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I
El juicio a Joaqu¨ªn Guzm¨¢n Loera en Nueva York result¨® a veces tan revelador como una comisi¨®n de la verdad, otras poco veros¨ªmil como un talk show latinoamericano. Una de las interrogantes que sembr¨® este proceso judicial es la de que el famoso criminal apodado El Chapo no es en realidad quien ha movido los hilos del narcotr¨¢fico todos estos a?os. Que el poder detr¨¢s del trono ha sido siempre su socio y compadre Ismael Zambada Garc¨ªa, un capo de bajo perfil conocido como El Mayo, quien lleva medio siglo dedicado al tr¨¢fico de drogas ilegales sin haber pisado nunca una c¨¢rcel.
?Por qu¨¦ un hombre de m¨¢s de setenta a?os de edad nacido en Sinaloa fue se?alado una y otra vez por la defensa del Chapo como el aut¨¦ntico jefe de jefes de la mafia?
Para intentar responder esta pregunta hay que regresar a finales de los setenta, cuando todav¨ªa funcionaba el monopolio del poder presidencial en el M¨¦xico del PRI. En el siglo pasado un solo partido gobernaba el pa¨ªs como una gran familia que invocaba la revoluci¨®n de Pancho Villa y de Emiliano Zapata para imponer cada seis a?os al presidente en turno. Por ese entonces, al mundo del narco tambi¨¦n lo dominaba una sola organizaci¨®n: el cartel de Sinaloa.
Es verdad que antes hubo traficantes famosos como Rodolfo Valdez, El Gitano, y Pedro Avil¨¦s, Le¨®n de la Sierra, pero fue Miguel ?ngel F¨¦lix Gallardo, El Jefe de Jefes, el primer l¨ªder que administr¨® como una empresa esta actividad ilegal. Fue F¨¦lix Gallardo quien dej¨® atr¨¢s la idea de que quienes dirig¨ªan el negocio en el noroeste mexicano eran miembros de una plutocracia regional caricaturizada en el imaginario popular por sus botas y sombrero vaqueros.
Todo iba m¨¢s o menos bien para el primer capo del cartel de Sinaloa hasta que el asesinato del agente de la DEA Enrique Camarena se volvi¨® un arma de presi¨®n para que el Gobierno de Estados Unidos reforzara su cruzada contra las drogas y, de paso, la que sosten¨ªa contra el r¨¦gimen de partido ¨²nico que prevalec¨ªa en M¨¦xico.
As¨ª fue como acabaron siendo detenidos los principales operadores de F¨¦lix Gallardo: Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca, convertidos despu¨¦s en los chivos expiatorios que requer¨ªa el crimen del agente estadounidense, apodado Kiki, en el cual no se ha precisado la participaci¨®n que tuvo otra agencia americana que por esos a?os operaba de manera intensa en territorio mexicano: la CIA.
Debido a la misma presi¨®n, en 1989 F¨¦lix Gallardo tambi¨¦n fue detenido.
Con ello conclu¨ªa el modelo de cartel ¨²nico con el que se inici¨® la industria del narcotr¨¢fico en el pa¨ªs.
Tras la captura de F¨¦lix Gallardo, el Gobierno mexicano divulg¨® la idea de que el capo nacido en Culiac¨¢n, ya en prisi¨®n, hab¨ªa organizado una reuni¨®n con sus principales allegados ¡ªpuros traficantes sinaloenses¡ª a fin de asignarles a cada uno el lugar del pa¨ªs en el que trabajar¨ªan de ese momento en adelante. Seg¨²n la versi¨®n esparcida, el hist¨®rico reparto habr¨ªa sido a grandes rasgos el siguiente:
1. Tijuana, Baja California: Familia Arellano F¨¦lix.
2. Tecate, Baja California: Joaqu¨ªn Guzm¨¢n Loera, El Chapo.
3. San Luis R¨ªo Colorado, Sonora: Luis H¨¦ctor Palma, El G¨¹ero.
4 y 5. Nogales y Hermosillo, Sonora: Emilio Quintero Pay¨¢n.
6. Ciudad Ju¨¢rez: Familia Carrillo Fuentes.
7. Sinaloa: Ismael Zambada Garc¨ªa, El Mayo.
Durante a?os esta fue considerada la ¡°g¨¦nesis¡± a partir de la cual el cartel de Sinaloa se dividi¨® en c¨¦lulas organizadas en diferentes lugares llamados ¡°plazas¡±, seg¨²n la jerga del narco. Sin embargo, cuando entrevist¨¦ al propio F¨¦lix Gallardo para mi libro El c¨¢rtel de Sinaloa. Una historia del uso pol¨ªtico del narco, el capo me dijo que tal cosa s¨ª hab¨ªa sucedido, pero que quien hab¨ªa convocado a la reuni¨®n y hab¨ªa asignado los lugares de trabajo habr¨ªa sido Guillermo Gonz¨¢lez Calderoni, jefe de la polic¨ªa antinarc¨®ticos al inicio del Gobierno del presidente Carlos Salinas de Gortari.
¡°Fue Gonz¨¢lez Calderoni quien en su tiempo reparti¨® plazas; ¨¦l se luci¨® ante sus superiores, pero despu¨¦s de mi detenci¨®n ya no volvi¨® a detener a nadie de importancia. Todos eran sus amigos. En 1989 no exist¨ªan los ¡°carteles...¡±, me cont¨® F¨¦lix Gallardo, quien a diferencia del Chapo, nunca fue extraditado a Estados Unidos, aunque permanece encerrado en una prisi¨®n mexicana de m¨¢xima seguridad.
Cartel es una palabra que la DEA implement¨® a mediados de los ochenta en Am¨¦rica Latina. Luego fue retomada por las autoridades mexicanas, posteriormente por la prensa y finalmente por los ciudadanos de a pie. No es el t¨¦rmino m¨¢s preciso para designar a los grupos de traficantes mexicanos. Cartel remite a una organizaci¨®n econ¨®mica que domina todas las fases de un negocio y que controla todo el mercado. Eso no ocurre siempre con los grupos mexicanos involucrados en el narco.
M¨¢s all¨¢ de la mitolog¨ªa derivada del t¨¦rmino, los propios traficantes han acabado por usarla tambi¨¦n para nombrar a sus organizaciones. De esta forma, la palabra cartel ha trascendido su definici¨®n de diccionario y se ha convertido en una forma sencilla para referirse a un intrincado conglomerado de bandas establecidas en una regi¨®n en espec¨ªfico, las cuales cuentan con estructuras flexibles para traficar drogas.
Aunque no queda claro si fue F¨¦lix Gallardo o el propio Gobierno quien cre¨® el sistema de carteles que a¨²n prevalece y se ha multiplicado en M¨¦xico, la idea de aquella decisi¨®n era que todas las c¨¦lulas criminales seguir¨ªan organizadas de manera coordinada con las autoridades. Como me dijo F¨¦lix Gallardo: ¡°Los narcos no est¨¢bamos contra el Gobierno, ¨¦ramos parte del Gobierno¡±. De esta forma, a finales de los ochenta el narcotr¨¢fico funcionaba como una especie de empresa paraestatal a cargo de familias en su mayor¨ªa sinaloenses.
Pero ya en los noventa M¨¦xico estaba viviendo la irrupci¨®n del neoliberalismo y de una incipiente alternancia partidista, por lo que los nuevos tiempos de competencia, as¨ª como las leyes del libre mercado y el m¨¢ximo beneficio, terminaron por imponerse tambi¨¦n en el mundo narco, que mostr¨® tener una notable aptitud ultracapitalista.
En este contexto, la primera c¨¦lula de traficantes que se separ¨® de las dem¨¢s para convertirse en un cartel fue la de Tijuana (de manera coincidente ¡ªo no¡ª asentada en el primer Estado gobernado por un partido distinto al PRI: el PAN). En su momento, la familia Arellano F¨¦lix decret¨® la autonom¨ªa de su territorio y empez¨® a cobrar tarifas especiales a los dem¨¢s traficantes que quer¨ªan usar la codiciada frontera con California, Estados Unidos.
Entre los afectados con esta decisi¨®n estaba El Mayo, que ya era un latifundista con enormes sembrad¨ªos de marihuana y adormidera en Sinaloa, as¨ª como El Chapo, que operaba en el cercano poblado de Tecate y era famoso desde entonces por haber creado una oportunidad de negocios debajo de la tierra: los t¨²neles para cruzar la droga por la l¨ªnea divisoria entre M¨¦xico y Estados Unidos. Ambos acabaron ali¨¢ndose con la familia Carrillo Fuentes, que se hab¨ªa quedado con el control de Ciudad Ju¨¢rez, el otro cruce importante de la frontera.
As¨ª fue como El Mayo y El Chapo primero se aliaron y luego construyeron junto a sus familias una de las organizaciones criminales m¨¢s afamadas de los ¨²ltimos a?os en el mundo, la cual terminar¨ªa siendo diseccionada en el juicio de Nueva York, al final del cual El Chapo fue condenado a cadena perpetua y se gener¨® la sospecha de que hab¨ªa sido traicionado por su socio, quien de manera aparente siempre ostent¨® el poder detr¨¢s del trono en el cartel de Sinaloa.
II
Hubo una ¨¦poca hace no mucho tiempo en la que escribir sobre el narcotr¨¢fico no estaba de moda. Por entonces era un tema censurado y lejos del morboso glamur de hoy, el cual hizo que algunos proyectos de televisi¨®n ¡ªy ciertos acad¨¦micos tan ruidosos como oficiosos¡ª lo volvieran fetiche comercial y sensacionalista, en lugar de un asunto que hab¨ªa que documentar, analizar y exhibir.
En aquellos a?os era imposible imaginar que los medios de comunicaci¨®n dieran cuenta de manera detallada de esta realidad. Los reporteros de prensa batall¨¢bamos para publicar investigaciones o incluso simples notas como esta. Para quienes trabaj¨¢bamos en diarios de provincia, la batalla contra el silencio era todav¨ªa m¨¢s cruenta.
Con el paso del tiempo, cuando el fen¨®meno se volvi¨® m¨¢s presente en las principales ciudades y colaps¨® la vida de un pa¨ªs que se preparaba para gozar la democracia, result¨® imposible ocultar la informaci¨®n que emanaba de esa enorme cloaca, la cual ahora es observada como nunca hasta que de nueva cuenta se imponga la censura (oficial y/o criminal) y en lugar de reportear sobre una de las principales tragedias de nuestro tiempo tengamos que hacerlo sobre la peque?ez del mono tit¨ª.
Faltan nombres, pero entre los periodistas pioneros que registraron operadores, rutas, modus operandi, cr¨ªmenes, pugnas y dem¨¢s situaciones de este mundo est¨¢n Jes¨²s Blancornelas y Jorge Fern¨¢ndez Men¨¦ndez, as¨ª como los acad¨¦micos Luis Astorga y Rossana Reguillo, y los escritores ?lmer Mendoza y Yuri Herrera.
Tiempo despu¨¦s, una nueva generaci¨®n de reporteros (todos con nombres que inician con A) como Anabel Hern¨¢ndez, Adela Navarro, Alejandro Almaz¨¢n, Alejandro Suverza, Alfredo Jim¨¦nez Mota (desaparecido), Alejandro Guti¨¦rrez, Alejandro Sicairos, Alfredo Joyner (QEPD), Alejandro P¨¢ez y Abel Barajas escribir¨ªan de manera profusa sobre el tema. De manera destacada lo hizo tambi¨¦n mi amigo Javier Valdez, asesinado a causa de ello en 2017 en Sinaloa.
La primera nota que me toc¨® hacer a m¨ª sobre el tema data del a?o 2000. Recuerdo que un editor de la Ciudad de M¨¦xico cuestionaba que estuviera ¡°inventando¡± en mis textos la existencia en el noreste del pa¨ªs de un grupo llamado Los Zetas. ¡°La PGR [Fiscal¨ªa del Estado] no lo tiene en su lista oficial. Adem¨¢s, ese es un nombre rid¨ªculo¡±, decret¨®, para luego eliminar de mi art¨ªculo la menci¨®n a la banda, sin imaginar que a?os despu¨¦s esta ¨²ltima letra del abecedario se convertir¨ªa en una realidad de pesadilla.
Seg¨²n mi archivo, la primera vez que reporte¨¦ de manera directa en Sinaloa fue en 2004, cuando entrevist¨¦ en Culiac¨¢n a pol¨ªticos locales de cara a las elecciones de ese a?o en el Estado, en las cuales descubr¨ª que el coordinador de la campa?a del entonces candidato favorito para ganar era amigo de un temido secuestrador llamado Miguel ?ngel Beltr¨¢n, El Ceja G¨¹era.
Tras publicar la historia, el pol¨ªtico se?alado ¡ªdue?o de un ego hipertrofiado¡ª no neg¨® sus v¨ªnculos con el criminal e incluso organiz¨® un mitin en una plaza p¨²blica donde lanz¨® diatribas contra la publicaci¨®n y acab¨® prendi¨¦ndole fuego al reportaje delante de cientos de sus seguidores que celebraban su ataque contra mi trabajo.
Finalmente, el candidato que apoyaba este hombre no gan¨® aquella elecci¨®n.
Tampoco fue investigado nunca por sus v¨ªnculos con la mafia.
A?os despu¨¦s ser¨ªa asesinado.
El candidato que s¨ª gan¨® la elecci¨®n se convirti¨® en gobernador. Tras asumir el poder, un d¨ªa me invit¨® a desayunar con ¨¦l a la casa de gobierno. Seg¨²n mis notas de aquella conversaci¨®n off the record, esa fue la primera vez que dimension¨¦ que quien mandaba realmente en Sinaloa no era el gobernador ni el presidente, sino un narcotraficante poco famoso a nivel nacional: Ismael Zambada Garc¨ªa, El Mayo.
Desde entonces a la fecha, de manera intermitente he entrevistado a capos, sicarios, empresarios, campesinos, v¨ªctimas, polic¨ªas, jueces y pol¨ªticos, mientras voy recopilando una carpeta de investigaci¨®n con documentos oficiales, testimonios y notas espec¨ªficas sobre este personaje al que ¡ªquiz¨¢ inspirado en el mundo del narco donde los apodos acaban siendo m¨¢s memorables que los nombres¡ª titul¨¦ la carpeta de trabajo sobre El Mayo con el apodo de Jefe de Jefes.
III
En un ambiente tan traicionero, para sobrevivir es inevitable que los capos busquen no solo lealtad sino incondicionalidad entre sus cercanos. Primero reclutan a la familia y despu¨¦s, a trav¨¦s de alianzas lo m¨¢s profundas posibles, a fieles colaboradores, como sucedi¨® con F¨¦lix Gallardo, quien ten¨ªa como sus principales operadores a Caro Quintero y a Fonseca Carrillo.
Bajo esta misma l¨®gica se fue construyendo la triada que control¨® hasta hace no mucho tiempo al cartel de Sinaloa, la cual encabezaban El Mayo, El Chapo y el capo que junt¨® a ambos: Juan Jos¨¦ Esparragoza, a quien por haber sido polic¨ªa y por su tono azuloso de piel apodan El Azul.
El tr¨ªo de socios de Sinaloa que control¨® el cartel a partir de los noventa: 1. Ismael Zambada Garc¨ªa, El Mayo. 2. Joaqu¨ªn Guzm¨¢n Loera, El Chapo. 3. Juan Jos¨¦ Esparragoza, El Azul. / Fotos: Proceso, AFP / Ilustraci¨®n: Fernando Hern¨¢ndez
El Azul ¡ªseptuagenario fugitivo igual que El Mayo¡ª trabajaba en los setenta con otro traficante apodado El Diablo, casado con una hermana de El Mayo. As¨ª fue como ambos se conocieron y trabajaron varios a?os. En 1986, a causa de las redadas derivadas del asesinato del agente Camarena, El Azul tambi¨¦n fue detenido aunque desde la prisi¨®n sigui¨® operando a trav¨¦s de diversos testaferros, entre los que estaban miembros de la familia Beltr¨¢n Leyva, conformada por los hermanos Arturo, Alfredo y H¨¦ctor, as¨ª como El Chapo y su hermano Arturo, El Pollo, quien mov¨ªa drogas y dinero por la frontera a trav¨¦s de una flotilla de camionetas Ford Bronco, las m¨¢s famosas de la ¨¦poca.
Cuando la familia Arellano F¨¦lix se independiz¨® de los narcotraficantes del resto del pa¨ªs inici¨® una guerra en Tijuana. El Azul concert¨® desde la prisi¨®n la alianza entre El Mayo y El Chapo, aunque la figura que lideraba en ese momento el grupo era Amado Carrillo Fuentes, un antiguo piloto de la polic¨ªa ¡ªtambi¨¦n nacido en Sinaloa¡ª apodado El Se?or de los Cielos, quien manten¨ªa el control de Ciudad Ju¨¢rez y a quien El Mayo conoc¨ªa desde que eran j¨®venes.
Coincidiendo con este punto de quiebre del mundo criminal, M¨¦xico firm¨® el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos y Canad¨¢. Los narcos, a final de cuenta empresarios armados, aprovecharon el acuerdo internacional para desarrollar una vasta infraestructura que les permitiera realizar sus operaciones ilegales a la par de la integraci¨®n econ¨®mica formal de los tres pa¨ªses.
Tal circunstancia fue tambi¨¦n uno de los factores que provocar¨ªan que los capos mexicanos arrebataran el control comercial a sus pares colombianos, quienes despu¨¦s de haber sido los amos del negocio en la era de Pablo Escobar, terminaron por convertirse b¨¢sicamente en productores, dejando la parte m¨¢s lucrativa de la actividad ¡ªel transporte y la distribuci¨®n¡ª a los mexicanos.
De esta forma, al igual que exitosos empresarios formales mexicanos como Carlos Slim, Germ¨¢n Larrea y Alberto Bailleres, la triada de El Mayo, El Chapo y El Azul ¡ªen su momento junto con el fallecido Se?or de los Cielos¡ª, aprovech¨® el momento hist¨®rico que viv¨ªa la econom¨ªa del norte de Am¨¦rica para llevar a cabo muy buenos negocios y empezar a figurar en los rankings mundiales de riqueza de la revista Forbes.
IV
Aunque el narcotr¨¢fico es algo peligroso adem¨¢s de ilegal, en Sinaloa resulta ser popular y com¨²n desde mediados del siglo pasado, al grado de que existe un santo consagrado a dicha actividad: Jes¨²s Malverde, bandido del que no existen fotograf¨ªas ni registros gr¨¢ficos pero cuya representaci¨®n fue inventada en los setenta tomando como modelo la figura de la hist¨®rica estrella del cine mexicano Pedro Infante, seg¨²n me cont¨® alguna vez el exgobernador sinaloense, Juan Mill¨¢n.
Siguiendo con ese sincretismo narco, cat¨®lico y cinematogr¨¢fico que refleja el poder cultural del fen¨®meno en Sinaloa, un abogado me dijo alguna vez de manera rotunda:
¡ªEl Chapo era como Jes¨²s y El Mayo el Esp¨ªritu Santo. Al que todos ve¨ªan trabajando era al Chapo pero el que le daba la fuerza era El Mayo, aunque nadie lo viera.
¡ª?Y qui¨¦n es Dios?¡ª pregunt¨¦, siguiendo su desorbitado juego.
¡ª?Dios? Pues Dios es el Gobierno gringo, ?qui¨¦n m¨¢s?
Por ahora no hay ning¨²n corrido norte?o que se refiera a El Mayo como Esp¨ªritu Santo, pero en otros s¨ª es llamado El del Sombrero, El M grande, El Padrino o El Quinto Mes. A sus 72 a?os, este hombre moreno de 1,80 de estatura presumi¨® de tener seis mujeres al periodista Julio Scherer en una legendaria entrevista publicada en la revista Proceso. La informaci¨®n oficial indica que por lo menos tiene diez hijos procreados con cuatro parejas distintas (Rosario Niebla, Margarita Imperial, Leticia Ortiz y Norma Sicairos), as¨ª como quince nietos y un par de bisnietos.
Justo a principios de este 2019, vi en persona a otra de las parejas de anta?o que le achacan: Sandra ?vila Beltr¨¢n, quien lleva tres fuera de prisi¨®n, despu¨¦s de ser detenida en 2007 y extraditada a Estados Unidos bajo la acusaci¨®n de trabajar para El Mayo. Ella estaba en una cafeter¨ªa de la Plaza Antara, una de las m¨¢s exclusivas de la Ciudad de M¨¦xico. Platicamos un rato sobre el periodista Scherer, que tambi¨¦n la entrevist¨® y public¨® un exitoso libro titulado La Reina del Pac¨ªfico, apodo que la polic¨ªa mexicana le dio a esta mujer, inspir¨¢ndose a su vez en la famosa novela del escritor Arturo P¨¦rez Reverte La Reina del Sur: este, uno de esos peculiares casos en los que la ficci¨®n termina por inventar la realidad.
Pero La Reina del Pac¨ªfico es real y ha sido se?alada como supuesta lavadora de dinero del Mayo, quien controla a trav¨¦s de familiares y prestanombres negocios l¨ªcitos como gasoliner¨ªas, muebler¨ªas, granjas porc¨ªcolas, bienes ra¨ªces, restaurantes, centros comerciales y establos. Santa M¨®nica, la marca de leche m¨¢s consumida en Sinaloa, es producida por la empresa Nueva Industria de Ganaderos de Culiac¨¢n, la cual, seg¨²n el Departamento de Tesoro de Estados Unidos, es propiedad del Mayo.
A diferencia de la mayor¨ªa de las parejas conocidas del Mayo, La Reina del Pac¨ªfico no naci¨® en Sinaloa, sino en Mexicali. Aunque El Mayo vivi¨® alg¨²n tiempo atr¨¢s en Tijuana y otro en Ciudad de M¨¦xico, su principal centro de operaciones y lugar de residencia a lo largo de su vida ha sido el sur de Culiac¨¢n, en la comunidad de El Salado, donde posee ranchos a los cuales se trasladaba en helic¨®pteros, casi siempre pintados de color negro, o bien v¨ªa terrestre, en camionetas Cheyenne, su marca preferida. La bah¨ªa de San Carlos, en Guaymas, Sonora, o las monta?as de la sierra del vecino estado de Durango tambi¨¦n son refugio ocasional cuando arrecian los operativos en su contra.
Para evitar ser detenido, m¨¢s all¨¢ de la red de protecci¨®n pol¨ªtica y policial que lo protege, El Mayo goza tambi¨¦n en Sinaloa de una red de protecci¨®n popular bastante potente. Se trata del t¨ªpico narcotraficante que reparte dinero o construye carreteras o iglesias en los pueblos pobres de la regi¨®n, como en Quil¨¢, donde la virgen de la iglesia local lleva una corona de oro patrocinada por ¨¦l. Su involucramiento ante los problemas de la comunidad es tal que durante una crisis de secuestros que vivi¨® la entidad hace varios a?os, El Mayo orden¨® a sus testaferros apoyar a la polic¨ªa local a terminar con las bandas que asolaban la regi¨®n. Por este tipo de acciones, no solo las clases populares sino tambi¨¦n las medias y altas de Sinaloa ven al capo como una especie de patriarca que vela por la tranquilidad de sus pueblos y ciudades.
Lo que cuentan algunos de sus allegados es que fuera de su sociedad con El Chapo y El Azul, as¨ª como de los lazos con su familia, El Mayo es un hombre de pocos amigos. Quiz¨¢ el m¨¢s importante que tuvo fue Baltazar D¨ªaz Vega, El Balta, quien adem¨¢s de ser su primer socio del negocio se convirti¨® en su compadre al casarse una hija del Mayo con el primog¨¦nito del Balta.
Tanto su compadre como su yerno acabaron asesinados en los noventa como parte de las vendettas de la mafia, las cuales han provocado que a lo largo de la trayectoria criminal del Mayo este haya visto entierros, encierros o destierros de m¨²ltiples socios, sobrinos, amigos, hermanos e hijos.
En cambio, El Mayo, libre hasta el d¨ªa de hoy, es poseedor de un poder especial, ya que si del Chapo ha sorprendido su poder para fugarse dos veces de prisiones de m¨¢xima seguridad, ?qu¨¦ deber¨ªa pensarse sobre el poder acumulado por El Mayo para no haber pisado nunca la c¨¢rcel y seguir activo y con vida siendo ya bisabuelo?
Pregunt¨¦ lo anterior al abogado que conoce bien los entretelones de ese mundo. ¡°S¨ª, es muy espectacular ¡ªcontest¨®¡ª que El Chapo se haya fugado de dos c¨¢rceles de m¨¢xima seguridad, pero ?qui¨¦n le ayud¨® a que pudiera hacerlo? Fue El Mayo. La haza?a de verdad no est¨¢ en quien se escapa de una prisi¨®n, sino en quien es capaz de sacarte de la prisi¨®n¡±.
A diferencia del Chapo, que desde principios de los noventa ya estaba fichado, El Mayo empez¨® a ser buscado por las autoridades mucho tiempo despu¨¦s. Seg¨²n registros oficiales, no ocurri¨® hasta 1998, durante el llamado maxiproceso iniciado en el Estado de Quintana Roo que culmin¨® con la detenci¨®n del primer gobernador mexicano acusado de narcotr¨¢fico: Mario Villanueva, quien de acuerdo con la investigaci¨®n oficial hecha en el Gobierno del presidente Ernesto Zedillo, junto a otros pol¨ªticos y polic¨ªas, hab¨ªan convertido Canc¨²n y la Riviera Maya en un para¨ªso por igual para los narcos que para los turistas: decenas de cargamentos de coca¨ªna provenientes de Colombia desembarcaban ah¨ª cada mes, a tal grado que hasta Pablo Escobar ten¨ªa una casa de descanso en la zona. Otro de los beneficiarios de esta ¡°zona comercial especial¡± era precisamente El Mayo.
Pero la acusaci¨®n pas¨® desapercibida en buena medida. No ser¨ªa hasta el inicio de este nuevo siglo cuando el capo finalmente cobrar¨ªa algo de notoriedad. Su perfil empezar¨ªa a ser de mayor inter¨¦s para la DEA, que lleg¨® a colocar anuncios panor¨¢micos con la fotograf¨ªa del Mayo en las carreteras de Arizona, donde tras haberse hecho una cirug¨ªa pl¨¢stica en el rostro, el capo sol¨ªa pasearse de vez en cuando.
A la par de esto, la industria musical gener¨® corridos en su honor en los que se le atribu¨ªan expresiones como ¨¦stas:
¡ªPaso a paso sub¨ª la escalera, muchos a?os tengo en el poder, aquellos que han querido tumbarme, de aqu¨ª arriba los miro caer.
¡ªLa vanidad es el peor enemigo de este trabajo.
¡ªTodo lo que vale la pena, nunca ser¨¢ sencillo y tampoco imposible.
¡ªPuta gente corriente, dejar¨¦ que hablen y sigan chingando¡ ya les llegar¨¢ el calor del quinto mes.
¡ªEn esta vida he ganado todas las guerras contra mis enemigos, pero perd¨ª las m¨¢s importantes, cuidar bien a mis hijos.
¡ªLa humildad se lleva en la sangre, no en la cartera.
¡ªTanto 'perico' y la gente metiendo las narices donde no la llaman.
¡ªNo es necesario usar marcas para tener buenos gustos.
¡ªAprend¨ª a perder, pero nunca a darme por vencido.
¡ªLa envidia no duerme.
¡ªLa historia hay que terminarla para poder escribirla.
Ser¨ªa hasta 2010 cuando ocurrir¨ªa su momento de mayor visibilidad, al aparecer de manera sorprendente en la portada de la revista Proceso fotografiado junto al periodista Julio Scherer, en una entrevista donde dir¨ªa frases como estas:
¡°El monte es mi casa, mi familia, mi protecci¨®n, mi tierra, el agua que bebo¡±.
¡°La tierra siempre es buena, el cielo no¡±.
¡°El narco est¨¢ en la sociedad, arraigado como la corrupci¨®n¡±.
¡°Tengo p¨¢nico de que me encierren¡±.
¡°El problema del narco envuelve a millones. ?C¨®mo dominarlos? En cuanto a los capos, encerrados, muertos o extraditados, sus reemplazos ya andan por ah¨ª¡±.
V
La locomotora sali¨® de Sufragio, Sinaloa, pas¨® por Empalme, Sonora, y a siete kil¨®metros de ah¨ª, cuando enfilaba hacia Arizona, algo sucedi¨® con las v¨¢lvulas de vapor, por lo que el monstruo tuvo que detenerse. Nada es casualidad en la vida, sobre todo en la de los trenes. Unos polic¨ªas estaban a la espera. Los vagones del convoy iban repletos de migrantes y de marihuana propiedad del Mayo.
Los tres maquinistas fueron arrestados y llevados a Hermosillo, donde luego fueron condenados a diez a?os de prisi¨®n. En el juicio, los maquinistas aseguraron no saber c¨®mo es que viajaban con dos vagones cargados de m¨¢s de una tonelada de yerba. La habitual omert¨¢ del cartel de Sinaloa se activaba.
Empalme es un pueblo des¨¦rtico a medio camino de Sufragio y Hermosillo. Ah¨ª divergen las v¨ªas ferroviarias hacia las ciudades fronterizas de Mexicali y Nogales. A menudo, los despachadores avisan a los operadores del cartel sobre las rutas y d¨®nde y cu¨¢ndo deben detener los trenes para guardar la marihuana que despu¨¦s cruza la frontera de M¨¦xico con Estados Unidos.
No es la ¨²nica forma de pasar la droga. Con m¨¢s de cincuenta a?os en el negocio, El Mayo logr¨® desarrollar una variada infraestructura para transportar su mercanc¨ªa por aire, mar, tierra y hasta por debajo de la tierra. La forma m¨¢s com¨²n de burlar la seguridad de las aduanas estadounidenses es a trav¨¦s de veh¨ªculos de carga que llevan droga escondida en compartimentos secretos o en productos legales como manteca y latas de chile marca La Comadre.
Otra forma que no ha dejado de emplearse es aquella con la que el Chapo sorprendi¨® a sus colegas en sus inicios y que se volvi¨® famosa durante su segunda fuga de una c¨¢rcel de m¨¢xima seguridad en M¨¦xico: la de t¨²neles construidos para atravesar de manera subterr¨¢nea el muro divisorio hasta el lado americano. Estas obras son iniciadas del lado mexicano, por lo regular en casas o ranchos de apariencia normal, aunque algunas veces son usados sitios m¨¢s extravagantes. Por ejemplo, una capilla de un cementerio fronterizo era una de las puertas de entrada para introducir la droga de manera subterr¨¢nea a Estados Unidos.
Marihuana, metanfetaminas y hero¨ªna, las drogas que la organizaci¨®n produce en Sinaloa, Durango y Chihuahua ¡ªzona llamada Tri¨¢ngulo Dorado¡ª suelen moverse v¨ªa terrestre. Pero la coca¨ªna importada de Colombia requiere de una log¨ªstica especial que la debe hacer pasar por Centroam¨¦rica, llegar a la frontera sur de M¨¦xico y de ah¨ª recorrer ¡ªv¨ªa a¨¦rea o terrestre¡ª todo el pa¨ªs hasta Sinaloa o Sonora, donde es embodegada a la espera del momento oportuno para ser cruzada a Estados Unidos a trav¨¦s de Sonoyta, Agua Prieta, Nogales, San Luis R¨ªo Colorado o el desierto de Altar, donde los migrantes son empleados como cargadores (¡°mulas¡±, les llaman) de sacos de hasta 20 kilogramos de marihuana cada uno.
Ya en Arizona, la mercanc¨ªa es almacenada en casas especiales de Tucson o Phoenix, propiedad de ciudadanos estadounidenses que aparentan llevar una vida normal. Luego es trasladada hasta Chicago o Nueva York, los principales destinos de la mercanc¨ªa de la organizaci¨®n, aunque tambi¨¦n hay env¨ªos ocasionales a Los ?ngeles, un mercado dominado por la familia Arellano F¨¦lix, que cuenta hist¨®ricamente con contactos en las corporaciones policiales locales de California.
Al llegar al destino final estadounidense, la mercanc¨ªa es llevada a bodegas especiales, donde se usan autos con compartimentos secretos para ocultarla. Luego, dichos autos se dejan en estacionamientos de centros comerciales con las llaves escondidas para que los compradores los recojan y se lleven la droga.
En ocasiones, los autos son devueltos al d¨ªa siguiente en el mismo lugar y en los compartimentos donde hab¨ªa droga, ahora van los d¨®lares del pago, por lo que se inicia, pero de regreso a M¨¦xico y con dinero en efectivo en lugar de drogas, la misma log¨ªstica.
En el juicio de Nueva York, el primog¨¦nito del Mayo, Vicente Zambada Niebla, El Vicentillo, explic¨® que una inversi¨®n de 9 millones de d¨®lares para transportar 15 toneladas de coca¨ªna de Colombia a Estados Unidos pod¨ªa generar una ganancia neta de 39 millones de d¨®lares si era entregada en Los ?ngeles, 48 en Chicago y 78 en Nueva York.
Dicha coca¨ªna de Colombia llega a M¨¦xico de diversas formas. Puede ser enviada tambi¨¦n v¨ªa mar¨ªtima. Otra historia revelada en el juicio de Nueva York ¡ªque bien pudo haber sido la versi¨®n psicod¨¦lica de un cuento de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez¡ª fue la de un capit¨¢n de nav¨ªo que mientras dirig¨ªa su embarcaci¨®n prob¨® del producto que transportaba y acab¨® por hundir en aguas mexicanas su nave con cargamento y todo, por lo que tuvieron que pasar varios meses para que un equipo especial de buzos enviado por el cartel pudiera hallar la coca¨ªna en el fondo del mar, la cual, como estaba impermeabilizada, se pudo recuperar; solo hubo que agregarle compuestos qu¨ªmicos antes de seguir su camino de nuevo hacia las narices de sus consumidores finales en Estados Unidos.
El proveedor de dicho cargamento era Juan Carlos Ram¨ªrez Abad¨ªa, Chupeta, capo colombiano del cartel del Norte del Valle quien relat¨® tambi¨¦n que al principio el acuerdo con el cartel de Sinaloa era que el 60% de las ganancias de cada cargamento ser¨ªan para ¨¦l y el resto para sus socios mexicanos. Tambi¨¦n relat¨® que, en sus mejores momentos, aeronaves procedentes de Colombia aterrizaban cargadas de coca¨ªna como si nada en Los Mochis, Sinaloa, donde eran recibidas por polic¨ªas federales que las trasladaban hasta la frontera.
Una log¨ªstica menos compleja es la usada para la adquisici¨®n de las armas y municiones de la organizaci¨®n, las cuales son adquiridas en su mayor¨ªa en Arizona y Texas, donde los controles son menos estrictos que en otros lugares. Aunque el cartel ha sido capaz de adquirir armamento de sectores corruptos de las fuerzas armadas de M¨¦xico, El Salvador, Ecuador y Colombia, la industria estadounidense es la mayor proveedora del arsenal de la organizaci¨®n.
Incluso, en algunas ocasiones, ha sido el propio Gobierno americano el que ha dado las armas a los narcotraficantes mexicanos, como sucedi¨® con la fallida operaci¨®n encubierta R¨¢pido y Furioso realizada por la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), que provey¨® a los c¨¢rteles de dos mil pistolas calibre 5.7, 9 mil¨ªmetros y rifles AK-47, AR-15 y Barret .50, con los que se cometieron diversas atrocidades en el pa¨ªs.
Todas las operaciones de tr¨¢fico de drogas, dinero y armas eran dirigidas por una primera l¨ªnea de poder del cartel de Sinaloa en la que figuraban principalmente El Mayo, El Chapo y El Azul, mientras que en la segunda lo hac¨ªan hermanos, hijos y otros familiares de los capos. En el caso del Mayo, su hermano Vicente participaba en las operaciones del sur del pa¨ªs desde Canc¨²n; su hermano Jes¨²s, apodado El Rey, en el centro, desde la Ciudad de M¨¦xico y el estado de Hidalgo; y el propio Mayo en el norte desde Sinaloa. Mientras tanto, su hijo Vicentillo se encargaba de las operaciones internacionales.
El Mayo ten¨ªa tambi¨¦n delegados especiales en algunos Estados clave: en Baja California estaba Manuel Garibay Espinoza, El Me?o; en Chihuahua, Germ¨¢n Maga?a Pasos, El Paisa; en Nueva York, Ismael Lugo Rodr¨ªguez, El Cholo; en Guerrero, Rogaciano Alba, y en Centroam¨¦rica, los hermanos Gast¨¦lum Serrano. De la siembra de marihuana y hero¨ªna en el Tri¨¢ngulo Dorado se encargaba la familia Cabrera Sarabia; y de las operaciones financieras, Margarita C¨¢zares, La Emperatriz.
Para el manejo general del negocio, El Mayo contaba con Jos¨¦ Lamberto Verdugo Calder¨®n, quien supervisaba los env¨ªos de droga a Estados Unidos y recib¨ªa los pagos en efectivo. Parte de ese dinero era guardado en casas especiales de Culiac¨¢n para luego ser lavado o usado por operadores como Dimas D¨ªaz Ramos, quien se encargaba de pagar los sueldos de los principales colaboradores de la organizaci¨®n, as¨ª como de hacer las compras necesarias para la log¨ªstica de transporte y de seguridad, como celulares encriptados, programas de espionaje y redes de radiocomunicaci¨®n.
Por varios a?os, el brazo derecho del Mayo fue Javier Torres F¨¦lix. Este hombre, apodado El JT, proven¨ªa de un grupo de guardias rurales y se encargaba tambi¨¦n de la seguridad del capo y de su familia, as¨ª como de ir en su representaci¨®n a diversas negociaciones. Para cumplir su labor, El JT contaba con un peque?o batall¨®n de m¨¢s de 50 personas armadas, as¨ª como de una red de infiltrados en diversas dependencias federales que le daban reportes regulares sobre los movimientos del ej¨¦rcito y la polic¨ªa federal. Su hermano Manuel, El Ondeado, tambi¨¦n colaboraba en la faena. No sobra decir que todas las corporaciones policiales de Sinaloa ya estaban bajo sus ¨®rdenes.
Otros pistoleros importantes del Mayo eran los antiguos polic¨ªas Gonzalo Araujo Pay¨¢n, El Chalo, y Gonzalo Inzuna, El Macho Prieto, quienes a su vez sol¨ªan reclutar soldados de la Tercera Regi¨®n Militar, con sede en Mazatl¨¢n, para reforzar la seguridad de la organizaci¨®n, sobre todo durante las diversas guerras contra otros carteles. Durante los ¨²ltimos a?os, cuando arreciaron los conflictos de la organizaci¨®n, El Mayo orden¨® la creaci¨®n de un grupo especial de seguridad que tom¨® el nombre de Los ?ntrax, dirigido por Rodrigo Ar¨¦chiga, El Chino ?ntrax, pistolero de esp¨ªritu carnavalesco al que le gustaba subir a Instagram, Facebook y Twitter fotos de su d¨ªa a d¨ªa en aviones privados, autos de lujo o con celebridades como Paris Hilton, hasta que un d¨ªa fue detenido reci¨¦n aterrizado en ?msterdam, donde planeaba celebrar el a?o nuevo.
Tanto El Chino ?ntrax como todos los personajes anteriores que colaboraron con El Mayo en la consolidaci¨®n de su organizaci¨®n criminal acabaron muertos o detenidos.
VI
En el a?o de 1994 M¨¦xico vivi¨® la entrada en vigor del TLC, la insurrecci¨®n del Ej¨¦rcito Zapatista de Liberaci¨®n Nacional (EZLN) en Chiapas, el asesinato de un candidato a la presidencia y el de un l¨ªder nacional del PRI, as¨ª como tambi¨¦n la peor crisis econ¨®mica en su historia. Por si fuera poco, se reactiv¨® a las orillas de la capital del pa¨ªs el volc¨¢n Popocat¨¦petl.
Ese a?o tambi¨¦n estuvo a punto de morir El Mayo.
Un coche bomba estall¨® en el Hotel Camino Real de Guadalajara, muy cerca de donde se encontraba el capo. El artefacto hab¨ªa sido colocado por emisarios de la familia Arellano F¨¦lix, quienes antes hab¨ªan hecho estallar otros dos autos llenos de explosivos en Culiac¨¢n.
La disputa de la familia Arellano F¨¦lix con el cartel de Sinaloa fue la primera guerra del narco que se vivi¨® en M¨¦xico a escala nacional. Dos a?os antes del coche bomba de Guadalajara, El Chapo y El Mayo hab¨ªan enviado un comando a la discoteca Christine de Puerto Vallarta con el fin de matar a Benjam¨ªn Arellano F¨¦lix, el l¨ªder del cartel de Tijuana. Sin embargo, el ataque fracas¨® y acab¨® en una masacre.
En respuesta, un a?o despu¨¦s El Chapo ser¨ªa atacado en el aeropuerto de Guadalajara, pero los pistoleros enviados por la familia Arellano F¨¦lix confundieron al capo con un importante jerarca religioso: el cardenal Juan Jes¨²s Posadas Ocampo, quien acab¨® muerto mientras que El Chapo, que estaba en otro veh¨ªculo, result¨® ileso.
La muerte del cardenal desat¨® una crisis pol¨ªtica e incluso diplom¨¢tica con El Vaticano. Esto provoc¨® una cacer¨ªa en contra del Chapo, quien se refugi¨® en Guatemala, donde finalmente fue detenido y luego entregado a las autoridades mexicanas, las cuales presumieron de su encierro y siguieron administrando la crisis pol¨ªtica con la Santa Sede.
La disputa con la familia Arellano F¨¦lix se mantuvo durante a?os y contin¨²a hasta el d¨ªa de hoy, aunque con menos intensidad. Fue la muerte de Ram¨®n Arellano F¨¦lix en 2002, en Mazatl¨¢n, la que signific¨® el triunfo del cartel de Sinaloa. En aquella ocasi¨®n, el mafioso de Tijuana acudi¨® al carnaval de la ciudad con el fin de asesinar a El Mayo, pero este fue advertido por polic¨ªas locales, quienes finalmente mataron al m¨¢s joven de los hermanos Arellano F¨¦lix. Meses despu¨¦s, el primog¨¦nito Benjam¨ªn ser¨ªa detenido para luego ser extraditado a Estados Unidos, quedando en la actualidad al frente de la organizaci¨®n su hermana Enedina.
Esos a?os fueron recordados en un juicio en Estados Unidos por Seraf¨ªn, otro de los hijos de El Mayo, quien dijo que cuando cumpli¨® dos a?os de edad explot¨® una bomba fuera de donde se celebraba su fiesta. ¡°Viv¨ª en una jaula de oro con lujos in¨²tiles. Desde 1992 hasta el 2000, los d¨ªas fueron dif¨ªciles y sangrientos, en los que hubo una guerra est¨²pida y sin sentido donde muchas familias fueron destruidas¡±.
No mucho tiempo despu¨¦s de aminorar la guerra de la familia Arellano F¨¦lix con El Chapo y El Mayo, comenz¨® otra con la familia Carrillo Fuentes, la misma que durante los noventa hab¨ªa sido su aliada.
El 11 de septiembre de 2004, m¨¢s de 500 balas fueron disparadas en el estacionamiento de un cine de Culiac¨¢n. Varias atravesaron los cuerpos de un cuidacoches, cinco sicarios, as¨ª como de Rodolfo Carrillo Fuentes y Giovanna Quevedo, su novia de 18 a?os. Rodolfo era el hermano menor del ya fallecido Se?or de los Cielos. Le dec¨ªan Ni?o de Oro.
Su asesinato hab¨ªa sido decretado un par de meses antes en una reuni¨®n en Monterrey encabezada por El Mayo y El Chapo. La raz¨®n de la sentencia de muerte era que el Ni?o de Oro hab¨ªa asesinado a su vez a diversos socios y c¨®mplices del Chapo y El Mayo que eran piezas clave para la introducci¨®n de coca¨ªna a Estados Unidos.
En represalia, la familia Carrillo Fuentes orden¨® semanas despu¨¦s el asesinato de Arturo, El Pollo, hermano de El Chapo que se encontraba preso en el Penal de Almoloya.
De esta forma se recrudecieron los enfrentamientos en Culiac¨¢n y como tanto un bando como el otro ten¨ªan bajo su servicio unidades de polic¨ªas, militares y pol¨ªticos locales, no quedaba claro la forma en la que acabar¨ªan las escaramuzas. Tan riesgosa era la situaci¨®n que Vicentillo sali¨® de la ciudad ya que un sicario detenido por sus hombres confes¨® haber sido contratado para secuestrar a la esposa del hijo del Mayo, cortarle la cabeza y envi¨¢rsela en una caja a la familia, un tipo de venganza que ya hab¨ªa sucedido en otras ocasiones en el inmisericorde mundo narco.
La guerra sigui¨® los a?os siguientes y en 2008 el cartel de Sinaloa lanz¨® una ofensiva en Ciudad Ju¨¢rez con el fin de arrebatarle el control del lugar a la familia Carrillo Fuentes, cosa que no logr¨® del todo y que provoc¨® una larga lista de enfrentamientos con un grupo especial creado por el cartel chihuahuense llamado La L¨ªnea. Aunado esto a una ocupaci¨®n militar, la disputa acab¨® con m¨¢s de 1.500 homicidios y el colapso de la vida civil de los habitantes de esta ciudad fronteriza con El Paso, Texas.
Casi a la par de este ataque, El Mayo y El Chapo sostuvieron una tercera guerra, ahora contra la familia Beltr¨¢n Leyva, que desde los ochenta hab¨ªa trabajado con ellos. Esta se desat¨® tras la detenci¨®n de Alfredo, El Mochomo, a quien sus hermanos Arturo y H¨¦ctor quisieron rescatar, a lo que se opusieron los jefes del cartel de Sinaloa. Despu¨¦s, la familia Beltr¨¢n Leyva los acus¨® de haber entregado a su hermano a las autoridades a cambio de que el Gobierno apoyara su ataque a la familia Carrillo Fuentes en Ciudad Ju¨¢rez.
La tensi¨®n del Mayo y El Chapo con la familia Beltr¨¢n Leyva fue creciendo hasta que estos ¨²ltimos terminaron por aliarse con la familia Carrillo Fuentes y ambas organizaciones ordenaron el asesinato de un joven de 22 a?os de edad llamado ?dgar Guzm¨¢n, hijo del Chapo, que ocurri¨® en las v¨ªsperas del D¨ªa de las Madres en el estacionamiento de un centro comercial.
Los peri¨®dicos de Sinaloa no se animaron a dar la noticia al d¨ªa siguiente, a pesar de que ten¨ªan muy bien registrado el suceso. El asesinato era un parteaguas en la historia local.
El veh¨ªculo donde viajaba el hijo del capo recibi¨® m¨¢s de 300 tiros en forma de abanico, a diez metros de distancia. Un local comercial arrop¨® buena parte de los disparos y del bazucazo que el comando lanz¨® al final.
Durante el funeral de su hijo, El Chapo envi¨® m¨¢s de cincuenta mil rosas para cubrir su ata¨²d.
Unos meses despu¨¦s, a finales de 2008, durante una fiesta en una mansi¨®n cercana a Ciudad de M¨¦xico, llegaron decenas de agentes de la Polic¨ªa Federal con el fin de detener a Harold Poveda, El Conejo, principal intermediario que ten¨ªa la familia Beltr¨¢n Leyva para la compra de coca¨ªna en Colombia.
El operativo no logr¨® la captura del narcotraficante de origen colombiano, pero los agentes a cargo decidieron aprovechar la alberca, la sala de cine, los jacuzzis y el amplio jard¨ªn de la mansi¨®n para gozarlos tambi¨¦n ellos, torturando a algunos de los participantes y violando a varias de las mujeres que estaban ah¨ª, adem¨¢s de robar dinero, joyas y hasta algunas de las mascotas de la casa.
La informaci¨®n y decisi¨®n de realizar esta acci¨®n oficial no hab¨ªa surgido de una oficina gubernamental, sino del cuartel del Mayo y El Chapo, quienes hab¨ªan incrementado los pagos a corporaciones federales con el fin de ganar la guerra que libraban contra la familia Beltr¨¢n Leyva, que hab¨ªa dejado Sinaloa para operar desde la Ciudad de M¨¦xico y el vecino estado de Morelos.
Jes¨²s, hermano de El Mayo apodado El Rey, era el encargado de coordinar las acciones con un presupuesto mensual de 200 mil d¨®lares solo para sobornos de autoridades.
Pero de manera sorpresiva, una semana despu¨¦s del operativo en la mansi¨®n del Conejo, El Rey ser¨ªa detenido por agentes de la PGR que en lugar de estar en su n¨®mina estaban en la de la familia Beltr¨¢n Leyva.
Si bien en el juicio de Nueva York se asegur¨® que el cartel de Sinaloa ten¨ªa un acuerdo con el entonces secretario de Seguridad P¨²blica, Genaro Garc¨ªa Luna (algo denunciado antes por la periodista Anabel Hern¨¢ndez y negado hasta la fecha por el exfuncionario), lo que no se explic¨® es que tambi¨¦n algunos mandos de la PGR ¡ªla otra instancia que combate al narco en el pa¨ªs¡ª ten¨ªan m¨¢s bien un acuerdo con la familia Beltr¨¢n Leyva, de tal forma que cada cartel ten¨ªa una parte del Gobierno trabajando a su servicio.
La cooptaci¨®n de las autoridades de Sinaloa por parte de la organizaci¨®n del Mayo se ha dado como un hecho de facto durante varios a?os, pero sus v¨ªnculos con autoridades a nivel nacional no se empezaron a documentar tanto como sucedi¨® durante su guerra contra la familia Beltr¨¢n Leyva.
Dirigidas al entonces presidente Felipe Calder¨®n (quien siempre ha respaldado a su subordinado Garc¨ªa Luna), durante esos d¨ªas eran colocadas de manera p¨²blica mantas de la familia Beltr¨¢n Leyva, con mensajes como este: ¡°Con todo respeto a su investidura, se?or presidente, le pedimos que abra los ojos y se d¨¦ cuenta de la clase de personas que tiene en la PFP [Polic¨ªa Federal Preventiva]. Nosotros sabemos que usted no tiene conocimiento de los arreglos que tiene Genaro Garc¨ªa Luna desde el sexenio de Fox con el cartel de Sinaloa que protege al Mayo Zambada, a Los Valencia, Nacho Coronel y Chapo Guzm¨¢n¡ Pedimos que pongan a personas que combatan al narco de forma neutral y no incline la balanza a un solo lado¡±.
En el juicio de Nueva York tambi¨¦n surgieron revelaciones hasta ahora desconocidas de la narcopol¨ªtica o fantapol¨ªtica ¡ªseg¨²n se prefiera ver¡ª, como supuestas reuniones del hijo del Mayo con altos mandos del Ej¨¦rcito, empezando por el general Roberto Miranda, jefe del Estado Mayor Presidencial durante el Gobierno de Ernesto Zedillo (PRI), siguiendo con otras con el general Marco Antonio de Le¨®n Adams, exmiembro de la guardia del presidente Vicente Fox (PAN), as¨ª como tambi¨¦n una supuesta visita que hizo a Sinaloa el general Humberto Antimo Miranda, para reunirse con El Mayo, justo al inicio del gobierno de Felipe Calder¨®n (PAN).
Otro de los se?alamientos delicados que surgieron en el juicio es el de que durante la campa?a a la presidencia de Enrique Pe?a Nieto (PRI), el cartel de Sinaloa don¨® dinero a trav¨¦s del estratega electoral venezolano J. J. Rend¨®n. Cuando le pregunt¨¦ al respecto a un importante miembro del equipo de campa?a del expresidente me dijo que no meter¨ªa las manos en el fuego por el consultor. ¡°En una campa?a a veces llega m¨¢s dinero del que est¨¢s esperando¡±, respondi¨®.
De diversas formas, todos los altos funcionarios aludidos de Gobiernos anteriores rechazaron las acusaciones en su contra. Hasta ahora, el Gobierno encabezado por Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador (Morena) no ha iniciado ninguna investigaci¨®n especial por estas acusaciones de v¨ªnculos entre las m¨¢s altas esferas del poder criminal y el pol¨ªtico dadas a conocer en el juicio de Nueva York.
VII
Cuando parec¨ªa que la vieja guerra contra la familia Arellano F¨¦lix ya estaba superada, en noviembre de 2010 El Mayo recibi¨® la noticia de que su hermana ?gueda, as¨ª como su sobrina Isabel y la peque?a hija de esta hab¨ªan sido secuestradas por miembros de la organizaci¨®n rival al poco de haber llegado al aeropuerto de Tijuana.
No mucho tiempo despu¨¦s, un equipo especial del Ej¨¦rcito liber¨® a las familiares de El Mayo de la casa donde se encontraban. La noticia casi pas¨® desapercibida hasta que aparecieron a posteriori una serie de mantas en diversos lugares de Culiac¨¢n. Una de ellas dec¨ªa: ¡°Chapo y Mayo, para que vean que no somos tan corrientes como tu propia sobrina te lo dijo, las dejamos vivas porque no quisimos matarlas en la fiesta, no tengan miedo y manden a pelear a su gente para ver c¨®mo nos toca, si mandan Gobierno tambi¨¦n les hacemos frente¡±.
Los miembros de la familia Arellano que colocaron las mantas decidieron que quien firmara los mensajes fuera un viejo conocido del cartel de Sinaloa: ¡°Atentamente Ram¨®n Arellano, desde el infierno¡±, dec¨ªa el texto, en alusi¨®n al viejo rival del Mayo asesinado tiempo atr¨¢s durante el carnaval de Mazatl¨¢n.
Todas estas disputas entre carteles provocaron que miles de padres y madres perdieran a sus hijos durante los ¨²ltimos a?os. La nebulosa de violencia llamada de manera oficial guerra del narco por el expresidente Felipe Calder¨®n caus¨® en una d¨¦cada m¨¢s de 200.000 asesinatos, 35.000 desaparecidos y el desplazamiento forzoso de otras 35.000 personas, por lo que en este primer cuarto del siglo XXI la democracia de M¨¦xico ha registrado m¨¢s dolor y destrucci¨®n que cualquier t¨ªpica dictadura latinoamericana del siglo pasado.
El Mayo, uno de los responsables parciales de esta situaci¨®n, no ha salido ileso. Por lo menos veinte de sus familiares directos han sido asesinados, detenidos, fichados o secuestrados. La lista comienza con el ¨²nico var¨®n de los cinco hijos que tuvo con su primera esposa Rosario Niebla: Vicentillo fue detenido y extraditado a Estados Unidos, al igual que Ismael Zambada Imperial, Mayito Gordo, el hijo que tuvo con Margarita Imperial. Lo mismo ocurr¨ªa hasta hace poco con Seraf¨ªn Zambada Ortiz, hijo que tuvo con Leticia Ortiz, aunque a finales de 2018 fue puesto en libertad.
Otros hijos suyos, como Ismael Zambada Sicairos, Mayito Flaco, enfrentan ¨®rdenes de aprehensi¨®n, mientras que sus hijas Mar¨ªa Teresa, Miriam, M¨®nica y Modesta Zambada Niebla est¨¢n fichadas por diversas agencias de Estados Unidos.
Adem¨¢s del secuestro de ?gueda, un hermano de El Mayo, Vicente, fue asesinado; el otro, Jes¨²s, El Rey, est¨¢ preso en Estados Unidos; mientras que sus sobrinos Vicente y Jes¨²s, hijos del Rey, tambi¨¦n est¨¢n muertos, el primero fue asesinado y el segundo se suicid¨® tras ser detenido y convertirse en testigo protegido. Otro sobrino, ?dgar, hijo de Mar¨ªa Teresa, tambi¨¦n fue asesinado.
Quiz¨¢ las desgracias personales que m¨¢s desconcertaron al Mayo fueron las detenciones de su hijo Vicentillo y la de su hermano El Rey. Furioso, durante un reuni¨®n con El Chapo en las monta?as de Durango, el capo habr¨ªa considerado la posibilidad de contratar a un soldado estadounidense para que realizara un atentado contra alguna instituci¨®n de EE UU, pero finalmente esto no sucedi¨®.
Lo que s¨ª se plane¨® en alg¨²n momento, seg¨²n el testimonio del propio Vicentillo en el juicio de Nueva York, fue contratar a un grupo de militares mexicanos para asesinar al zar antidrogas, Jos¨¦ Luis Santiago Vasconcelos, en represalia por la detenci¨®n en Guadalajara del hijo del Chapo, Iv¨¢n Archivaldo, Chapito, a quien el Gobierno estuvo a punto de extraditar a Estados Unidos, pero que finalmente fue liberado por un juez, por lo que el plan de matar a Vasconcelos fue cancelado.
Aunque meses despu¨¦s Vasconcelos muri¨® en un incre¨ªble accidente a¨¦reo: una aeronave gubernamental en la que viajaban ¨¦l y al secretario de Gobernaci¨®n, Juan Camilo Mouri?o, se estrell¨® en el transitado Perif¨¦rico de la Ciudad de M¨¦xico.
Por su parte, tras ser liberado, Iv¨¢n Archivaldo se convirti¨® junto con su hermano Alfredo Guzm¨¢n, Alfredillo, en un activo colaborador del cartel de Sinaloa. Con las detenciones de los hijos de El Mayo, as¨ª como el escaso inter¨¦s en el negocio de Cristian y Juan Jos¨¦, hijos del Azul, Iv¨¢n y Alfredo fueron aumentando su poder dentro de la organizaci¨®n hasta convertirse, tras la detenci¨®n y extradici¨®n de su padre a Estados Unidos, en los nuevos l¨ªderes, no sin antes enfrentarse con D¨¢maso L¨®pez N¨²?ez, El Licenciado, un antiguo colaborador del Chapo que tambi¨¦n busc¨® relevar a su antiguo jefe pero que acab¨® en una c¨¢rcel de Estados Unidos, junto con su hijo de mismo nombre, apodado El Mini Lic.
Durante esta disputa entre los hijos de El Chapo y la familia L¨®pez N¨²?ez, El Mayo trat¨® de mediar en vano, ya que la pugna se fue desbordando cada vez m¨¢s hasta convertirse en una nueva guerra que volvi¨® a estremecer el noroeste del pa¨ªs.
Durante la misma, los reporteros que mejor estaban informando al respecto eran mis amigos Mart¨ªn Dur¨¢n, Cynthia Valdez y Javier Valdez, quienes por ello resultaron amenazados.
Al final, en el caso de Javier, su trabajo period¨ªstico le cost¨® la vida: fue asesinado un mediod¨ªa, el mediod¨ªa m¨¢s triste en la historia de Sinaloa.
VIII
?Cu¨¢ndo empez¨® todo? ?Por qu¨¦ Sinaloa es la capital internacional del narcotr¨¢fico? La creencia de que durante el siglo pasado el Gobierno de Estados Unidos alent¨® de manera formal la siembra de marihuana y adormidera en este lugar de M¨¦xico es tan fuerte que hasta la fecha los sinaloenses de a pie suelen dar esa explicaci¨®n cuando se les hace la pregunta.
No solo ellos. El fundador del cartel de Sinaloa, F¨¦lix Gallardo, asegur¨® lo mismo cuando lo entrevist¨¦ y tambi¨¦n lo han afirmado de manera p¨²blica desde secretarios de Estado, procuradores y jefes policiales hasta algunos agentes estadounidenses.
Seg¨²n esta versi¨®n, el Gobierno de Franklin Delano Roosevelt impuls¨® y financi¨® entre los a?os treinta y cuarenta el cultivo de adormidera para producir la morfina que atemperaba los dolores de los soldados estadounidenses heridos en combate. Mediante un acuerdo oficial con el Gobierno de Manuel ?vila Camacho, eligieron la zona serrana de Sinaloa por sus condiciones favorables para el cultivo de adormidera.
Sin embargo, el investigador Carlos Resa Nestares considera que este es uno de los tantos mitos que predominan sobre el narcotr¨¢fico en M¨¦xico. En sus an¨¢lisis, Resa concluye que existen suficientes elementos para cuestionar la verosimilitud de esta historia cre¨ªda por muchos en M¨¦xico. En primer lugar, debido a que no hay evidencia de que un territorio como el de Sinaloa d¨¦ origen a una mayor eficiencia en la producci¨®n de adormidera y opio que, por ejemplo, los m¨¢s f¨¦rtiles valles bajos del mismo Estado.
Otra de las razones, rebate el profesor de la Universidad Aut¨®noma de Madrid, es que esta producci¨®n de drogas se hubiera podido hacer de manera legal en el amplio territorio estadounidense. ¡°En realidad¡± ¡ªexplica el analista¡ª ¡°los archivos de la Segunda Guerra Mundial muestran un profundo descontento de los funcionarios estadounidenses con sus hom¨®logos mexicanos por su incapacidad para controlar la producci¨®n y exportaci¨®n de drogas¡±.
Lo que s¨ª es evidente es que el Gobierno de Estados Unidos ha usado por mucho tiempo su hegemon¨ªa para definir las pol¨ªticas p¨²blicas de M¨¦xico en materia de combate al narcotr¨¢fico. Lo que no se sabe es el nivel de detalle. Por ello cada vez m¨¢s periodistas, acad¨¦micos, pol¨ªticos y conocedores del tema suelen afirmar que en las agencias estadounidenses est¨¢n los aut¨¦nticos jefes de jefes de un negocio tan intrincado y complejo que adquirir¨¢ otro cariz cuando concluya el r¨¦gimen de prohibici¨®n de drogas actual.
En los tribunales de Chicago, antes del juicio de Nueva York a El Chapo, se inici¨® un proceso judicial en contra de Vicentillo, el cual promet¨ªa mostrar m¨¢s datos de ese mundo del narco en Estados Unidos, tan poco conocido debido a que, entre otros factores, hay m¨¢s periodistas estadounidenses reporteando historias del tema en M¨¦xico que en su propio pa¨ªs.
Tras ser extraditado a Estados Unidos, a trav¨¦s de sus abogados, el hijo del Mayo amag¨® con revelar mediante documentos oficiales que el cartel de Sinaloa hab¨ªa trabajado en colaboraci¨®n con varias agencias estadounidenses como la DEA (antidroga), el FBI y el ICE (servicio de inmigraci¨®n y control de aduanas). En uno de sus alegatos mencionaba espec¨ªficamente al director regional de la DEA para Sudam¨¦rica, al de M¨¦xicoy a agentes asignados a la embajada estadounidense en Ciudad de M¨¦xico y los consulados de Hermosillo y Monterrey.
Seg¨²n la documentaci¨®n del proceso que se hizo p¨²blica, el intermediario de estos acuerdos era un abogado llamado Humberto Loya Castro, quien oper¨® el supuesto acuerdo entre el cartel de Sinaloa y el Gobierno estadounidense desde 2004 hasta la detenci¨®n de Vicentillo. El presunto convenio estribaba en que a cambio de que las agencias policiales americanas no intervinieran en las operaciones del cartel de Sinaloa ni tampoco procesaran al Mayo y El Chapo, el grupo criminal proveer¨ªa al Gobierno de Estados Unidos de informaci¨®n sobre las dem¨¢s organizaciones involucradas en el tr¨¢fico de drogas.
Pero el juicio al Vicentillo donde se ventilar¨ªan estos alegatos se fue posponiendo a lo largo de cuatro a?os, en medio de negociaciones que finalmente concluyeron con un acuerdo de cooperaci¨®n entre la Fiscal¨ªa y el hijo del Mayo. Este se declaraba culpable de cargos menores y aceptaba ser testigo colaborador en otros procesos, como el del Chapo, a cambio de que se le redujera su estancia en prisi¨®n y de que su esposa e hijos fueran protegidos por el Gobierno estadounidense.
Por ello, durante el juicio de Nueva York, cuando Vicentillo subi¨® al estrado a declarar en contra de su padre y del Chapo (a quien se refiri¨® como compadre), el abogado de este, como lo hizo a lo largo del proceso, reiter¨® que le parec¨ªa sorprendente que El Mayo siguiera libre, asegurando que esto suced¨ªa porque hab¨ªa corrompido a todo el Gobierno mexicano y porque su hijo ten¨ªa un acuerdo especial con el de Estados Unidos.
¡ª?A qu¨¦ se dedica tu pap¨¢?¡ª pregunt¨® en un momento el abogado a Vicentillo.
El primog¨¦nito de la familia Zambada no lo pens¨® mucho para responder.
¡ªMi padre es el l¨ªder del cartel de Sinaloa.
*Diego Enrique Osorno es reportero, escritor y cineasta. Autor, entre otros libros, de Slim (Debate, 2016) y La guerra de los Zetas (Debate, 2017). Esta primavera de 2019 aparecer¨¢ una nueva edici¨®n de El cartel de Sinaloa (Grijalbo, 2009). Twitter @DiegoEOsorno.
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