Una rebeli¨®n anti-olig¨¢rquica de derecha
El fin del miedo ha abierto una lucha entre el capitalismo olig¨¢rquico y el meritocr¨¢tico
El fin del miedo ha abierto una lucha entre el capitalismo olig¨¢rquico y el meritocr¨¢tico
El pacto con los grupos criminales no debe ser la estrategia de seguridad p¨²blica
Los miles de millones de d¨®lares que llegan al pa¨ªs como dinero f¨¢cil reducen incentivos a la inversi¨®n productiva, disparan el consumo y estimulan la emigraci¨®n
Es m¨¢s fr¨¢gil la unidad de la oposici¨®n sin poder que la de los chavistas con el poder
Las posibilidades de un proceso de paz no se miden nunca por la buena voluntad del enemigo, sino por cuanto un cambio de contexto puede conducirlo a transformar la guerra en pol¨ªtica
Los sucesos en el Cauca quiz¨¢ sean un signo positivo sobre la evoluci¨®n del conflicto colombiano
Centroam¨¦rica se est¨¢ transformado en santuario criminal, f¨¢brica y supermercado de drogas, centro de lavado de dinero y lugar de reclutamiento de sicarios. Las polic¨ªas, las prisiones y la justicia est¨¢n colapsadas
En pa¨ªses peque?os y pobres, el Estado es f¨¢cilmente controlable por unas pocas familias acaudaladas
La miner¨ªa ilegal, manejada por grupos criminales, est¨¢ generando violencia en pa¨ªses latinoamericanos
Con sus propias caracter¨ªsticas Latinoam¨¦rica tiene en Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua su propio ¡°club de la miseria¡±
Los movimientos guerrilleros latinoamericanos surgieron frente a las dictaduras. Cuatro decadas despu¨¦s, el panorama pol¨ªtico cambi¨®. En la actualidad, las FARC colombianas se han convertido en una narcoguerrilla
El problema del consumo en los pa¨ªses desarrollados se basa en una flagrante contradicci¨®n: de una parte se persigue la oferta y al mismo tiempo se tolera la demanda, que es lo que genera su producci¨®n
El autor sostiene que en los conflictos b¨¦licos la infanter¨ªa moderna necesita trabajadores sociales armados que sepan combatir, pero tambi¨¦n interactuar con el entorno.
El autor opina que la ayuda a El Salvador no es un asunto de compasi¨®n, sino un modo de apoyar la esperanza de un pueblo forjado en las dificultades.