Rescoldos y ceniza
Dividiendo a los muertos en buenos y malos lo que hacen es prolongar un enfrentamiento que deber¨ªa estar ya cerrado hace muchas d¨¦cadas
Dividiendo a los muertos en buenos y malos lo que hacen es prolongar un enfrentamiento que deber¨ªa estar ya cerrado hace muchas d¨¦cadas
La divertida escritura del guion de ¡®La fuente de la edad¡¯ me permiti¨® conocer a fondo las entretelas de una obra que, como todas las de Mateo D¨ªez, encierra muchas novelas en su interior y una visi¨®n del mundo tan desesperanzada como humor¨ªstica
Al salir a la calle despu¨¦s de admirar la representaci¨®n, uno sinti¨® que la realidad era una continuaci¨®n de aquella, pues la noche madrile?a, llena de personajes afantasmados y silenciosos, la ciudad entera parec¨ªa un escenario
Los partidos de la derecha espa?ola est¨¢n muy preocupados porque la Navidad se celebre como Dios manda, esto es, con un derroche de consumismo y todas las familias sentadas a la mesa, se soporten sus miembros o no
Si hasta para declarar una medida con la que todos est¨¢n de acuerdo disienten nuestros pol¨ªticos, c¨®mo podemos pensar en llevar a cabo ese cosmopolitismo tan necesario para combatir al virus
Si uno cambia Madrid por Catalu?a comprobar¨¢ que muchas declaraciones de Isabel D¨ªaz Ayuso y de algunos de sus consejeros podr¨ªa suscribirlas Torra o cualquiera de los independentistas catalanes presos por sedici¨®n
En estos tiempos de zozobra colectiva nacional, quiz¨¢ convenga escuchar una voz extranjera como la de William Chislett
Cuando un pa¨ªs repite los mismos errores una vez tras otra es que algo falla en su conformaci¨®n. La ley de Murphy no enga?a: la casualidad no existe
Pasar de considerarla algo negativo a algo positivo requiere mucho m¨¢s que una decisi¨®n
Que dos presidentes, uno del pa¨ªs entero y otra de una regi¨®n, no puedan sentarse a hablar de los problemas que afectan a sus gobernados comunes indica hasta qu¨¦ punto la pol¨ªtica espa?ola ha entrado en descomposici¨®n
La forma que tienen las autoridades de corregir el gran desequilibrio regional es sembrar estos territorios de aerogeneradores y paneles que terminar¨¢n por echar de ellos a los pocos habitantes que les quedan
Este a?o esa luminosidad no alcanza a embellecer la tierra, ensombrecida por una peste que nos amenaza a todos y por la estupidez humana, que ni siquiera en circunstancias as¨ª se corrige
Como dijo Julio Cort¨¢zar, cuando alguien dice que se va es que ya se ha ido, as¨ª que habr¨¢ que aprender a vivir sin el argentino
Que se acuse a algunas personas de descansar unos pocos d¨ªas de su trabajo como hace todo el que puede solo indica el grado de miserabilismo que se ha apoderado de muchos pa¨ªses
?Anticlericalismo m¨ªo? M¨¢s bien amor a unos edificios que por la voracidad recaudatoria de la Iglesia se han convertido en museos, en espacios ajenos a la religi¨®n y a la vida de las ciudades en las que se encuentran
En el bar de Conquista, al norte de C¨®rdoba, dicen que conoci¨® el rey Juan Carlos I a Corinna Larsen en una monter¨ªa a la que estaban invitadas las escopetas m¨¢s distinguidas y aristocr¨¢ticas de toda Europa
El silencio de estas noches tiene a¨²n otro indeseado efecto. Permite seguir oyendo a nuestros pol¨ªticos, algo que otros veranos no era posible, precisamente por la m¨²sica
Como en la novela de Juan Mars¨¦, la historia de Espa?a esconde a¨²n demasiados secretos que es necesario desenterrar
Que haya tenido que ser un fiscal suizo el que haya sacado a la luz lo que antes se cubr¨ªa con un velo de opacidad deber¨ªa hacernos pensar como sociedad
Este sentimiento ha desbordado los l¨ªmites tolerables y contamina ya toda la vida espa?ola en una demostraci¨®n de que la crispaci¨®n pol¨ªtica influye en la sociedad y al rev¨¦s
Tantos a?os de abandono no se compensan ahora con una invasi¨®n y menos cuando esta ha sido inducida por una pandemia y puede tener efectos indeseables
Todos contemplamos la normalidad con extra?eza y con el temor de poder volver a perderla si no nos comportamos como debemos
El Anticristo es el que dirige el mundo con apoyo de todas las fuerzas del mal, esas que pugnan por destruir Espa?a y a la Iglesia Cat¨®lica ?Vade retro, Satan¨¢s!
No he visto a nadie que plantee dudas sobre la existencia misma de las residencias y sobre la necesidad de cambiar el modelo de cuidado y atenci¨®n de nuestros mayores
Para la ultraderecha espa?ola la mujer sigue siendo la responsable de todo, de la expulsi¨®n del Para¨ªso a hoy
Cuando colgu¨¦ el tel¨¦fono pens¨¦ en la Espa?a de hoy, donde vidas como la de Santos parecen cuentos
Los dem¨¢s pa¨ªses de Europa miran con sorpresa a los que piden libertad a gritos pensando que se han equivocado de pa¨ªs. Es porque no saben que los espa?oles cuando decimos amor lo que queremos decir es sexo
Quienes garantizan la libertad de todos y quienes han dado sobradas muestras de tolerancia y moderaci¨®n pol¨ªtica en los cuarenta a?os de democracia tienen que ver desde sus balcones c¨®mo los autoritarios ejercen ahora el poder en contra de todos
A¨²n no sabemos cu¨¢les ser¨¢n los cambios que esta pandemia que estamos viviendo provocar¨¢ en la sociedad
Cada vez comprendo menos c¨®mo se puede amar tanto a Espa?a a la vez que se odia a la mitad de los espa?oles
El aut¨¦ntico patriotismo se demuestra sabiendo aparcar la rivalidad pol¨ªtica cuando las circunstancias lo exigen
No descubro nada nuevo si digo que la salud moral de una sociedad est¨¢ en relaci¨®n directa con su educaci¨®n
Todos lo habr¨ªamos hecho mucho mejor que el Gobierno, puesto que todos somos expertos en epidemiolog¨ªa y en gesti¨®n de crisis
Si para algo ha de servirnos esta cat¨¢strofe sanitaria es para recordarnos la fragilidad de todo, algo que se nos olvida en cuanto se suceden unos a?os de paz y de bienestar
Cuando pase esta crisis tendremos que reflexionar sobre el mundo que hemos construido y sobre c¨®mo ¨¦ste habr¨¢ de cambiar a partir de ahora
La costumbre nos ha fragilizado de tal modo que todo lo que no sea vivir como hasta ahora nos parece inaceptable y nos rebelamos contra la realidad
Mientras que en Europa la normalidad anima a conocer la historia con sus claroscuros, en Espa?a seguimos tratando de ocultarla
Jos¨¦ Ignacio, ganadero, ha superado contratiempos que en los ¨²ltimos tiempos han castigado a los de su gremio; y acaba de enfrentarse al Estado, con el que nunca crey¨® que pudiera
Se sorprenden muchos de que territorios que nunca han alzado la voz como Le¨®n para protestar de repente hayan comenzado a hacerlo