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Nuevas realidades, viejas categor¨ªas
El populismo no surge porque s¨ª. Es la reacci¨®n visceral ante toda una serie de problemas sin resolver y la ansiedad provocada por la p¨¦rdida de las c¨®modas distinciones y valores
Es Catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica en la Universidad Aut¨®noma de Madrid y miembro de n¨²mero de la Real Academia de Ciencias Morales y Pol¨ªticas.
El populismo no surge porque s¨ª. Es la reacci¨®n visceral ante toda una serie de problemas sin resolver y la ansiedad provocada por la p¨¦rdida de las c¨®modas distinciones y valores
?No hab¨ªamos quedado en que los mandatos de la ONU eran la medida de nuestra acci¨®n exterior; o que decisiones de trascendencia como el acuerdo de Espa?a con Marruecos sobre el Sahara deb¨ªan contar al menos con el benepl¨¢cito de la oposici¨®n?
El PP hab¨ªa dado por fin con un l¨ªder que lo aproximara al conservadurismo liberal de corte europeo. As¨ª las cosas, va Ma?ueco y pacta con Vox
La sensaci¨®n de haber entrado en tiempos dist¨®picos no se hab¨ªa agotado con el coronavirus. Ahora observamos, horrorizados, que el destino nos ten¨ªa preparada otra sorpresa a¨²n m¨¢s siniestra
Urge que el Partido Popular sepa a qu¨¦ se est¨¢ enfrentando y a partir de ah¨ª elabore la estrategia adecuada
Cuando ya no unifica ni el odio com¨²n, cuando este se traslada al propio bloque, en este caso el PP, es que tenemos un problema
Cada cual tiene el derecho de suicidarse a su manera, lo malo es cuando nos afecta a todos. Quedarnos sin oposici¨®n no es un trago f¨¢cil de digerir, menos a¨²n cuando ni siquiera responde a discrepancias ideol¨®gicas, sino a la ya aludida codicia de poder
Castilla y Le¨®n no ver¨¢ lo ocurrido en Madrid. Y este es el verdadero problema del l¨ªder del PP. El espectro de Ayuso le seguir¨¢ atormentando
Como dec¨ªa Chejov, ¡°el amor, la amistad y el respeto no une tanto a la gente como el odio com¨²n¡±. Y este ¨²ltimo ingrediente, el odio, no las discrepancias, se ha convertido en el impulso principal que gu¨ªa casi todos los movimientos pol¨ªticos de nuestro pa¨ªs
Todas las part¨ªculas presentes en la pol¨ªtica m¨¢s local hacen acto de presencia tambi¨¦n en su escala m¨¢s amplia y elevada, sus componentes b¨¢sicos son los mismos
Por habitar en democracias es como hemos conseguido dar la vuelta al destino que nos ven¨ªa acompa?ando como especie
Aparte de los indiferentes, abundan los ¡®hooligans¡¯ partidistas o los fundamentalistas verdes, lo que se echa en falta es un fr¨ªo acomodo racional de los fines de la sostenibilidad a medios viables y bajo una consideraci¨®n de los intereses afectados
Un ministro no puede poner al pie de los caballos a todo un sector productivo sin que este se le levante enfurecido. Significa ignorar las bases de eso que se llama ¡°oportunidad pol¨ªtica¡±
En Espa?a la pol¨ªtica siempre funciona a partir del principio del mal menor, no del bien mayor
Sorprende la actual des-responsabilizaci¨®n del Gobierno, que ha renunciado a liderar esta nueva crisis
Nuestra diferencia con Alemania es que all¨ª las discrepancias se discuten con educaci¨®n y argumentos; aqu¨ª preferimos hacerlo con hiperventilaci¨®n y sa?a
Quiz¨¢ el Papa ha querido mandar un mensaje a la derecha y reafirmar simb¨®licamente su mensaje social; en tal caso, encontrarse con una pol¨ªtica ¡°roja¡± en activo no debi¨® parecerle mala idea
Si la muerte y los padecimientos de tantos contagiados no pueden entenderse como un da?o, no s¨¦ en qu¨¦ otra ocasi¨®n puedan aplicarse
El lenguaje sirve para entenderse; es m¨¢s, es el medio natural de la comunicaci¨®n, no solo del ocultamiento y el enga?o. No est¨¢ de m¨¢s recordarlo
La Ley de Amnist¨ªa est¨¢ en el disparadero. Ya no basta solo con discrepar en torno al futuro, ahora se trata de abrir tambi¨¦n de nuevo las trincheras del pasado
La planta concreta de alg¨²n partido podr¨¢ seguir floreciendo, pero perdemos el jard¨ªn
El paso del socialista Antonio Miguel Carmona a la vicepresidencia de Iberdrola reabre el debate sobre los l¨ªmites que deben tener los cargos p¨²blicos al abandonar la pol¨ªtica. Est¨¢ en juego la confianza de los ciudadanos
Lo que ahora acontece es un juego ¡®lose-lose¡¯ para el PP. Casado pierde porque le debilita a los ojos de sus votantes potenciales; y Ayuso tambi¨¦n, porque nunca podr¨¢ hacer realidad su sue?o
Es en estas disputas donde se escenifican las preocupaciones de la izquierda cl¨¢sica, no en el laberinto de las identidades y su hidra de tribus enfrentadas
?Por qu¨¦ PSOE y PP se sienten impunes, por qu¨¦ piensan que este descarado trapicheo no tendr¨¢ consecuencias pol¨ªticas para ninguno de los dos?
Confiar solo en el Estado para que calme nuestras muchas ansiedades no deja de ser ingenuo. Este solo podr¨¢ hacerlo si goza de una sociedad civil din¨¢mica, emprendedora, abierta a nuevas experimentaciones
Toda oposici¨®n inteligente no puede apoyarse exclusivamente en la mera negaci¨®n; debe ofrecer tambi¨¦n una alternativa, proporcionar alg¨²n elemento constructivo
Hay algo ofensivo en la actitud condescendiente de quien tolera, porque ¡°soporta¡±, pero no reconoce o equipara derechos, escribe Fernando Vallesp¨ªn en este extracto que adelanta ¡®Ideas¡¯
Escuchando a Yolanda D¨ªaz el otro d¨ªa en la Cadena Ser, mi impresi¨®n era que quer¨ªa resucitar la idea de Errej¨®n del n¨²cleo irradiador en torno a su persona
Los medios se han convertido en una nueva y privilegiada puerta giratoria para cuando los pol¨ªticos son desplazados de sus responsabilidades
No hay m¨¢s remedio que ir avanzando a partir de las contingencias, no aspirando a alcanzar un ¡°orden final¡±
A diferencia de Alemania, en Espa?a tenemos un modelo ideol¨®gico-polarizado, la pol¨ªtica como confrontaci¨®n permanente y vetos cruzados: aqu¨ª solo caben pactos intrabloques
El consenso de anta?o ha devenido en un crudo disenso metodol¨®gico
O el Partido Popular se reinventa o lo va a tener dif¨ªcil, no ya solo para ganar, sino, en su caso, para gobernar sin sobresaltos
En las redes, podemos sacar a la luz nuestras emociones primarias, deseos inconfesables y prejuicios o reconocer al otro en su alteridad, no como un mero instrumento de placer o simple mercanc¨ªa
La cuesti¨®n del cambio clim¨¢tico no es una cuesti¨®n ideol¨®gica, aunque muchos tratar¨¢n de reducirlo a eso, a una disputa entre ecologistas impecables y negacionistas implacables
Definamos qu¨¦ es lo com¨²n y en qu¨¦ desea diferenciarse cada comunidad aut¨®noma. Tambi¨¦n necesitamos partidos con sentido de Estado, no reducidos a la gesti¨®n de sus propios intereses
El poder es incompatible con cualquier muestra de debilidad o decaimiento. En cuanto les tiemblan las piernas se convierten en presa f¨¢cil de sus competidores e incluso de sus compa?eros
Tengo la convicci¨®n de que nos dejamos llevar por la acelerada sucesi¨®n de noticias y que esta din¨¢mica es la que puede estar ¡°apartando nuestra atenci¨®n¡± de cosas sobre las que deber¨ªamos estar m¨¢s vigilantes
Que un a?o y medio despu¨¦s venga a decirnos el TC qu¨¦ es lo que el Gobierno hubiera debido hacer es, cuando menos, un tanto chocante