El gobierno de los millonarios
Por vez primera, los due?os de inmensos monopolios, digitales o no, han llegado directamente al poder pol¨ªtico para defender sus intereses
Por vez primera, los due?os de inmensos monopolios, digitales o no, han llegado directamente al poder pol¨ªtico para defender sus intereses
Ante la falta de argumentos y propuestas reales, necesitan apelar al miedo para atemorizar a las gentes, demonizar a los gobiernos contrarios y, as¨ª, obtener votos y llegar al poder
El ge¨®grafo y antrop¨®logo marca el foro ¡®Vivienda justa y prosperidad compartida¡¯ con una reflexi¨®n sobre derecho a la vivienda, urbanismo y los estragos del capitalismo salvaje
Nuevas miradas sobre la inequidad acaban con el largo eclipse que tuvo lugar durante la Guerra Fr¨ªa
Defender la democracia no pasa hoy por intensificar el combate entre izquierda y derecha, sino por acudir en ayuda de la derecha cl¨¢sica
La ruptura es, por definici¨®n, el producto de unos pocos que imaginan formas distintas de las que aprendieron
?Para qu¨¦ cultivar la filosof¨ªa si no contribuye a desprendernos del lastre de una polarizaci¨®n que no responde a los intereses reales de la poblaci¨®n, sino de esas plataformas monopolizadoras de la pol¨ªtica que son los partidos?
Los aspirantes a reformistas piden subir impuestos a los ricos y apoyan el ¡°capitalismo verde¡±
El millonario australiano Tim Gurner defiende un aumento del paro del 50% y ¡°ver dolor en la econom¨ªa¡±. Sus ideas han sido recibidas con furia, pero demuestran una comprensi¨®n precisa del sistema
La situaci¨®n de Catalu?a regresa a la conversaci¨®n y la cuesti¨®n es saber si los independentistas quieren hacer pol¨ªtica o prefieren plegarse a los maximalismos de la ret¨®rica
La reedici¨®n de una biograf¨ªa can¨®nica obra del fil¨®sofo Anselm Jappe recupera la figura del que fuera l¨ªder de la Internacional Situacionista
?A qu¨¦ se debe que las fuerzas pol¨ªticas se comporten hoy -a medio siglo del golpe- como barcos contra la corriente navegando sin cesar hacia el pasado?
El historiador Christopher Lasch se?al¨® en ¡®La cultura del narcisismo¡¯ que la egolatr¨ªa se generaliz¨® a mediados del siglo XX: ?qu¨¦ opinan algunos de los mayores expertos en la materia?
Su obra capital ha cambiado las ideas dominantes, pero la voluntad pol¨ªtica contin¨²a estancada
El fil¨®sofo Antonio Flores Ledesma aplica en ¡®Marx juega¡¯ el pensamiento del padre del socialismo cient¨ªfico a la industria l¨²dica y el funcionamiento de sus narrativas
La vida es muy cara a pesar de que el Estado sigue fijando el precio de sal, pan, huevos y l¨¢cteos, en una herencia de los or¨ªgenes socialistas del pa¨ªs
La asturiana debuta en la narrativa con un texto h¨ªbrido entre la novela, la cr¨®nica y el ensayo, donde reflexiona sobre el sentido del trabajo y la identidad que nos confiere la vida laboral en tiempos de capitalismo salvaje
Podr¨ªamos hablar de c¨®mo cambiarlo, pero antes hay que asumir la realidad: el mundo es un supermercado para ricos
En los ¨²ltimos 40 a?os, los salarios apenas han crecido. Durante los ¨²ltimos 10, han bajado en t¨¦rminos relativos o absolutos
Una mirada ¨ªntima y diferente de la desindustrializaci¨®n en Espa?a, a partir de un relato de formaci¨®n, se encuentra en ¡®Barrio Venecia¡¯, uno de los nuevos ¡®Episodios Nacionales¡¯ que publica Lengua de Trapo
El socialismo no es la ¨²nica alternativa posible. Pensar en t¨¦rminos binarios no ayuda a pensar en escenarios realistas
¡®Aceleraci¨®n. Corrientes ut¨®picas de Dad¨¢ a la CCRU¡¯ (Enclave), de Edmund Berger, es la ¨²ltima entrega de un subg¨¦nero ensay¨ªstico que explora las conexiones entre el arte, la poes¨ªa y la pol¨ªtica radical y que llega hasta el ciberpunk o lo apocal¨ªptico
Una defensa apasionada del arte de polemizar
El expansionismo europeo por ?frica y Asia fue defendido por los intelectuales ilustrados como beneficiosa para los nativos; Tocqueville se dio cuenta de que estaba condenado al fracaso por el rechazo que generaba
Si la tecnolog¨ªa nos libera de la maldici¨®n de trabajar, surgir¨¢n nuevos retos. Hoy, nuestra existencia orbita en torno a lo laboral
Con el frente macroecon¨®mico perdido, comprendo el protagonismo en la prensa seria y la televisi¨®n p¨²blica del mundo del coraz¨®n y lo sentimental-escatol¨®gico
Se ha vuelto frecuente que un l¨ªder env¨ªe a sus huestes armadas a intimidar las instituciones democr¨¢ticas y a sus abogados a manipular las leyes que definen la democracia
La brecha entre los pocos que ganan mucho dinero y las que antes eran clases acomodadas no deja de crecer. Como el n¨²mero de quienes bordean la pobreza
El ensayo ¡®Genio y ansiedad: c¨®mo los jud¨ªos cambiaron el mundo (1847-1947)¡¯ plantea la preeminencia de esta comunidad en Occidente
Cuando las pistas de baile se ralentizaron con el ¡®downtempo¡¯
El escritor, ganador del Premio Nadal por ¡®Lectura ins¨®lita de ¡®El Capital¡¯ e incansable activista contra el terrorismo de ETA, fallece a los 87 a?os
Una de las lecciones del escritor alem¨¢n fue que para acercarse a la verdad conviene escuchar todas las versiones y tomar precauciones frente el embrujo de los h¨¦roes
Los partidos conservadores cl¨¢sicos se enfrentan en este momento a la tentaci¨®n en la que cay¨® Stalin. Siguen apegados a la doctrina neoliberal, pero no les gustan algunas de sus consecuencias
S¨®lo con mejores regulaciones e instituciones m¨¢s fuertes podremos alcanzar la prosperidad
El gozo del que el progresismo hace bien en desconfiar es aquel vinculado al abuso, a la ausencia de l¨ªmites, seg¨²n la definici¨®n cl¨¢sica de la propiedad que otorga al propietario el derecho de hacer lo que quiera con ella
Existe en los discursos apocal¨ªpticos una confesi¨®n impl¨ªcita de falta de rumbo, de rendici¨®n. Como si ya no quisi¨¦ramos construir la experiencia, sino padecer sus consecuencias
¡®Tarz¨¢n de los monos¡¯ forma parte de la educaci¨®n sentimental de varias generaciones masculinas (as¨ª hemos salido)
Ni siquiera por estas latitudes mediterr¨¢neas y amables, tantas veces olvidadas e ignoradas desde los adentros de la M-30, parecemos darnos cuenta del ritmo fren¨¦tico que llevamos
La herencia de Rand pervive en ese fen¨®meno, mezcla de capitalismo y contracultura, de los pioneros tecnol¨®gicos