Los hitos de la econom¨ªa de 2018: los pensionistas ganaron la batalla
Cuando arranc¨® el 2018, las pensiones solo sub¨ªan el 0,25%, Espa?a crec¨ªa al 3% y el BCE alimentaba los mercados con compras masivas de bonos. 12 meses despu¨¦s, todo ha cambiado
Termina un a?o convulso: se aprob¨® la mayor subida del salario m¨ªnimo en democracia, el IPC volvi¨® a ser la referencia para las pensiones, banqueros y consejeros han acabado en prisi¨®n y el mercado inmobiliario vuelve a calentarse. En el exterior, la guerra comercial a?ad¨ªa incertidumbre a una econom¨ªa global que comienza a dar se?ales de ralentizaci¨®n.
2017 fue el ejercicio en el que todos los pa¨ªses crecieron al un¨ªsono por primera vez en mucho tiempo. En cambio, en los ¨²ltimos doce meses se ha oteado un horizonte muy distinto, trufado de riesgos y vulnerabilidades. El proteccionismo, el Brexit, la incertidumbre sobre Italia o las turbulencias en los mercados... Todo ha hecho que la econom¨ªa empiece a crecer a ritmos m¨¢s moderados. En ese contexto, Espa?a ha aguantado sorprendentemente. Aunque ya por debajo del 3% registrado en a?os precedentes, avanza a tasas del 2,5%, en parte a costa del ahorro y el cr¨¦dito al consumo. Sin embargo, ah¨ª contin¨²a la elevada deuda p¨²blica y externa, que apenas se ha corregido. Y la ralentizaci¨®n exterior ha comenzado a notarse en un a?o marcado por los siguientes acontecimientos.
El regreso del IPC para revalorizar las pensiones
Apenas cinco a?os ha aguantado la reforma de pensiones de 2013 que desligaba su evoluci¨®n de los precios y se tradujo en subidas del 0,25% entre 2014 y 2017. Como pronosticaron sus detractores, cuando la inflaci¨®n recuperara vigor mantenerla ser¨ªa pol¨ªticamente insostenible.
Las masivas manifestaciones de pensionistas en febrero y marzo atemorizaron al Ejecutivo de Mariano Rajoy, que acab¨® renunciando a su reforma para aprobar los presupuestos de 2018 y salvar la legislatura. El PNV exigi¨® una subida del 1,6% y logr¨® que se retrasara a 2023 la aplicaci¨®n del factor de sostenibilidad, que reduce la pensi¨®n inicial de jubilaci¨®n conforme sube la esperanza de vida
Adem¨¢s, en este a?o ¨Cy van ya tres¨C el Pacto de Toledo ha sido incapaz de alcanzar un punto com¨²n sobre las recomendaciones para reformar la Seguridad Social y sacarla de los abultados d¨¦ficit que encadena desde 2011. Y ello pese al horizonte demogr¨¢fico.?Al menos, los diputados han disuelto un escollo: todos los grupos pol¨ªticos, tambi¨¦n el PP, han aceptado volver a poner a los precios como referencia de la actualizaci¨®n anual de las pensiones.
Ese pacto se alcanz¨® en octubre y ha dado pie al Gobierno de Pedro S¨¢nchez a usar la inflaci¨®n media del a?o en 2018 y 2019 para asegurar que los pensionistas no pierdan poder adquisitivo. Para que el mecanismo se convierta en definitivo, y todo parece indicar que as¨ª ser¨¢, hay que esperar a que el Pacto de Toledo concluya sus negociaciones de una vez, el Ejecutivo lo hable con los agentes sociales y el Parlamento apruebe una reforma con bastantes m¨¢s ajustes que solo la vuelta del IPC. Porque si abandonar los precios para actualizar las pensiones era socialmente insostenible, volver a ellos sin que la Seguridad Social tenga m¨¢s recursos es financieramente imposible.
Los salarios m¨¢s bajos piden paso
Espa?a ha vuelto a crear mucho empleo en 2018. Con este van cuatro a?os creando entre 400.000 y 575.000 ocupados. La alta precariedad sigue siendo una de las asignaturas pendientes. La tasa de temporalidad supera el 27%. Y el paro contin¨²a siendo muy alto.
Pero tras cuatro a?os de recuperaci¨®n intensa del empleo, los sueldos han empezado a pedir protagonismo. Durante la crisis, la devaluaci¨®n salarial se ceb¨® con los sueldos m¨¢s bajos. Los Gobiernos, del PP y del PSOE, y los agentes sociales han tratado de corregirlo en parte. No sin tensiones. El a?o comenz¨® con un aumento del salario m¨ªnimo del 5% y el pacto entre el Ejecutivo popular, los empresarios y los sindicatos de subirlo a 850 euros al mes en 2020 si la econom¨ªa manten¨ªa su vigor.
A ese acuerdo le sigui¨® en verano otro de negociaci¨®n colectiva entre CC OO, UGT, CEOE y Cepyme, que comienza por recomendar aumentos de los sueldos en convenio entre el 2% y el 3%. Pero si algo destaca en ese pacto es el compromiso de pedir que las retribuciones m¨¢s bajas de los convenios se sit¨²en en los 14.000 euros al a?o (1.000 euros al mes con dos extraordinarias).
Pero la medida estrella sobre las remuneraciones m¨¢s bajas lleg¨® en octubre de la mano del pacto presupuestario entre el Gobierno y Podemos: el salario m¨ªnimo subir¨¢ en 2019 un 22,3% hasta los 900 euros mensuales. La medida, que afecta a 1,3 millones de trabajadores, ha abierto un debate en el que el Banco de Espa?a ha abanderado la posici¨®n contraria, advirtiendo de que podr¨ªa costar 150.000 empleos. No obstante, han sido bastantes los economistas que han respondido que no hay evidencia clara e incontestable de que una iniciativa as¨ª tenga consecuencias negativas. Tampoco las hay de lo contrario.
Un a?o negociando los Presupuestos
El a?o comenz¨® con la pr¨®rroga de los Presupuestos de 2017 y terminar¨¢ con otra pr¨®rroga. La inestabilidad pol¨ªtica y la complicada geometr¨ªa parlamentaria convierten la aprobaci¨®n de las cuentas en uno de los asuntos m¨¢s complejos para cualquier Gobierno. El de Rajoy tuvo que emplearse a fondo y hasta abril no pudo sacar adelante los Presupuestos de 2018, tras generosas concesiones a vascos y canarios. Los nacionalistas arrancaron la primera subida de las pensiones desde la crisis, del 1,6%. Ahora S¨¢nchez se enfrenta al bloqueo del PP y Ciudadanos en el Senado, que no le permiten siquiera reformar la Ley de Estabilidad para relajar los objetivos de d¨¦ficit y suavizar el ajuste. As¨ª, tampoco tiene asegurado el apoyo para las cuentas de 2019 y se ha visto abocado a prorrogar las de 2018.
Este a?o tambi¨¦n se acord¨® en marzo volver a subir el sueldo de los funcionarios, uno de los colectivos m¨¢s afectados por los recortes y recuperar lo perdido en la crisis. El acuerdo, adem¨¢s, vincula las subidas salariales a la marcha de la econom¨ªa.
Por ¨²ltimo, el Gobierno socialista ha presentado nuevos impuestos para modernizar el sistema fiscal ante las nuevas actividades digitales. Aprobar¨¢, si logra los apoyos, un impuesto sobre actividades digitales, conocido como tasa Google; otro, sobre transacciones financieras, y una subida del impuesto de sociedades, para que las empresas tributen m¨¢s por los beneficios exteriores.
Una reforma de m¨ªnimos para el euro
El euro seguir¨¢ incompleto un tiempo m¨¢s. Los pa¨ªses de la moneda ¨²nica cerraron el a?o con una reforma que dota de un respaldo fiscal al fondo de resoluci¨®n bancaria y da nuevas funciones al Mecanismo Europeo de Estabilidad (Mede), que tendr¨¢ nuevas herramientas, como l¨ªneas de cr¨¦dito para pa¨ªses con apuros puntuales. Sin embargo, sigue sin haber avances en una hoja de ruta para poner en marcha el fondo de garant¨ªa de dep¨®sitos comunitario, que la Comisi¨®n considera una pieza clave para la Uni¨®n Bancaria. Alemania sigue demandando una reducci¨®n de los riesgos bancarios, mientras que Italia contin¨²a sin ceder en la limitaci¨®n de la deuda soberana en los balances de sus entidades financieras. Solo se logr¨® el compromiso de tener preparado para junio el dise?o de un presupuesto para la zona euro anclado dentro de las cuentas de la UE. Hace un a?o, ese instrumento era un tab¨². Aun as¨ª, sus defensores ¨Centre ellos Francia y Espa?a¡ª tuvieron que tragar con las exigencias de los pa¨ªses del norte de que solo sirva para promover la ¡°convergencia¡± y la ¡°competitividad¡±, dejando fuera cualquier funci¨®n estabilizadora en tiempos de crisis.
Precios de la electricidad en m¨¢ximos
El precio de la electricidad no ha dado tregua durante 2018. Empez¨® a subir en mayo, en agosto rompi¨® la barrera de los 70 euros por megavatio/hora (MWh) y en septiembre bati¨® r¨¦cord: el d¨ªa 12 de ese mes toc¨® m¨¢ximos anuales, con un precio medio de 75,39 euros el MWh. Ese repunte hizo de septiembre el mes con la electricidad m¨¢s costosa de 2018, y contribuy¨® a que este a?o vaya camino de consagrarse como el segundo m¨¢s caro desde 1998.
Este encarecimiento, fruto del alza en los derechos de CO2, la subida del petr¨®leo o una formaci¨®n de precios mal dise?ada, se convirti¨® en una carga para el consumidor y en un rompecabezas para el Gobierno, que en octubre adopt¨® medidas urgentes para frenar la escalada de precios. Entre otras cosas, suspendi¨® durante seis meses el impuesto a la generaci¨®n el¨¦ctrica, elimin¨® el c¨¦ntimo verde y el impuesto al sol. El paquete incluye adem¨¢s acciones dirigidas a los ciudadanos m¨¢s vulnerables, como la ampliaci¨®n del bono social el¨¦ctrico, la creaci¨®n de un bono t¨¦rmico y la futura puesta en marcha de una estrategia contra la pobreza energ¨¦tica.
Rato, en la c¨¢rcel
Transcurrida una d¨¦cada desde el inicio de la crisis, el a?o 2018 vio c¨®mo entraban en prisi¨®n algunos de los banqueros que contribuyeron a agravarla con su gesti¨®n. Hasta entonces, y tras un aluvi¨®n de procesos judiciales, los pocos exdirigentes de las cajas de ahorro que hab¨ªan llegado a pisar la c¨¢rcel (los de Novacaixagalicia) pasaron poco tiempo entre rejas. En octubre pasado el Tribunal Supremo envi¨® a prisi¨®n a Rodrigo Rato, convertido en s¨ªmbolo de una ¨¦poca de despilfarro y corrupci¨®n, por las tarjetas black de Bankia. Otros 14 exdirectivos o consejeros fueron condenados a m¨¢s de dos a?os de c¨¢rcel. Fue el primer proceso judicial de Bankia en resolverse, pero otro a¨²n m¨¢s relevante ha empezado a juzgarse hace unas semanas en la Audiencia Nacional: la salida a bolsa de la entidad, fraudulenta seg¨²n la Fiscal¨ªa (que pide cinco a?os de c¨¢rcel para Rato) y decenas de acusaciones particulares.
El a?o que acaba tambi¨¦n ha visto c¨®mo los tribunales se atascaban con las demandas de los afectados por las cl¨¢usulas suelo y otras condiciones abusivas de los bancos. Solo se han resuelto una de cada cuatro, y en el 97% de los casos los jueces han dado la raz¨®n a los clientes.
Doble relevo sincronizado en la gran banca
En octubre, y por primera vez, los dos grandes bancos espa?oles, Santander y BBVA, anunciaron que cambiaban sus c¨²pulas directivas. En el caso del BBVA, el relevo es al m¨¢ximo nivel: a partir de enero, el ahora consejero delegado, Carlos Torres, sustituir¨¢ en la presidencia a Francisco Gonz¨¢lez, que ha estado al frente de la entidad desde octubre de 1999. El segundo puesto en el escalaf¨®n lo ocupar¨¢, para sorpresa de todos, el turco Onur Gen?, que no habla castellano y que ha desarrollado su carrera en Turqu¨ªa y EE UU.
El banco presidido por Ana Bot¨ªn tambi¨¦n ha cambiado el segundo nivel: el italiano Andrea Orcel, procedente de UBS, ser¨¢ el nuevo consejero delegado. Jos¨¦ Antonio ?lvarez, que ahora ocupa el cargo, pasar¨¢ a ser vicepresidente ejecutivo y presidente del Santander Espa?a.
Ambos relevos tienen elementos en com¨²n: los dos grandes quieren caras nuevas para despertar la cotizaci¨®n, que atraviesa un largo t¨²nel en los dos casos. Por otro lado, se ha recurrido a consejeros delegados extranjeros, en un gesto que se interpreta como una muestra de la internacionalizaci¨®n. Por ¨²ltimo, los nuevos responsables no son banqueros tradicionales, prueba de que las entidades buscan ejecutivos transformadores del negocio ante la digitalizaci¨®n de las finanzas.
Vivienda, el a?o del alquiler
Tras el serial de la burbuja inmobiliaria, su rotura y recuperaci¨®n, se puede afirmar que 2018 ha sido el a?o del alquiler. Y no solo porque el porcentaje de espa?oles que vive en casas arrendadas sea el m¨¢s alto de las ¨²ltimas d¨¦cadas (un 16,9%, seg¨²n las ¨²ltimas cifras del INE), sino tambi¨¦n porque conforme escalaban los precios, sobre todo en las grandes ciudades, se disparaban los desahucios de inquilinos. Estos subieron cerca de un 8% anual en el tercer trimestre. Como al mismo tiempo han bajado los lanzamientos por impago de hipoteca, los desahucios del alquiler son ya m¨¢s del 65% del total. La inquietud se ha trasladado a la clase pol¨ªtica. El pen¨²ltimo Consejo de Ministros del a?o aprob¨® un decreto de medidas urgentes de vivienda centrado en el alquiler y cuya validaci¨®n parlamentaria colear¨¢ en el arranque de 2019.
Pero tambi¨¦n hubo alguna turbulencia en el mercado de compra. La m¨¢s notable se origin¨® inesperadamente en una sentencia del Tribunal Supremo, fechada en 16 de noviembre, que se?alaba que eran los bancos, y no los clientes, quienes deb¨ªan pagar el impuesto hipotecario. El presidente de la Sala de los Contencioso-administrativo, Luis Mar¨ªa D¨ªez-Picazo, convoc¨® un pleno para revisar ese criterio. El caos jur¨ªdico se alarg¨® durante tres semanas hasta que la sala, por 15 votos a 13, dio marcha atr¨¢s. Una decisi¨®n irrelevante porque a la vez el Gobierno anunci¨® (y llev¨® a cabo) una reforma legislativa para que pagasen los bancos el tributo.
Fin a los turistas 'prestados'
Hasta que en febrero se conozca el dato de llegada de turistas extranjeros de diciembre, no se sabr¨¢ si 2018 cierra con el sexto r¨¦cord consecutivo de visitantes. Ser¨¢, o no, por poco. El sector tur¨ªstico ya descontaba que 2018 no traer¨ªa los crecimientos espectaculares de a?os anteriores, sobre todo por la resurrecci¨®n de destinos que compiten con Espa?a en el sol y playa, como son Turqu¨ªa, Egipto o T¨²nez. Muchos brit¨¢nicos y, sobre todo, alemanes que se tostaban en las playas espa?olas lo hacen ahora en el Mediterr¨¢neo oriental.
Ante esa reducci¨®n de los turistas prestados, el sector, que ha invertido miles de millones en sofisticar la oferta, se debate entre la tentaci¨®n de reducir precios para mantener la ocupaci¨®n o apostar por clientes con m¨¢s fondo de billetero (chinos, estadounidenses, rusos¡). El reto, para el Gobierno y para las asociaciones del sector, es lo segundo: conseguir m¨¢s con menos. El asunto es c¨®mo atraer a esos visitantes y promocionar otras fortalezas (cultura, ocio, paisajes, compras¡) para desestacionalizar la oferta y que el sol y playa no sea el ¨²nico atractivo.
Los coches negros que odian los taxistas
En 2018 conocimos que esos coches negros y elegantes con una pegatina en la luna trasera eran VTC, veh¨ªculos de alquiler con conductor que usan empresas para captar viajeros a trav¨¦s de aplicaciones como Uber y Cabify. Su n¨²mero crece mes a mes. Ahora son casi 13.000 pero llegar¨¢n a los m¨¢s de 20.000 gracias a las licencias que les conceden los tribunales. Su negocio hace competencia directa al de los taxistas, que se levantaron en armas este verano pidiendo su prohibici¨®n, con movilizaciones que comenzaron en Barcelona y se extendieron luego a Madrid, Sevilla, Valencia y otras ciudades. En las mismas, cientos de taxistas cortaron grandes v¨ªas y protagonizaron actos vand¨¢licos, hasta que el Ministerio de Fomento anunci¨® una nueva normativa salom¨®nica que otorga una pr¨®rroga de cuatro a?os a las VTC para que sigan circulando con su actual licencia estatal. A partir de ese plazo, precisar¨¢n de una segunda licencia municipal si quieren seguir operando.
Netflix y el f¨²tbol se cuelan en la factura telef¨®nica
La televisi¨®n en abierto agoniza. El 62% de los internautas en Espa?a ya est¨¢ pagando por ver contenidos con alg¨²n tipo de suscripci¨®n tanto en plataformas de v¨ªdeo en streaming OTT (Netflix, HBO, Prime Amazon, etc¨¦tera) como de televisi¨®n de pago de los operadores de telecomunicaciones (Movistar+, Vodafone TV, y Orange TV), seg¨²n el informe Televidente Now! 2018, de la consultora The Cocktail Analysis. La plataforma de streaming con m¨¢s usuarios es Netflix (m¨¢s de 6,7 millones), aunque solo el 79% pague por la suscripci¨®n (total o compartida). Las compa?¨ªas de telefon¨ªa, incluso la reacia Telef¨®nica, han tenido que incluir en su programaci¨®n series como Narcos o Juego de Tronos de estos gigantes estadounidenses para poder captar a sus clientes de fibra o de m¨®vil. Tambi¨¦n tienen que afrontar la astron¨®mica cifra de 1.300 millones de euros que cuesta ofrecer la Liga y la Champions esta temporada. Vodafone dijo basta y prefiri¨® perder m¨¢s de 100.000 l¨ªneas a pagar ese peaje por el f¨²tbol. M¨¢sM¨®vil, que por ahora no oferta ning¨²n servicio de televisi¨®n de pago, fue el gran triunfador del a?o. Se acerca a los 8 millones de cliente de Internet y m¨®vil, tras ganar m¨¢s de un mill¨®n en 2018 y comprar Lebara, el operador especializado en el segmento de inmigrantes.
La peliaguda sucesi¨®n de Draghi
Los fan¨¢ticos de los bancos centrales recordar¨¢n 2018 como el a?o en el que Mario Draghi devolvi¨® la pol¨ªtica monetaria a territorios m¨¢s convencionales, incluso aburridos. El presidente del BCE se mantuvo firme y alarg¨® hasta diciembre el que quiz¨¢s haya sido el mayor programa de ingenier¨ªa monetaria en la historia de Europa, la compra masiva de bonos corporativos y soberanos que en cuatro a?os ha inyectado 2,6 billones de euros. El italiano se marcha con un regalo: corta el grifo de la adquisici¨®n de deuda, s¨ª, pero reinvertir¨¢ las cantidades que vayan venciendo durante un periodo prolongado. Es un respiro para la econom¨ªa europea, que acumula s¨ªntomas de desaceleraci¨®n.
Draghi se despide del cargo ¨Csu mandato acaba el 31 de octubre- y deja en el aire dos dudas. La primera es cu¨¢ndo llegar¨¢ la primera subida de tipos tras casi tres a?os en la zona cero. El italiano podr¨ªa poner un broche de oro a su mandato con un alza justo antes de dejar el BCE, pero los nubarrones econ¨®micos podr¨ªan retrasar la subida. El segundo interrogante es el nombre de su sustituto. Descabalgado de la carrera el halc¨®n alem¨¢n Jens Weidmann, ganan enteros el finland¨¦s Erkki Liikanen y el franc¨¦s Beno?t C?ur¨¦.
Todos pendientes de la guerra comercial
La amenaza pende desde el 8 de noviembre de 2016, cuando Donald Trump gan¨® por sorpresa las elecciones de EE UU. En su honor hay que decir que ha sido fiel a sus promesas: el presidente ha cumplido su amenaza de alejarse de socios y aliados generando el que hoy aparece como el mayor riesgo para la econom¨ªa internacional: una oleada proteccionista que terminen pagando todos.
Los frentes son muy variados. Desde los Volkswagen alemanes al aluminio chino. Ante la evidencia de que los da?os van en todas las direcciones, los l¨ªderes de EE UU y China pactaron en diciembre una tregua de 90 d¨ªas para acabar con las hostilidades entre las dos grandes potencias. Esta paz moment¨¢nea llegaba despu¨¦s de aprobar aranceles a productos chinos por 53.000 millones de d¨®lares, luego por 200.000 y amenazar con otros 267.000. Las dos ¨²ltimas medidas quedan ahora en suspenso. El cierre de f¨¢bricas de General Motors en EE UU mostr¨® a Trump que los aranceles son armas de doble filo. La OCDE ya ha detectado en el primer semestre una ralentizaci¨®n en el comercio mundial que da?ar¨¢ sobre todo a los pa¨ªses en desarrollo. Est¨¢ por ver si 2019 ser¨¢ el a?o de la guerra total, o se queda en escaramuzas menores.
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