Ya no hay sorpresas
Hay algo infantil en el modo con el que los ciudadanos de las democracias afrontamos el tiempo actual
Hay algo infantil en el modo con el que los ciudadanos de las democracias afrontamos el tiempo actual
El canto de las v¨ªctimas de la ¨²ltima riada mortal en el Levante es un canto a la impotencia, al desespero
Casi siempre, el relato que acompa?a a la coca¨ªna es diversi¨®n desmesurada, eficacia laboral y sexo antol¨®gico. La realidad es opuesta: destrozo psicol¨®gico, fraude profesional y ruina sexual
Rebasar en edad a alguien que gana el Nobel de Literatura es algo inapelable para cualquier escritor de los que circulamos por los andamios del oficio
Nos estamos blindando emocionalmente ante la agresividad, y el producto de nuestra indiferencia va a ser una sociedad m¨¢s violenta y m¨¢s desalmada
En ¡®El peor programa de la semana¡¯, en 1994, nos encantaba recibir las quejas de quienes nos reprochaban las bromas sobre estamentos y asuntos sagrados para ellos. Los directivos de RTVE tambi¨¦n intentaban imponer l¨ªmites
Nunca antes en la historia se hab¨ªa producido un llamamiento tan descarado para traer ni?os al frente de guerra
El ataque israel¨ª a los buscas y ¡®walkie talkies¡¯ de Hezbol¨¢ confirma que la guerra es un periodo jugoso de invenci¨®n y progreso.
Todo el planeta mira hacia los supermillonarios como la solvencia personificada. En un mundo que valora el dinero por encima de todo, cualquiera que lo acumule a cascoporro nos resulta atractivo y sabio
Cuando nuestras vidas cambian constantemente, y m¨¢s en los tiempos que corren, un gesto de cercan¨ªa o cari?o influye m¨¢s que todo el dinero del mundo
No paran de surgir l¨ªderes cuya ¨²nica dial¨¦ctica es la de insultar a quien no se puede defender. Se conoce como ventajismo y les funciona porque sobre los inmigrantes pesa un silencio social
La prevalencia de la informaci¨®n sobre cr¨ªmenes en los medios siempre ha representado uno de esos puntos bajos en la madurez de una sociedad
El pa¨ªs tiene un motor econ¨®mico interno basado en la industria del turismo, una bendici¨®n que es en ocasiones tambi¨¦n una maldici¨®n para sus j¨®venes
El cineasta y escritor narra una historia de cuando ten¨ªa 22 a?os, se corr¨ªa juergas con su amigo Luis y se cruzaba con Fernando Fern¨¢n G¨®mez, Maribel Verd¨², Rafael Alberti o Pen¨¦lope Cruz
Los votantes independentistas no van a desaparecer; hay que convencerlos de que la senda constitucional es m¨¢s honesta y justa
Poco a poco, las aguas de la cancelaci¨®n se han ido calmando para abrir paso a esa asunci¨®n m¨¢s madura que nos recuerda que los seres humanos son ¡®matrioshkas¡¯ que ocultan imperfecciones en cada nivel
Mientras a¨²n recordamos la paletada borrachuza del festejo espa?ol de la Eurocopa, los franceses agitaron en una coctelera lo que consideran sus grandes valores: la cultura, el arte y su pensamiento pol¨ªtico y social
Antes la autoridad se emparentaba con la experiencia. Ahora vivimos tiempos de renovaci¨®n tecnol¨®gica y parece que hay que sustituir a las personas al primer signo de obsolescencia
No parece cre¨ªble que un gobierno regional carezca de posibilidades para acoger, tutelar y formar a una treintena de chicos
Keir Starmer ha sabido esperar a que el pueblo brit¨¢nico se dejara caer en sus brazos, asqueado de esos liderazgos carism¨¢ticos pero viscosos que no dejan tras de s¨ª m¨¢s que mentira y desgobierno
Catalogamos de capaces o incapaces a los dem¨¢s sin tener en cuenta nuestras propias limitaciones
Muchas personas inteligentes se abrazan a necios y muchos tipos honestos se al¨ªan con delincuentes
La entronizaci¨®n del presidente franc¨¦s destruy¨® a los partidos, con todos sus defectos, para naturalizar la llegada de los personalismos desaforados a la pol¨ªtica
La gente le ha perdido el miedo a ser succionada por la agenda partidista y se enfrenta a los problemas reales de su entorno m¨¢s cercano
El domingo, muchos ciudadanos, incluso los tan necesitados del control de la UE como los espa?oles, elegir¨¢n el rechazo a la protecci¨®n europea
Los lectores avezados ya distinguen la falsedad con claridad, pero incomoda que no se persiga un delito tan obvio. Y no se hace porque no se quiere
Las guerras y el viraje pol¨ªtico mundial apuntan a tiempos oscuros donde para dominarte todo vale
Seamos de una opini¨®n u otra, la ausencia de un debate sobre la amnist¨ªa en la campa?a catalana muestra la artificialidad con que se aborda en el resto de Espa?a
En el arte de contar lo que menos importa es el contenido, la ejemplaridad o la trascendencia de lo que se cuenta, sino la forma
El pa¨ªs muestra grandes dosis de racismo y abuso. La mancha no se reduce por esconderla bajo la alfombra de la hinchada futbol¨ªstica o la tela de las banderas
Cualquier persona cabal sospecha que detr¨¢s del intercambio de ataques calculados y milimetrados entre Israel e Ir¨¢n hay algo mucho m¨¢s feo y oscuro
En los casos de Koldo y Rubiales, lo que resulta un agravio para mucha gente no es que se hayan podido apropiar de dinero sino que carezcan de modales
Impulsar la marcha del primer ministro es hoy un mal menor para la democracia israel¨ª. Podr¨¢ aplazarlo cuanto quiera, pero debe asumirlo como inevitable antes de la reconstrucci¨®n
La privatizaci¨®n de nuestras empresas estrat¨¦gicas hizo millonarias a se?aladas familias. La recuperaci¨®n de una parte para no perder del todo su v¨ªnculo nacional nos va a costar cara
Si practic¨¢ramos una visi¨®n de conjunto, ser¨ªamos m¨¢s ecu¨¢nimes, esto nos facilitar¨ªa un mayor sosiego y probablemente hasta nos lograra hacer m¨¢s inteligentes
Los que han visto morir a seres queridos saben que el consuelo, en ocasiones, no es para el que se va, sino tambi¨¦n para el que se queda. En ese desconsuelo se quedaron los que por razones de la crisis social y sanitaria fueron despose¨ªdos de ese derecho
Estar¨ªa bien que la historia de la bomba at¨®mica lanzada sobre Jap¨®n en dos ocasiones no se contara como fruto de lo inevitable
Puede que la ley de amnist¨ªa solo sea la gran anomal¨ªa final que permita, ir¨®nicamente, colocar los contadores a cero y volver a empezar en la carrera hacia la legitimaci¨®n de nuestras instituciones
La Administraci¨®n es ese espeso magma en el que estamos obligados a nadar, pero tambi¨¦n, en la tragedia, es esa especie de placenta a la que exigimos que nos proteja
No se puede levantar una democracia sobre sociedades ba?adas en un magma de rencores cruzados donde a unos les importa un carajo la suerte de los otros