (Sean Scully, Isabel Nolan¡). Es una colecci¨®n creada partir del esp¨ªritu filantr¨®pico de su impulsor ubicada en Charlemont House, antigua casa de James Caulfield, el primer duque de Charlemont. Dise?ada por William Chambers, en su interior destaca la ampliaci¨®n que llev¨® a cabo el arquitecto brit¨¢nico David Chipperfield en el a?o 2000 con la finalidad de acoger la joya secreta del museo: el taller original de Francis Bacon.
Francis Bacon naci¨® en Dubl¨ªn en 1909 y vivi¨® en Kildare (Irlanda) hasta los 16 a?os. Falleci¨® en Madrid en abril de 1992, hoy hace justo 31 a?os. Fue uno de los pintores determinantes del siglo XX, due?o de una t¨¦cnica y de un estilo con los que reinvent¨® la figuraci¨®n. ¡°Me siento en casa entre este caos porque el caos me sugiere im¨¢genes¡±, dijo sobre el estado de su estudio, situado originalmente en el 7 de Reece Mews, en Londres, 24 metros cuadrados en los que trabaj¨® durante los ¨²ltimos 30 a?os de su vida.
Qu¨¦ impactante resulta enfrentarse a este taller cuya mudanza de Londres a Dubl¨ªn fue lo m¨¢s parecido a un trabajo arqueol¨®gico: se traslad¨® pieza por pieza, mil¨ªmetro a mil¨ªmetro. Los contenidos fueron donados por el heredero del artista, John Edwards, y por su albacea, Brian Clarke, en 1998, y fueron abiertos al p¨²blico en 2001. Para entenderlo en su justa medida conviene visitar antes la sala con fotograf¨ªas en color del dublin¨¦s Perry Ogden, pues dan pistas sobre la inspiraci¨®n y la vida cotidiana del pintor: pinceles que brotan de viejas latas, un par de patines de hielo, una foto de Mick Jagger, libros entre los escombros, monograf¨ªas sobre Munch, Rodin y, por supuesto, Vel¨¢zquez. Bacon y su desafortunado amante, George Dyer, est¨¢n presentes en im¨¢genes arrugadas dentro de otras fotos. Por supuesto, aparece la espartana cocina con su famosa ba?era. ¡°La gente cree que vivo a lo grande, pero en verdad vivo en un vertedero¡±. Al estudio se acced¨ªa subiendo unas escaleras, detalle que la intervenci¨®n de Chipperfield tuvo en cuenta y recrea en la entrada.
El taller ofrece una visi¨®n sorprendente e ¨ªntima de la vida y la dedicaci¨®n art¨ªstica de Bacon. Fotograf¨ªas de amigos, im¨¢genes arrancadas de revistas y peri¨®dicos, cartas y notas, libros y ropa, todo se amontona en esta m¨ªtica habitaci¨®n en la que se aliment¨® su realismo feroz y apasionado. La expresividad radical de este ins¨®lito artista nace de una respuesta visceral a su entorno y a los tumultuosos acontecimientos del siglo XX. Uno de sus temas favoritos fueron los antih¨¦roes, igual de temibles que tiernos, que en su distorsi¨®n conservan sus rasgos, creando una fina tensi¨®n entre imagen y representaci¨®n. ¡°Las im¨¢genes convincentes ¡ªcomo ¨¦l dijo¡ª, abren las v¨¢lvulas del sentimiento y, por lo tanto, devuelven la vida al espectador de manera m¨¢s violenta¡±.
En este espacio se crearon algunas de las mayores pinturas figurativas de finales del siglo XX. Y entre ellas una de las expuestas en la sala contigua: Seated Figure and Carpet, de 1966, que se encontr¨® por sorpresa durante el traslado del estudio, y muestra a su amante y modelo George Dyer. Su relaci¨®n de 10 a?os, as¨ª como este estudio, se revelaron con acierto en la pel¨ªcula de 1998 El amor es el demonio, en la que Derek Jacobi interpretaba al artista. La alfombra del cuadro nos remite a los inicios de Bacon, que, casualmente, en 1929 se traslad¨® a Par¨ªs para trabajar como dise?ador de muebles e interiores (dise?¨® var¨ªas alfombras que luego pintar¨ªa) con la siguiente protagonista de este art¨ªculo.
2. Museo de Artes Decorativas e Historia
La sala permanente que el Museo de Artes Decorativas e Historia, perteneciente al Museo Nacional de Irlanda (ubicado en el antiguo cuartel de Collins Barracks), dedica a Eileen Grey (Enniscorthy, 1878 - Par¨ªs, 1976) es una absoluta inmersi¨®n en el mundo propio de una dise?adora deslumbrante y avanzada, una irlandesa que ayud¨® a consolidar un nuevo estilo en el siglo XX, que prefigur¨® la modernidad y que jug¨®, adem¨¢s, un rol imprescindible en el movimiento moderno (el racionalismo arquitect¨®nico) por el uso de materiales y por su tratamiento de la luz, el espacio y la forma. A trav¨¦s de un recorrido cronol¨®gico perfectamente ilustrado se exhiben piezas ic¨®nicas que supusieron una nueva manera de entender el dise?o, la funci¨®n y la flexibilidad del mobiliario, como la multifuncional mesa E1027, dise?ada para la misma villa E1027, en la Provenza (Francia), porque a su hermana le gustaba tomar el caf¨¦ en la cama; la simb¨®lica y tan a la medida de su manera de pensar Non Conformist Chair; la Transat Chair, o la Bibendum Chair, tan Bauhaus.
La exposici¨®n (abastecida de muebles originales, fotograf¨ªas y documentos) abarca su llegada a Par¨ªs en 1902, sus influencias vienesas y del movimiento Art and Crafts, y su sensibilidad precursora. Tambi¨¦n la actitud de una mujer deseosa de experimentar, bisexual, fascinada con los aviones y por los coches, lo que le permiti¨® ser de las primeras en volar desde Nuevo M¨¦xico hasta Acapulco y ejercer de conductora de ambulancias durante la I Guerra Mundial.
Por supuesto, se recuerda la apertura en 1922 de Jean Desert (tuvo que poner un nombre de hombre imaginario), su tienda del Faubourg Saint Honor¨¦ de Par¨ªs, en la que vend¨ªa sus biombos de laca, sus alfombras cosidas a mano, sus tapices de pared y sus l¨¢mparas. La misma atenci¨®n merecen sus dise?os de interiores y sus edificios, algunos muy conocidos como la propia E1027 (de la que tanto se ha escrito) o la Villa Tempe ¨¤ Pailla, ambas de una depuraci¨®n extraordinaria, est¨¦ticamente tan impecables que no es de extra?ar que su importancia y reputaci¨®n sean hoy mayores que entonces. Jennifer Goff, comisaria de la exposici¨®n y autora del libro sobre Grey Her Work and Her World (2014), se?ala que ¡°cuando estudias en serio su trabajo, en toda su medida, descubres que fue camale¨®nica tanto en el dise?o como en la arquitectura¡±.
Dec¨ªa Jacques Pr¨¦vert que reconoc¨ªa la felicidad por el ruido que esta hac¨ªa al irse. Cuando uno abandona estos dos museos se siente acompa?ado por las pinceladas de Bacon y las geometr¨ªas de Grey, la ¨ªntima alegr¨ªa que regalan algunos descubrimientos. La belleza de lo visto perdura como los buenos momentos que, precisamente por ser buenos, dejan recuerdo.
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