La avalancha que asfixi¨® a los hospitales
La falta de previsi¨®n ante la llegada del coronavirus y la escasez de medios desbordaron los centros m¨¦dicos espa?oles desde los primeros momentos de la epidemia
El tal¨®n de Aquiles estaba en los hospitales. Ya en enero se asume que la aparici¨®n de un nuevo coronavirus que causa graves neumon¨ªas va a hacer inevitable un cierto aumento de la mortalidad, pero la capacidad de las unidades de cuidados intensivos para atender a los casos m¨¢s graves ser¨¢ el factor determinante para evitar que los fallecimientos se disparen. Wuhan ya hab¨ªa demostrado que estos servicios son el cuello de botella por el que el sistema puede empezar a colapsar de arriba a abajo. Sin camas libres en las UCI, enfermos que requieren ventilaci¨®n mec¨¢nica pasan a ser ingresados sin ella en planta. Las camas de hospitalizaci¨®n se llenan, las urgencias quedan saturadas y el flujo de infectados hacia los centros sanitarios desde domicilios y residencias de mayores queda interrumpido.
La gesti¨®n de la crisis tiene as¨ª mucho de estimaci¨®n matem¨¢tica. Los datos llegados de China indicaban que uno de cada cinco de casos diagnosticados requerir¨¢ ingreso hospitalario y el 5% ser atendido en la UCI. Estos porcentajes aumentan luego en Europa tras la llegada del virus al continente, pero en cualquier caso las 4.600 plazas de cuidados intensivos instaladas en los hospitales p¨²blicos y privados espa?oles dan en principio un amplio colch¨®n para hacer frente a la nueva enfermedad.
Los datos llegados de China indicaban que uno de cada cinco de casos diagnosticados requer¨ªa ingreso hospitalario y el 5% necesitaba UCI
Las reducidas previsiones iniciales sobre el impacto del coronavirus en Espa?a y Europa no llevan a pensar a finales de enero que sea necesario comprar m¨¢s respiradores. Tampoco pruebas diagn¨®sticas ni m¨¢s equipos de protecci¨®n (los EPI) para proteger a los trabajadores sanitarios. Incluso si el denominador crece hasta algunos cientos o miles de casos diagnosticados, el numerador nunca supondr¨¢ una amenaza para el sistema sanitario. O eso se cre¨ªa.
Este escenario salta por los aires en Codogno, una peque?a ciudad situada a 60 kil¨®metros al suroeste de Mil¨¢n. All¨ª, el 21 de febrero, se hace evidente que el virus lleva algunas semanas corriendo en silencio por suelo europeo. La estrecha definici¨®n de casos utilizada hasta entonces, que solo permite hacer las pruebas a quienes hayan viajado a Wuhan, impide detectar antes la epidemia que se avecina.
Espa?a tarda casi tres semanas en darse cuenta de que lo mismo est¨¢ ocurriendo en Madrid y Vitoria. Con la transmisi¨®n comunitaria en marcha, la cifra de contagiados crece exponencialmente y con ella la capacidad de los hospitales y sus UCI queda desbordada. El 14 de marzo Espa?a aprueba el estado de alarma y adopta una catarata de decisiones sin precedentes con el objetivo de proteger a los hospitales de la avalancha de enfermos que ya se ha iniciado.
Cuando casi dos semanas m¨¢s tarde el ministro de Sanidad, Salvador Illa, anuncia que el confinamiento de la poblaci¨®n va a ser endurecido, justifica la necesidad de adoptar la medida con las siguientes palabras: ¡°Debemos prestar una especial atenci¨®n a la asistencia sanitaria de los casos diagnosticados y, muy especialmente, a la situaci¨®n de las unidades de cuidados intensivos, que en estos momentos presentan una elevada ocupaci¨®n en algunas comunidades¡±.
Es 26 de marzo e Illa avisa que lo peor est¨¢ por llegar: ¡°Sabemos que los casos hospitalizados y los ingresados en las unidades de cuidados intensivos llegar¨¢n a su m¨¢ximo pico unos d¨ªas despu¨¦s de que descienda la curva epid¨¦mica. Seg¨²n las diferentes estimaciones, esta ocupaci¨®n podr¨ªa llegar a su m¨¢ximo nivel en los primeros d¨ªas de abril¡±.
Las dr¨¢sticas medidas adoptadas, sin precedentes en la historia de Espa?a, llegan a tiempo para la mitad del pa¨ªs, all¨ª donde la transmisi¨®n comunitaria del virus est¨¢ en sus fases iniciales. Pero donde esta ya ha avanzado, la situaci¨®n se complica mucho a partir de la segunda semana de marzo. La Comunidad de Madrid, que durante d¨ªas cierra sus saturados hospitales para los mayores infectados en las residencias, es la m¨¢s afectada.
Castilla y Le¨®n, Castilla-La Mancha, Catalu?a, La Rioja y el Pa¨ªs Vasco, donde los peores momentos llegan algunos d¨ªas m¨¢s tarde, tambi¨¦n se acercan al colapso. En el impacto de la epidemia en cada comunidad influye la fecha de llegada del virus, pero tambi¨¦n el estado de su sistema sanitario tras los recortes y la habilidad de sus gestores para adaptarse a una situaci¨®n que evoluciona a velocidad de v¨¦rtigo.
Cap¨ªtulo 1
Dos meses mirando a China
30 de enero. En la sala internacional del Ministerio de Sanidad se celebra una reuni¨®n para analizar lo que est¨¢ ocurriendo en China. En la habitaci¨®n, por la que pasa a saludar el ministro Illa, hay 15 expertos de sociedades cient¨ªficas y organizaciones profesionales relacionadas con la epidemia. El mundo llevaba desde principios de enero mirando a Wuhan y hay que preparar a los hospitales por si el virus cruza las fronteras espa?olas.
All¨ª est¨¢n Pepa Sierra, jefa de ¨¢rea del Centro de Control de Alertas y Emergencias Sanitarias, que conduce el encuentro; Fernando Sim¨®n, director del CCAES, que est¨¢ durante parte de la reuni¨®n; Julio Garc¨ªa, de la Sociedad Espa?ola de Infecciosas y Microbiolog¨ªa y jefe de servicio del hospital La Paz, o Juan Mart¨ªnez, del Consejo General de Colegios M¨¦dicos, que recoge en un acta lo que se debate y de cuyas notas se ha extra¨ªdo esta informaci¨®n.
Se habla de muchas cuestiones y otras quedan sin cerrar. La percepci¨®n de este m¨¦dico de preventiva es que hay ¡°cierta relajaci¨®n¡±. Supercontagiadores, transmisi¨®n a trav¨¦s de los asintom¨¢ticos, PCR positivas despu¨¦s de la desaparici¨®n de los s¨ªntomas, ensayos con kaletra, remdesivir e interfer¨®n¡ Los temas se suceden. Tambi¨¦n la inclusi¨®n en el protocolo de los contactos estrechos de los enfermos para su seguimiento y la necesidad de crear instrucciones sobre protecci¨®n, triaje y la forma de actuar en centros de salud y hospitales ante la posible llegada de enfermos.
La palabra ¡°gripe¡± sale a colaci¨®n en repetidas ocasiones. Con Illa a¨²n en aquella sala, Mart¨ªnez apunta al gabinete de crisis interministerial coordinado por Alfredo P¨¦rez Rubalcaba que se cre¨® en 2009 a ra¨ªz de la gripe A: ¡°Se planificaron escenarios de crisis, desde muy leves a m¨¢s graves, que fueron de enorme utilidad, aun cuando la pandemia result¨® ser moderada¡±. Y expone la necesidad de plantear ¡°escenarios de guerra¡± ante la incertidumbre. La palabra que mejor y m¨¢s ha definido el recorrido del SARS-CoV-2.
En Espa?a, hasta aquel d¨ªa, se han descartado m¨¢s de 30 casos. Queda una sospecha en estudio, adem¨¢s de un grupo de contactos del turista alem¨¢n diagnosticado en La Gomera. Cuando acaba la reuni¨®n, quedan varios flecos pendientes. Entre ellos, ¡°el manejo real de los casos, si los hubiera¡±, que se deja ¡°en manos de las autonom¨ªas¡±. Canarias fue la primera que tuvo que dar respuesta a esa inc¨®gnita. Solo un d¨ªa despu¨¦s, Sanidad confirma el primer caso en la peque?a isla.
Jos¨¦ Soto, gerente de uno de los grandes hospitales de Madrid, el Cl¨ªnico San Carlos, coincide en definir ¡°como una gripe fuerte fuera de temporada¡± lo que esperaban los centros sanitarios. ¡°Ese era el mensaje que nos llegaba y para eso nos preparamos. Luego la realidad nos atropell¨®¡±, admite.
Julio Mayol, director m¨¦dico de ese mismo hospital, recuerda la conciencia de que iban a llegar ¡°muchos¡±, pero no sab¨ªan cu¨¢ntos: ¡°Va a ser horrible, nos dec¨ªan, ?pero cu¨¢ntos pacientes es horrible? Te puedes preparar cuando sabes la incidencia de una enfermedad en tu poblaci¨®n, pero no sab¨ªamos nada. Tampoco cu¨¢ntos enfermos iban a superar la barrera de salud p¨²blica y atenci¨®n primaria y llegar hasta el hospital¡±.
El primer paciente del Ram¨®n y Cajal llega el 29 de febrero. Agust¨ªn Utrilla, su director m¨¦dico, cuenta que entonces se habla ¡°de esa neumon¨ªa rarita¡±: ¡°No, obviamente no, no nos hicimos una idea de lo que ven¨ªa¡±. Las cifras superar¨¢n todas las previsiones, aunque algunos ya proyectan el peor escenario. Manuel Zapata, jefe de servicio de Medicina Interna del Hospital de Guadalajara, es uno de ellos: ¡°Tuve discusiones con gente pr¨®xima, del ¨¢mbito de la medicina, porque no ve¨ªan el riesgo¡±. En febrero, la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad de Alcal¨¢ de Henares, de la que es decano, cancela todos los actos. Pero no es la norma.
Te puedes preparar cuando sabes la incidencia de una enfermedad en tu poblaci¨®n, pero no sab¨ªamos nadaJulio Mayol, director m¨¦dico del hospital Cl¨ªnico San Carlos de Madrid
Tampoco en Europa las alarmas parecen estar encendidas respecto a la capacidad de los hospitales para hacer frente al virus. El 18 de febrero, tres d¨ªas antes del estallido de la epidemia en el continente, los responsables de salud p¨²blica de todos los pa¨ªses se re¨²nen en Suecia en la reuni¨®n trimestral del Consejo T¨¦cnico Asesor del Centro Europeo para el Control y la Prevenci¨®n de Enfermedades (ECDC).
Las actas resumen en 130 puntos las deliberaciones de los dos d¨ªas que dura el encuentro. Solo tres de ellos se refieren al tema y lo hacen de forma casi tangencial. Holanda es el ¨²nico pa¨ªs que se muestra preocupado por los ¡°previsibles problemas de capacidad de camas de los hospitales¡± y destaca que la mayor inquietud es ¡°adoptar medidas que ralenticen o frenen¡± el brote.
El representante de Croacia, por su parte, menciona en el resumen de los preparativos realizados por su Gobierno ¡°un estudio sobre la capacidad de los hospitales para hacer frente a un eventual brote¡±. Y Noruega destaca que ¡°ser¨ªa de utilidad tener m¨¢s informaci¨®n de los pacientes que puedan necesitar ser hospitalizados y la duraci¨®n de los ingresos¡±.
Cap¨ªtulo 2
¡°Est¨¢n viniendo a oleadas¡±
Tsunami, caos, azote, drama... Son los t¨¦rminos relacionados con el desastre que usan la mayor¨ªa de gestores sanitarios. En Madrid definen como una ¡°aut¨¦ntica avalancha¡± lo vivido a partir del fin de semana del 7 y 8 de marzo. ¡°Yo ese viernes, antes de irme, pregunto al equipo que c¨®mo vamos de camas. Me dicen que tenemos 200 libres, as¨ª que salgo tranquilo del hospital¡±, recuerda Jos¨¦ Soto. ¡°Para mi sorpresa, me llaman el domingo y me dicen que ya est¨¢n casi llenas. Mi primera reacci¨®n es de incredulidad. Pregunto qu¨¦ es lo que est¨¢ pasando y me responden: ¡®Los enfermos est¨¢n viniendo a oleadas¡±, rememora.
Las riadas de enfermos y su gravedad desbordan en Madrid los planes de contingencia que, con un ojo en lo que ya est¨¢ sucediendo en el norte de Italia, los centros han empezado a preparar. ¡°Muchos requieren UCI, que era algo que no esper¨¢bamos. Estas unidades se nos llenan r¨¢pido y pronto vamos justos de respiradores. Los ingresos, adem¨¢s, son m¨¢s largos de lo previsto. En lugar de siete o diez d¨ªas, duran varias semanas y muchas veces superan el mes. As¨ª que tambi¨¦n nos quedamos sin camas¡±, relata este gerente. El 29 de marzo, su hospital, el Cl¨ªnico San Carlos, tiene 795 pacientes de covid ingresados en agudos, 74 en cr¨ªticos y arrastra ya 221 fallecidos por el virus.
Javier Mu?oz, director m¨¦dico del Gregorio Mara?¨®n, hace recuento: ¡°En apenas 10 d¨ªas el crecimiento es exponencial, pasamos de 10, 20 o 30 ingresos a llegar a m¨¢s de 110 en un d¨ªa¡±. Los hospitales tienen que hacer una reorganizaci¨®n brutal y ¡°con imaginaci¨®n¡±: ¡°Incrementamos un 450% el n¨²mero de camas de UCI. La situaci¨®n fue intens¨ªsima y la sensaci¨®n, de enorme dificultad y enorme responsabilidad¡±.
En apenas 10 d¨ªas el crecimiento es exponencial, pasamos de 10, 20 o 30 ingresos a llegar a m¨¢s de 110 en un d¨ªaJavier Mu?oz, director m¨¦dico del Gregorio Mara?¨®n
Las im¨¢genes de pasillos de los servicios de urgencias repletos de pacientes con evidentes s¨ªntomas de ahogo se reproducen en muchos hospitales de la Comunidad de Madrid. En el Severo Ochoa de Legan¨¦s varios enfermos pasan horas tumbados en el suelo con las chaquetas dobladas como almohada. ¡°Vivimos escenas dantescas¡±, recuerdan los profesionales del servicio. No hay ninguna cama libre para ingresar a los pacientes que siguen llegando y la cifra de fallecidos pronto empieza a escalar.
El hospital, de tama?o medio y pensado para atender a una poblaci¨®n de unas 250.000 personas, registra habitualmente una o dos muertes al d¨ªa. La cifra empieza a subir ligeramente a partir del primer fin de semana de marzo: el d¨ªa 16 se registran 10 fallecimientos, el d¨ªa 20 ya son 20 y el pico se alcanza el 27 de marzo, con 25 fallecimientos. Los muertos, en sus bolsas, llegan a pasar horas en el suelo de su morgue porque ya no caben. La angustia de los profesionales es absoluta.
¡°El colapso del hospital y el servicio de urgencias domiciliarias es total y se prolonga durante un mes. Si el n¨²mero de fallecidos empieza a descender a finales de marzo es porque la gente hace d¨ªas que ya no ven¨ªa al Severo Ochoa y muere en las residencias o en sus domicilios¡±, explica un facultativo del centro sanitario.
La saturaci¨®n de las Urgencias y las plantas se traslada a las UCI. Javier Mu?oz, del Mara?¨®n, repasa: ¡°Los primeros d¨ªas no tuvimos requerimientos de cr¨ªticos, pero los ingresos van empeorando en los d¨ªas siguientes y de forma sostenida durante la fase m¨¢s dura. Un 10% de los que estaban en planta terminaba en la UCI una semana o 10 d¨ªas despu¨¦s¡±. El centro pasa de 18 camas de intensivos a 134 y llega a ocupar hasta la biblioteca con 27 enfermos. Se estiraron m¨¢s de lo que jam¨¢s imaginaron.
La situaci¨®n es solo algo menos dram¨¢tica en Castilla-La Mancha, donde la expansi¨®n del virus lleg¨® alrededor de una semana despu¨¦s. El consejero de Sanidad de la regi¨®n, Jes¨²s Fern¨¢ndez, recuerda una reuni¨®n con Salvador Illa y Fernando Sim¨®n el d¨ªa 9 de marzo. ¡°Ese d¨ªa o uno despu¨¦s, la Comunidad de Madrid anuncia que cierra colegios. No la culpo por la decisi¨®n, pero lo cierto es que tuvo una repercusi¨®n directa en nuestro territorio¡±, explica.
La regi¨®n empieza a ver c¨®mo residentes madrile?os llenan sus pueblos, estudiantes que regresan a casa, familias que van a casa de los abuelos, gente se va a las segundas residencias: ¡°A partir del 10 de marzo y hasta finales de ese mes, los enfermos se multiplican de manera exponencial, en pocos d¨ªas son miles¡±.
En los grandes hospitales de Barcelona la avalancha de pacientes tambi¨¦n llega con algunos d¨ªas de retraso. Ese margen de tiempo y una incidencia algo menor de la enfermedad permite a la red sanitaria acelerar los preparativos y encajar el golpe de forma m¨¢s escalonada.
Est¨¢bamos a punto de entrar en la crisis sanitaria m¨¢s importante de los ¨²ltimos 100 a?osGeneralitat de Catalu?a
En una respuesta por escrito, la Generalitat explica que ¡°el hecho de que Madrid fuera unos d¨ªas por delante permiti¨® analizar las mejoras que deb¨ªamos implementar cuando los casos aumentaran en Catalu?a¡±. ¡°Esta lectura y la que hicimos de lo que ocurr¨ªa en Italia nos ayud¨® a idear y planificar los dispositivos que nos permitieron hacer frente a la avalancha de casos que inevitablemente se acercaba. Est¨¢bamos a punto de entrar en la crisis sanitaria m¨¢s importante de los ¨²ltimos 100 a?os. En menos de dos semanas montamos varios espacios anexos a los hospitales que, ante un posible rebrote, podr¨ªamos volver a poner en marcha en menos de 48 horas¡±.
El hospital del Mar tiene entre el 2 y el 10 de marzo un goteo de una decena de diagn¨®sticos diarios y uno o dos ingresos. ¡°Al principio eran turistas en su mayor¨ªa, aunque poco a poco fuimos viendo que aumentaban los pacientes locales y esto nos pone en alerta¡±, explica el director asistencial del centro, Julio Pascual. Esa alerta, que ya hab¨ªa empezado el d¨ªa 2 con acciones como suspender las reuniones presenciales, se fue acelerando a medida que llegaban las noticias de Italia y los primeros brotes de Espa?a en Vitoria, La Rioja y Torrej¨®n de Ardoz (Madrid).
El plan de contingencia se completa el d¨ªa 9 con una previsi¨®n de 500 pacientes en un hospital que habitualmente trabaja con poco m¨¢s de 300 camas. ¡°El primer d¨ªa que damos un salto de 2 a 10 ingresos es el 11 de marzo, el d¨ªa 15 ya son 25, el 20 de marzo asciende a 78 y el pico lo alcanzamos el d¨ªa 26 con 101 pacientes graves ingresados en solo 24 horas¡±, a?ade Pascual.
El hospital Vall d¡¯Hebron lleg¨® a ingresar en la UCI a 24 pacientes en un d¨ªa, uno por hora
En el hospital Vall d¡¯Hebron, el primer paciente llega el 28 de febrero. ¡°Llev¨¢bamos 15 d¨ªas prepar¨¢ndonos porque ve¨ªamos lo que hab¨ªa en China e Italia. Preparamos los dobles circuitos en urgencias y empezamos a sospechar que neumon¨ªas no filiadas pod¨ªan ser covid-19¡±, explica Albert Salazar, gerente del centro sanitario m¨¢s grande de Catalu?a. A partir de ese d¨ªa, todo fue ¡°una avalancha bastante r¨¢pida¡±. ¡°En 15 d¨ªas, cuando decretan el estado de alarma, ya tenemos unos 300 pacientes y 70 u 80 en la UCI¡±, recuerda. El hospital lleg¨® a ingresar en la UCI a 24 pacientes en un d¨ªa, uno por hora.
Los expertos utilizan, como en muchas enfermedades infecciosas, la analog¨ªa de un iceberg para explicar el estallido de casos que vive Espa?a en la segunda semana de marzo. ¡°Normalmente, solo ves una parte de todos los virus circulantes: los que causan s¨ªntomas graves que te llevan a un hospital. Pero si adem¨¢s utilizas un catalejo con visi¨®n muy restringida, en este caso la definici¨®n de caso, solo detectas los que han estado en Wuhan, o luego en Italia. As¨ª no se pudo ver la enorme expansi¨®n del virus que se estaba produciendo en Espa?a bajo el agua. Son casos e infecciones que si no los buscas no los encuentras. Hasta que el volumen es tan grande que empieza a aflorar cuando ya es tarde y no te queda otra opci¨®n que adoptar medidas dr¨¢sticas como el confinamiento de la poblaci¨®n¡±, explica Pedro Alonso, catedr¨¢tico de Salud Global de la Universidad de Barcelona y que actualmente dirige el Programa Mundial de Malaria de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS).
Cap¨ªtulo 3
Comprar en un mercado de oportunistas
Las comunidades m¨¢s golpeadas se enfrentan a la peor epidemia en un siglo con una mano atada a la espalda por la falta de pruebas diagn¨®sticas, respiradores y material de protecci¨®n para sus sanitarios. Espa?a se sit¨²a muy pronto a la cabeza de los pa¨ªses con m¨¢s profesionales infectados, m¨¢s de 50.000.
En la reuni¨®n del ECDC celebrada el 18 de febrero en Suecia algunos pa¨ªses ya hab¨ªan alertado de las dificultades de proveerse en el mercado internacional. ¡°Era un problema para todos los pa¨ªses que se inici¨® con el cierre de las exportaciones decretado por China a finales de enero¡±, explica un portavoz del Ministerio de Sanidad. ¡°Esta l¨ªnea de suministro no se reabre hasta finales de marzo. En ese tiempo los pa¨ªses hacen el acopio de los EPI que pueden. Espa?a inicia l¨ªneas para favorecer la producci¨®n local, con l¨ªneas alternativas, pero la situaci¨®n es complicada y los materiales disponibles insuficientes¡±.
El Gobierno central trata de solventar las carencias centralizando las compras, aunque con tan poco ¨¦xito como las comunidades que tratan de hacer adquisiciones por su cuenta. Jes¨²s Fern¨¢ndez, el consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha, dice ahora que ¡°desobedecieron, por decirlo de alguna forma¡±, al Gobierno central: ¡°Intentamos aprovisionarnos, pero cuando lo hicimos nosotros, lo hicieron todos. No solo en otras autonom¨ªas, en toda Europa. Se agotaban los proveedores de telas, los fabricantes no daban abasto¡ Y tuvimos que abrir al mercado asi¨¢tico¡±. Pero en ese nuevo destino tambi¨¦n se han centrado ya todos los pa¨ªses a los que hab¨ªa llegado el virus.
La log¨ªstica es clave. Y complicada. ¡°En materia sanitaria no estamos acostumbrados a que nuestros proveedores no sean de Europa o Estados Unidos, no tenemos contactos¡±, explica Fern¨¢ndez. Junto a su ¨¢rea econ¨®mica y el Instituto de Promoci¨®n Exterior, aprovechando los que s¨ª tienen por la exportaci¨®n de productos agroalimentarios que Castilla-La Mancha hace a Asia, consiguen algunos proveedores: ¡°Pero compramos caro, a veces la homologaci¨®n era muy discutible y hubo pedidos que nunca llegaron¡±.
En materia sanitaria no estamos acostumbrados a que nuestros proveedores no sean de Europa o Estados Unidos, no tenemos contactosJes¨²s Fern¨¢ndez, consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha
En Andaluc¨ªa o Madrid ocurri¨® lo mismo. Seg¨²n informaci¨®n del Gobierno de Isabel D¨ªaz Ayuso, hasta 20 aviones procedentes de China con casi 50 millones de unidades entre guantes, gafas, batas, calzas, camas, mascarillas o equipos de protecci¨®n individual para los hospitales. Muchas de estas unidades, como en otras regiones, con homologaci¨®n err¨®nea, defectos y errores en el etiquetado.
Hasta bien entrado abril, los profesionales denuncian a diario la falta de protecci¨®n con la que se enfrentan al virus. En lugar de EPI, usan archivadores de pl¨¢stico como pantallas protectoras para la cara y miles de bolsas de basura como batas impermeables. Por los grupos de WhatsApp corren decenas de v¨ªdeos grabados por m¨¦dicos y enfermeras con apa?os caseros.
El material que hay se acaba r¨¢pido. ¡°Solo dos semanas antes hab¨ªa preguntado a mi equipo de gesti¨®n y me hab¨ªan tranquilizado. Ten¨ªamos reservas y suministro asegurado para tres meses, pero luego todo eso nos dura solo unos d¨ªas. Pasamos de gastar 3.000 EPI diarios a casi 40.000. Y cuando llamamos a los proveedores para pedir m¨¢s, nos dicen que nadie tiene stock. Los hospitales ah¨ª nos quedamos ya sin margen y son las Administraciones las que intentan hacer compras centralizadas, pero tardan en conseguirlo¡±, rememora Soto, gerente del Hospital Cl¨ªnico San Carlos de Madrid.
En el Gregorio Mara?¨®n, la comparativa de cifras entre cualquier semana de enero y la cuarta semana de marzo habla del tsunami: pasan de no usar ni un buzo a necesitar 5.380 a la semana; de ninguna gafa a 725; de ninguna pantalla a 987; de 250 batas impermeables a 21.601; de 2.000 mascarillas FPP2 a 21.000; de 1.100 FPP3 a 4.000.
Utrilla, del Ram¨®n y Cajal, recuerda los precios desorbitados: ¡°Si una mascarilla quir¨²rgica costaba tres c¨¦ntimos, te la cobraban a 30, y si un respirador de UCI vale 15.000 euros, los hemos pagado a 40.000¡±. La falta de material de protecci¨®n y el caos que impera produce incluso ¡°alg¨²n asalto¡± en su centro: ¡°Turbas y peleas por mascarillas o batas¡ Al mercado le da igual, el mercado no siente pena por lo que est¨¢ ocurriendo¡±.
Tambi¨¦n recupera ¡°lo rom¨¢ntico¡±: ¡°?ramos incapaces de aprovisionarnos de kits de cubiertos de pl¨¢stico, no hab¨ªa. Iberia, que no pod¨ªa hacer sus vuelos, nos don¨® 50.000 kits¡±. Pero, dice, ¡°no se puede depender de donaciones, de la buena voluntad de algunos¡±.
La Generalitat de Catalu?a celebra el 28 de febrero y el 2 de marzo sendas reuniones con las patronales, proveedores e importadores, y crea lo que denomina ¡°una central de compras¡± para acudir al mercado internacional. En el momento ¨¢lgido de la pandemia, esta comunidad utiliza ¡°hasta cinco millones de EPI a la semana, cuando la media habitual era de unas 500.000 o 600.000¡±.
El mercado con el que se encuentra el Gobierno catal¨¢n es un aut¨¦ntico bazar lleno de oportunistas ¡°con una gran sobredemanda e hipercompetitivo¡±. Pese a los esfuerzos, la Generalitat admite: ¡°Nos hubiese gustado suministrar m¨¢s material a los hospitales. Sufrimos durante las primeras semanas. Nunca hab¨ªamos vivido una crisis sanitaria de esta magnitud y hemos aprendido sobre la marcha. La experiencia nos servir¨¢ para mejorar¡±.
Cap¨ªtulo 4
Hospitales de guerra
¡°Anticipaci¨®n¡± es la palabra usada en abril por Patricia Mu?oz, jefa de servicio de Microbiolog¨ªa y Enfermedades Infecciosas del Gregorio Mara?¨®n. Cuando los medios de comunicaci¨®n empiezan a informar sobre la covid-19 en enero, su ¨¢rea contacta con las del Ram¨®n y Cajal, el 12 de Octubre y La Paz para ponerse en marcha con las PCR, las pruebas para la detecci¨®n del coronavirus. Anticipaci¨®n y organizaci¨®n son la claves para microbi¨®logos e infect¨®logos que, a diario, confeccionan a partir de marzo unas hojas de Excel que resumen la situaci¨®n en 38 centros sanitarios: ingresados en planta, en las UCI y espacios afines habilitados, fallecidos del d¨ªa y el acumulado desde el inicio de la epidemia.
Durante varias semanas, en lo peor de la crisis, el documento que estos especialistas rellenan cada d¨ªa con mucho esfuerzo, ara?ando horas al sue?o, es la ¨²nica fuente fiable de informaci¨®n para sanitarios y algunos periodistas ante el silencio de la Comunidad de Madrid y el poco detalle de los datos que da el Ministerio de Sanidad, que se nutre de las cifras que le reportan las autonom¨ªas.
Esas tablas naranjas, verdes, azules, amarillas y lilas (fue el color para el hospital de campa?a de Ifema), fueron mostrando la escalada ¡°demencial¡±, como la define Utrilla, de la epidemia. Entre aquellas a las que ha tenido acceso este diario, es la del 27 de marzo la que m¨¢s fallecimientos recoge: 338. La magnitud de la tragedia en marcha era inimaginable solo unas semanas antes. En Madrid, el virus causa m¨¢s de 14 muertes a la hora ese d¨ªa. Una cada cuatro minutos y 13 segundos.
En aquel momento, la Comunidad de Madrid anuncia la apertura de varios pabellones del recinto ferial de Ifema como gran hospital de campa?a. Se abre el s¨¢bado 21 de marzo. Los hospitales madrile?os, asfixiados, necesitan algo que les insufle algo de ox¨ªgeno. Fueron 1.400 profesionales entre m¨¦dicos y enfermeras de atenci¨®n primaria, residentes de Enfermer¨ªa y Medicina y el Summa 112 los que conformaron la plantilla que cubri¨® aquel centro sanitario de emergencia por el que acabaron pasando, en 41 d¨ªas, 3.811 pacientes.
Cumple, en parte, con su objetivo, aliviar la carga a los hospitales, pero solo de los pacientes menos graves. Tienen 13 cr¨ªticos en las 16 camas de UCI quel legaron a montar y los enfermos que empeoran all¨ª son trasladados de nuevo a los centros hospitalarios. Esto, junto a la conversi¨®n en marketing pol¨ªtico del recinto y las condiciones en las que trabajaron durante las primeras semanas los sanitarios, son las principales cr¨ªticas.
En los hospitales, muchos profesionales se quejan de la idea de ¡°hospital milagro¡± que vend¨ªa la Comunidad. All¨ª, la covid lo est¨¢ arrasando todo. Tambi¨¦n en el Mara?¨®n, un mastodonte con una capacidad habitual de casi 1.200 camas instaladas. ¡°A finales de marzo ten¨ªamos m¨¢s de 1.100 enfermos de covid, pero hab¨ªa otros pacientes a los que hab¨ªa que seguir atendiendo, llegamos a las 1.600 camas en agudos¡±, cuenta Javier Mu?oz.
A las 23.00 del domingo 22 de marzo los jefes de las UCI madrile?as de los hospitales p¨²blicos y privados firman una carta que env¨ªan a la Consejer¨ªa de Sanidad. ¡°Saturaci¨®n absoluta¡±, ¡°pacientes en espacios que no disponen de recursos m¨ªnimos¡±, ¡°ventilados con respiradores de transporte y sin un m¨ªnimo de personal especializado¡±, se lee. ¡°Un grito de socorro claro, clar¨ªsimo¡±, cuenta a mediados de abril uno de los jefes de intensivos. No hubo respuesta. Y a¨²n queda llegar al pico.
En agudos ocurre el 30 de marzo. ¡°El horror¡±, tilda Utrilla. ¡°La noche cr¨ªtica, hist¨®rica¡±. Lo dice sin ¨¦pica, con tristeza. Al d¨ªa siguiente la estad¨ªstica registra el m¨¢ximo de pacientes que tuvo la Comunidad: 15.227. Tres d¨ªas despu¨¦s, lo hacen las UCI: 1.528. Esa madrugada y al tel¨¦fono, un intensivista al que le cuesta respirar no encuentra las palabras: ¡°Si esto sigue escalando, va a ser una masacre. No podemos vivir as¨ª, no podemos vivir con esto¡±.
Lo que m¨¢s recuerdan quienes trabajan a diario en los centros es el silencio. Pasillos vac¨ªos, centros blindados a las visitas, a las familias, a los amigos. Tambi¨¦n a las despedidas de quienes no superan la infecci¨®n. La soledad.
Los hospitales de las zonas m¨¢s golpeadas se transforman en hospitales casi monogr¨¢ficos. Se cambian de uso los espacios y los profesionales se forman a toda prisa para asumir nuevas tareas. Un engranaje nuevo que se va modificando a diario para crear dobles circuitos en Urgencias, espacios ¡°limpios¡± para enfermos de otras patolog¨ªas, ¨¢reas reconvertidas en unidades de cr¨ªticos, habitaciones individuales duplicadas y dobles con tres camas.
¡°Nuevos grupos de trabajo en los que hab¨ªa un l¨ªder de grupo con cinco o seis profesionales, un internista, un infect¨®logo y el resto dando soporte. T¨ªos de 50 a?os con 30 de carrera como ayudantes, fue angustioso y triste, pero la visi¨®n emocional del asunto, la gente implicada, fue espectacular¡±, narra Utrilla.
Los profesionales se ven obligados a tomar decisiones traum¨¢ticas. Un v¨ªdeo en el hospital Infanta Cristina de Parla revela las instrucciones de un jefe m¨¦dico a su equipo explicando que se prepararen para lo peor: ¡°Vamos a denegar la cama a los pacientes que m¨¢s riesgo de morir tienen¡±, se le oye decir antes de exclamar: ¡°Esto es dr¨¢stico. Esto es horroroso. Ojal¨¢ no nos hubiera tocado vivirlo¡±.
Geriatras, intensivistas, urgenci¨®logos, m¨¦dicos de familia, enfermeros¡ Todos recuerdan el desbordamiento de aquel momento, pero insisten en que nunca, mientras estuvo en su mano, dejaron de atender a los mayores ingresados. Estaban agotados. Les faltaban medios. No hab¨ªa un espacio libre. ¡°Pero jam¨¢s les abandonamos¡±, repiten.
La selecci¨®n de pacientes para entrar en cr¨ªticos es una pr¨¢ctica com¨²n de la medicina. No todos los enfermos pueden soportar el paso por una UCI y no siempre es m¨¦dicamente la mejor opci¨®n. ¡°No todo el mundo tiene que ingresar en una UCI. Hay que considerar patolog¨ªas, pron¨®stico vital y si hay un beneficio real de hacerlos pasar por ese proceso¡±, explica el intensivista Demetrio Carriedo. Pero lo ocurrido durante esas semanas fue otra cosa.
Se desplazan servicios como Pediatr¨ªa u Obstetricia y se concentran en unos pocos centros para ocupar tambi¨¦n esas instalaciones. Gimnasios, quir¨®fanos, unidades de recuperaci¨®n. Todo se pone al servicio de los enfermos m¨¢s graves. Y es en esas unidades donde se atasca la pelea contra el virus. No hay suficientes respiradores ni suficientes camas, pero, lo m¨¢s importante, no hay manos.
Echa la vista atr¨¢s Manuel Zapata, el jefe de servicio de Interna en el hospital de Guadalajara: ¡°La covid se comi¨® r¨¢pidamente el 90% de las nueve plantas del hospital¡±. De unas 420 camas, la pr¨¢ctica totalidad la ocup¨® el coronavirus. Su UCI, con entre 10 y 12 plazas en condiciones normales, se multiplica por cuatro: ¡°No hab¨ªa suficientes m¨¦dicos ni enfermeras, pero r¨¢pidamente se pusieron a completar los equipos los anestesistas y las enfermeras de quir¨®fano y reanimaci¨®n. El impacto fue muy alto y ellos se adaptaron¡±.
La incorporaci¨®n de los anestesistas al manejo de pacientes de cr¨ªticos es generalizada all¨ª donde faltan intensivistas. Tambi¨¦n la de enfermeras de reanimaci¨®n o cirug¨ªa y a veces, incluso, la de aquellas que jam¨¢s hab¨ªan visto un paciente grave. A¨²n menos uno pronado, bocabajo, repleto de tubos. Las l¨¢grimas y la ansiedad empa?an y llenan muchos buzos en los pasillos de Intensiva, as¨ª lo cuenta Javier Hortal, jefe de servicio de Anestesiolog¨ªa y Reanimaci¨®n del Gregorio Mara?¨®n, a principios de abril. Jos¨¦ Eugenio Guerrero, jefe de UCI y compa?ero de Hortal, sentencia tambi¨¦n entonces: ¡°En 40 a?os no he visto nada tan dram¨¢tico como esto, ni el 11-M ni la gripe aviar ni la colza¡±.
En Barcelona, el coronavirus invade el hospital del Mar de arriba a abajo. ¡°Primero llenamos la novena planta, que es la de infecciosos y tiene 25 camas¡±, explica su director asistencial, Julio Pascual. ¡°Luego desalojamos los pacientes de psiquiatr¨ªa, que ocupan la octava, y los derivamos a otro centro. Fuimos bajando planta a planta hasta completar la segunda. Entonces ya nos extendimos hacia el hospital del d¨ªa, donde habilitamos a 50 pacientes. Lo ¨²ltimo fue preparar lo que llamamos La Pradera, un anexo a¨²n vac¨ªo [donde el centro prev¨¦ una ampliaci¨®n] donde a partir del 15 de marzo construimos una unidad de 70 camas, 26 de ellas de cr¨ªticos, que nunca acabamos utilizando del todo¡±, relata.
En esa vertiginosa transformaci¨®n, los 15 pacientes habitualmente ingresados en la unidad de cr¨ªticos tambi¨¦n van creciendo. ¡°El primer paso fue ocupar la reanimaci¨®n quir¨²rgica, despu¨¦s la ambulatoria y finalmente los quir¨®fanos. De los 13 quir¨®fanos que tiene el hospital, ocupamos 11 con enfermos covid antes de empezar a ingresar los enfermos m¨¢s graves en La Pradera, algunos con dos enfermos. Llegamos a tener 68 pacientes cr¨ªticos ingresados a la vez¡±, concluye el director asistencial del centro.
Cap¨ªtulo 5
La lucha por volver a la normalidad
Si la avalancha de enfermos por coronavirus lleva a muchos hospitales al l¨ªmite, el descenso de ingresos logrado gracias al confinamiento pone a los centros ante otro reto ingente: recuperar la actividad no realizada durante el pico de la epidemia. Infartos de miocardio e ictus son dos de las afecciones que m¨¢s preocupan a los expertos. La primera es la principal causa de muerte en Espa?a para los hombres. La segunda lo es para las mujeres. La atenci¨®n inmediata es clave en ambos casos para salvar vidas y evitar secuelas, por lo que el sistema sanitario cuenta con sendos c¨®digos para identificar y derivar r¨¢pido a los hospitales a los pacientes en cuanto contactan con los servicios de emergencias .
¡°El problema es que muchos se quedaron en casa pese al dolor ante el miedo de acudir a unos hospitales colapsados¡±, explica Inmaculada Rold¨¢n, de la Sociedad Espa?ola de Cardiolog¨ªa. La sospecha es que algunos fallecieron en sus domicilios, mientras el resto ¡°al no haberles abierto las arterias obstruidas mediante t¨¦cnicas de hemodin¨¢mica, ahora sufren secuelas no recuperables porque parte de su tejido card¨ªaco ha muerto¡±, explica.
El problema es que muchos [pacientes coronarios] se quedaron en casa pese al dolor ante el miedo de acudir a unos hospitales colapsadosInmaculada Rold¨¢n, de la Sociedad Espa?ola de Cardiolog¨ªa
Esta especialista estima que ¡°hasta un tercio de los infartos¡± no han sido atendidos durante las peores semanas de la epidemia. Un porcentaje similar es el que calcula para los ictus Jaime Masju¨¢n, jefe de servicio de neurolog¨ªa del hospital Ram¨®n y Cajal (Madrid). En este caso, aunque el pron¨®stico es algo mejor, ¡°el inicio tard¨ªo de la rehabilitaci¨®n tambi¨¦n empeora el pron¨®stico y no todos los pacientes recuperar¨¢n completamente la funci¨®n de sus extremidades o el habla¡±, lamenta.
Masju¨¢n destaca que hay ¡°muchos ictus peque?os, en los que alguien se queda sin habla 10 o 15 minutos pero luego se recupera espont¨¢neamente, que tienen un porcentaje importante de recurrencia en los siguientes meses y el reto en los pr¨®ximos meses ser¨¢ detectarlos de inmediato¡±. Tambi¨¦n alude a ello Javier Mu?oz, director m¨¦dico del Gregorio Mara?¨®n, que rememora c¨®mo se ralentiz¨® de forma ¡°extraordinaria¡± la llegada de pacientes cr¨®nicos con infartos o ictus, tambi¨¦n con fracturas por ca¨ªdas.
Ahora, en el Gregorio Mara?¨®n se ha recuperado ¡°a niveles de junio o julio de otros a?os¡± la llegada de estas patolog¨ªas graves, cuenta Mu?oz; y en el Ram¨®n y Cajal, Utrilla observa que lo que reciben ahora ¡°son urgencias m¨¢s graves, con patolog¨ªas m¨¢s evolucionadas, por el miedo que ha mantenido probablemente a la gente en casa¡±. En su hospital, que suele tener una media de ingreso de un 10% desde urgencias, con alrededor de 500 pacientes diarios, a¨²n no se ha recuperado ese porcentaje: ¡°Cuando ha dejado de llenarlo todo la covid, los ingresos siguen estando por encima de la media, la gente viene cascada de verdad¡±.
El impacto de la pandemia sobre la atenci¨®n a los enfermos de c¨¢ncer tambi¨¦n ha sido importante, aunque en este caso comunidades como Catalu?a se muestran m¨¢s optimistas. La Generalitat conf¨ªa en que durante las pr¨®ximas semanas podr¨¢ recuperar gran parte de la actividad suspendida durante las peores semanas de la epidemia, que aunque a menor ritmo no lleg¨® a frenarse del todo.
Adem¨¢s de recuperar la actividad no realizada en los peores meses de la epidemia, los hospitales de las zonas m¨¢s golpeadas dedican ahora grandes esfuerzos al seguimiento de los pacientes que ya han pasado la infecci¨®n. En el de Torrej¨®n, en Madrid, donde lleg¨® el primer paciente de coronavirus de la comunidad el 25 de febrero, han establecido un circuito que concentra en un solo d¨ªa las revisiones necesarias para los pacientes que los profesionales del hospital o atenci¨®n primaria determinan que son necesarias para poder seguir y evaluar las secuelas y la evoluci¨®n: neumolog¨ªa, rehabilitaci¨®n, intensivos o psiquiatr¨ªa. La covid ataca por todos los flancos.
Durante alrededor de cuatro horas, hasta seis profesionales preguntan, observan y analizan esa evoluci¨®n, un recorrido que, dicen, es sobre todo por el enfermo pero tiene un punto ¡°ego¨ªsta¡±, sonr¨ªe Mar¨ªa Cruz Mart¨ªn, jefa de UCI de ese centro, bajo la mascarilla: ¡°Verlos ahora, de pie, recuperados, fuera de esas camas, es reconfortante para nosotros despu¨¦s de todo lo que han pasado, nos produce una inmensa alegr¨ªa¡±.
Jos¨¦ Miguel Rodr¨ªguez, jefe de servicio de Neumolog¨ªa en el hospital Pr¨ªncipe de Asturias de Alcal¨¢ de Henares (Madrid), destaca ¡°tres grandes perfiles¡± entre los pacientes que han cursado la infecci¨®n por coronavirus. ¡°La m¨¢s com¨²n es la afectaci¨®n pulmonar. Y aunque a¨²n tenemos que ser prudentes porque ha pasado poco tiempo y no sabemos la evoluci¨®n que tendr¨¢n a medio y largo plazo, en principio es mejor de lo que tem¨ªa. Viendo los pulmones que ten¨ªan algunos enfermos no pod¨ªa evitar pensar: ¡®Dios m¨ªo, c¨®mo quedar¨¢ esto¡±, recuerda. El riesgo para estos pacientes es la fibrosis pulmonar, que puede tener una evoluci¨®n incierta en el futuro.
Afectaciones pulmonares, trombosis y cuadros depresivos y de ansiedad engloban la casu¨ªstica m¨¢s com¨²n entre los pacientes que han pasado la covid-19
La segunda afectaci¨®n m¨¢s com¨²n con la que se est¨¢n topando los pacientes son las trombosis. ¡°Y por ¨²ltimo estamos viendo tambi¨¦n muchos pacientes que sufren un cuadro de decaimiento, astenia, depresivos, de ansiedad¡ Son personas a las que hay que hacer todas las pruebas porque estamos ante algo nuevo y desconocido. Pero no encontramos nada org¨¢nico. Es algo que a¨²n debe estudiarse, pero puede deberse m¨¢s a una afectaci¨®n emocional por todo lo ocurrido. La gente ha pasado mucho miedo, ha vivido situaciones por las que nunca imaginaron que iban a pasar, y todo esto puede estar saliendo ahora¡±, a?ade Rodr¨ªguez.
Cap¨ªtulo 6
Preparando el rebrote
Pasado lo peor de la crisis, mientras el personal trata de descansar unos d¨ªas y se va recuperando la normalidad, en los despachos de direcci¨®n de los hospitales va avanzando otra labor que ser¨¢ fundamental en los pr¨®ximos meses: los planes de contingencia ante el previsible rebrote de la enfermedad tras el verano. Los centros quieren estar bien preparados esta vez.
¡°Asumimos que va a haber un segundo brote, pero no de la magnitud del primero. Nuestra predicci¨®n es que sea una oleada m¨¢s sostenible en el tiempo y viable¡±, tranquiliza Julio Pascual, director m¨¦dico del hospital del Mar de Barcelona. ¡°El componente m¨¢s importante va a ser a nivel comunitario y de atenci¨®n primaria [encargados de detectar casos e identificar contactos de forma precoz], pero si con esto no basta, tendremos que recurrir a los hospitales como ocurri¨® la otra vez¡±, explica Luis Verde, gerente del ?rea Sanitaria Integrada A Coru?a-Cee.
Lo primero, coinciden los hospitales consultados, es que el personal descanse. ¡°Concentramos las vacaciones en verano porque los equipos necesitan salir de aqu¨ª y reencontrarse con su familia. Descansar¡±, explica Mar¨ªa Jos¨¦ Abad¨ªas, subdirectora m¨¦dica del Vall d¡¯Hebron. Aunque el 80% de la plantilla ya suele hacer vacaciones en verano, el hospital intentar¨¢ que todo el personal descanse antes de entrar en octubre.
Los equipos necesitan salir de aqu¨ª y reencontrarse con su familia. DescansarMar¨ªa Jos¨¦ Abad¨ªas, subdirectora m¨¦dica del Vall d'Hebron
Coinciden en el hospital de la Princesa de Madrid: ¡°Se est¨¢ intentando coordinar la elecci¨®n personal de vacaciones de los profesionales. Afrontar un rebrote con una plantilla descansada es un factor claro de ¨¦xito¡±, explica el director gerente del centro, Fidel Illana Robles. El hospital del Mar tambi¨¦n ha puesto como fecha l¨ªmite para las vacaciones finales de septiembre u octubre.
La otra tarea pendiente es adaptar la infraestructura de los hospitales. Las camas de UCI se llegaron a triplicar en la primera oleada y, aunque ahora el colch¨®n de plazas de cr¨ªticos estructurales se ha ampliado en algunas zonas ¡ªCatalu?a tiene un 25% m¨¢s de camas UCI que antes de la pandemia¡ª, los hospitales vuelven a apostar por unidades polivalentes, que se puedan reconvertir. ¡°Tenemos unidades con fases para desplegar m¨¢s camas, 24 puntos de semicr¨ªticos que podr¨ªan convertirse en cr¨ªticos, hay dos semiplantas, una de ellas pegada a urgencias, listas por si hay rebrotes¡±, explica Abad¨ªas. El Vall d¡¯Hebron tiene la UCI m¨¢s grande de Espa?a y lleg¨® a habilitar 200 camas de cr¨ªticos.
En hospitales de toda Espa?a hicieron falta m¨¢s recursos materiales, pero tambi¨¦n m¨¢s manos. Miles de profesionales se incorporaron como refuerzo durante la pandemia
¡°Cuando vino la pandemia ten¨ªamos un plan de contingencia con cuatro fases y llegamos hasta la tres. Cuando la curva dobleg¨®, empezamos a inactivar ese plan, pero dejando los dispositivos preparados para reactivarlos si es preciso¡±, se?ala Verde, que dirige el hospital de A Coru?a (CHUAC). El centro sanitario tiene preparadas 44 camas de UCI que se a?adir¨ªan a las 75 estructurales. ¡°Hacemos una adaptaci¨®n de infraestructuras y equipos, porque las personas que contratamos entonces siguen con nosotros¡±, agrega. Unos 480 profesionales adicionales se han incorporado al CHUAC para la crisis.
El hospital de la Princesa de Madrid, por ejemplo, tiene preparado su ¡°plan de elasticidad¡±. ¡°Como primeras premisas, el incremento en la disponibilidad de camas de hospitalizaci¨®n y de cuidados cr¨ªticos. En lo que se refiere a las camas de cuidados intensivos, la UCI del hospital cuenta con 20 camas, complementadas con cinco de reanimaci¨®n. En caso de un posible rebrote, podr¨ªan habilitarse seis puestos m¨¢s en la UCI, y 15 m¨¢s en reanimaci¨®n¡±, explica Illana Robles. Si fuese preciso, el plan prev¨¦ habilitar ¨¢reas quir¨²rgicas y conseguir 12 camas de UCI m¨¢s y reconvertir las unidades de coronarias, ictus o cirug¨ªa mayor ambulatoria en zonas de semicr¨ªticos (con ventilaci¨®n mec¨¢nica no invasiva).
En un plan de elasticidad tambi¨¦n trabaja el Gregorio Mara?¨®n: han hecho un an¨¢lisis de lo vivido y de c¨®mo deber¨ªa ser si vuelve a producirse. ¡°Analizamos cu¨¢l debe ser el crecimiento de agudos y UCI y el decrecimiento de la actividad sobre patolog¨ªa rutinaria¡±, detalla Javier Mu?oz. Van a crear una unidad de cr¨ªticos con 36 plazas. ¡°Crecimos al 400%, hasta ese extremo podr¨ªamos volver a llegar en muy pocos d¨ªas¡±.
El Ram¨®n y Cajal sigue la misma senda. Est¨¢n construyendo una UCI con 60 plazas ultrafuncionales, de cr¨ªticos y cuidados intermedios. No van a cerrar ni una cama este verano, asegura Utrilla, que quiere mantener el porcentaje de ocupaci¨®n en el que est¨¢n ahora, sobre el 68%: ¡°Es peligroso normalmente subir del 85%. Ahora, que estamos bajos, prefiero muchas camas funcionantes vac¨ªas pero tenerlas por si acaso, igual que el personal, que ahora est¨¢ sobredimensionado, pero no sabemos lo que puede ocurrir¡±.
En cinco d¨ªas tendr¨ªamos recursos, reglas de funcionamiento y circuitos establecidos para triplicar las Urgencias, duplicar el n¨²mero de plazas en agudos y triplicar el de UCIJulio Mayol, director m¨¦dico del hospital Cl¨ªnico San Carlos de Madrid
Tambi¨¦n el Cl¨ªnico San Carlos. ¡°En cinco d¨ªas tendr¨ªamos los recursos disponibles, materiales y humanos, reglas de funcionamiento y circuitos establecidos para triplicar las Urgencias, duplicar el n¨²mero de plazas en agudos y triplicar el de UCI¡±, enumera el director m¨¦dico, Julio Mayol. Todo est¨¢ ya listo.
Con todos los centros en Madrid termin¨¢ndose de preparar de cara a un rebrote, la presidenta de la Comunidad, Isabel D¨ªaz Ayuso, anuncia la construcci¨®n de ¡°un hospital para pandemias¡± con vistas a oto?o. Con 50 millones de euros de presupuesto y dise?ado para dividir 40.000 metros cuadrados en tres pabellones modulables que tendr¨¢n 960 camas de agudos y 48 de cr¨ªticos y cuidados intermedios.
Sin embargo, esa nueva construcci¨®n tras la huella del hospital de campa?a de Ifema no ha tenido un plan funcional que lo respalde (al menos la Comunidad se niega a responder a esta cuesti¨®n o a facilitarlo), se desconoce de d¨®nde saldr¨¢n los recursos humanos con los que dotarla y carece de visi¨®n a largo plazo. Varios expertos en direcci¨®n y gesti¨®n hospitalaria afirmaban a mediados de junio que esta es la soluci¨®n menos eficiente. Y coincid¨ªan en qu¨¦ es lo m¨¢s ¨®ptimo para la regi¨®n: inyectar recursos en la atenci¨®n primaria y reforzar la red actual de hospitales.
En Guadalajara es lo que han estado haciendo. Durante la pandemia, el hospital mantuvo su ¡°consulta de diagn¨®stico r¨¢pido¡±, cuenta el jefe de Medicina Interna, Manuel Zapata: ¡°Es una unidad a la que llegan aquellos enfermos que requieren ingreso por la gravedad, pero que por la situaci¨®n cl¨ªnica pueden mantenerse en casa. Esto se mantuvo durante la pandemia y nos permiti¨® mucho margen¡±. Tambi¨¦n tienen plan de contingencia: ¡°Es readaptarnos a la situaci¨®n m¨¢s grave que hemos tenido en 48 horas¡±. El Gobierno de Castilla-La Mancha especifica que tienen capacidad para alcanzar las 535 camas de cr¨ªticos y 6.068 en agudos con posibilidad de 1.023 m¨¢s intrahospitalarias. ¡°Todo para volver a adaptar el sistema en un periodo de entre 24 y 48 horas¡±, dicen desde el Ejecutivo regional.
El hospital del Mar tiene un plan por fases y prev¨¦ la ¡°invasi¨®n de espacios quir¨²rgicos y llenar quir¨®fanos¡± en etapas m¨¢s avanzadas. ¡°El cuello de botella ahora no ser¨¢n los espacios f¨ªsicos o los respiradores, sino el nivel de anestesistas o enfermeras que hay¡±, apunta Pascual. A prop¨®sito del personal, Mar¨ªa Jos¨¦ Garc¨ªa, portavoz del sindicato de enfermer¨ªa Satse, advierte de la necesidad de dimensionar las plantillas de forma adecuada. ¡°Nuestra visi¨®n no es optimista porque se nos va a juntar todo con la campa?a de gripe y habr¨¢ muchos s¨ªntomas compatibles con la covid-19. Va a generar una afluencia masiva en los centros sanitarios y la sobrecarga asistencial ser¨¢ considerable. Hay que hacer una previsi¨®n real de los recursos humanos, sobre todo en enfermer¨ªa¡±, apunta.
El reto de los hospitales volver¨¢ a ser encajar la actividad no covid en el marco de un eventual rebrote
El reto de los hospitales volver¨¢ a ser encajar la actividad no covid en el marco de un eventual rebrote. Las listas de espera quir¨²rgicas, de pruebas diagn¨®sticas y visitas al especialista se han disparado ¡ªm¨¢s de lo que ya estaban¡ªy los hospitales tienen que convivir con frenar esas demoras y atender a los pacientes con covid-19. ¡°Uno de los aspectos que m¨¢s se ha trabajado con intensidad es la consulta telem¨¢tica o no presencial haciendo uso de la tecnolog¨ªa, fundamentalmente telef¨®nica, as¨ª como reforzando la e-consulta con atenci¨®n primaria, donde el m¨¦dico de familia puede realizar interconsultas a otros especialistas y de esta forma evitar al paciente desplazamientos innecesarios¡±, se?ala Sonia Garc¨ªa de San Jos¨¦, subgerente asistencial del Gregorio Mara?¨®n.
En cirug¨ªa, sin embargo, la situaci¨®n ser¨¢ dif¨ªcil de gestionar. ¡°Todo es bastante incierto. Si no hay rebrote, mantendremos los quir¨®fanos al 100% o algo m¨¢s. Si nos plantamos en un escenario como el de estos meses, aunque hemos estabilizado camas de UCI por encima de lo habitual, ser¨¢ complejo mantener la actividad quir¨²rgica. No tanto por el espacio f¨ªsico, sino por los recursos humanos (anestesia y enfermer¨ªa) y los respiradores¡±, valora Jos¨¦ Manuel Dom¨ªnguez, coordinador del bloque quir¨²rgico de Vall d¡¯Hebron.
Si nos plantamos en un escenario como el de estos meses, ser¨¢ complejo mantener la actividad quir¨²rgica. Por los recursos humanos y los respiradoresJos¨¦ Manuel Dom¨ªnguez, coordinador del bloque quir¨²rgico de Vall d¡¯Hebron
El centro hace 36.000 operaciones al a?o y la crisis ha suspendido unas 6.000. ¡°No se recupera tan r¨¢pido. Aunque hayamos puesto la maquinaria a funcionar, tenemos el h¨¢ndicap de que no podemos hacer nada telem¨¢tico. En un escenario de rebrote controlado intentar¨ªamos mantener la actividad quir¨²rgica al 80%¡±, sentencia.
El Gregorio Mara?¨®n ha recuperado la actividad quir¨²rgica al 85% y este julio estar¨¢ al 100%, pero tambi¨¦n contempla una reescalada. ¡°Existe un plan funcional que contempla el proceso de desescalada quir¨²rgica en caso de un nuevo brote, realizando el 100% de las cirug¨ªas oncol¨®gicas que cl¨ªnicamente se considere preciso realizar y cualquier otra cirug¨ªa con prioridad cl¨ªnica¡±, apunta Garc¨ªa de San Jos¨¦. Los hospitales coinciden en mantener, por encima de todo, las cirug¨ªas urgentes y no demorables, como las oncol¨®gicas.
De la crisis sanitaria superada, los hospitales se llevan cosas a mejorar: se est¨¢n pertrechando de material de protecci¨®n para evitar carencias, quedar¨¢n intactos los dobles circuitos de entrada y seguir¨¢n haci¨¦ndose las pruebas de diagn¨®stico de la covid a los pacientes que ingresan a los centros por otras patolog¨ªas.
Y aprendizajes: se empieza a poner el foco en la humanizaci¨®n de la atenci¨®n. En Madrid, el proyecto HU-CI (la humanizaci¨®n de los cuidados intensivos) funciona ya en el hospital de Torrej¨®n de Ardoz, permiti¨® mantener cerca a las familias de quienes se bat¨ªan en sus UCI. Ahora, La Princesa tambi¨¦n se ha centrado ah¨ª: ¡°El hospital ha incluido, dentro de su plan de elasticidad, planes de humanizaci¨®n de la asistencia. Desde esa perspectiva se est¨¢ trabajando actualmente para mejorar la comunicaci¨®n de los pacientes con sus allegados y suavizar la sensaci¨®n de soledad y aislamiento que han vivido. Esperamos poder tener una serie de iniciativas para poner en marcha si apareciese un nada deseado rebrote este pr¨®ximo oto?o¡±, explica Illana Robles.
Que no vuelva a entrar el virus. Ni aquel silencio.
Conclusiones
Todos los expertos consultados coinciden que la primera oleada de la pandemia ha puesto de manifiesto problemas estructurales en la red sanitaria que, aunque el tiempo sea escaso, es importante empezar a corregir cuanto antes. La falta de previsi¨®n sobre el alcance de la epidemia, la incapacidad de detectar antes la llegada del virus a Espa?a, los insuficientes planes de contingencia y la consiguiente escasez de EPI, pruebas diagn¨®sticas y respiradores han sido el mayor fracaso de la gesti¨®n de la crisis.
Joaqu¨ªn Est¨¦vez, presidente de la Sociedad Espa?ola de Directivos de la Salud (Sedisa), considera que ¡°ha quedado patente la necesidad de reforzar la vigilancia epidemiol¨®gica y los sistemas de salud p¨²blica¡±, un apartado que apenas recibe el 1% del gasto sanitario p¨²blico. El problema se extiende a la siempre infradotada atenci¨®n primaria, cuyo poco peso en la lucha contra el virus en algunas fases de la epidemia ha sobrecargado a¨²n m¨¢s los saturados hospitales.
La insuficiencia de los sistemas de informaci¨®n y coordinaci¨®n entre el Ministerio de Sanidad y las comunidades es otra de las carencias que han quedado de manifiesto durante la crisis. ¡°La coordinaci¨®n deber¨ªa haber sido m¨¢s ¡°s¨®lida y efectiva¡±, considera Est¨¦vez.
Pedro Alonso califica de ¡°problema sist¨¦mico¡± las dificultades con las que se ha encontrado Sanidad para ofrecer datos actualizados y coherentes durante la crisis. ¡°Ninguna crisis, y menos una de esta magnitud, puede ser gestionada adecuadamente si no cuentas con datos fiables¡±, a?ade.
La enorme mortalidad registrada en las residencias de mayores es un fen¨®meno que no puede repetirse, coinciden tambi¨¦n los expertos. ¡°La epidemia ha dejado en evidencia el actual modelo de concentraci¨®n de colectivos de riesgo en espacios reducidos, no siempre suficientemente dotados y escasamente integrados con el sistema sanitario¡±, defiende Pere Godoy, presidente de la Sociedad Espa?ola de Epidemiolog¨ªa.
Recomendaciones
El aumento de recursos y el desarrollo de planes espec¨ªficos para hacer frente a esta y nuevas pandemias es una demanda generalizada de todos los expertos.
Joaqu¨ªn Est¨¦vez defiende tambi¨¦n la necesidad de ¡°profesionalizar la gesti¨®n sanitaria en todos los niveles asistenciales¡± de forma que esta quede blindada ¡°de toda politizaci¨®n¡±. El presidente de Sedisa coincide con la pr¨¢ctica totalidad de expertos en la necesidad de dotar a la red sanitaria de mayores recursos y de hacerlo ¡°con presupuestos finalistas¡±. ¡°Una de las afirmaciones realizadas desde Alemania respecto a su baja tasa de mortalidad por covid-19 es que su situaci¨®n de partida era mejor por contar con un n¨²mero mayor de camas de hospitalizaci¨®n, de UCI y de profesionales sanitarios por habitante¡±.
Para las residencias, es necesario ¡°aumentar los recursos sanitarios en estos equipamientos y aumentar la coordinaci¨®n con la red p¨²blica hasta quedar integrados pr¨¢cticamente como un nivel asistencial m¨¢s¡±, afirma Godoy. ¡°El sistema debe transformarse hacia la integraci¨®n entre niveles asistenciales y entre servicios sanitarios y sociales¡±, a?ade Est¨¦vez.
Los expertos tambi¨¦n auguran cambios en los sistemas productivos y de aprovisionamiento, y tambi¨¦n consideran necesario valorar la necesidad de crear reservas estrat¨¦gicas. ¡°Ha quedado en evidencia que no podemos depender de la producci¨®n de una o dos f¨¢bricas en China u otro pa¨ªs en materiales y productos estrat¨¦gicos. Es un riesgo, no solo en caso de una pandemia, sino tambi¨¦n por un terremoto u otro accidente¡±, explica Pedro Alonso, que contempla un ¡°enfoque a nivel europeo, en el que el continente sea m¨¢s autosuficiente, ya que irse al otro extremo y que cada pa¨ªs lo produzca todo tampoco es ni viable ni deseable¡±, concluye.
La soluci¨®n, para Julio Mayol, del Cl¨ªnico San Carlos, pasa, ¡°inevitablemente¡± por atenci¨®n primaria y salud p¨²blica: ¡°Lo esencial es invertir ah¨ª y que est¨¦n relacionadas, lo que no queremos es que la gente llegue a ese nivel [el hospitalario] y para eso hace falta mucha visi¨®n y estrategia¡±. Identificar, diagnosticar, seguir a los casos, que atenci¨®n primaria tenga los recursos para abordar a los pacientes con menos s¨ªntomas, insiste Mayol, ¡°no quiere decir que los hospitales no tengan los medios que necesiten, sino que no tengan que necesitarlos, y podr¨ªa ser as¨ª si esas dos cosas funcionan¡±. Entre respiradores y salud p¨²blica, Mayol es tajante: ¡°Yo pondr¨ªa el dinero en salud p¨²blica, para que no haya que salvar vidas, para que la gente no se infecte¡±.
Informaci¨®n sobre el coronavirus
- Aqu¨ª puede seguir la ¨²ltima hora sobre la evoluci¨®n de la pandemia
- As¨ª evoluciona la curva del coronavirus en Espa?a y en cada autonom¨ªa
- Buscador: La nueva normalidad por municipios
- Preguntas y respuestas sobre el coronavirus
- Gu¨ªa de actuaci¨®n ante la enfermedad