La puesta en marcha de la central nuclear en los ¨²ltimos a?os del franquismo marc¨® la vida de un peque?o pueblo de la provincia de Burgos que subsist¨ªa hasta entonces de la agricultura. Durante las cuatro d¨¦cadas que estuvo en funcionamiento all¨ª coexistieron hitos tecnol¨®gicos y pol¨¦micas medioambientales. Ahora, la planta afronta su desmantelamiento definitivo y all¨ª solo quedar¨¢n sus residuos
Tras una d¨¦cada parada, la planta burgalesa se prepara para desaparecer del mapa, un proceso que durar¨¢ una d¨¦cada y en el que el principal reto es la gesti¨®n de los residuos radiactivos. EL PA?S disecciona el desmantelamiento y el tratamiento de los peligrosos desechos
La plataforma y cinco partidos instan al Gobierno a rechazar la pr¨®rroga hasta 2030 de la vida de la instalaci¨®n, como pactaron Enresa y las el¨¦ctricas en el plan de desmantelamiento nuclear
Gestionar el combustible gastado y los residuos radiactivos de alta actividad costar¨¢ m¨¢s de 8.753 millones hasta final de siglo. La clausura de las centrales, otros 4.175 millones
La planta de Guadalajara, que comenz¨® su desmantelamiento en 2010, muestra el proceso para acabar con una nuclear, un camino que deber¨¢ seguir Garo?a
Almonacid de Zorita, donde est¨¢ la central Jos¨¦ Cabrera, ha perdido poblaci¨®n desde su cierre y los vecinos a¨²n est¨¢n contrariados por la p¨¦rdida
El Gobierno ha allanado el camino para que las plantas operen m¨¢s de cuatro d¨¦cadas. Pero las el¨¦ctricas lanzan un pulso: si no bajan los impuestos no es rentable que sigan abiertas
Garo?a tiene el visto bueno del CSN para operar aunque sus due?os dudan de la viabilidad econ¨®mica. De fondo est¨¢ el debate sobre el futuro de todo el sector nuclear