Los grandes te¨®logos son gentes que, como Unamuno y Pascal, han pasado por las aulas del saber. Pero hay una asignatura que ni los m¨¢s eruditos aprueban: el anuncio cristiano de la resurrecci¨®n. Es algo siempre ¡°esperado¡± y nunca ¡°sabido¡±
Dotado de una fuerza visionaria, Lutero capt¨® hace cinco siglos los apasionados anhelos religiosos de su tiempo. El Reformador era un hombre de pensamiento y oraci¨®n, preocupado por el futuro de Alemania y de Europa
Es un privilegio de la filosof¨ªa y de la teolog¨ªa plantear preguntas que carecen de respuesta emp¨ªrica. Sobre una de ellas se est¨¢ produciendo un cambio al principio imperceptible pero habitual ante cualquier creencia desfasada
El monje agustino inici¨® hace cinco siglos la Reforma, aunque nunca pretendi¨® fundar otra Iglesia separada de Roma. Hereje en otros tiempos, su confrontaci¨®n con Erasmo dio esplendor a la reflexi¨®n sobre la libertad, la religi¨®n y la ¨¦tica
Por mucho que se la intente esquivar, la muerte jam¨¢s falta a su cita y nunca nos encuentra preparados. ¡°Hay que saber llorar¡±, dec¨ªa Unamuno a prop¨®sito de ese ¨²ltimo viaje para el que no sirve cualquier aprendizaje
El di¨¢logo ha costado cr¨ªticas a los que lo han practicado, pero es la forma de avanzar. Nos enriquece, ilumina y nos hace m¨¢s humildes. Ha sido el motor de lo mejor de la historia de Europa y de la Transici¨®n
El pensamiento occidental casi siempre fue insumiso con la muerte. Los defensores de la esperanza comprendieron que no hay mejora en este mundo que alcance a hacer justicia a los muertos; de ah¨ª la creencia en que nadie muere del todo
La fe de los credos monote¨ªstas se desliza con relativa facilidad hacia convicciones absolutas. Es l¨®gico volver a los fundamentos, pero hay que hacerlo sin rigidez, sin negar la historia; con una aproximaci¨®n abierta y din¨¢mica
Todos sabemos qui¨¦nes son los d¨¦biles de la econom¨ªa, de la pol¨ªtica, de la sociedad, de la vida. El fil¨®sofo marxista E. Bloch nunca escatim¨® elogios a Jes¨²s de Nazaret; ¡°un hombre bueno, algo que no hab¨ªa ocurrido nunca¡±
Es posible que en el secreto recinto personal se escuche la atormentada voz de Pascal con su inolvidable ¡®incomprensible que exista Dios e incomprensible que no exista¡¯: la dial¨¦ctica entre el s¨ª y el no, compa?era asidua de la condici¨®n humana
Una es min¨²scula y prevalentemente laica. La otra es religiosa, est¨¢ escrita con grandes caracteres y estos d¨ªas de Semana Santa recorre calles y plazas. Pero tal vez no convenga ser muy severos al separarlas
¡°Estoy a la espera, preparado para despedirme en cualquier momento¡±. Hans K¨¹ng, el te¨®logo de las muchas batallas, se acerca al final sin dejar de hacerse preguntas y rodeado del respeto de los que fueron sus alumnos
Estamos ante dos saberes de tono casi melanc¨®lico que insin¨²an fr¨¢giles esperanzas que nunca podr¨¢n fundamentar plenamente. Desde sus diferencias, ambos buscan, con similar tenacidad, el sentido de la vida
Este pont¨ªfice desea una instituci¨®n austera y ejemplar y ha comenzado a corregir los desafueros econ¨®micos de la curia vaticana, pero algunas de las m¨¢s importantes reformas tendr¨¢n que esperar
Nos gustar¨ªa que el Pont¨ªfice uniera la orilla de los primeros tiempos del cristianismo con la de nuestro duro presente. Tendr¨¢ que limpiar la ¡°suciedad¡± de su nueva casa y luchar contra el enanismo espiritual
Con su gesto, Benedicto XVI ha quedado investido de la autoridad del ¡°testimonio¡±, la que Jes¨²s de Nazaret m¨¢s elogi¨®. Antes, en sus libros, Ratzinger nos dej¨® la autoridad de la ¡°argumentaci¨®n¡±. Ahora se retira a rezar
El gran te¨®logo lleva medio siglo dise?ando el perfil de una Iglesia humilde, fiel al mensaje de Jes¨²s, atenta a las necesidades del mundo y siempre dispuesta a reformarse. La UNED le nombra ahora doctor honoris causa