El dolor vecino
Nos esforzamos en no implicarnos con nuestro entorno. Es algo intuitivo, una defensa ego¨ªsta propia de la gran ciudad
Nos esforzamos en no implicarnos con nuestro entorno. Es algo intuitivo, una defensa ego¨ªsta propia de la gran ciudad
Mujeres violadas como bot¨ªn de guerra, mutiladas genitalmente, encerradas en Burkas... ?Qu¨¦ les pasa a estos hombres?
Se est¨¢ poniendo de moda el lamento coral de los ¡®se?oros¡¯ que han perdido pensamiento y pie
El amor pasional siempre tiene algo de estafa autoinducida, de mentira. Cerramos los ojos y nos inventamos al amado
Hay grupos de individuos que inventan su propio lenguaje como una forma de identificaci¨®n y reafirmaci¨®n
Las epidemias, las narcoepidemias tambi¨¦n, nunca quedan demasiado lejos, como la covid nos ha ense?ado
Nos estamos planteando por primera vez en nuestra historia la idea de que somos capaces de acabar con la humanidad
Ninguna promesa de luz puede ser cre¨ªble y sanadora si no se reconoce la existencia de las tinieblas
Ridley Scott intenta mostrar una verdad monumental: que la guerra es un horror sin paliativos, y que Napole¨®n era un monstruo
Estos d¨ªas no hay m¨¢s remedio que enfrentarse a ella. A la familia o a su idea. A su presencia o a su ausencia
?Qu¨¦ pasar¨¢ cuando estos petrorricos nos sigan comprando? Pues os lo voy a decir: nos acostumbraremos y dejar¨¢ de resultarnos llamativo
Me pregunto cu¨¢ntos pueblos se habr¨¢n ido perdiendo con el cierre del modesto garito que los un¨ªa
Los nuevos l¨ªderes ultras basan su ¡®sex-appeal¡¯ electoral en la legitimaci¨®n del odio y la violencia
Una maestra est¨¢ siendo investigada por poner a sus alumnos una pel¨ªcula de Disney en la que un personaje es gay
Hay un mueble que es el coraz¨®n de mi hogar, un espacio casi tan ¨ªntimo como la cama, y es la gran mesa de la cocina
Hay una frase que he le¨ªdo y escuchado y que, por desgracia, a veces me he dicho: ¡°Yo entonces era feliz y no lo sab¨ªa¡±
Desde la pandemia hablamos m¨¢s de la salud mental, de la urgencia y la magnitud del sufrimiento, pero no se hace nada
Nada m¨¢s falso que dividir el mundo entre vencedores y perdedores. La vida es un continuo de altibajos
Solo se alcanzar¨¢ la paz si alguien consigue seguir creyendo en ella, aunque nuestro cielo inclemente escupa fuego
Todo ladr¨®n, despu¨¦s de obtener cuantos bienes materiales desea, aspira a comprar tambi¨¦n la admiraci¨®n y el respeto
Si en Espa?a corrieran las armas de fuego con tanta facilidad como en EE UU, podr¨ªamos estar lamentando ya alguna matanza
Reivindico la vejez l¨²cida, ese maravilloso estado que une la experiencia con el pensamiento y que nos regala sabios
Llevo a?os guardando ejemplos de seres maravillosos que mueren por ayudar a los dem¨¢s. Los admiro, son mis santos laicos
Los humanos no sabemos qu¨¦ hacer con la pena; ni siquiera con la propia, y somos catastr¨®ficos con la de los dem¨¢s
En el machismo nos educan a todos, lo que incluye a todas, y el sesgo ideol¨®gico provoca una ceguera terrible
?C¨®mo es posible que hoy pueda haber alguien, sea hombre o mujer, que no se considere feminista, es decir, antisexista?
La f¨¦rrea voluntad de ayudar al herido forma parte de la ¨¦pica y la ¨¦tica de la monta?a, lo mismo que en el mar
La heroicidad fr¨ªa, persistente, racional. Esa es la que me maravilla, la que me deja sin palabras. A la que s¨¦ que no llego
Estamos en riesgo de echar a perder uno de los gozos m¨¢s redondos, esenciales y democr¨¢ticos del ser humano
En el desencanto antidemocr¨¢tico que estamos viviendo tiene mucho que ver la falsa salida de la crisis de 2008
Queremos creer que el progreso es una flecha que, como la del tiempo (teor¨ªas cu¨¢nticas aparte), no tiene retroceso
No consigo entender por qu¨¦ mitificamos de tal modo el Mal. Por qu¨¦ los malotes nos parecen tan atractivos
La penosa crispaci¨®n pol¨ªtica en que vivimos convirti¨® la Cueva de los cuentos en una excusa para la guerra sectaria
Quieren convertir un fabuloso idioma caleidosc¨®pico en una franquicia de palabras de pl¨¢stico. No deber¨ªamos dejarnos
Los ataques qu¨ªmicos son un intento de encerrar a las ni?as iran¨ªes. Muchas madres tienen miedo de enviarlas al colegio
A nadie se le ocurri¨® ense?arla a escribir: qu¨¦ verg¨¹enza como sociedad. Rosario ha sobrevivido ocultando su analfabetismo
Est¨¢ la vida entera de esa mujer, la pobreza extrema, los violentos abusos de los terratenientes, las epidemias¡
Nada de medir constantemente tu vida con la de los dem¨¢s. Nada de nostalgia. Y nada de rumiar 20.000 temores futuros
Son los terroristas rurales, como los denomin¨® el holand¨¦s cuyo asesinato inspir¨® la pel¨ªcula ¡®As bestas¡¯
Cada disl¨¦xico es ¨²nico. Y abundan: son entre un 10% y un 15% de la poblaci¨®n. La mayor¨ªa, no diagnosticados