El debate | ?Hay que prolongar la vida de las centrales nucleares espa?olas?
Espa?a debe culminar en 2035 el calendario de cierre de centrales nucleares pactado hace seis a?os. La cercan¨ªa del apag¨®n, cuyo comienzo est¨¢ previsto para 2027 por la cacere?a de Almaraz, ha reabierto la discusi¨®n sobre si prolongar su actividad

Las centrales nucleares cubren cerca del 20% de la producci¨®n el¨¦ctrica neta en Espa?a, un pa¨ªs con siete reactores operativos en cinco centrales. El debate sobre el futuro de la energ¨ªa nuclear ha renacido en toda Europa tras estallar la guerra en Ucrania, factor al que se suma en Espa?a el calendario de cierre de estas instalaciones, que deber¨ªa comenzar dentro de dos a?os.
Para el expresidente de Enresa Jos¨¦ Luis Navarro Ribera, Espa?a cuenta con una alternativa ventajosa: su apuesta por las renovables. Ignacio Araluce, presidente de Foro Nuclear, la asociaci¨®n que representa los intereses del sector, cree fundamental que Espa?a mantenga la energ¨ªa nuclear como una fuente estrat¨¦gica a largo plazo, junto con las renovables.
La transici¨®n energ¨¦tica no tiene marcha atr¨¢s
Jos¨¦ Luis Navarro Ribera
Tanto el antiguo ¡°nuclear, no gracias¡± como el reciente ¡°nuclear, s¨ª gracias¡± son reduccionistas y algo tramposos. La energ¨ªa nuclear ha sido imprescindible en Espa?a y lo es hoy, gracias a nuestros magn¨ªficos profesionales. La cuesti¨®n es por cu¨¢nto tiempo lo seguir¨¢ siendo y con qu¨¦ costes. Hablamos de Espa?a, pues el an¨¢lisis cambia seg¨²n el pa¨ªs y la ¨¦poca. Depende del mix de generaci¨®n, de los recursos energ¨¦ticos aut¨®ctonos, de la capacidad econ¨®mica, industrial y tecnol¨®gica... En el debate nuclear no se suele profundizar en el problema de los residuos radiactivos y el combustible nuclear gastado. Se dice con raz¨®n que, pese a que mantienen su peligrosidad miles de a?os, se pueden gestionar de forma segura, pero se omiten los aspectos socioecon¨®micos. En Espa?a, ninguna comunidad admite instalar en su territorio un almac¨¦n temporal centralizado para el combustible nuclear gastado, ni siquiera las que defienden mantener sus centrales. Es la vieja contradicci¨®n: s¨ª a las ventajas, no a los inconvenientes.
Las actividades de gestionar los residuos radiactivos y desmantelar las centrales cuando cesan su explotaci¨®n son consustanciales al negocio nuclear, junto con construir y operar. Sus costes los asumen las centrales en todo el mundo, sea quien sea el ejecutor material. En Espa?a las realiza la empresa p¨²blica Enresa. Por eso existe la ¡°tasa Enresa¡±, que pagan las centrales, que se destina ¨ªntegramente a financiar esas actividades y que no es un impuesto. Dicen las empresas, con raz¨®n, que la tasa se debe calcular adecuadamente, pero se contradicen y pretenden que el valor de 2020 sea intocable, porque lo contrario, que se adapte adecuadamente a los costes reales, seg¨²n ellas, afecta negativamente a su cuenta de resultados. Asumen con normalidad el importante incremento del coste del combustible fresco, pero, en cambio, exigen que se congelen los costes de gestionar sus residuos. ?Est¨¢n dispuestas las empresas a asumir las actividades de Enresa, como sucede en algunos pa¨ªses, y as¨ª dejar de pagar la tasa?
El riesgo econ¨®mico m¨¢s grave de los residuos es que tendremos que seguir gestion¨¢ndolos muchos a?os tras el cierre de las centrales, cuando ya no pagar¨¢n la tasa. Cuando en 2070, por ejemplo, haya que atender costes imprevistos ?qui¨¦n los financiar¨¢? ?Tendr¨¢n que pagar nuestros nietos y bisnietos los costes de hoy?
En cuanto a la controvertida fiscalidad, hay que recordar que los impuestos estatales sobre la energ¨ªa nuclear se crearon en 2012, con la ¨²nica novedad desde entonces de la ecotasa de Catalu?a, de 2020.
Yendo al fondo del debate: ?tiene Espa?a una alternativa ventajosa respecto a la nuclear? Somos un referente internacional en cobertura de la demanda con renovables y tenemos muchos proyectos solventes y viables que nos har¨¢n avanzar mucho m¨¢s. La raz¨®n es que tenemos una hoja de ruta a largo plazo, clara y fiable. Desde el primer borrador del Plan de Energ¨ªa y Clima, de 2019, las empresas de todo el mundo que han invertido y siguen invirtiendo en renovables en Espa?a elaboran sus planes de negocio con la certeza de la senda planificada: sustituci¨®n progresiva y ordenada de carb¨®n, gas y nuclear por renovables y almacenamiento. ?Cambiamos ahora el fundamento de nuestro ¨¦xito? ?Nos reclamar¨ªan por el cambio los inversores? ?Seguir¨ªan invirtiendo?
Pero las renovables no son s¨®lo la soluci¨®n definitiva para descarbonizar y ser autosuficientes. Suponen una oportunidad extraordinaria, que no hab¨ªamos tenido en ninguna otra revoluci¨®n industrial. ?Por qu¨¦ una empresa norteamericana elige Trujillo (C¨¢ceres) para fabricar diamantes sint¨¦ticos? Su decisi¨®n se basa en el suministro de electricidad barata y renovable. Esta atracci¨®n de inversiones no la ha conseguido la energ¨ªa nuclear. La combinaci¨®n de las renovables y el desarrollo en curso del almacenamiento con bater¨ªas y bombeos es la soluci¨®n perfecta que nos aporta seguridad del suministro y menor precio de la electricidad. En pocos a?os, la electricidad ser¨¢ m¨¢s barata en Espa?a sin nucleares que en Francia con nucleares.
Pero esta transici¨®n energ¨¦tica debe ser necesariamente justa con las personas y los territorios. Deben anticiparse planes bien dotados y coordinados con todas las partes implicadas, que permitan mantener la actividad econ¨®mica y el empleo.
La energ¨ªa nuclear sigue siendo esencial
Ignacio Araluce
El mundo mira cada vez m¨¢s a la energ¨ªa nuclear como parte de la soluci¨®n a las necesidades futuras e impulsa su desarrollo ante la crisis ambiental y energ¨¦tica que afrontamos, agravada en Europa por la guerra en Ucrania. Gobiernos de distinto signo ven a la nuclear como un aliado imprescindible en sus estrategias energ¨¦ticas. La apuesta es firme a nivel mundial con la construcci¨®n de nuevas centrales y la operaci¨®n a largo plazo de las existentes. A este impulso se suman la Agencia Internacional de la Energ¨ªa, el Organismo Internacional de Energ¨ªa At¨®mica, el Informe Draghi o el Panel Intergubernamental sobre Cambio Clim¨¢tico, que exponen que alcanzar la neutralidad clim¨¢tica ser¨¢ mucho m¨¢s complejo sin la nuclear. La COP28 reconoci¨® a la nuclear entre las soluciones para alcanzar los objetivos clim¨¢ticos. En el marco de las dos ¨²ltimas cumbres, 31 pa¨ªses firmaron su compromiso para triplicar el peso de esta energ¨ªa en el horizonte de 2050. Se suman a estos apoyos bancos, instituciones financieras internacionales y la Comisi¨®n Europea, que califica a la energ¨ªa nuclear como limpia y promueve su desarrollo.
Y mientras el mundo considera esencial a la energ¨ªa nuclear, ?cu¨¢l es la situaci¨®n en nuestro pa¨ªs? En Espa?a hay siete reactores nucleares operativos que producen cada a?o el 20% de la electricidad que consumimos. Es la tecnolog¨ªa que m¨¢s estabilidad ofrece a la red al estar disponible pr¨¢cticamente las 24 horas los 365 d¨ªas del a?o y producir anualmente casi el 25% de la electricidad sin emisiones.
El desarrollo de las renovables, muy necesarias pero intermitentes, no quita que el sistema requiera de una potencia firme no emisora de CO? como la nuclear, m¨¢xime cuando el almacenamiento de energ¨ªa lleva mucho retraso. Pese a estas dificultades, el Plan Nacional de Energ¨ªa y Clima del Gobierno fija el abandono de la energ¨ªa nuclear en 2035, comenzando a reducir su peso en 2027. Este cierre no s¨®lo afectar¨¢ a los siete reactores, sino que pone en riesgo el futuro socioecon¨®mico de sus entornos, a miles de profesionales y a todo un sector industrial a la vanguardia tecnol¨®gica y con gran reconocimiento internacional.
El Protocolo de Intenciones de 2019 entre los propietarios de las centrales y la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa), auspiciado por el Gobierno para establecer los plazos de operaci¨®n de las centrales y la financiaci¨®n de las actividades de Enresa de desmantelamiento y gesti¨®n de los residuos, de cuyo pago se encargan las nucleares, merece un replanteamiento. La situaci¨®n energ¨¦tica ha cambiado radicalmente y ser¨ªa un error prescindir de la energ¨ªa nuclear, y este acuerdo contemplaba una subida m¨¢xima de la llamada ¡°tasa Enresa¡± del 20%, que ya se aplic¨® a los titulares de las centrales, y se ha incrementado recientemente otro 30% por un cambio de modelo de gesti¨®n y falta de consenso institucional ajeno totalmente a la operaci¨®n de las centrales.
Los mismos argumentos que impulsan la energ¨ªa nuclear a nivel mundial son aplicables a Espa?a, m¨¢s dada nuestra condici¨®n de ¡°isla energ¨¦tica¡±. Las centrales, muy competitivas si se redujera la presi¨®n fiscal, est¨¢n preparadas para seguir funcionando tras sus enormes inversiones anuales y los exhaustivos controles de seguridad. T¨¦cnicamente, podr¨ªan continuar operando muchos a?os, como ocurre con sus hom¨®logas estadounidenses, que tienen licencias para funcionar 60 y 80 a?os. Su cierre implicar¨ªa un incremento sustancial de la factura el¨¦ctrica para el consumidor dom¨¦stico y la industria, rest¨¢ndole competitividad.
Resulta esencial que Espa?a mantenga la energ¨ªa nuclear como una fuente estrat¨¦gica a largo plazo junto con las renovables y no cometa el error alem¨¢n que, tras cerrar su parque nuclear, afronta una recesi¨®n con precios de la electricidad elevados, depende del gas y del carb¨®n y es un gran emisor de CO?. Para asegurar la continuidad de nuestras centrales es fundamental reducir la alta carga fiscal que soportan, muy superior a la de otras tecnolog¨ªas y muy por encima de la que se aplica en otros pa¨ªses. Presi¨®n fiscal, la citada tasa Enresa y un plan de cierre que urge revisar, por lo que consideramos positivo establecer un di¨¢logo con el ministerio para analizar de manera conjunta la situaci¨®n.
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